Nuevo partido de Copa y nuevo “error” arbirtral a favor del Farsa: Pinto, su deslumbrante portero, corta con la mano fuera del área un balón peligroso y en lugar de ser expulsado es perdonado. Seguro que en el Farsa estarán más tranquilos viendo cómo va surtiendo efecto su campaña de “no quejarse de los árbitros”. El Madrid ya no puede decir que baste estar a 7 puntos del Farsa para ser campeón de Liga, porque un par de “errores” arbitrales (que no se pueden descartar siempre que vayan contra nosotros) meterían al Farsa en el campeonato.
Pero la verdadera Noticia Fantasma, esa que nadie verá publicada pero que todos ven flotar en el aire es que al Farsa se le está acabando algo más que la predilección arbitral: se está quedando sin fuerzas y sin acierto.
Sin fuerzas, porque varios judadores fundamentales van teniendo ya más años de la cuenta:
Puyol está disparando sus últimos cartuchos (a sus 34 tacos de almanaque).
Abidal va a necesitar pronto otro hígado para seguir jugando (33).
Xavi ya no puede jugar “como un animal”, y menos dos veces a la semana (32).
Villa ya no va a tener muchas temporadas para justificar por qué se fue fichado (31).
Valdés ya ha alcanzado el cénit de su carrera deportiva (30)
Alves, el mismo al que dejó tirado Cristiano (con balón) en una carrera por todo el Bernabéu antes de marcarle al Farsa, no va a conservar sus facultades eternamente (29).
Merece ser destacado especialmente el incombustible Pinto quien, con 37 años, acaba de renovar por el Farsa (ventajas de ser el bufón de La Pulga Intocable ).
Otro caso que no puede pasarse por alto es el de Siniestra (28), que colecciona lesiones musculares como otros cromos de fútbol. No parece que vaya a envejecer jugando.
(Todas las edades se refieren al 31 de diciembre de 2012).
Por eso, cada vez que se le plantea al Farsa un partido exigente físicamente no puede resistir el ritmo (como se vio en el 2-2 del Madrid en Farsalona).
Sin acierto, porque para nadie es un secreto que Messi no se presenta esta temporada a jugar fuera de casa (y mejor así que dedicarse a fallar hasta de penalti). Los demás farsistas no andan mucho mejor: entre todos han marcado 11 goles menos en Liga que el Madrid en 20 partidos (70 frente a 59). Por eso llevan menos puntos, no por sus amigos los del pito.
Otro aspecto del farsismo que no quiero dejar sin comentario es su democratismo a la hora de encajar críticas: cada vez que alguien intenta decir algo que no le gusta, se dedica a boicotear el discurso del adversario (no sea que los imbéciles que comen hasta ahora en su pesebre mediático se cambien de bando) y a rechazar el derecho a opinar disidentemente respecto a la hipocresía buenista-farsista dominante. Sencillamente, los farsistas no admiten la existencia de discrepancias ante su sublime e indiscutible perfección. Más dura será la caída.
En cuanto a lo que ha dicho Jordi Moix (vicepresidente farsista) de que su equipo no va a los aparcamientos (en referencia a Mou) no hay más que una cosa que decirle: tampoco Mou se dedica a mantener estrechas relaciones con el Tenerife. Nadie es perfecto.
Antonimus.
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