Silencio en la noche,
Ya todo está en calma
El músculo duerme,
La ambición descansa…
Así empezaba un célebre tango llamado “Silencio” del inefable Carlos Gardel. Y eso es lo que predomina, evidentemente, tras el clásico y su fatal desenlace:
Silencio sobre Mou; ya no se especula sobre si se va o no se va…a cagar en la madre de tanto hijo de puta que hay suelto por aquí.
Silencio sobre Cristiano; el que tampoco hacía nada nunca ni aparecía en los partidos importantes; pero, tranquilos, que ya os lo ha aclarado suficientemente. ¿O no?
Silencio sobre si messy logró encontrar finalmente su neurona perdida. Sabemos sólo que la estuvo buscando durante todo el partido (de hecho, es lo único que hizo durante hora y media). Seguro que con su mirada perspicaz lo logrará.
Silencio sobre la renovación del Dalái Lama de Farsaluña. Me temo que ahora no lo sabe ya ni él (al menos, hasta que sepa el resultado del partido con el Chelsea).
Silencio en el rebautizado Mou Camp. Pero esto no es una novedad este año, ¿verdad? ¡Lástima que esta vez no echara una mano el árbitro! Bueno, quizá sí; o, ¿no te lo parece a ti, Alves?
Silencio entre los tácticos de salón que le iban a enseñar a Mou lo que es el fútbol. ¡Qué poco dura la alegría en casa del pobre de espíritu y nulo de conocimientos!
Y es que, meine Damen und Herren (como diría Khedira), no se puede luchar contra el destino; especialmente cuando se llama Real Madrid y lo ejecuta un fadista llamado Cristiano I el Certero.
Colorín, colorado, tanto cuento se ha acabado el sábado que van a tener que reducir el número de páginas los diarios deportivos por falta de carnaza para rellenar sus ediciones.
Antónimus.
P. S.: ¿Será capaz el Farsa de darle otra satisfacción al madridismo y quedar eliminado de la Champions y perder el domingo que viene para que ya ganemos la Liga (más que nada, para acortar su sufrimiento) coronando así su Semana Trágica?
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