jueves, 24 de noviembre de 2011

¿RIVALES O MOLESTIAS?


En EL MUNDO, viene una crónica sobre el antimadridismo que, como no podía ser de otra manera, resulta que es culpa de los madridistas:


Esta vez la cantinela proviene de Violencia, conocida por la enorme cantidad de petardistas que hay allí mucho más que por su equipillo de fútbol y que no ha sabido digerir el Mestallazo. Habrá que contestar adecuadamente.



Una vez más, tras perder con nosotros, los antis sólo os sabeis dedicar a llorar, a quejaros y vuelta a empezar. ¡Qué injusto es el Madrid con vosotros! ¡Cómo os desprecia! Pero no decís ni palabra sobre respetar vosotros al adversario ni respecto a por qué recalentáis al público antes, durante y después del partido (de la guerrilla, más bien). Claro que si vuestro público es tan simple como vuestro fútbol y se conforma con estas justificaciones baratas en vez de pediros cuentas por ser tan inútiles, tanto peor para todos vosotros y tanto mejor para nosotros (y para Emery, que así logra que no os planteéis si hay que cesarlo).

¿No tendrá el verdadero problema algo que ver con vuestra tradicional envidia; con el quiero y, una vez más, no puedo contigo, ¡maldito Madrid!; con la final europea del 3-0, con el meo de Raúl incluido; con Mijatovic; con cierto 3-6, etcccccccc.?

Así que, para respirar por la herida eternamente abierta, los incapaces y resentidos no necesitáis otro motivo para que vuestra existencia anodina y vuestra inoperancia en resultados; en realidad, nosotros sólo somos un pretexto. ¿Sabéis lo que sois vosotros para nosotros? Nada de nada; ni siquiera rivales; sólo molestias, problemas con las lunas del autocar cuando vamos a vuestro infame estadio; con los tobillos de nuestros jugadores…cosillas así. La verdad es que ni siquiera advertimos como crujen vuestro huesecillos insignificantes cuando nos dignamos pasaros por encima.

No sois nada más que unos pro-vincianos. ¡Fijaos bien en el guión!:Los romanos, tras imponerse a los pueblos que conquistaban, sacaban disposiciones para gobernarlos que se llamaban “pro vincis”, “para los vencidos”, estableciendo en ellas a qué tenían que atenerse sus “sub-ditos”. Eso es lo que sois vosotros respecto a nosotros: alguien que es mencionado “después de”. Si no lo queréis asumir, aprended a ganarnos jugando, para variar, al fútbol (a ver qué se siente).

También podríais dedicaros  a reclutar árbitros, como hacen otros vecinos vuestros. Claro que vosotros…¡ni para eso valéis! Me recordáis al chiste del subcampeón mundial de los gilipollas, que se había quedado sin título ¡por gilipollas!

¿Sabéis una cosa? Los señores hablamos de nuestros asuntos y los criados habláis de nosotros, vuestros señores. Odiarnos es lo único a lo que os podéis dedicar; porque lo cierto es que no dejáis de pensar en nosotros ni por un momento.

Así pues, id teniendo en cuenta estos dos Postulados de la Hegemonía Madridista, estos dos Pro-Vincis que os envían vuestros señores. Más vale que os los vayáis aprendiendo de memoria para el futuro (el nuestro; ¡vosotros no tenéis!):

  1. El odio de nuestros rivales es la mejor prueba de nuestra supremacía (si ladran es porque cabalgamos).

  1. Cuando dejen de odiarnos nuestros rivales habrá llegado el momento de preocuparnos de verdad; porque eso sólo sucederá cuando nos convirtamos en un equipo fracasado como ellos en vez de peligroso como somos ahora (nadie hablará de nosotros cuanto estemos muertos).
Por cierto, Iván Pérez, redactor de EL MUNDO.ES en Valencia: ¡ERES UN VIOLENCIANO!; no hace falta decirte más, ¿sabes? ¡Cómo!. ¿No entiendes lo que significa eso? No pasa nada; te lo explico otra vez, ya que eres violenciano. Quiere decir que tú sólo eres un simple violenciano (o un violenciano simple, como prefieras). Y nada más. Ahí radica el problema de tu propia insatisfacción. En realidad, nos odias porque tú no puedes ser como nosotros.

Aceptarías incluso que nadie fuera como nosotros, pero, ¡que no puedas serlo tú y nosotros sí!, eso es lo que de verdad no te deja vivir sin que te amargue tu perenne frustración; y, desgraciadamente para tí, es evidente y además sobradamente conocido en todo el mundo mundial, que nosotros sí que existimos.

¿Cúantos saben que existe el Violencia? ¿Qué ha hecho verdaderamente importante ese club desde que fue fundado? Se las vas dando de club alternativo al Madrid y, a su lado, no pasa de ser un club de alterne de carretera de segunda. Esa es su cruz, cuyos dos maderos se llaman envidia y fracaso. Si no le gusta, que se culpe a sí mismo; al Madrid que lo olvide tanto como él tiene olvidados a todos esos equipillos irrelevantes de aldea de mala muerte.

¿Qué va a ser de ellos el día que al Madrid se le acabe la paciencia ante tanta encerrona y tanto desplante y les pase las factura a todos esos paletos listillos cuando le pidan jugadores? Pues que la mayoría desapareceran en el anonimato futbolístico del que forman parte y nunca más se sabrá nada más de ellos, porque por sí mismos no son dignos de mención.

Hasta nunca; y si queréis triunfar en algo dedicaros a las paellas; que eso sí es lo vuestro.

Post scriptum: Acabo de disfrutar del inefable placer de ver corroboradas todas las impresiones que los seguidores del Violencia despiertan, cada vez más, en muchos madridistas (desde luego, no se puede decir que no se estén esforzando en lograrlo).

Resulta que el Sr. presidente de las peñas violencianistas ha hecho unas declaraciones jugosas sobre Mou en un diario farsalán:


Menuda palabrita ha ido a elegir el Sr. Madrigal: “soberbia”. Probablemente, este caballero habla casi siempre en farsalán (¡perdóóóóón!, ¡en violenciaaaaano!) y no domina la ambigüedad del término en castellano. Resulta que puede tener significado positivo o negativo, según declara la Academía de Nuestra Lengua:


Le pondré dos ejemplos esclarecedores a don Blas:

Mou coronó una soberbia temporada al ser proclamado como mejor entrenador de fútbol del mundo en 2010 por la FIFA tras volver a ganar la Champions. En este caso, “soberbia” tiene sentido positivo (sobre todo para Mou).

El presidente de las peñas violencianistas hizo unas declaraciones contra Mou, acusándolo de tener “…una fábrica de soberbia…”; con el resultado de que ahora nadie duda de que el soberbio es el derrotado violencianista. Aquí, témome que el sentido es tan negativo para el violencianismo como el resultado cosechado ante el Madrid. ¿Queda todo claro? Espero que esta explicación contribuya a evitar malendidos en el futuro entre las tierras y los hombres de España.

Por cierto, cada vez comprendo mejor por qué tuvieron los violencianos (este denominación está abundantemente avalada por las obras de su paisano Blasco Ibáñez) que llamar “fallas” a su fiesta pirotécnica (de origen chino, lo mismo que las naranjas: ¡qué originales!). Si Descartes hubiera sido de ahí, lo habría expresado de esta manera:

Cuando eres violenciano, sólo puedes definirte así: “Fallas, luego existes”.

A lo que yo me permitiría añadir: “Y por eso es por lo que te cabreas; por cómo eres tú”.

Este foro está bajo la advocación de San Tamudo Merengón, El Blanco, cuyo lema es:

Al amigo, hasta el culo;
al enemigo, por el culo;
Y al indiferente, la legislación vigente.

Antonimus.

No hay comentarios: