Quedarse con la miel en los labios; vender la piel del oso antes de cazarlo; cantar victoria prematuramente…Hay muchas formas de decirlo, pero en Cibeles Madridista vamos a escoger la que el Farsa se merece: Jugar contra el Madrid es peligroso, lo mismo en fútbol que en baloncesto; se sufre mucho. Pero especialmente cuando en el último suspiro ejecutamos a nuestro adversario cuando más confiado estaba en lograr la victoria ¡Esto duele! y lo peor es la resaca, que dura, al menos, un año.
Gracias a Llull, como otra ocasión a Herreros, nos llevamos un título dando la vuelta a un marcados adverso y nos llevamos otra copa a la sala de trofeos. ¡A ver si cabe!
Además, con este título de Copa de España, el Madrid rompe a su favor el empate con los farsistas y logra ser nuevamente el equipo con más títulos coperos (en Liga ganamos 31-17, de momento).
Lo más triste de todo para los farsalanes es que Sergio Llull, como Rafael Nadal, es un balear, un miembro de eso que algunos fantasiosos llaman Países Catalanes. Pues ¡esto debe de ser alta traición (lo decimos por lo de la talla de los jugadores de baloncesto)!
En fin, ombliguines, esto os pasa por jugar con las personas mayores. De nada, que las lecciones las damos gratis.
Antónimus.
Post scriptum: Y mientras nosotros celebrábamos nuestro triunfo en baloncesto, otra ayudita arbitral al Farsa de fútbol, que empató en Sevilla en fuera de juego. Pero tranquilos, que los medios no van a montar el lío como si hubieran pitado algo a favor del Madrid. En Mierdaña no se cuenta lo que pasa sino lo que interesa y todos sabemos a quién.
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