jueves, 19 de abril de 2012

A CRISTIANAZO LIMPIO: ASÍ GANA EL MADRID

Ayer, el que nunca marca ni da la cara en los partidos importantes; ese que algunos “madri…leños” silban; el que nunca será perdonado por no ser español por todos los xenófobos que llenan los estadios enemigos de España ni por ser tan bueno aquí o en el extranjero; el que tiene una pata de elefante blanco y el gol por castigo; don Cristino Ronaldo, alias Cristiano I el Certero; el Rey del trallazo y el golazo, se presentó en el Manzanares y volvió a pasar su tarjeta de visita a los patéticos. Lo malo para ellos es que, como los carteros concienzudos, Ronaldo la pasó tres veces (y media).

Esta vez dijo: “Vini, trini, vinci”; que en el dialecto indio que hablan los patéticos quiere decir: “Con mis dos santos cojones portugueses me sobra para mandaros yo solito jodidos a todos los colchoneros a casa; eso sí: pasando por la Avenida de los Desesperados, digo, de los Melancólicos”.

Ya puestos en faena, Su Golestad, el Hijo Predilecto de Madeira, igualó ayer la cifra oficial del Balón de Oro que consiguió en la anterior temporada; encabeza el pichichi y tiene seis partidos, seis, para mejorar sus números, que ya pasan de un gol por partido jugado; algo que ni Puskas, ni Di Stéfano, ni Hugo Sánchez, ni Raúl, ¡nadie! había logrado nunca en la historia del Madrid.

Por supuesto, ninguno de sus críticos “se dio cuenta” en los medios de tan notable circunstancia. Y eso que ya vuelve a marcar de libre directo o que la marca de goles (107) del Madrid de Tosack está a tiro de nuestra plantilla actual no interesaba ni era noticia. Al enemigo ni agua, ¿verdad, plumíferos?

Una vez más, esto hiede a dolor, mucho dolor. ¡Cómo me gusta este hedor! ¡La peste de los que se lo hacen en los pantalones viendo descender la hoja afilada del Destino Manifiesto (con “M” del Madrid) sobre su cuello de listillos antimadridistas! ¡El pánico que vuelve a atenazar a las ratas que ya hacen cola para abandonar la Barca tibetana que se hunde sin remedio!

Sic transit gloria Christiani. Sic transit gloria Matriti.

Antónimus.

Post scriptum: Cuando los detractores de Su Golestad tengan tiempo, que dividan lo que costó por el número de goles que lleva marcados (más de uno por partido jugado) y saquen a cuánto sale el cristianazo.

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