La frase del ínclito Guardiola tiene guasa, más que las chirigotas del Carnaval de Cádiz, que ya es decir. La dice en rueda de prensa tras apalizar al Violencia. Literalmente (en El Paisito la modifican algo, pero la transcribo de su propia voz en radio), dice:
“No me apetece ir a sitios donde no quieren que vayamos a dignificar la Copa de Su Majestad el Rey”.
Obviamente se refiere implícitamente al Bernabéu. Y sólo le salva de que le conteste de mal genio el no poner en su sucia boca tan digno nombre. Así que seré benévolo en mi crítica de su frase, que además de ser candidata a la frase de la temporada, requiere hacer unas precisiones hermenéuticas, que espero lea y se aplique el “dador de dignidades” Guardiola.
1) Si es consecuente, y para que no genere en sí mismo una insana disonancia cognitiva, espero que no venga nunca más al Bernabéu, pues, evidentemente y sin necesidad de mucha encuesta, los madridistas no queremos que venga, ni a la final ni a ningún otro partido o acto. Así que, de ahora en adelante, que mande a su segundo y se quede dignamente en farsalona.
2) Del texto puede desprenderse que todo campo con aforo inferior al del Bernabéu (todos los españoles excepto el campo nuevo) son indignos de albergar una final de Copa y, por ende, cualquier otro partido más o menos importante, por lo que todas las jornadas, según Guardiola, se juegan multitud de partidos con poca importancia, poca dignidad o ambas cosas. Insulta a muchos.
3) También puede entenderse que la dignidad la aporta el propio farsa o el propio Guardiola; con lo que si ellos no van hay indignidad., lo que implica una caradura y una poco vergüenza terrible, pues que hable de dignificar con su presencia la Copa del Rey alguien que era capitán del mismo farsa que en una semifinal se negó a jugar contra el Atlético, siendo su equipo sancionado y luego indultado. Eso sí es muy indigno. No olvidemos que indultar posteriormente no implica anulación de la culpabilidad sino, como mucho, perdón. (En el caso del farsa: pago de una deuda por parte de Villar).
Por todo lo anterior pido para Guardiola el título de Cínico Mayor del Reino e Indigno Supremo.
Y que siga así, soportando mal que su racha de buen juego, pero también de mucha suerte y ayudas arbitrales en los momentos clave, se esté acabando. Nada es para siempre. Tal vez sí la estupidez, la de Guardiola y la de los que creen sus palabras.
Luigi Vinci
No hay comentarios:
Publicar un comentario