El actual entrenador del Patético de Aviación, Simeone, nunca dejó huella de sus meditaciones futbolísticas mientras fue jugador en activo. Sin embargo, en el poco tiempo que lleva en el banquillo del Manzanares, ya ha dejado dos perlas de las que merece la pena ocuparse.
Lo primero notable que dijo, a últimos de febrero, es que lo de la posesión era un cuento que se había vendido bien, pero que a él no le convencía:
“…¿Posesión? Ni me interesa. Para nada. No me interesa para nada. Lo que me interesa es ganar. La posesión es un cuento que se ha vendido muy bien. Es una manera de ganar, pero no es la única. Uno elige lo que quiere…”
Por cierto, ayer el Patético tuvo más tiempo de posesión que el Madrid y sin embargo perdió por goleada; así que se confirma el argumento de Simeone.
Y también el nuestro, que es no perder nunca de vista el fin del fútbol: los GOLES; porque metiendo más que el adversario se gana seguro. Todo lo demás es un simple medio ad hoc, y como tal nunca puede ser fundamental sino accesorio jugando al fútbol (o viviendo).
Lo último interesante de Simeone lo dijo ayer, tras confirmarse que el Patético no puede con el Madrid en este milenio:
“…Las genialidades de Cristiano Ronaldo nos condenaron a encontrarnos con dos goles que no concordaban con lo que estaba sucediendo en el partido. Los goles son más importantes que las ideas…”
O sea, por si no está todavía suficientemente claro: “goles son amores, que no buenas razones”. Y es que frente al “decir” está el “hacer”; y es haciendo, “realizando”, como se transforman los deseos en hechos, futbolísticos o no, no hablando y hablando sin parar para liar a los despistados.
¡Ojo! Esto lo advierte un argentino. No todos los de “allá” son tan valdanistas como nuestros plumíferos.
Simeone da pues dos buenas oportunidades para entender de qué va, realmente, el fútbol (o la vida): de resultados, no de bellas teorías. Todo lo demás, la épica, el trabajo, el sacrificio, la disciplina táctica…no es más que un modo de intentar, repito, INTENTAR sacar el partido de contexto, de jugarlo en una especie de “hiperespacio mediático”, donde, por supuesto, no se juega nada de nada. Bueno, sí: el prestigio intelectual (o el mental) de determinados sofistas sobradamente conocidos; tanto los de los banquillos como los de las imprentas.
Y ahora, hablando de rolletes, que la prensa se dedique rápidamente a soltar otro bulo antimadridista, que buena falta le hace a su patrocinado; porque el de la ansiedad merengue ya no sirve.
Y tampoco decir SÓLO que el Madrid no puede fallar de aquí al final de temporada, cuando el que no puede hacerlo, pero ni con un miserable empate siquiera, se llama Farsa. Tampoco es cierto que el Madrid no pueda perder un partido (por ejemplo, en Camponuevo), porque tiene CUATRO PUNTOS de margen y sólo necesita UNO para ser campeón.
Ciertamente, era más tranquilizadora la ventaja de diez puntos, pero, cualquiera, Farsa incluido, firmaría jugar la fase decisiva de TODOS LOS CAMPEONATOS a cuatro puntos de ventaja de su más inmediato rival. Vamos, que hasta el tonto más tonto (ya sabéis en quién estoy pensando) se cambiaría por nosotros si aún tuviera media neurona en la cabeza.
Pero no lo va a reconocer nadie en los medios; porque la función de la prensa respecto al Madrid no es informar sino acosar y desestabilizar (¡qué bien lo sabe Mou y qué bien la pone en su sitio, la desprecia una y otra vez); de ahí que el periodismo deportivo, de manera destacable el madrileño, haya magnificado todo lo posible nuestra pérdida de puntos en los últimos partidos sin el menor sentido del realismo; pues, por mucho que duela, no seguir ganando todos los puntos ha sido un lujo que nosotros sí nos podíamos permitir.
Ya lo advierte el refrán: “ríe mejor quien ríe el último”. Lo seremos nosotros; porque al final, la ansiedad más autodestructiva será la de aquellos ilusos que no quieren comprender que han seguido dependiendo de nosotros todo el tiempo; que este “bache” no ha pasado de un poner los dientes largos al enemigo para poder limárselos mejor de raíz; que tenemos el entrenador adecuado para que el equipo no se despiste y los jugadores, especialmente uno, necesarios para apuntillar la Liga muy pronto. Lo único que no tenemos son los árbitros, como bien sabe el Dalái Lama. Esa es la única baza que le queda por jugar. Me corrijo: por seguir jugando. No es muy ética, y menos cuando se tienen tantos “valores”, pero como sólo se trata de ganar como sea (diga lo que diga el farsismo), recurre a ello sin el menor sentido del ridículo.
Para toda esa gentuza, sólo tenemos una cosa que decir:
No pasa nada; esto no está perdido. Diga lo que diga el Madrid, vosotros seguid intentándolo hasta el final. Sobre todo, no perdáis de vista el “mensaje” y el “estilo” y seguid “disfrutando”…de vuestra enajenación.
No permitáis que la realidad no os deje seguir soñando despiertos; que ya os tendréis que hacer cargo al final de una pesadilla de la que no vais a poder escapar con retóricas baratas: cómo explicar que el que no es el mejor equipo, ni juega bien, ni está bien dirigido es el campeón. A pesar de todo. A pesar de todos vosotros y de todos vuestros manejos extradeportivos. No es pequeño el papelón que vais a tener que representar.
Lo dicho: no os cambiamos nuestros “problemas” por vuestras “soluciones”.
Antónimus.
P. S.: El empleo de mayúsculas en medio de un texto no es muy correcto ortográficamente, pero debe entenderse como una ayuda óptica a la miopía de la prensa respecto al Madrid.
De nada.
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