Desde su llegada a nuestro club, Mourinho ha planteado un combate decidido para que el Madrid recobre la hegemonía en el fútbol español y europeo. En esta situación, los madridistas tenemos que considerar esta lucha desde dos perspectivas.
En un plano teórico o ideológico, los madridistas deberíamos aprovechar la creciente pujanza de nuestro equipo para “rearmarnos mentalmente” recuperando nuestro optimismo y nuestra autoconfianza y rechazando la interpretación interesada y sesgada con la que muchos medios y no pocos merengues vienen juzgando al Madrid con un fatalismo derrotista que a nada bueno nos conduce; porque si no creemos en nosotros mismos y no impulsamos una relectura de los "hechos" que critique la "oficial" de los “amigos del fúrbor" entonces nuestro problema no será estar derrotados sino muertos.
Pondré unos ejemplos muy sencillos de lo que quiero explicar: ¿cuántos goles marcaría Cristiano Ronaldo si disfrutara de los arbitrajes pro-Messi y cuántos éste si sufriera los de viene soportando nuestro jugador? ¿Qué le habría pasado a cierto jugador del Valladolid que pisoteó e hirió la pierna de Ronaldo deliberadamente si las imágenes de TV hubieran mostrado a Messi en el suelo revolcándose de dolor?
Las respuestas son obvias, ¿no es cierto? Sin embargo, estos argumentos no se leen en los periódicos, ni siquiera en los de Madrid, y mucho menos en las televisiones o radios. Así que somos nosotros los que tenemos que incorporar estos comentarios al debate interno en el seno del madridismo y contraatacar de puertas para afuera ante el planificado debate antimourinhista que intenta convencernos de que Mou es un lastre que hundirá al Madrid.
Resulta que el responsable directo de las alineaciones, del fichaje de bastantes titulares y de las tácticas empleadas por el triunfante equipo actual no es más que un ignorante y un incendiario que se va a cargar el prestigio de nuestro club. Francamente, demasiados títulos, entre ellos el de la FIFA al mejor entrenador del mundo, todavía vigente, dicen lo contrario. Deberíamos pensarnos bien qué crédito merecen las críticas que no saben explicar cómo alguien tan nefasto ha podido llegar a la cumbre de su profesión.
En cuanto al aspecto práctico, ahí sólo nuestro entrenador y nuestro primer equipo pueden invertir la tendencia deportiva de las tres últimas temporadas y creo que ya lo están haciendo desde el año pasado, sobre todo desde nuestro triunfo en la Copa de España. Por eso, guste o no reconocerlo, Mourinho es el factor fundamental de este cambio de rumbo madridista.
En este plano real, donde las palabras o las opiniones no marcan goles, lo que nos toca a nosotros es apoyar “a los nuestros” contribuyendo a la estabilidad del club. Esto no significa que Mou sea una persona perfecta ni que haya que perdonarle todos sus errores. Y, ciertamente, los comete, tanto con el dedazo de la Supercopa como cuando no sabe que el público del Madrid tiene una idiosincrasia muy definida y le pide que anime al equipo como lo hacen las hordas de hinchas que vemos en tantos campos.
No obstante, errores aparte, también tiene aciertos y hay que agradecerle que nos haya despertado de nuestro letargo y nos haya recordado que el que no llora no mama y que nuestra seña de identidad es pelear hasta el pitido final en vez de sonreír como unos caballeros mientras nos roban.
Por si hay todavía alguna duda sobre si Mou es un elemento negativo para nuestro club, alguien que fantasea inventándose enemigos o problemas inexistentes, recordemos que siguen produciéndose diferencias de rasero arbitral en nuestra contra, incluso cuando vamos en cabeza y jugando espectacularmente.
Basta ver el último gol marcado al Madrid por el Osasuna en la liga para comprender que la relación que cabe esperar entre los árbitros y nuestros problemas no es precisamente que ellos nos los resuelvan. No hace tanto que el criterio aplicado a Alonso en una jugada similar en competición europea no fue el mismo, ¿verdad? Mou tenía razón, una vez más y van unas cuantas. Claro que sus detractores, cuando el tiempo le da la razón en algún asunto, prefieren no mencionarlo y le siguen atacando por otro lado. Se dice que quien calla otorga, pero nunca es así si el beneficiario se llama José Mourinho.
Pensemos un poco, ¿por qué odian los antimadridistas tanto a nuestro entrenador?, ¿por que es un elemento desestabilizador y letal para el Madrid? ¿No es eso precisamente eso lo que sueñan lograr todos nuestros detractores, que nos desintegremos? Si tan nocivo es para el madridismo, los antis deberían ponerlo por las nubes en lugar de a parir. ¿No será que sucede otra cosa, que Mou, de un modo muy efectivo e impertinente está haciendo mucho daño a nuestros adversarios y devolviéndo al Madrid al lugar que le corresponde?
Si de educación se tratara, a lo mejor habría que resucitar a Luis de Carlos para dar clases de “señorío”. Pero, ¿serviría de algo? Algunos recordamos todavía cómo toreó a De Carlos un presidente del Farsa llamado Núñez, que ha terminado siendo declarado culpable en el juzgado y no está en la cárcel purgando su actividad delictiva tan sólo por su edad. Cuando estaba en activo no dejó de ganar “ineducadamente” todos los títulos que pudo para su “más que un club”, incluidas las ligas “de Tenerife y La Coruña ”.
Diganme todos los madridistas “educados” a quienes Mou no les gusta por su “heterodoxia”, ¿siguen valiendo esas ligas en el historial oficial de la federación de Villar o no? Por supuesto que valen; exactamente igual que las dos del Atlético de Aviación, que tenía que haber jugado en segunda después de la guerra, al descender en 1936, pero prefirió quedarse en primera convirtiéndose en el equipo del Generalísimo. Sí, el mismo que nos acusa tanto de ser el equipo de aquél gobierno. ¡Él precisamente!
Y es que hay bastante desmemoriado suelto. Parece que ya se han olvidado muchos de cuando Valdano no sólo frecuentaba los palcos o las redacciones de prensa sino que además bajaba al vestuario del árbitro en el descanso de un partido a protestar. ¿Fue esa “valdanada” una metedura de pata o algo necesario para hacer frente a un atropello a nuestros intereses? Lo que hace Mou, incluso en sus “mourinhadas”, es señalar con su dedo a nuestros enemigos y meter su dedo en la llaga de nuestros problemas al denunciar cómo se nos maltrata y despoja.
Por eso molesta Mou, no por su estilo. Y, si me equivoco, ¿por qué lo criticaban ya antes de fichar por el Madrid. ¿Qué había hecho por entonces de inadecuado antes de ser siquiera presentado? Lo mismo pasó con Cristiano cuando fichó por nosotros un año antes; justamente entonces empezó su chulería. Una chulería de casi un gol por partido, por cierto.; ¡verdaderamente intolerable!
Por eso decimos que el dedo de Mou y el espíritu indomable de Cristiano Ronaldo nos marcan el camino; el mismo que trazaron Bernabéu y Di Stéfano. Nosotros no somos los abducidos que, según los críticos, seguimos a Mou hasta el infierno o a dónde nos ordene sino que es él quien trabaja para nuestros intereses. Y lo hace muy bien, ganándose el sueldo enterito. Eso es lo que ha comprendido Florentino que no es precisamente un aficionado dirigiendo empresas.
Antonimus.
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