Me gusta ver jugar al Castilla. Y seguirlo a través de las retransmisiones de Real Madrid Televisión es un placer, porque en un país de sectarios deportivos es increíble la objetividad con que cuentan los partidos los comentaristas del propio Real. Pero también he de decir que sufro viéndolos. Y es por los arbitrajes.
No os quiero aburrir mucho con datos estadísticos, pero son menos los partidos que terminan con 11 jugadores que aquellos en los que tienen uno o más expulsados. Y aún así suelen ganar. Van los primeros de su grupo y con un juego generalmente alegre, técnico, al ataque y… ¿entonces por qué expulsan a tantos? ¡Ah! La respuesta está en el viento, que diría Dylan. Hay árbitros acomplejados que se autoafirman castigando sin motivo a los jugadores del primer equipo, eso lo sabemos todos, pues más fácil -aunque no tan “glorioso”- es tomarla con los jugadores del Castilla (que al fin y al cabo también es Real Madrid). Llevo muchos, muchos años viendo fútbol y si los arbitrajes a este equipo se los hacen a equipo de un pueblo grande (o de una pequeña ciudad) el trío arbitral no sale extramuros de allí.
Si a pesar de todo esto logran el ascenso a segunda merecen un homenaje. ¡Que paciencia! Los que algo hemos jugado al fútbol sabemos que hay que tener mucha para soportar tanta desfachatez arbitral. Supongo que el equipo arbitral gana así puntos en su “Colegio” y presume con los conocidos de su rigor con nuestros jugadores. Uno de estos especímenes, de cuyo nombre no me acuerdo y eso es lo peor que le puede pasar –porque en el fondo busca lo contrario-, le dijo en un partido reciente a Morata: “estaba deseando echarte”. Ejemplar, ¿verdad? Ví ese partido, a Morata le frieron a patadas, le empujaron, le provocaron… y por una protesta y un forcejeo: al vestuario. El problema es que no es un caso aislado y además muchas expulsiones son en el primer tiempo, con lo que luego hay que sufrir mucho. Y que no cuenten que es que son ingenuos e inexpertos –los jugadores del Castilla, los árbitros, ¡nunca!- porque se ve claramente el trato desigual y el criterio sesgado en las decisiones de los “trencillas”.
Lo positivo es que son un buen equipo y Toril un gran entrenador. Espero que el primer equipo aproveche a algunos y nos ahorremos algo en fichajes y en sueldos, porque varios del primer equipo, los de “relleno”, e incluso alguna cuasifigura, no son mejores que ellos. Cierto que les falta rodaje, experiencia en primera, etc. Son jóvenes. Pero Jesús, Carvajal, Nacho, Pablo Gil, Casado, Álex, Omar, Juanfran, Morata, Joselu, Jesé, etc. pueden ser importantes en el futuro. Al tiempo. ¡Suerte y que sepan que estamos con ellos!
Luigi Vinci
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