Arguiñano es un conocido cocinero vasco que a veces se cree muy ocurrente (otra cosa es que lo sea realmente); pero que, desde luego, no es un genio. Si lo fuere, no se metería en asuntos que le rebasan de largo; sobre todo cuando los vascos tienen tantos motivos políticos, futbolísticos y de los otros para callarse y no dedicarse a dar lecciones a nadie de nada.
No voy a entrar aquí en el mito del franquismo promadridista (ya hay artículos en Cibeles Madridista donde he explicado la cuestión suficientemente). Pero sí me quiero hacer eco de esta estupidez (por otra parte, la acción más genuina del estúpido; reconozcámoslo).
Este es uno de los muchos sitios de internet que recogen la “gracia” del cocinilla:
En fin, como dice un conocido chiste “de vascos”, habrá que explicarle a Arguiñano todo esto dos veces (al menos).
Además, llama la atención bastante que él, que es de Guipúzcoa (luego de la Real Suciedad ) se preocupe tanto de dónde jugará el Atávico de Bilbao la final de Copa (lo coherente sería que propusiera la isla de El Hierro, para que los bilbainos tengan que viajar lo más lejos posible).
Por cierto, ya que sale el tema futbolístico-político de Guipúzcoa / Real Suciedad, también podemos meditar si ganó ese equipo solito dos Ligas (1980-81 y 1981-82) o si se las otorgó el “interés público” del gobierno de turno (UCD).
Podríamos empezar por preguntarnos por qué duró tanto el partido de Gijón de su primer triunfo (en un campo donde no se amaba precisamente al Madrid como muestra la invención allí de “así gana el Madrid”):
Lo del “himno” antimadridista de Gijón venía, en realidad de que les ganamos la liga a domicilio en la temporada previa (1978-79) y eso nunca nos lo perdonarán.
Pero, volviendo a los “méritos deportivos” de la Real Suciedad , quiero hablar sobre todo de Ricaro de la Cierva , ministro de Cultura (responsable, por tanto, de fútbol) del mismo partido político, quien dijo la temporada 1979-80 (en la que ganó el Madrid la Liga a pesar de que ya no vivía Franco) que “convenía que el título se fuera a San Sebastián”. Así lo cuenta EL PAISITO:
Auque, corrijo al periodiquito (no es nada difícil hacerlo habitualmente), no es cierto que “Todos los asistentes a la reunión con el ministro salieron convencídos de que aquellas razones políticas que esgrimió solamente estaban en su mente. No había razones de Estado. Y la prueba es que el Madrid se proclamó campeón y no pasó nada”. Y no lo es porque la única razón de que ganara el Madrid fue la derrota en la penúltima jornada de los realmentesucialistas en el campo del Sevilla.
Parece todo muy normal, ¿verdad? ¿Quién no pierde un partido decisivo? Pues no lo fue tanto si se recuerda que la Real Suciedad (que llegó invicta a este encuentro) perdió 2-1 de un modo un tanto “infrecuente”. Los vascos marcaron primero, pero de tal manera que hubo una protesta multitudinaria del Sevilla que, como consecuencia, se quedó con 9 jugadores. Y fue así, con 2 menos, como Bertoni le dio la vuelta al partido. Yo no diría que ese final del encuentro “estuviera en el guión”.
Cada uno que piense lo que quiera pero la severidad del árbitro con el Sevilla aquel día llama mucho la atención (sobre todo si se compara la “comprensión” de los colegiados que ha disfrutado en otras ocasiones, contra Zidane, por ejemplo).
Así que Arguiñano debería ocuparse de sus cazuelas, de sus negocios, de sus otras actividades o de su paisito; de lo que él prefiera. Pero a nosotros que nos olvide. Le conviene.
Antonimus.
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