viernes, 18 de noviembre de 2011

SU ODIO ES LA MEJOR PRUEBA DE NUESTRA SUPREMACÍA

Hoy, 17 de noviembre de 2011, los medios de comunicación dedicados al deporte se hacen eco de un vídeo producido por el Valencia CF con objeto de motivar a su afición ante la inminente llegada del Real Madrid este sábado para disputar un partido de liga. Nada nuevo bajo el sol. Ya vimos la temporada pasada como "preparaba" el Sevilla FC la eliminatoria copera frente a nosotros con otro vídeo de marcado carácter bélico, con consignas en portugués incluidas. Me permito añadir que hace dos años el Málaga CF lució en su choque liguero ante el Madrid en La Rosaleda una camiseta conmemorativa del 25 aniversario de una victoria liguera frente al club blanco por 6 a 2.
Finalmente, sin ánimo de cansar a la parroquia blanca, he de citar de modo inevitable la conmemoración "festiva" del trigésimo aniversario de la invención en El Molinón del lema antimadridista  "Así, así... así gana el Madrid", que tuvo lugar hace dos años en dicho "templo del fútbol", y mereció muy precisos comentarios en uno de nuestros editoriales del mes pasado:
Por supuesto, estas no son las únicas "muestras de cariño" que ha recibido nuestro amado club a lo largo de 110 años sino las más recientes y llamativas; hay muchas más, de todo tipo y procedencia y, cuando sea necesario, las iré recordando en este blog; sobre todo, para conocimiento de esos madridistas pusilánimes y derrotistas que deambulan "en busca del señorío perdido".
Desde luego, aquí hay algo que llama poderosamente la atención por su inalterable permanencia en el tiempo: todos quieren ganar al Madrid.
Curiosamente, esto sigue sucediendo en la era de la apoteosis farsista, y puedo comprender la frustración de muchos culés ante esta situación; resulta que tienen el que muchos "plumíferos" definen como mejor equipo de fútbol de todos los tiempos pero no tienen perrito que les ladre, ni clubito de primera que les haga un vídeo pre-partido de marcado carácter hostil. Es más, cuando ganan a esos clubitos videocreativos por goleada, solamente reciben a cambio elogios lisonjeros y cariñosas palmaditas en la espalda por parte de los goleados.
Hasta los farsistas menos perspicaces deben pensar: "aquí hay algo que falla".
Lógica y comprensible desazón. En estas tres últimas temporadas han ganado muchos más títulos que nosotros (aunque en el cómputo histórico estamos muy por encima de ellos), pero no han podido alcanzarnos, ni por asomo, en el más hispánico y preciso medidor de éxito: el odio feroz de tu rival.
Lo ya escrito se puede resumir en estas dos líneas: si te preguntas cuál es el mejor de tus rivales, es aquel a quien más afanosamente quieres ganar.
No trato de argumentar que esos mismos que ferozmente quieren ganarnos como sea, no se sienten satisfechos cuando ganan al actual Farsa. Claro está que también lo celebran; pero en su subconsciente deportivo saben que el rival al que más se desea ganar siempre es el Madrid, y lo saben desde hace unos sesenta años: es un odio transmitido con fervor de padres a hijos, de abuelos a nietos, porque en estos últimos sesenta años de fútbol español la competición más importante sin discusión, la liga, siempre se la juega el Real Madrid contra otro u otros equipos; ganando o perdiendo, el Madrid siempre está ahí.
Culés, indios, valencianistas, sportinguistas, bilbaotarras, donostiarras, deportivistas e, incluso, sevillistas han luchado por arrebatarnos el liderazgo que forjamos entre 1953 y 1969, con doce ligas ganadas (que sumamos a las dos solitarias ligas republicanas que ya teníamos), y que supimos mantener con firmeza desde 1970 hasta hoy, con el triunfo incontestable en otras 17 ligas para hacer el total vigente e inigualado de 31 ligas blancas.
Esto explica de forma clara y blanca esa "falta de cariño" que nos tienen en muchos campos de España, según alguna reciente y oportunista encuesta: no nos quieren porque les ganamos y sospechan que les vamos a seguir ganando en el futuro.
En el Santiago Bernabéu se suele escuchar repetidas veces un cántico entonado con reiterado fervor por parte de los buenos madridistas que apoyan incondicionalmente  a su club:
"Cómo no te voy a querer... cómo no te voy a querer...
si fuiste Campeón de Europa por novena vez".
Como colofón a este artículo, propongo a todos esos rivales que nos odian de forma tan pertinaz y creativa, que adopten esta adaptación del mismo cántico para gritárnoslo con ese desesperado antimadridismo que les caracteriza, a ver si así consiguen amedrentarnos de una maldita vez:
"Cómo no te voy a odiar... cómo no te voy a odiar...
si cuando quiero ganar algo contigo he de topar".

Uli Di Stielíkano

1 comentario:

GEKADOS dijo...

Esteee, ¡por fin un claro en este bosque de boludos! Vos si lo tenés claro, che. El odio y el dinero mueven el mundo y el Madrid no va a ser una excepción.
GEKADOS.