Hay que reconocer que en Farsalona sí que saben hacer fiestas (¡en cuanto a pagarlas…!). Lo cierto es que en Cibeles Madridista nos lo estamos pasando tan bien con los últimos numeritos de los farsistas que no queremos que se acabe su espectáculo jamás (¡que no se mueran nunca, pero que estén siempre enfermos…de madriditis!)..
Primero fue lo de la defraudación fiscal del Més-sisador al Tesoro Público (por cierto, que curioso silencio hay ahora respecto a su castigo o al delito perpetrado, que NADIE relaciona con la “formación” recibida en La Demasía desde niño; y eso que allí se ha insistido mucho en que en ese ambiente farsista se imprime carácter a sus pupilos); después vino lo del ex-Kapo farsista Sandrito Rosell (apropiación indebida en su modalidad de “distracción” y simulación contractual en el contrato de fichaje de Neymar); ahora es el Farlacias Club Farsalona mismo el implicado por delito fiscal durante varios años al no declarar todo lo debido a la Hacienda Pública (por mentir en la cifra oficial del coste total de Neymar, de quien parece que nunca se va a saber el precio definitivo: de momento, se reconocen ya 86 millones y pico de euros, ¡y subiendo!).
Estamos hablando todo el tiempo de hechos delictivos que están siendo ya investigados por las autoridades fiscales y judiciales, es decir, de presuntos delitos supuestamente cometidos por miembros destacados de la directiva o la plantilla del Farsa.
A cada cual lo que se gana: esta “institución” ha demostrado ser verdaderamente ejemplar, pero no en lo socialmente positivo, como ha presumido durante mucho tiempo (con el inestimable colaboracionismo de muchos medios de propaganda e intoxicación informativa) sino negativamente, como contraejemplo ominoso de lo que no debe ser una entidad de ámbito público; porque queda demostrado que sus únicos valores son los bursátiles. Si hubiera que poner un lema en la entrada a dicho…club (junto a las luces rojas de…peligro), debería ser: “TODO POR LA PASTA”. No hace falta añadir que para alcanzar dicho fin le vale cualquier medio; pruebas no faltan.
Ahora sería un momento estupendo para que el separatismo farsaluñista acusara a España de haber montado todo esto para atacar al “honorable” pueblo farsalán en la persona de su testaferro deportivo y bloquear así la legitimidad de su autodeterminación. La verdad, no sabemos qué espera para rescatar “su” Farsa el aún-Kapo Mas (sin acento, que éste no “suma” sino que resta y divide). El presidentito ya debería haberse apresurado a defender al” brazo armado-deportivo de Farsaluña (o Chantajistán, según otras opiniones). O, ¿es que, ahora que lo han pillado con las manos en la pasta, ya no se trata del Mas-club?
Así que pronto oiremos que acusar de algo al Farsa es atacar a Farsaluña. Ya lo dijo otro ex-Kapo farsista llamado Núñez; por cierto, causalmente ondenado por sentencia firme por el llamado “caso Hacienda” (¡qué fidelidad a las propias tradiciones tienen los farsistas!).
Pero no olvidemos que todo esto no es más que la puntita emergida del témpano farsista: relativa a su apartado fiscal; justo al lado, está su grávida sección “deportiva”:
http://www.abc.es/deportes/futbol/20140219/abci-barcelona-ayudas-europa-201402191234.html
Según publica ABC, el Farsa es el equipo con más penaltis a su favor en la historia de la Champions y también el que más se ha beneficiado de expulsiones de rivales con los que estaba jugando. ¿Qué diría esta estadística si estudiara estos dos factores en los partidos de las competiciones oficiales de fútbol de España?
Como tantas veces en la historia, el coloso ha resultado ser un enanito moral con los pies de…mierda.
Antónimus.
Post scriptum: Según parece, el Farsa añadirá en la remodelación de su campo una “Esquina Penal” donde podrán purgar sus condenas unos cuantos “elementos” de la directiva y alguno de los miembros de la plantilla. Seguro que el Farsa cobra entrada por ir a verlos y vende él mismo los cacahuetes para que se les dé de comer (y ahorrárselo él; porque, incluso con el euro, ¡la pela es la pela!).
jueves, 20 de febrero de 2014
lunes, 17 de febrero de 2014
LA GUERRA DE VILLAR CONTRA EL MADRID YA ES OFICIAL
Por lo visto no era bastante que la agresión a Figo (el Cochinazo) por los culos de Farsalona, que fue sancionada por la Federación con cierre de dos partidos al campo del Farsa, fuera indultada por Villar y se quedara en nada.
No era suficiente que la Federación cerrase el Bernabéu en diciembre de 1982 por menos y aquí no valiera ningún atenuante ni perdón.
Tampoco que siempre haya aplicado sanciones desproporcionadas a nuestros jugadores y técnicos sin rebajarlas apenas (Pepe).
O que ante agresiones no sancionadas por los árbitros durante los partidos no entrase de oficio en el asunto el Comité de Competición, lo que sí hizo contra Buyo.
Ni que los arbitrajes se equivoquen sistemáticamente en contra del Madrid sin que la Federación actúe para garantizar el mismo criterio para todos los equipos.
Menos aún se ha sancionado duramente el lanzamiento de objetos a nuestros jugadores en campos ajenos (Hugo Sánchez, Cristiano).
Ahora el caradura del jefecito del “Fúrbor” ya se ha quitado la última careta al no haber tramitado una documentación entregada por el Madrid un lunes para que el viernes de la misma semana se pudiera reconsiderar la sanción a Cristino (suspendido por 3 encuentros por una acción que vemos cada día, pero sin castigo, por todos los campos de España). Esto quiere decir que, como mucho, la semana que viene, en el mejor de los casos, sólo se le quitará un partido a nuestro jugador y aún esto es improbable atendiendo a los antecedentes, adversos al Madrid en apelaciones previas.
¿Hasta cuando aguantará el Madrid esta situación sin plantarle cara a la Federación?
Cuando sea convocado para determinar le fecha y el lugar de la final de Copa, nuestro club debería, como mínimo, darle un plantón a la Federación y bloquear cualquier reunión para este asunto hasta que Villar presente excusas públicamente por lo sucedido. Incluso, debería amenazar que como siga así la situación, se negará a jugar la Copa la próxima temporada (lo que sería su finiquito y no olvidemos que es la única competición que organiza la Federación, pues la Supercopa, que también se vería afectada por este boicot, no es más que un torneo de verano.
Hay un viejo dicho: “si no te respetan, que te teman”. El Madrid debería tener esto muy en cuenta si no quiere que la persecución que padece actualmente no tenga fin.
Antónimus.
Postdata: Nada enseña más que mostrar que cada acto tiene una consecuencia y Villar lo está necesitando hace mucho tiempo.
No era suficiente que la Federación cerrase el Bernabéu en diciembre de 1982 por menos y aquí no valiera ningún atenuante ni perdón.
Tampoco que siempre haya aplicado sanciones desproporcionadas a nuestros jugadores y técnicos sin rebajarlas apenas (Pepe).
O que ante agresiones no sancionadas por los árbitros durante los partidos no entrase de oficio en el asunto el Comité de Competición, lo que sí hizo contra Buyo.
Ni que los arbitrajes se equivoquen sistemáticamente en contra del Madrid sin que la Federación actúe para garantizar el mismo criterio para todos los equipos.
Menos aún se ha sancionado duramente el lanzamiento de objetos a nuestros jugadores en campos ajenos (Hugo Sánchez, Cristiano).
Ahora el caradura del jefecito del “Fúrbor” ya se ha quitado la última careta al no haber tramitado una documentación entregada por el Madrid un lunes para que el viernes de la misma semana se pudiera reconsiderar la sanción a Cristino (suspendido por 3 encuentros por una acción que vemos cada día, pero sin castigo, por todos los campos de España). Esto quiere decir que, como mucho, la semana que viene, en el mejor de los casos, sólo se le quitará un partido a nuestro jugador y aún esto es improbable atendiendo a los antecedentes, adversos al Madrid en apelaciones previas.
¿Hasta cuando aguantará el Madrid esta situación sin plantarle cara a la Federación?
Cuando sea convocado para determinar le fecha y el lugar de la final de Copa, nuestro club debería, como mínimo, darle un plantón a la Federación y bloquear cualquier reunión para este asunto hasta que Villar presente excusas públicamente por lo sucedido. Incluso, debería amenazar que como siga así la situación, se negará a jugar la Copa la próxima temporada (lo que sería su finiquito y no olvidemos que es la única competición que organiza la Federación, pues la Supercopa, que también se vería afectada por este boicot, no es más que un torneo de verano.
Hay un viejo dicho: “si no te respetan, que te teman”. El Madrid debería tener esto muy en cuenta si no quiere que la persecución que padece actualmente no tenga fin.
Antónimus.
Postdata: Nada enseña más que mostrar que cada acto tiene una consecuencia y Villar lo está necesitando hace mucho tiempo.
jueves, 13 de febrero de 2014
LEYENDAS PATÉTICAS
¡Pobres patéticos! Han vuelto a querer jugar con sus mayores y les ha pasado lo que tenía que ocurrir como justo castigo a su osadía. Seguro que en estas horas de dolor les gustará recurrir a la nostalgia y rememorar tiempos mejores para el Patético, cuando, creen, era alguien en el fútbol. Seamos pues buenos vecinos y ayudémosles a recordar el pasado:
Enunciaremos varias tesis sobre supuestos conocimientos históricos futbolísticos muy presentes en el ideario patético:
El 18 de julio de 1936 empezó la Guerra Civil. El último partido previo de competición oficial de fútbol en España fue la final de Copa, y lo ganó un equipo netamente republicano, no el Madrid.
¡Error! Sí que ganó el Madrid C.F. con la célebre parada de nuestro portero Ricardo Zamora.
Seguro que fue excepcional que el Madrid, equipo conocido como archifranquista, ganara un título republicano; esa debió de ser su peor época.
¡Error! El Madrid ganó durante el periodo republicano dos Ligas y dos Copas del Presidente de la República. Sólo el Bilbao ganó una Copa más. El Pateti y el Farsa no ganaron N-A-D-A durante esas cinco temporadas (seis en Copa).
No obstante, seguro que el Madrid no regateó su hostilidad al nuevo régimen.
¡Error! Tras el 14 de abril de 1931 el club modificó su nombre al de “Madrid C. F.” y añadió una banda morada a su escudo, igual que se hizo con la bandera republicana.
En la Liga de 1936 bajó a Segunda División el Madrid, pero dio lo mismo porque en 1939, por orden expresa del Caudillo, jugó en Primera.
¡Error! Fue el Patético el beneficiario de este favor franquista; para ello, se fusionó con el equipo gubernamental de la Aviación Nacional (copia exacta del equipo de la Luftwaffe nazi) lo que evitó además la quiebra patética. El así llamado “Patético de Aviación”, creado el 4 de octubre de 1939, duró como tal hasta enero de 1947. Todavía no ha devuelto el Pateti las dos Ligas ganadas “por recomendación de Franco” ni ha pedido perdón por colaborar estrechamente con ese régimen en los años más sangrientos de su represión postbélica.
Pero es innegable que el Madrid fue ayudado por Franco después de la guerra, por ejemplo, en la construcción de su nuevo estadio.
¡Error! Después de la guerra el Madrid no lo pasó especialmente bien. Muchos de sus jugadores se tuvieron que exiliar para salvar la vida por no ser precisamente afectos al fascismo. En cuanto al nuevo campo, fue el presidente Bernabéu el que sacó adelante el proyecto, que se construyó entre 1944 y 1947. Para financiarlo, el club recurrió a una suscripción entre sus socios con el fin de costear los créditos solicitados. El que sí recibió ayuda fue el Patéti, que vio como la Aviación reconstruía el Metropolitano a costa del erario público. El Leñeros de Madrid jugaba allí alquilado y en su tribuna estaba el llamado “palco de los ministros”. Por cierto, el Madrid no quiso apostar por ese campo (ni por la fusión con la Aviación Franquista) y por eso es hoy un club independiente y con patrimonio propio.
Lo que sabe todo el mundo es que en cuanto se hizo el Bernabéu, el Madrid se convirtió en el equipo más importante de España y cada temporada lo ganaba todo por decreto.
¡Error! Tras la guerra, el Madrid apenas ganó un par de Copas en un total de 14 temporadas del Primer Franquismo, el más represor y manipulador políticamente. No hace falta decir que el régimen apostó en lo deportivo por la antigua máxima romana, lógicamente adaptada, de “pan y fútbol”. A tal efecto, se procuró que en los territorios más “despegados” no faltaran títulos que comentar para que no se hablara allí de política. Fueron pues años de éxitos “deportivos” del Farsa, el Bilbao y….el Patético, de Aviación o de Madrid. El Madrid no levantó cabeza hasta que fichó a Di Stéfano, ya en 1953 (cuando Franco firmó el tratado con los yanquis). Previamente, el régimen no le permitió fichar a Kubala, pero sí le dejó hacerlo al Farsa. Nuestra situación era tan mala que, cuando el Madrid terminó su campo nuevo, había un chiste sobre él: que decía “tiene un campo de Primera y un equipo de Segunda”.
Bueno, bueno. Todos sabemos que Franco le dio mucho al Madrid.
¡Error! Fue el Madrid el que le dio mucho a Franco, sobre todo en Europa, donde nuestro club era mucho más importante que el ministerio franquista de exteriores, que no tenía embajadas en muchos países. Fue el Madrid el que sacó de Hungría a la madre de Kubala, no Franco, que se pegó por su propio interés al club más importante de Europa en esa época (Pentacampeonato), no antes. En cuanto a las finales de Copa que jugó el Madrid con Paquito en el palco (incluso contra rivales teóricamente “menos leales”) ganó sólo la mitad y no empezó a hacerlo hasta después de acabar la Segunda Guerra Mundial (en 1946).
Pero Bernabéu era un franquista reconocido y el Madrid seguro que se benefició de ello.
¡Error! Bernabéu llegó a la presidencia casi de rebote y ya en septiembre de 1943 (tras la movida motivada por el 11-1 al Farsa en la Copa). El régimen y el nunca se llevaron tan bien, pues aunque luchó en la Guerra Civil en el ejército de Franco, era partidario de reinstaurar la monarquía. Muestra de las rencillas que tenía con las autoridades políticas de la época, por ejemplo con el Ayuntamiento de Madrid, es que cuando en 1973 quiso trasladar el estadio que lleva su nombre a Fuencarral el alcalde, Carlos Arias Navarro, no autorizó la correspondiente recalificación urbanística. Al respecto hay que resaltar que siendo el Bernabéu la primera edificación de la zona, que estaba totalmente vacía de construcciones cuando ya el Madrid estaba allí, el terreno fue calificado “entonces” (y sigue “ahora”) como zona deportiva, lo que significa que jamás se podrá vender un solar (que valdría muchísimo si fuera edificable) para hacer un nuevo estadio en otra parte de Madrid Los de “enfrente” tienen su estadio desde 1966 encima de la M-30 y “como castigo” se les va a compensar económicamente cuando se vayan (acceso a la propiedad de La Peineta en condiciones “especiales” y negocio inmobiliario en la operación Mahou-Calderón, con regalo de Ayuntamiento y Comunidad y sin ser embargado por deudas con la Hacienda Española).
El que quiera desmontar tópicos sobre el pasado futbolístico, puede consultar estas páginas:
http://www.cuartopoder.es/invitados/la-franja-morada/274
http://www.cuartopoder.es/invitados/files/2011/08/Real-Madrid-homenaje-a-la-21ª-Brigada-Mixta1.jpg
Para comparar al Pateti significándose políticamente en su “época aviadorra” y contrastarlo con el Madrid en 1937 hay una buena foto aquí:
http://www.aksam.com.tr/spor/atletico-madrid---real-madrid-hangisi-devletin-takimi/haber-199890
Antónimus.
Postdata: A ver si alguien adivina quiénes son los otros equipos del gobierno, en estos casos, de territorios separatistas, que también han ganado futbolísticamente, mucho más de lo que les correspondía por méritos en el campo; pero así se lo ha permitido en el Franquismo y después, el gobierno de Mierdaña. Los dos son del norte y les gusta reírse de nosotros y nuestros símbolos nacionales. Culpa exclusivamente nuestra por permitírselo.
Enunciaremos varias tesis sobre supuestos conocimientos históricos futbolísticos muy presentes en el ideario patético:
El 18 de julio de 1936 empezó la Guerra Civil. El último partido previo de competición oficial de fútbol en España fue la final de Copa, y lo ganó un equipo netamente republicano, no el Madrid.
¡Error! Sí que ganó el Madrid C.F. con la célebre parada de nuestro portero Ricardo Zamora.
Seguro que fue excepcional que el Madrid, equipo conocido como archifranquista, ganara un título republicano; esa debió de ser su peor época.
¡Error! El Madrid ganó durante el periodo republicano dos Ligas y dos Copas del Presidente de la República. Sólo el Bilbao ganó una Copa más. El Pateti y el Farsa no ganaron N-A-D-A durante esas cinco temporadas (seis en Copa).
No obstante, seguro que el Madrid no regateó su hostilidad al nuevo régimen.
¡Error! Tras el 14 de abril de 1931 el club modificó su nombre al de “Madrid C. F.” y añadió una banda morada a su escudo, igual que se hizo con la bandera republicana.
En la Liga de 1936 bajó a Segunda División el Madrid, pero dio lo mismo porque en 1939, por orden expresa del Caudillo, jugó en Primera.
¡Error! Fue el Patético el beneficiario de este favor franquista; para ello, se fusionó con el equipo gubernamental de la Aviación Nacional (copia exacta del equipo de la Luftwaffe nazi) lo que evitó además la quiebra patética. El así llamado “Patético de Aviación”, creado el 4 de octubre de 1939, duró como tal hasta enero de 1947. Todavía no ha devuelto el Pateti las dos Ligas ganadas “por recomendación de Franco” ni ha pedido perdón por colaborar estrechamente con ese régimen en los años más sangrientos de su represión postbélica.
Pero es innegable que el Madrid fue ayudado por Franco después de la guerra, por ejemplo, en la construcción de su nuevo estadio.
¡Error! Después de la guerra el Madrid no lo pasó especialmente bien. Muchos de sus jugadores se tuvieron que exiliar para salvar la vida por no ser precisamente afectos al fascismo. En cuanto al nuevo campo, fue el presidente Bernabéu el que sacó adelante el proyecto, que se construyó entre 1944 y 1947. Para financiarlo, el club recurrió a una suscripción entre sus socios con el fin de costear los créditos solicitados. El que sí recibió ayuda fue el Patéti, que vio como la Aviación reconstruía el Metropolitano a costa del erario público. El Leñeros de Madrid jugaba allí alquilado y en su tribuna estaba el llamado “palco de los ministros”. Por cierto, el Madrid no quiso apostar por ese campo (ni por la fusión con la Aviación Franquista) y por eso es hoy un club independiente y con patrimonio propio.
Lo que sabe todo el mundo es que en cuanto se hizo el Bernabéu, el Madrid se convirtió en el equipo más importante de España y cada temporada lo ganaba todo por decreto.
¡Error! Tras la guerra, el Madrid apenas ganó un par de Copas en un total de 14 temporadas del Primer Franquismo, el más represor y manipulador políticamente. No hace falta decir que el régimen apostó en lo deportivo por la antigua máxima romana, lógicamente adaptada, de “pan y fútbol”. A tal efecto, se procuró que en los territorios más “despegados” no faltaran títulos que comentar para que no se hablara allí de política. Fueron pues años de éxitos “deportivos” del Farsa, el Bilbao y….el Patético, de Aviación o de Madrid. El Madrid no levantó cabeza hasta que fichó a Di Stéfano, ya en 1953 (cuando Franco firmó el tratado con los yanquis). Previamente, el régimen no le permitió fichar a Kubala, pero sí le dejó hacerlo al Farsa. Nuestra situación era tan mala que, cuando el Madrid terminó su campo nuevo, había un chiste sobre él: que decía “tiene un campo de Primera y un equipo de Segunda”.
Bueno, bueno. Todos sabemos que Franco le dio mucho al Madrid.
¡Error! Fue el Madrid el que le dio mucho a Franco, sobre todo en Europa, donde nuestro club era mucho más importante que el ministerio franquista de exteriores, que no tenía embajadas en muchos países. Fue el Madrid el que sacó de Hungría a la madre de Kubala, no Franco, que se pegó por su propio interés al club más importante de Europa en esa época (Pentacampeonato), no antes. En cuanto a las finales de Copa que jugó el Madrid con Paquito en el palco (incluso contra rivales teóricamente “menos leales”) ganó sólo la mitad y no empezó a hacerlo hasta después de acabar la Segunda Guerra Mundial (en 1946).
Pero Bernabéu era un franquista reconocido y el Madrid seguro que se benefició de ello.
¡Error! Bernabéu llegó a la presidencia casi de rebote y ya en septiembre de 1943 (tras la movida motivada por el 11-1 al Farsa en la Copa). El régimen y el nunca se llevaron tan bien, pues aunque luchó en la Guerra Civil en el ejército de Franco, era partidario de reinstaurar la monarquía. Muestra de las rencillas que tenía con las autoridades políticas de la época, por ejemplo con el Ayuntamiento de Madrid, es que cuando en 1973 quiso trasladar el estadio que lleva su nombre a Fuencarral el alcalde, Carlos Arias Navarro, no autorizó la correspondiente recalificación urbanística. Al respecto hay que resaltar que siendo el Bernabéu la primera edificación de la zona, que estaba totalmente vacía de construcciones cuando ya el Madrid estaba allí, el terreno fue calificado “entonces” (y sigue “ahora”) como zona deportiva, lo que significa que jamás se podrá vender un solar (que valdría muchísimo si fuera edificable) para hacer un nuevo estadio en otra parte de Madrid Los de “enfrente” tienen su estadio desde 1966 encima de la M-30 y “como castigo” se les va a compensar económicamente cuando se vayan (acceso a la propiedad de La Peineta en condiciones “especiales” y negocio inmobiliario en la operación Mahou-Calderón, con regalo de Ayuntamiento y Comunidad y sin ser embargado por deudas con la Hacienda Española).
El que quiera desmontar tópicos sobre el pasado futbolístico, puede consultar estas páginas:
http://www.cuartopoder.es/invitados/la-franja-morada/274
http://www.cuartopoder.es/invitados/files/2011/08/Real-Madrid-homenaje-a-la-21ª-Brigada-Mixta1.jpg
Para comparar al Pateti significándose políticamente en su “época aviadorra” y contrastarlo con el Madrid en 1937 hay una buena foto aquí:
http://www.aksam.com.tr/spor/atletico-madrid---real-madrid-hangisi-devletin-takimi/haber-199890
Antónimus.
Postdata: A ver si alguien adivina quiénes son los otros equipos del gobierno, en estos casos, de territorios separatistas, que también han ganado futbolísticamente, mucho más de lo que les correspondía por méritos en el campo; pero así se lo ha permitido en el Franquismo y después, el gobierno de Mierdaña. Los dos son del norte y les gusta reírse de nosotros y nuestros símbolos nacionales. Culpa exclusivamente nuestra por permitírselo.
miércoles, 12 de febrero de 2014
EL VERDADERO PELIGRO DEL PATÉTICO DE AVIACIÓN PARA EL MADRID
Érase una vez un patito feo que soñaba cada noche con ser un gran y maravilloso cisne blanco. Pero al despertarse cada mañana comprobaba que no era más que un miserable monstruo incomparable con su modelo ideal. Llegó un momento en que ya no lo pudo soportar y entonces decidió que si él no podía ser una maravillosa ave nívea nadie lo sería y se fue a por el auténtico cisne blanco para matarlo.
Lo mismo les pasa a los agredidores (no son jugadores) del Patético, que en cada partido intentan cargarse a patadas a los futbolistas blancos. Ni siquiera que el Madrid tras marcar el 0-2 decidiera echar el freno (en lugar de hacer sangre, que es a lo que se dedican los Leñeros de Madrid) significó nada para esos forúnculos aneuronados que se alzan sobre sus hombros: sólo querían hacer daño; sin embargo, lo único que lograron fue volver a hacer el ridículo (y perder otra vez); porque demostraron hasta la náusea que cuando no pueden con nosotros (lo habitual) ya no quieren saber más de fútbol y prefieren liarla. Por eso, por repetición de su guión hasta el aburrimiento, ya no engañan a nadie.
Por supuesto, para hacerlo sin castigo cuentan con amparo arbitral, que para eso estaba en el campo el bueno de Undiano, don yo-no-veo-nada-si-no-vas-de-blanco; porque entonces es tarjeta incluso saltar limpiamente con un jugador (Cristiano debe de ser el mismísimo Belzebú, porque se gana tarjetas sólo por existir mientras que otros se pasan todo el partido protestando, empujando, golpeando y no les pasa nada: Por ejemplo, Miranda pudo ser expulsado por su agresión a Jesé, pero el navorrico no quiso).
Capítulo aparte merece el nada respetable público patético que demostró en las gradas que ni tiene educación, ni sabe perder (y eso que se entrena: ¡tres derrotas en 7 días y 7 goles encajados por ninguno marcado!) ni respeta al adversario. Hubo agresiones colectivass de jaurías patéticas contra madridistas aislados que demuestran de qué ralea está hecha esa escoria y cómo traslada su impotencia en el terreno de juego a un lugar donde la superioridad numérica era de 44.500 a 600. ¡Qué valientes! Además, habrá que ver qué sanción le imponen a la pocilga patética tras el mecherazo a Cristiano Ronaldo; tendrían que cerrarla ya que la seguridad patética “no pudo” localizar al agresor.
Y ahora, después de una eliminatoria ganada por 5-0, a los patéticos sólo les queda volver a ladrar a los que envidian y temen, porque, ¡oh, desgracia! la Era Blanca se ha reanudado como si nada hubiera pasado, al menos en el Mierdanares (donde siguen sin ganarnos desde el milenio pasado). Y lo peor de todo es la carga de profundidad psicológica que les hemos tirado a sus paupérrimas psiques, para que vayan rumiando que en menos de un mes volvemos a su cochiquera y si les ganamos les mandamos de vacaciones ligueras a primeros de marzo (tras darles vacaciones coperas ayer). Así que están temiéndose que pronto van a tener que volver a comer mierda con pala, porque no darán abasto con las manos para tragar tanta (de que no se les acabe ya nos ocuparemos nosotros).
Pero ellos, los Acheros de Madrid, a los suyo, que es chascar tibias y protestar encima. Por eso, volverán a plantear el partido contra nosotros por lo criminal y volverán a gozar de la correspondiente impunidad de un árbitro colaboracionista con ellos para ver si así, evitando que se celebre un partido de fútbol, pueden con nosotros.
Antónimus.
Post scriptum: El problema de los madridistas al jugar con el Patético de Aviación no es el riesgo de ser derrotado, siempre presente en cualquier competición, sino la cantidad de golpes que los colchoneros nos dan invariablemente y sin sanción (que todavía se atreven a ladrar después, fingiéndose las víctimas cuando son los verdugos). O sea, que la cuestión no es que nos den miedo sino el asco que sentimos sólo con verlos.
Lo mismo les pasa a los agredidores (no son jugadores) del Patético, que en cada partido intentan cargarse a patadas a los futbolistas blancos. Ni siquiera que el Madrid tras marcar el 0-2 decidiera echar el freno (en lugar de hacer sangre, que es a lo que se dedican los Leñeros de Madrid) significó nada para esos forúnculos aneuronados que se alzan sobre sus hombros: sólo querían hacer daño; sin embargo, lo único que lograron fue volver a hacer el ridículo (y perder otra vez); porque demostraron hasta la náusea que cuando no pueden con nosotros (lo habitual) ya no quieren saber más de fútbol y prefieren liarla. Por eso, por repetición de su guión hasta el aburrimiento, ya no engañan a nadie.
Por supuesto, para hacerlo sin castigo cuentan con amparo arbitral, que para eso estaba en el campo el bueno de Undiano, don yo-no-veo-nada-si-no-vas-de-blanco; porque entonces es tarjeta incluso saltar limpiamente con un jugador (Cristiano debe de ser el mismísimo Belzebú, porque se gana tarjetas sólo por existir mientras que otros se pasan todo el partido protestando, empujando, golpeando y no les pasa nada: Por ejemplo, Miranda pudo ser expulsado por su agresión a Jesé, pero el navorrico no quiso).
Capítulo aparte merece el nada respetable público patético que demostró en las gradas que ni tiene educación, ni sabe perder (y eso que se entrena: ¡tres derrotas en 7 días y 7 goles encajados por ninguno marcado!) ni respeta al adversario. Hubo agresiones colectivass de jaurías patéticas contra madridistas aislados que demuestran de qué ralea está hecha esa escoria y cómo traslada su impotencia en el terreno de juego a un lugar donde la superioridad numérica era de 44.500 a 600. ¡Qué valientes! Además, habrá que ver qué sanción le imponen a la pocilga patética tras el mecherazo a Cristiano Ronaldo; tendrían que cerrarla ya que la seguridad patética “no pudo” localizar al agresor.
Y ahora, después de una eliminatoria ganada por 5-0, a los patéticos sólo les queda volver a ladrar a los que envidian y temen, porque, ¡oh, desgracia! la Era Blanca se ha reanudado como si nada hubiera pasado, al menos en el Mierdanares (donde siguen sin ganarnos desde el milenio pasado). Y lo peor de todo es la carga de profundidad psicológica que les hemos tirado a sus paupérrimas psiques, para que vayan rumiando que en menos de un mes volvemos a su cochiquera y si les ganamos les mandamos de vacaciones ligueras a primeros de marzo (tras darles vacaciones coperas ayer). Así que están temiéndose que pronto van a tener que volver a comer mierda con pala, porque no darán abasto con las manos para tragar tanta (de que no se les acabe ya nos ocuparemos nosotros).
Pero ellos, los Acheros de Madrid, a los suyo, que es chascar tibias y protestar encima. Por eso, volverán a plantear el partido contra nosotros por lo criminal y volverán a gozar de la correspondiente impunidad de un árbitro colaboracionista con ellos para ver si así, evitando que se celebre un partido de fútbol, pueden con nosotros.
Antónimus.
Post scriptum: El problema de los madridistas al jugar con el Patético de Aviación no es el riesgo de ser derrotado, siempre presente en cualquier competición, sino la cantidad de golpes que los colchoneros nos dan invariablemente y sin sanción (que todavía se atreven a ladrar después, fingiéndose las víctimas cuando son los verdugos). O sea, que la cuestión no es que nos den miedo sino el asco que sentimos sólo con verlos.
lunes, 10 de febrero de 2014
EL CANASTAZO DE LLULL
Quedarse con la miel en los labios; vender la piel del oso antes de cazarlo; cantar victoria prematuramente…Hay muchas formas de decirlo, pero en Cibeles Madridista vamos a escoger la que el Farsa se merece: Jugar contra el Madrid es peligroso, lo mismo en fútbol que en baloncesto; se sufre mucho. Pero especialmente cuando en el último suspiro ejecutamos a nuestro adversario cuando más confiado estaba en lograr la victoria ¡Esto duele! y lo peor es la resaca, que dura, al menos, un año.
Gracias a Llull, como otra ocasión a Herreros, nos llevamos un título dando la vuelta a un marcados adverso y nos llevamos otra copa a la sala de trofeos. ¡A ver si cabe!
Además, con este título de Copa de España, el Madrid rompe a su favor el empate con los farsistas y logra ser nuevamente el equipo con más títulos coperos (en Liga ganamos 31-17, de momento).
Lo más triste de todo para los farsalanes es que Sergio Llull, como Rafael Nadal, es un balear, un miembro de eso que algunos fantasiosos llaman Países Catalanes. Pues ¡esto debe de ser alta traición (lo decimos por lo de la talla de los jugadores de baloncesto)!
En fin, ombliguines, esto os pasa por jugar con las personas mayores. De nada, que las lecciones las damos gratis.
Antónimus.
Post scriptum: Y mientras nosotros celebrábamos nuestro triunfo en baloncesto, otra ayudita arbitral al Farsa de fútbol, que empató en Sevilla en fuera de juego. Pero tranquilos, que los medios no van a montar el lío como si hubieran pitado algo a favor del Madrid. En Mierdaña no se cuenta lo que pasa sino lo que interesa y todos sabemos a quién.
Gracias a Llull, como otra ocasión a Herreros, nos llevamos un título dando la vuelta a un marcados adverso y nos llevamos otra copa a la sala de trofeos. ¡A ver si cabe!
Además, con este título de Copa de España, el Madrid rompe a su favor el empate con los farsistas y logra ser nuevamente el equipo con más títulos coperos (en Liga ganamos 31-17, de momento).
Lo más triste de todo para los farsalanes es que Sergio Llull, como Rafael Nadal, es un balear, un miembro de eso que algunos fantasiosos llaman Países Catalanes. Pues ¡esto debe de ser alta traición (lo decimos por lo de la talla de los jugadores de baloncesto)!
En fin, ombliguines, esto os pasa por jugar con las personas mayores. De nada, que las lecciones las damos gratis.
Antónimus.
Post scriptum: Y mientras nosotros celebrábamos nuestro triunfo en baloncesto, otra ayudita arbitral al Farsa de fútbol, que empató en Sevilla en fuera de juego. Pero tranquilos, que los medios no van a montar el lío como si hubieran pitado algo a favor del Madrid. En Mierdaña no se cuenta lo que pasa sino lo que interesa y todos sabemos a quién.
EL ENEMÍGO PÚBLICO ES CRISTIANO
Ha habido suerte; por fin todos los problemas de este país tendrán solución: el paro; la crisis; el independentismo vascatalán; la corrupción, el desarme definitivo de la ETA; el paradero del oro de Moscú; la injustísima imputación de la Infanta; la profesionalidad de la casta política… sólo habrá que ejecutar a Cristiano Ronaldo y todo resuelto.
En eso están, o es lo que van dejando traslucir, los chicos de Villar y las deposiciones que van saliéndole de sus órganos.
La última es de género tragicómico: Cristiano ha sido castigado con tres partidos con estos antecedentes jurídicos:
1 partido por agredir a un contrario, lo que motivó su expulsión en el partido.
2 partidos por dirigirse desconsideradamente al cuarto árbitro al abandonar el campo.
Pero esta vez se ha esmerado especialmente el Comité de Competición, porque, después de ver en infinidad de ocasiones que los errores materiales de redacción de actas por los colegiados conllevan falta de castigo para los sancionados en los partidos, ahora cambia el cuento.
Primero: el Cómite, que sólo puede juzgar lo acreditado en el acta por el valenciano (¿valencianista también?) Ayza Gámez, le pide a este que rectifique y haga un nuevo documento en lugar de sancionarle por no saber expresar lo sucedido. Esto es una novedad sin precedentes.
Segundo: el trencilla afirma que la agresión de Cristiano se produjo sobre un jugador del Atávico (Iturraspe) diferente al que todos pensábamos (Gurpegui); el cual provocó el incidente al ser quien se acercó a nuestro jugador, actuó igual que Ronaldo (acercar las cabezas y forcejear) y sólo recibió amarilla.
Tercero: Gayza Gómez, pese a esta “segunda oportunidad”, va a pasar un tiempo de “reflexión” como castigo por su desaguisado (y probablemente bajará a Segunda División a fin de temporrada). Sin embargo, la sanción a Cristiano Ronaldo persiste.
No nos ha pasado inadvertido que no se ha querido sancionar a nuestro delantero con más partidos para evitar que el Madrid acusara a la federación de manipular la Copa; al poder jugar en esta competición, el castigo parece menos grave (especialmente, tras el 3-0 al Pateti); pero lo buscado, que es quitar gol al Madrid en la Liga, se ha conseguido (o intentado, porque tenemos suficientes recursos en la delantera para paliarlo; pero la intención es lo que cuenta).
Encima, el Madrid no puede pedir suspensión cautelar de la sanción porque supondría que, en caso de haber un solo partido de sanción, nuestro portugués no jugaría contra los colchoneros en el Mierdanares en Liga. La trampa perfecta.
El Madrid ha recurrido en alzada; pero para cuando llegue el fallo ya habrá (hay) daños irreparables.
Sólo nos queda preguntarnos por qué tras sancionar a un juez que había encausado, al parecer no ajustándose a derecho, al Sr. Blesa, antiguo dirigente de Cajamadrid, éste ha quedado libre de dicha acción judicial y Ronaldo, tras el castigo del árbitro valenciano no. La respuesta es que vivimos en una Mierdaña más grande que una montaña.
Antónimus.
En eso están, o es lo que van dejando traslucir, los chicos de Villar y las deposiciones que van saliéndole de sus órganos.
La última es de género tragicómico: Cristiano ha sido castigado con tres partidos con estos antecedentes jurídicos:
1 partido por agredir a un contrario, lo que motivó su expulsión en el partido.
2 partidos por dirigirse desconsideradamente al cuarto árbitro al abandonar el campo.
Pero esta vez se ha esmerado especialmente el Comité de Competición, porque, después de ver en infinidad de ocasiones que los errores materiales de redacción de actas por los colegiados conllevan falta de castigo para los sancionados en los partidos, ahora cambia el cuento.
Primero: el Cómite, que sólo puede juzgar lo acreditado en el acta por el valenciano (¿valencianista también?) Ayza Gámez, le pide a este que rectifique y haga un nuevo documento en lugar de sancionarle por no saber expresar lo sucedido. Esto es una novedad sin precedentes.
Segundo: el trencilla afirma que la agresión de Cristiano se produjo sobre un jugador del Atávico (Iturraspe) diferente al que todos pensábamos (Gurpegui); el cual provocó el incidente al ser quien se acercó a nuestro jugador, actuó igual que Ronaldo (acercar las cabezas y forcejear) y sólo recibió amarilla.
Tercero: Gayza Gómez, pese a esta “segunda oportunidad”, va a pasar un tiempo de “reflexión” como castigo por su desaguisado (y probablemente bajará a Segunda División a fin de temporrada). Sin embargo, la sanción a Cristiano Ronaldo persiste.
No nos ha pasado inadvertido que no se ha querido sancionar a nuestro delantero con más partidos para evitar que el Madrid acusara a la federación de manipular la Copa; al poder jugar en esta competición, el castigo parece menos grave (especialmente, tras el 3-0 al Pateti); pero lo buscado, que es quitar gol al Madrid en la Liga, se ha conseguido (o intentado, porque tenemos suficientes recursos en la delantera para paliarlo; pero la intención es lo que cuenta).
Encima, el Madrid no puede pedir suspensión cautelar de la sanción porque supondría que, en caso de haber un solo partido de sanción, nuestro portugués no jugaría contra los colchoneros en el Mierdanares en Liga. La trampa perfecta.
El Madrid ha recurrido en alzada; pero para cuando llegue el fallo ya habrá (hay) daños irreparables.
Sólo nos queda preguntarnos por qué tras sancionar a un juez que había encausado, al parecer no ajustándose a derecho, al Sr. Blesa, antiguo dirigente de Cajamadrid, éste ha quedado libre de dicha acción judicial y Ronaldo, tras el castigo del árbitro valenciano no. La respuesta es que vivimos en una Mierdaña más grande que una montaña.
Antónimus.
viernes, 7 de febrero de 2014
LA ESTRATEGIA ANTI-MADRID
En el diario EL PAISITO del viernes 7 de febrero de 2014, medio que se ha ganado con creces su fama negativa entre el madridismo, especialmente su sección deportiva, se publican estas dos noticias de fútbol:
“La estrategia “anti-Costa”
http://deportes.elpais.com/deportes/2014/02/06/actualidad/1391707085_536832.html
Gritos racistas de los ultras atléticos contra Marcelo y su hijo
http://deportes.elpais.com/deportes/2014/02/06/actualidad/1391686840_033527.html
El orden en el que se citan aquí es el del periódico; para ser más precisos, tras ir como encabezamiento de Deportes (y en su portada electrónica principal) la supuesta estrategia del nefario Madrid contra un jugador patético, quien, por lo demás, es sobradamente conocido por su absoluta falta de respeto a sus rivales o al reglamento (actitud omitida reiteradamente por este y otros medios y además elogiada con entusiasmo por los mismos, elevados así a la categoría de cómplices), va otra sobre Modric, que aquí no comentaremos (referida a su buen rendimiento como centrocampista). Sólo en tercer lugar se aborda la actitud racista de los seguidores del Patético de Aviación contra Marcelo, el cual, ni siquiera después del incidente con Busquets parece merecer más atención y respeto.
O sea, que para esta publicación el racismo, probado en este caso indubitablemente, no es digno de portada sino que es únicamente una de tantas noticias del día (y ¡menos mal que no se la callan!, como tantas veces sucede). No hace falta repetir aquí que EL PAISITO pertenece al grupo mediático PRISOE, enemigo público declarado del Madrid, lo cual se exacerba en su redacción deportiva; y ¡vaya si se nota tanto “cariño”!. Aunque no hay peligro: hace falta ser tan mentecato como esos plumíferos para creer que “esto” se publica precisamente por amor a la verdad y al esclarecimiento de los hechos caiga quien caiga (preferiblemente el Madrid, claro está).
En fin, parece que Marcelo se tendrá que seguir aguantando con lo que le quieran decir los descerebrados, porque en este malhadado paisito llamado Mierdaña los problemas del racismo o la xenofobia no le importan a nadie. Estas son las cosas que les pasan a los ombliguistas-casticistas, a los nacionalistas o a los enemigos de todos los que no son exactamente como ellos. En cambio, no nos sucede a los que somos internacionalistas (o mundialistas), aceptamos a la gente de donde sea (Di Stétano, Puskas, Stielike, Cristiano, Kopa, Rial, Breitner, Roberto Carlos, Seedorf…). Lo que queremos nosotros es extendernos por todo el planeta y por eso no necesitamos “cuidar la cantera” tanto.
En cuanto a la noticia “principal”, nos parece sencillamente de ciencia-ficción (que es el género en el que se escriben y describen cosas que no ocurren realmente). Que justamente nosotros, teniendo un jugador llamado Cristiano al que cada partido, incluso si es amistoso, se le ponen encima (literalmente) varios jugadores con orden de pararlo por lo civil o por lo criminal (preferiblemente, esto último); que a nosotros nos acusen nada menos que esos especialistas de la agresión premeditada que son los patéticos (y se haga eco interesado este periodicucho) de conspiración para evitar que juegue al fútbol (¿sabe?) Diego Bosta y nadie diga nada de cómo nos entran los angelitos patéticos, o los atávicos, o los lisiantes, o los violencianistas, o los sevicistas, o los farsistas… (pero ni una línea) es sencillamente una autodeclaración de hipocresía y de carencia del sentido de la realidad que hace temer seriamente por la salud mental de los que emiten o transmiten esta deposición.
Y podríamos añadir a lo dicho respecto a Cristiano Ronaldo que igual le pasa a Bale o a Isco, a Modric, incluso a Jesé, cuyo estatus ya da para tener “guardaespaldas” particulares, según vamos viendo en los últimos partidos (mejor limitarnos a los más recientes, porque la historia del Madrid se puede muy bien escribir en clave de las violencias sufridas por muchos de nuestros jugadores (que nosotros sepamos, Magriñán, tan alabado por muchos miserables, no se ganó su triste fama marcando a jugadores patéticos). O ¿es que nadie sabe a lo que vienen al Bernabéu T-O-D-O-S los equipos? A practicar el antifútbol en todas sus variedades, desde la más elemental a la más “intensa”.
Demasiado silencio sobre agresiones sin fin contra madridistas, sobre provocaciones constantes, sobre árbitros consentidores al servicio de una federación hostil con nosotros; sobre aficiones insultando sistemática y xenófobamente a nuestro portugués (¿se acuerdan de la musiquita, que también le aplicaron a Mou el Grande?). Y ahora, precisamente cuando el sentido del ridículo aconseja callar al Patético…¡¿reclama!? Pues eso: sencillamente patético. Si no fueran los leños de Madrid sino formas de vida pensantes se darían cuenta de que son los más interesados en no sacar la lupa a pasear, no sea que se la pongan encima a ellos, que tanto tienen para ser investigados. Es lo de la paja y la viga, una nauseabunda vez más ; y también lo de los fariseos de las redacciones. Evidentemente, evidente.
Y a los medios sólo una advertencia: Vuestra actitud no ha pasado inadvertida. No engañáis ni a los tarados con vuestras “argumentaciones”, ni con vuestros silencios estudiados (por ejemplo, sobre las cantatas que suele interpretar vuestro pupilo Fallillas). ¡Que os den! ¡No valéis ni para el pincho del retrete!
En realiad, la razón profunda, freudiana, de su protesta es nuestra existencia. Por eso, si Descartes hubiera tenido la suerte de ser del Madrid, a la vista de tanto “cariño” hacia nosotros, habría tenido que rehacer su famoso “Cógito, ergo sumt” y expresarlo de esta manera:
“Madridísto, ergo jodo”.
Pues eso: ¡qué se jodan unos y otros!; porque los madridistas existimos y con entidad propia no como negativos fantasmales que no tienen otra tarea en su subexistencia holográmica que ladrarnos mientras cabalgamos (mientras pasamos por encima de sus patéticas sombras) en pos de nuestras metas.
Y si se legitima para otros hacer cualquier cosa con tal de ganar al Madrid, entonces los madridistas legitimaremos cualquier cosa que tengamos que hacer para contrarrestar a los que así actúan contra nosotros. Cualquier cosa, sean equipos o medios.
Antónimus.
Post scriptum: En realidad, este intento de proyecto de aprendiz de escándalo obedece a otras motivaciones no declaradas: viene, aparte de por no saber perder, de haber vuelto a fracasar en el enésimo intento de enterrar al Madrid tras la emboscada de San Matón.
“La estrategia “anti-Costa”
http://deportes.elpais.com/deportes/2014/02/06/actualidad/1391707085_536832.html
Gritos racistas de los ultras atléticos contra Marcelo y su hijo
http://deportes.elpais.com/deportes/2014/02/06/actualidad/1391686840_033527.html
El orden en el que se citan aquí es el del periódico; para ser más precisos, tras ir como encabezamiento de Deportes (y en su portada electrónica principal) la supuesta estrategia del nefario Madrid contra un jugador patético, quien, por lo demás, es sobradamente conocido por su absoluta falta de respeto a sus rivales o al reglamento (actitud omitida reiteradamente por este y otros medios y además elogiada con entusiasmo por los mismos, elevados así a la categoría de cómplices), va otra sobre Modric, que aquí no comentaremos (referida a su buen rendimiento como centrocampista). Sólo en tercer lugar se aborda la actitud racista de los seguidores del Patético de Aviación contra Marcelo, el cual, ni siquiera después del incidente con Busquets parece merecer más atención y respeto.
O sea, que para esta publicación el racismo, probado en este caso indubitablemente, no es digno de portada sino que es únicamente una de tantas noticias del día (y ¡menos mal que no se la callan!, como tantas veces sucede). No hace falta repetir aquí que EL PAISITO pertenece al grupo mediático PRISOE, enemigo público declarado del Madrid, lo cual se exacerba en su redacción deportiva; y ¡vaya si se nota tanto “cariño”!. Aunque no hay peligro: hace falta ser tan mentecato como esos plumíferos para creer que “esto” se publica precisamente por amor a la verdad y al esclarecimiento de los hechos caiga quien caiga (preferiblemente el Madrid, claro está).
En fin, parece que Marcelo se tendrá que seguir aguantando con lo que le quieran decir los descerebrados, porque en este malhadado paisito llamado Mierdaña los problemas del racismo o la xenofobia no le importan a nadie. Estas son las cosas que les pasan a los ombliguistas-casticistas, a los nacionalistas o a los enemigos de todos los que no son exactamente como ellos. En cambio, no nos sucede a los que somos internacionalistas (o mundialistas), aceptamos a la gente de donde sea (Di Stétano, Puskas, Stielike, Cristiano, Kopa, Rial, Breitner, Roberto Carlos, Seedorf…). Lo que queremos nosotros es extendernos por todo el planeta y por eso no necesitamos “cuidar la cantera” tanto.
En cuanto a la noticia “principal”, nos parece sencillamente de ciencia-ficción (que es el género en el que se escriben y describen cosas que no ocurren realmente). Que justamente nosotros, teniendo un jugador llamado Cristiano al que cada partido, incluso si es amistoso, se le ponen encima (literalmente) varios jugadores con orden de pararlo por lo civil o por lo criminal (preferiblemente, esto último); que a nosotros nos acusen nada menos que esos especialistas de la agresión premeditada que son los patéticos (y se haga eco interesado este periodicucho) de conspiración para evitar que juegue al fútbol (¿sabe?) Diego Bosta y nadie diga nada de cómo nos entran los angelitos patéticos, o los atávicos, o los lisiantes, o los violencianistas, o los sevicistas, o los farsistas… (pero ni una línea) es sencillamente una autodeclaración de hipocresía y de carencia del sentido de la realidad que hace temer seriamente por la salud mental de los que emiten o transmiten esta deposición.
Y podríamos añadir a lo dicho respecto a Cristiano Ronaldo que igual le pasa a Bale o a Isco, a Modric, incluso a Jesé, cuyo estatus ya da para tener “guardaespaldas” particulares, según vamos viendo en los últimos partidos (mejor limitarnos a los más recientes, porque la historia del Madrid se puede muy bien escribir en clave de las violencias sufridas por muchos de nuestros jugadores (que nosotros sepamos, Magriñán, tan alabado por muchos miserables, no se ganó su triste fama marcando a jugadores patéticos). O ¿es que nadie sabe a lo que vienen al Bernabéu T-O-D-O-S los equipos? A practicar el antifútbol en todas sus variedades, desde la más elemental a la más “intensa”.
Demasiado silencio sobre agresiones sin fin contra madridistas, sobre provocaciones constantes, sobre árbitros consentidores al servicio de una federación hostil con nosotros; sobre aficiones insultando sistemática y xenófobamente a nuestro portugués (¿se acuerdan de la musiquita, que también le aplicaron a Mou el Grande?). Y ahora, precisamente cuando el sentido del ridículo aconseja callar al Patético…¡¿reclama!? Pues eso: sencillamente patético. Si no fueran los leños de Madrid sino formas de vida pensantes se darían cuenta de que son los más interesados en no sacar la lupa a pasear, no sea que se la pongan encima a ellos, que tanto tienen para ser investigados. Es lo de la paja y la viga, una nauseabunda vez más ; y también lo de los fariseos de las redacciones. Evidentemente, evidente.
Y a los medios sólo una advertencia: Vuestra actitud no ha pasado inadvertida. No engañáis ni a los tarados con vuestras “argumentaciones”, ni con vuestros silencios estudiados (por ejemplo, sobre las cantatas que suele interpretar vuestro pupilo Fallillas). ¡Que os den! ¡No valéis ni para el pincho del retrete!
En realiad, la razón profunda, freudiana, de su protesta es nuestra existencia. Por eso, si Descartes hubiera tenido la suerte de ser del Madrid, a la vista de tanto “cariño” hacia nosotros, habría tenido que rehacer su famoso “Cógito, ergo sumt” y expresarlo de esta manera:
“Madridísto, ergo jodo”.
Pues eso: ¡qué se jodan unos y otros!; porque los madridistas existimos y con entidad propia no como negativos fantasmales que no tienen otra tarea en su subexistencia holográmica que ladrarnos mientras cabalgamos (mientras pasamos por encima de sus patéticas sombras) en pos de nuestras metas.
Y si se legitima para otros hacer cualquier cosa con tal de ganar al Madrid, entonces los madridistas legitimaremos cualquier cosa que tengamos que hacer para contrarrestar a los que así actúan contra nosotros. Cualquier cosa, sean equipos o medios.
Antónimus.
Post scriptum: En realidad, este intento de proyecto de aprendiz de escándalo obedece a otras motivaciones no declaradas: viene, aparte de por no saber perder, de haber vuelto a fracasar en el enésimo intento de enterrar al Madrid tras la emboscada de San Matón.
jueves, 6 de febrero de 2014
EL QUE A HIERRO MATA, A HIERRO MUERE
Que no se engañe nadie, dejemos ya de reírnos (no nos lo pasábamos tan bien desde que los cerdos se comieron vivos a nuestros amiguitos); es hora de sacar conclusiones sobre la semifinal de Copa en la que acabamos de jugar con el Patético de Aviación.
Lo más importante de ayer no es ni la victoria en sí ni el apabullante marcador sino el desmontaje de la Falacia del Simeonismo, practicada tanto por el Cholo como por su cla periodística. No es nada nuevo sino un plagio descarado del Mourinhismo, pero en macarra; con menos juego y mucha más violencia (tampoco puede hacer otra cosa con los pandilleros que entrena); aunque si te llevas bien con los chicos de la prensa, incluso si robas niños, siempre tendrás buena fama. Después de este partido, el Patético de Aviación se ha quedado sin discurso, sin resuello y sin alternativas realmente futbolísticas (70 % de posesión para el Madrid).
Y de propina, el caballito de Troya que les hemos metido a los patéticos en sus…llamémoslas mentes (esos bultos que llevan sobre sus hombros), para que vayan dándole vueltas a cómo les va a ir en el partido de vuelta de Copa y en el de Liga cuando les visitemos en el Mierdanares. Sus problemas psicóticos con nosotros revivirán con fuerza.
Ni siquiera les queda a los patéticos el argumento de la suerte. ¡De eso, nada! No, después de los tiros al palo de los madridistas en la reciente final de Copa que, por lo demás, no nos ganaron sino que nos robaron a patada limpia con complicidad arbitral. Luego, no pueden quejarse ahora y bien que lo sabe su entrenador: “al que roba a un ladrón…¡un homenaje!”.
Por otra parte, queda claro que el Madrid, en circunstancias normales, le gana al Patético 11 veces de cada 10 que jueguen, repetimos “jué-guén”. Y la razón es simple: le ganamos si hay que jugar al fútbol sin ninguna dificultad porque nosotros sí sabemos practicarlo; pero si no es así, pues también sabemos qué hacer; entre otras cosas, porque lo difícil es ser un deportista educado y respetuoso; comportarse como un hijoputa está al alcance de cualquiera (además, con frecuencia, queda impune); así que hemos tomado nota y sacado consecuencias.
Y si alguien dice en serio (porque parece un chiste) que el Madrid dio demasiado sin mencionar lo muchísimo más que dio (que da siempre) el Leñero de Madrid, y lo dice nada más y nada menos que después de llevar nosotros aplicándonos linimento toda la semana después de visitar el patadal de Bilbao, pues entonces ¡que se joda!, que bien se ve lo mucho que le ha escocido nuestra victoria y que quien habla no es más que su mala bilis derramada.
¡Ya era hora de que en nuestros partidos dieran los dos equipos!, no sólo nuestro rival de turno. Además, ¿no era esto legítimo y hasta encomiable cuando nos lo hacían a nosotros (al menos, hasta el domingo)? Pues ahora que nos feliciten por haber aprendido tan bien la lección que tanto practican, entre otros muchos, los patéticos, tan loados por los medios, especialmente por su…”acometividad” transreglamentaria”.
Nosotros, conscientes de nuestra calidad, siempre querríamos jugar al fútbol, o sea, dentro del reglamento, porque con eso nos bastaría para ganar, pero si en lugar de eso se trata de actuar “más allá del bien y del mal” o de poner los huevos en el campo a ver quién los tiene más grandes, pues por nosotros que no quede.
Por lo demás, los madridistas también sabemos cantar milongas (por lo menos, desde que fichamos a Di Stéfano) y también cómo se hurta la realidad con palabras adecuadas a lo sofista (o valdanista). Ejemplos:
Nosotros no jugamos con violencia, sino con intensidad.
Nosotros no agredimos al adversario, sino que lo marcamos encima.
Nosotros no provocamos al rival sino que intercambiamos con él puntos de vista sobre los lances del partido…
La profunda decepción (y depresión) que el triunfo merengue produjo en nuestros críticos se tradujo en los programas de tertulias televisivas en un burdo intento hipócrita de criticar la ¿dureza? del Madrid (pero única y exclusivamente esa) para no tener que hablar del resultado (que no lo necesitaba, porque habla por sí solo); o escudarse en que los goles del Madrid fueron de suerte, en un esfuerzo incalificable de omitir la obra de arte que es el segundo gol blanco, el de Jesé (que no es Morata, como se pudo ver al final) o que, aparte de los 3 tantos, pudimos marcar unos cuantos más (ellos también, gracias a que volvió a cantar Fallillas, pero su suerte permitió que Modric hiciera de su ángel de la guarda). Y si hay que hablar de suerte, la del Patético de Aviación, que se encontró a un Cristiano gris y meditabundo en lugar del verdugo del área que suele ser.
Simeone, que sólo aportó como jugador lisiar y retirar del fútbol a Ronaldo, el brasileño; desdibujado en la banda (al final ya ni protestaba); con su carita de rata acorralada por sus propios métodos; con aspecto de timador timado, de quien dedicándose a la falsificación de moneda descubre dolido que le han colocado un buen puñado de billetes falsos; estaba tan, pero tan jodido, que al final del encuentro no encontró fuerzas (o ganas) para despedirse de nuestro entrenador. ¡Eso es dolor y del especial de la casa! y nos gusta paladearlo (como las buenas venganzas, ¡bien frías!). Parece que el patético entrenador no se ha enterado de que el fútbol hay que jugarlo para disfrutar. ¡Vaya si lo hicimos los madridistas ayer!
Otro rédito obtenido por el Madrid en este partido es que Diego Bosta no podrá jugar en el Mierdanares, ese fue el cuarto gol que marcamos ayer. Debería estar orgulloso el hispano-brasileño de lo bien que han aprendido los jugadores del Madrid sus lecciones de juego “al límite” (traducción al verdadés: siempre “por fuera” de lo lícito) y tendría que felicitarlos, pero no parece tener buen perder: un compañero lo tuvo que agarrar cuando se iba a por Pepe, que no dejaba de reírse de él en su cara cuando lo tarjeteó el árbitro (partido completísimo el de Di María, que obtuvo lo que ni Ramos, ni Pepe, ni Alonso, ni Arbeloa consiguieron: ¡misión cumplida!, fideo).
Por cierto, hablando de “intensidad”, todos creíamos que el brasileño Diego Hacha (debe de ser este su apellido) venía al Pateti a jugar al fútbol (parecía que lo habían fichado precisamente por la carencia de futbolistas de este club, habida cuenta de que todos los jugadores alineados no pueden ser leñadores), pero estábamos en un profundo error (siempre se aprende algo nuevo y más de las formas de vida reptante); como pudimos comprobar (sobre todo, Cristiano) ha venido a otra cosa y si ayer no lo expulsó el árbitro, fue porque era, ¡qué casualidad!, Clos Gómez, el íntimo amigo de Mou, el de la final de Copa con bastante más de trece errores perpetrados en nuestra contra y que ayer, sencillamente, no se atrevió a arbitrar (para no tener que echar a medio Leñero). ¡Que se joda él también!, que no ha podido hacer esta vez la “labor” para la que fue enviado al Bernabéu.
Así que, ¡por fin te has enterado, Simeone!, ¡“esto es fútbol”!. Ya hora de te encontraras con la horma de tu zapato, que no hay mejor cuña que la de la misma madera (bueno, es lo que decían los hermanos Marx: “traed madera, más madera, que esto es la guerra).
Finalmente has tenido que asumir que este deporte tiene sólo una gran verdad:
Dentro del fútbol, casi todos los equipos son contingentes, sólo el Madrid es necesario!
Y para los patéticos en general, nuestra comprensión. Sabemos que tras cerca de catorce años sin ganarnos es mucha la mierda que os habéis tenido que tragar (con pala, por cierto, porque no dabais abasto ni con las dos manos). Era mucha, muchíííííííííííííísima frustación junta. Así que es normal que ahora, como le pasa al que no está acostumbrado y bebe dos vasos de vino, se os hayan subido los aires de grandeza a la chola; pero tranquilos, que aquí están vuestros encantadores vecinos para poneros en el sitio que os corresponde.
¡Si seréis patéticos que os reunís en Neptuno (debajo de la Cibeles) sólo porque nosotros empezamos a ir a nuestra fuente a celebrar nuestros éxitos y vosotros (menos frecuentemente), hicisteis lo mismo porque, hasta para criticarnos, no pudisteis dejar de imitarnos!
En cuanto a nosotros, esperemos que esta enriquecedora (y deliciosa) experiencia sirva para que nuestro equipo haya aprendido la lección fundamental del fútbol y de la vida en general: los vencedores no dan explicaciones; ganan y lo celebran. En cambio, los perdedores intentan excusar su derrota; pero no por ello pueden sus palabras evitarla y, aún así, no paran de rumiarla.
De lo que se trata es de jugar con cada equipo según lo que toque en cada caso (y no es problema, a estas alturas, examinar los antecedentes correspondientes y obrar en consecuencia). No hay que partir de la base de que los rivales van a ser unos caballeros y hay que jugar con ellos con señorío porque confiamos en que ellos van a hacer lo mismo (ayer, por ejemplo, eso era freudianamente imposible, dado el complejo de inferioridad mezclado con el odio más exacerbado de los patéticos respecto al Madrid).
¿Quiere decir, lo expresado en este comentario, que Cibeles Madridista ha cambiado de opinión respecto a que tiene que haber reglas que posibiliten la vida en sociedad (porque no es admisible el individualismo ni el resultadismo a toda costa, caiga quien caiga) y que no se trata sólo de que “existan” teóricamente las normas sino de que se respeten en la práctica? Quien saque tal conclusión demostrara que no ha entendido ni palabra del sentido de nuestros comentarios.
Lo que decimos, cristalinamente, es que nuestros congéneres se clasifican por sus propios actos entre humanos y personas (se des/califican ellos solitos; nosotros nos limitamos a darnos por enterados). Partiendo de ahí y atendiendo a la clásica definición aristotélica, la que nos define como “animales racionales”, consideramos que humanos somos todos, pues tal es nuestra condición por el mero hecho de nacer, seamos hombres o mujeres, blancos o negros, etc. Pero ser persona es otra cosa: es estar socializado y respetar a los demás tanto como uno espera ser respetado por ellos; es saber que hay que aprender e internalizar pautas para poder comprender que convivir no puede ser suplantado sin consecuencias por el contravivir actual (tan tolerado en este país); por tanto, es mucho más que guardar las apariencias, como suelen hacen los hipócritas con los que nos enfrentamos, o tener un argumento para cada caso, según convenga (y sin importar caer en contradicción). Todos estos modos abusivos de reinterpretar la vida social son algo que nosotros no vamos a seguir aceptando. Se acabó el tiempo de la ingenua fe en la bondad humana; hemos tenido extraordinarios maestros (farsismo y matonismo) y hemos madurado.
En consecuencia, lo que defendemos es que a cada cual hay que tratarlo como se merezca, esto es, no con prejuicios, pero sí con “post-juicios”: según de qué sea digno por lo que haga (y no por cómo se autojustifique); por tanto, hay que corresponder a su actitud concreta, sea la racional o la irracional; sin generalizar gratuitamente un único trato de presunción de buenas intenciones para todo el mundo.
Volviendo a Aristóteles y parafraseándolo: todos somos animales (humanos), pero sólo los que acepten el esfuerzo y las obligaciones de vivir racionalmente (personas) son consideradas por nosotros dignas de exigir y obtener nuestra máxima consideración y respeto; porque éstas serán las únicas que se habrán ganado este derecho. Jugando con alguien así, puedes perder con elegancia y felicitarlo; pero no con la escoria provocadora, ventajista y malintencionada.
Así que los otros…a su pocilga; y nosotros apaleándolos por el camino para que no se desmanden ni se coman las margaritas.
Porque, como dijo el poéta anónimo:
Por el amigo se da hasta el culo,
Al enemigo se le da por el culo,
Y al indiferente, se le aplica la legislación vigente.
Antónimus.
Post scriptum:¡Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja…!
Otrosi digo: :¡Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja…………………!
Lo más importante de ayer no es ni la victoria en sí ni el apabullante marcador sino el desmontaje de la Falacia del Simeonismo, practicada tanto por el Cholo como por su cla periodística. No es nada nuevo sino un plagio descarado del Mourinhismo, pero en macarra; con menos juego y mucha más violencia (tampoco puede hacer otra cosa con los pandilleros que entrena); aunque si te llevas bien con los chicos de la prensa, incluso si robas niños, siempre tendrás buena fama. Después de este partido, el Patético de Aviación se ha quedado sin discurso, sin resuello y sin alternativas realmente futbolísticas (70 % de posesión para el Madrid).
Y de propina, el caballito de Troya que les hemos metido a los patéticos en sus…llamémoslas mentes (esos bultos que llevan sobre sus hombros), para que vayan dándole vueltas a cómo les va a ir en el partido de vuelta de Copa y en el de Liga cuando les visitemos en el Mierdanares. Sus problemas psicóticos con nosotros revivirán con fuerza.
Ni siquiera les queda a los patéticos el argumento de la suerte. ¡De eso, nada! No, después de los tiros al palo de los madridistas en la reciente final de Copa que, por lo demás, no nos ganaron sino que nos robaron a patada limpia con complicidad arbitral. Luego, no pueden quejarse ahora y bien que lo sabe su entrenador: “al que roba a un ladrón…¡un homenaje!”.
Por otra parte, queda claro que el Madrid, en circunstancias normales, le gana al Patético 11 veces de cada 10 que jueguen, repetimos “jué-guén”. Y la razón es simple: le ganamos si hay que jugar al fútbol sin ninguna dificultad porque nosotros sí sabemos practicarlo; pero si no es así, pues también sabemos qué hacer; entre otras cosas, porque lo difícil es ser un deportista educado y respetuoso; comportarse como un hijoputa está al alcance de cualquiera (además, con frecuencia, queda impune); así que hemos tomado nota y sacado consecuencias.
Y si alguien dice en serio (porque parece un chiste) que el Madrid dio demasiado sin mencionar lo muchísimo más que dio (que da siempre) el Leñero de Madrid, y lo dice nada más y nada menos que después de llevar nosotros aplicándonos linimento toda la semana después de visitar el patadal de Bilbao, pues entonces ¡que se joda!, que bien se ve lo mucho que le ha escocido nuestra victoria y que quien habla no es más que su mala bilis derramada.
¡Ya era hora de que en nuestros partidos dieran los dos equipos!, no sólo nuestro rival de turno. Además, ¿no era esto legítimo y hasta encomiable cuando nos lo hacían a nosotros (al menos, hasta el domingo)? Pues ahora que nos feliciten por haber aprendido tan bien la lección que tanto practican, entre otros muchos, los patéticos, tan loados por los medios, especialmente por su…”acometividad” transreglamentaria”.
Nosotros, conscientes de nuestra calidad, siempre querríamos jugar al fútbol, o sea, dentro del reglamento, porque con eso nos bastaría para ganar, pero si en lugar de eso se trata de actuar “más allá del bien y del mal” o de poner los huevos en el campo a ver quién los tiene más grandes, pues por nosotros que no quede.
Por lo demás, los madridistas también sabemos cantar milongas (por lo menos, desde que fichamos a Di Stéfano) y también cómo se hurta la realidad con palabras adecuadas a lo sofista (o valdanista). Ejemplos:
Nosotros no jugamos con violencia, sino con intensidad.
Nosotros no agredimos al adversario, sino que lo marcamos encima.
Nosotros no provocamos al rival sino que intercambiamos con él puntos de vista sobre los lances del partido…
La profunda decepción (y depresión) que el triunfo merengue produjo en nuestros críticos se tradujo en los programas de tertulias televisivas en un burdo intento hipócrita de criticar la ¿dureza? del Madrid (pero única y exclusivamente esa) para no tener que hablar del resultado (que no lo necesitaba, porque habla por sí solo); o escudarse en que los goles del Madrid fueron de suerte, en un esfuerzo incalificable de omitir la obra de arte que es el segundo gol blanco, el de Jesé (que no es Morata, como se pudo ver al final) o que, aparte de los 3 tantos, pudimos marcar unos cuantos más (ellos también, gracias a que volvió a cantar Fallillas, pero su suerte permitió que Modric hiciera de su ángel de la guarda). Y si hay que hablar de suerte, la del Patético de Aviación, que se encontró a un Cristiano gris y meditabundo en lugar del verdugo del área que suele ser.
Simeone, que sólo aportó como jugador lisiar y retirar del fútbol a Ronaldo, el brasileño; desdibujado en la banda (al final ya ni protestaba); con su carita de rata acorralada por sus propios métodos; con aspecto de timador timado, de quien dedicándose a la falsificación de moneda descubre dolido que le han colocado un buen puñado de billetes falsos; estaba tan, pero tan jodido, que al final del encuentro no encontró fuerzas (o ganas) para despedirse de nuestro entrenador. ¡Eso es dolor y del especial de la casa! y nos gusta paladearlo (como las buenas venganzas, ¡bien frías!). Parece que el patético entrenador no se ha enterado de que el fútbol hay que jugarlo para disfrutar. ¡Vaya si lo hicimos los madridistas ayer!
Otro rédito obtenido por el Madrid en este partido es que Diego Bosta no podrá jugar en el Mierdanares, ese fue el cuarto gol que marcamos ayer. Debería estar orgulloso el hispano-brasileño de lo bien que han aprendido los jugadores del Madrid sus lecciones de juego “al límite” (traducción al verdadés: siempre “por fuera” de lo lícito) y tendría que felicitarlos, pero no parece tener buen perder: un compañero lo tuvo que agarrar cuando se iba a por Pepe, que no dejaba de reírse de él en su cara cuando lo tarjeteó el árbitro (partido completísimo el de Di María, que obtuvo lo que ni Ramos, ni Pepe, ni Alonso, ni Arbeloa consiguieron: ¡misión cumplida!, fideo).
Por cierto, hablando de “intensidad”, todos creíamos que el brasileño Diego Hacha (debe de ser este su apellido) venía al Pateti a jugar al fútbol (parecía que lo habían fichado precisamente por la carencia de futbolistas de este club, habida cuenta de que todos los jugadores alineados no pueden ser leñadores), pero estábamos en un profundo error (siempre se aprende algo nuevo y más de las formas de vida reptante); como pudimos comprobar (sobre todo, Cristiano) ha venido a otra cosa y si ayer no lo expulsó el árbitro, fue porque era, ¡qué casualidad!, Clos Gómez, el íntimo amigo de Mou, el de la final de Copa con bastante más de trece errores perpetrados en nuestra contra y que ayer, sencillamente, no se atrevió a arbitrar (para no tener que echar a medio Leñero). ¡Que se joda él también!, que no ha podido hacer esta vez la “labor” para la que fue enviado al Bernabéu.
Así que, ¡por fin te has enterado, Simeone!, ¡“esto es fútbol”!. Ya hora de te encontraras con la horma de tu zapato, que no hay mejor cuña que la de la misma madera (bueno, es lo que decían los hermanos Marx: “traed madera, más madera, que esto es la guerra).
Finalmente has tenido que asumir que este deporte tiene sólo una gran verdad:
Dentro del fútbol, casi todos los equipos son contingentes, sólo el Madrid es necesario!
Y para los patéticos en general, nuestra comprensión. Sabemos que tras cerca de catorce años sin ganarnos es mucha la mierda que os habéis tenido que tragar (con pala, por cierto, porque no dabais abasto ni con las dos manos). Era mucha, muchíííííííííííííísima frustación junta. Así que es normal que ahora, como le pasa al que no está acostumbrado y bebe dos vasos de vino, se os hayan subido los aires de grandeza a la chola; pero tranquilos, que aquí están vuestros encantadores vecinos para poneros en el sitio que os corresponde.
¡Si seréis patéticos que os reunís en Neptuno (debajo de la Cibeles) sólo porque nosotros empezamos a ir a nuestra fuente a celebrar nuestros éxitos y vosotros (menos frecuentemente), hicisteis lo mismo porque, hasta para criticarnos, no pudisteis dejar de imitarnos!
En cuanto a nosotros, esperemos que esta enriquecedora (y deliciosa) experiencia sirva para que nuestro equipo haya aprendido la lección fundamental del fútbol y de la vida en general: los vencedores no dan explicaciones; ganan y lo celebran. En cambio, los perdedores intentan excusar su derrota; pero no por ello pueden sus palabras evitarla y, aún así, no paran de rumiarla.
De lo que se trata es de jugar con cada equipo según lo que toque en cada caso (y no es problema, a estas alturas, examinar los antecedentes correspondientes y obrar en consecuencia). No hay que partir de la base de que los rivales van a ser unos caballeros y hay que jugar con ellos con señorío porque confiamos en que ellos van a hacer lo mismo (ayer, por ejemplo, eso era freudianamente imposible, dado el complejo de inferioridad mezclado con el odio más exacerbado de los patéticos respecto al Madrid).
¿Quiere decir, lo expresado en este comentario, que Cibeles Madridista ha cambiado de opinión respecto a que tiene que haber reglas que posibiliten la vida en sociedad (porque no es admisible el individualismo ni el resultadismo a toda costa, caiga quien caiga) y que no se trata sólo de que “existan” teóricamente las normas sino de que se respeten en la práctica? Quien saque tal conclusión demostrara que no ha entendido ni palabra del sentido de nuestros comentarios.
Lo que decimos, cristalinamente, es que nuestros congéneres se clasifican por sus propios actos entre humanos y personas (se des/califican ellos solitos; nosotros nos limitamos a darnos por enterados). Partiendo de ahí y atendiendo a la clásica definición aristotélica, la que nos define como “animales racionales”, consideramos que humanos somos todos, pues tal es nuestra condición por el mero hecho de nacer, seamos hombres o mujeres, blancos o negros, etc. Pero ser persona es otra cosa: es estar socializado y respetar a los demás tanto como uno espera ser respetado por ellos; es saber que hay que aprender e internalizar pautas para poder comprender que convivir no puede ser suplantado sin consecuencias por el contravivir actual (tan tolerado en este país); por tanto, es mucho más que guardar las apariencias, como suelen hacen los hipócritas con los que nos enfrentamos, o tener un argumento para cada caso, según convenga (y sin importar caer en contradicción). Todos estos modos abusivos de reinterpretar la vida social son algo que nosotros no vamos a seguir aceptando. Se acabó el tiempo de la ingenua fe en la bondad humana; hemos tenido extraordinarios maestros (farsismo y matonismo) y hemos madurado.
En consecuencia, lo que defendemos es que a cada cual hay que tratarlo como se merezca, esto es, no con prejuicios, pero sí con “post-juicios”: según de qué sea digno por lo que haga (y no por cómo se autojustifique); por tanto, hay que corresponder a su actitud concreta, sea la racional o la irracional; sin generalizar gratuitamente un único trato de presunción de buenas intenciones para todo el mundo.
Volviendo a Aristóteles y parafraseándolo: todos somos animales (humanos), pero sólo los que acepten el esfuerzo y las obligaciones de vivir racionalmente (personas) son consideradas por nosotros dignas de exigir y obtener nuestra máxima consideración y respeto; porque éstas serán las únicas que se habrán ganado este derecho. Jugando con alguien así, puedes perder con elegancia y felicitarlo; pero no con la escoria provocadora, ventajista y malintencionada.
Así que los otros…a su pocilga; y nosotros apaleándolos por el camino para que no se desmanden ni se coman las margaritas.
Porque, como dijo el poéta anónimo:
Por el amigo se da hasta el culo,
Al enemigo se le da por el culo,
Y al indiferente, se le aplica la legislación vigente.
Antónimus.
Post scriptum:¡Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja…!
Otrosi digo: :¡Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja…………………!
EL ENÉSIMO LINCHAMIENTO EN CHAPELISTÁN DEL MADRID
Acaba de publicar EL PAISITO un artículo titulado “El 95% de los españoles cree que la corrupción está generalizada”. En él se dice que los españoles figuran entre los europeos más convencidos de la gravedad de este problema en su país (esta opinión se eleva al 97% en el caso de las empresas nacionales). Curiosamente, sólo un 8% de los españoles afirman haber sido víctimas directas o testigos de dicha corrupción masiva y, de estos, sólo un 12 % (1% del total de encuestados) ha presentado denuncia al respecto, lo que para el periodista es señal de tolerancia (o de impotencia) ante el fenómeno.
Sin embargo, en Cibeles Madridista somos de otra opinión: la disparidad porcentual entre sensación de corrupción y reacción contra ella la atribuimos a la hipocresía inmensa de esta todavía así llamada sociedad española, muy amiga de achacar la responsabilidad de todos los problemas nacionales exclusivamente a sus dirigentes, que, no lo olvidemos, han sido elegidos por ella misma y que, seguramente, son los que se merece por la sencilla razón de que comparten su idiosincrasia con el resto de ciudadanos de España.
Sin embargo, esa misma sociedad está muy poco interesada en la autocrítica, pues, resulta increíble que nadie más que la élite dirigente intente aprovecharse de los demás saltándose las leyes a la torera en un país donde el respeto es sólo una palabra vacía de contenido.
Luego, la complicidad es el sentimiento predominante “de facto” respecto a la corrupción y las reacciones, es de temer, suelen ser más impulsos de motivación subjetiva (por ejemplo, la envidia o los daños sufridos directamente) que una reivindicación de más control del cumplimiento de la ley por todos. No hay aquí un punto de vista colectivista, interesado en proteger lo que debe ser una comunidad humana. Desgraciadamente, la mayoría de los españoles, puestos en el lugar de los peces gordos, haría lo mismo que ellos: aprovecharse.
Este es el contexto en el que vamos a analizar el enésimo linchamiento de Cristiano Ronaldo desde que juega en España. O lo intenta, tarea en la que los árbitros, más que ayudarle, parecen interesados en ponerle todas las dificultades posibles. Lo decimos porque, al final, parece que el flamante balón de oro no se dedica a golear sino a crear problemas extradeportivos (mientras, infinidad de “angelitos” de otros equipos se dedican a la caza del adversario sin mayores consecuencias; como cuando David Navarro, de abundantes antecedentes, le abrió la ceja de un codazo jugando contra el Lisiante y no pasó nada, ni la prensa lo persiguió como a Pepe, ni el Comité de No Intervención abrió una investigación de oficio, como le hizo a Buyo).
Empecemos por recordar que deberíamos estar comentando un partido de fútbol, pero ello no es posible. ¿Por qué? Porque el pasado domingo tuvo lugar “algo” en Bilbao, más concretamente en el estadio del Atávico, que podría haber sido un encuentro balompédico, ciertamente, pero no lo fue. En su lugar, ocurrió, “esto”:
Una planificación artera del entrenador del Atávico, con el colaboracionismo necesario de la plantilla del Bilbao, para evitar a cualquier precio que se jugara al fútbol (que jugara a eso el Madrid, porque es el único de los dos equipos que jugaban que sabe hacerlo). Además, ésto supuso una estafa del coste de las entradas cobradas a los aficionados por un espectáculo-servicio que se quería boicotear desde el principio y, por tanto, sólo se ofreció aparente, engañosamente.
Un arbitraje culposo, o sea, el que por su negligencia origina daños a terceros, en este caso, la denegación de auxilio ante los atropellos sistemáticos y reiterados de la violencia vasca contra el Madrid, cuyos jugadores nunca fueron atendidos en sus reclamaciones.
Una vez enmarcado el partido por estos ejes de coordenadas, el resultado era ya lo de menos y lo que ocurrió fue pura inercia desde los presupuestos planteados:
La violencia premeditada de los jugadores vascos, incluso en acciones que no tenían lugar cerca del área vasca, las cuales no tenían ninguna consecuencia para los infractores, ni siquiera por reiteración.
El fingimiento alevoso de Gurpegui en la supuesta agresión a él por Cristiano. Por lo demás, lo que no es suposición sino un hecho establecido, incluso judicialmente, es que este…navorrico es sobradamente conocido en cuanto a su probidad personal desde que tuvo lugar cierto control antidopaje en 2002 (aunque la sanción bianual tuvo que esperar hasta 2006; pero, llegó y la tuvo que cumplir íntegra). En su caso, el fingimiento no es descartable sino probable.
La anulación implacable y programada al Madrid en todo momento, con “relevos” en las acciones ilegales para no sólo bloquear el juego blanco sino además provocar reacciones nerviosas ante las agresiones constantes; como demuestra la concurrencia inmediata y escalonada de diversos “contactadores” del Atávico en la jugada del lío que no se privaron de impactar en la anatomía de Cristiano todos ellos, sabedores los muy valientes de que los vascos están situados en un impune “más-allá-jurídico” que ni el estado español ni ninguno de sus organismos o servidores públicos se atreve a abordar.
Revoloteaba sobre el lugar “de los hechos”, como el Zeitgeist dominante e inspirador, la figura ominosa del actual presidente de la federación española de “fúrbor”, ejemplo y espejo inmarcesible de oportunistas y chupacargos, el cual lleva tantos años ininterrumpidamente en su trono que a estas alturas ya todos sus subordinados se saben de memoria “qué desea” y que, si quieren medrar, para promover sus carreras tienen que “adelantarse a los deseos” del Supremo y darles satisfacción en lances como el de maniatar antideportivamente al Madrid (juegue contra quien juegue). Por cierto que Villar, que nada casualmente es de Bilbao y menos casualmente aún jugó en el Atávico, es conocido como futbolista única y exclusivamente por su célebre agresión a Cruyff en 1974, antecedente que no dejará de inspirar los cráneos privilegiados de los que crean que vale cualquier medio para cargarse al Madrid, por lo civil o por lo criminal. ¡En menudas manos ha caído la federación!
El ambiente no era tampoco precisamente “señorial” en “La Caterva”, sobrenombre que representa adecuadamente el talante de los aficionados vascos en el campo de San Matón; y, si no, que nos explique alguien por qué se pitó a Luis Aragonés en su minuto de silencio (por así llamarlo) y por qué, al igual que sus jugadores, lo protestaban absolutamente todo, casi siempre después de infracciones descaradas.
En cuanto a que los partidos en San Matón son una fiesta del fútbol, sólo diremos que en la frase van incluidas dos mentiras, porque, ni se apoya, respeta o busca que haya fútbol allí ni es costumbre en las fiestas convertir a los invitados en el menú, que es a lo que se dedican estos antropófagos.
Así que lo único que hay “allí” es un recinto, afortunadamente vallado, donde unos energúmenos claman pidiendo la sangre del adversario a unos no precisamente leones sino perros rabiosos con licencia federativa de caza, que atacan en jauría porque son muy valientes con los que saben que no les van a devolver la encerrona en Madrid.
Y éste es precisamente el gran error del Madrid en relación con los equipos vasco-navarros y sus reiteradas emboscadas, que, evidentemente, no van a acabar mientras sigamos tragando y lamiéndonos las heridas en silencio sino cuando nosotros se la liémos a ellos bien liada y ya no les compense el precio a pagar por seguir con la tradicional “degustación” de merengues. Pero ésto, reaccionar de una vez y atajar definitivamente este atentado contra el Madrid y contra el fútbol, es responsabilidad exclusiva de nuestra institución (nadie nos va a ayudar, al contrario). Además, es algo que no debería ser tan difícil para nosotros si es que, como dice la directiva a menudo, somos el club más importante del mundo.
Y, como banda sonora de fondo (seguramente, para que no oyeran los chasquidos de nuestras espinillas), las deposiciones de unos…vamos a llamarlos locutores, que no van a ser nombrados aquí porque tampoco nosotros queremos acordarnos de sus nombres ni regalarles una triste fama de mamporreros-coreutas en el atropello que contribuyeron a perpetrar. Baste decir sobre su capacidad mental-profesional que gentecilla así cree que pintar un cuadro consiste en ir corriendo al bosque a cortar la madera para hacer el caballete y el bastidor; conseguir con el mismo esfuerzo el lienzo; acarrear sudando la gota gorda montones de botes de pintura y pinceles…pero no ¡saber pintar! Consideramos cómplices y colaboradores necesarios a estos indeseables del estado terminal y de corrupción en que se encuentra el fútbol español. Claro, ¿cómo lo van a denunciar ellos que son jueces y parte beneficiaria del atropello? Ellos, que fueron los promotores del desastre de las sociedades anónimas deportivas nunca asumen sus culpas, por supuesto que no.
Por lo demás, hay que añadir que se veía venir algo así tras el pinchazo del Farsa (o sea, no el “más-que-un-club” sino “el-club-de-Más” el independentista-chantajista) y sobre todo en el Año de la Liga de los 3 Equipos, invento federativo logrado al módico precio de “hacer ver” a los árbitros que el reglamento no es más que una teoría y que en la práctica da igual si el Patético de Aviación juega “más-allá-del-bien-y-del-mal”. Basta para comprenderlo plenamente rememorar la última final de Copa: se designa al árbitro de los 13 errores que le imputó Mou; como era de esperar, éste es expulsado a la mínima mientras ni es amonestado Simeone que no paró de protestar; a la vez, los patéticos daban patadas hasta con la mirada a todo lo blanco que se meneaba (incluidos los pañuelos de papel), etc…..
Volviendo no al no-partido sino a la quizá-agresión de Cristiano, si lo que él hizo (contactar con la mano en el cuerpo de un adversario) es agresión, entonces, hay que expulsar por lo menos a otros tres atávicos por los toques que le hicieron a él a continuación. O todos o ninguno.
Claro que el árbitro, el valenciano Ayza Gómez, no vio lo que no quiso ver. No se trata tan sólo de esta jugada; previamente, un agarrón a Cristiano, sin balón, no fue más que falta (eso pitó, luego vio la jugada, pero no completa). En cambio, amonestó a Alonso tras una entrada en la que despejó un balón y derribó a la vez a un adversario; era falta y punto. No para el valenciano (quizá también valencianista), porque si uno no sigue la “senda” sin desviarse no llega a la meta que se propone. Alguien así, no se equivoca: hace lo que tiene que hacer en pos de su objetivo, caiga quien caiga. No administra justicia sino que administra la justicia como si estuviera compuesta por lingotes de oro y se guarda todos los que pueda para su exclusivo beneficio.
¿Es posible, a estas altura de la farsa, creerse que va a analizar el Comité de Árbitros “de oficio” su labor técnica para estudiar si merece ser sancionado? ¿Se fijará, tal vez, en la jugada de la expulsión para ver si se dejó de sancionar a algún jugador atávico? Sí, nosotros también nos reímos, pero por no llorar; porque, como diría Guti, a nosotros, además, nos gusta la farsa, pero estamos hablando de fútbol y si no es así, a lo mejor es que no estamos donde creíamos estar, en España, sino en Mierdaña, capital europea de la corrupción.
En fin, una situación así tiene muchas causas y causantes. También tiene cierta responsabilidad Ronaldo (incluso si no ha agredido a su rival) por ingenuo, por mal alumno, esto es, por no terminar de aprender que cuando trabajas en un burdel no te queda más remedio que ser la mejor puta de todas y, sobre toso, la más hija de la gran puta con diferencia; o sea, que en la vida hay que ser más listo que los listillos, sobre todo a la vista de la enorme proliferación de las “formas de vida reptante” que nos rodean. En cuanto al resto de los culpables-responsables de lo que nos están haciendo, mencionemos a algunos:
Por ejemplo, la prensa, empeñada en una permanente campaña antimadridista. Contra el Madrid vale todo: si juega al contraataque fulminante, le acusan de no saber jugar el balón; si intenta combinarlo y le matan a patadas, sólo comentan que no sabe superar la “presión”. Sería interesante ver si son capaces de escribir sus crónicas los plumíferos mientras unos cuantos madridistas les damos de puntapiés en las espinillas. A lo mejor empezaban a comprender que nadie tiene por qué soportar una agresión por el mero hecho de trabajar; sobre todo, por saber hacerlo mejor que los demás.
Mientras llega ese momento, nos narran los partidos como si escribieran cantares de gesta, pero, desgraciadamente, sólo glosan las “hazañas” de los que no quieren jugar ni que se juegue, y omiten que la combinación de despliegue físico y lucha libre, aunque se desarrolle en un recinto futbolístico, no es fútbol, como lo demuestra que los “enormes” méritos del Bilbao y su dominio “abrumador” consistieron en tirar entre los tres palos del Madrid apenas una vez, la del gol. Pero eso es conseguir un resultado como un estajanovista, no dar lecciones de cómo se practica un deporte jugando con clase.
La envidia. Los paletos de un país que no soportan a los madrileños por ser de la capital son un factor muy importante y frecuentemente omitido en Mierdaña, pues hay más provincianos que capitalinos (por supuesto, también entre los que nos gobiernan). Además, al parecer, los patéticos no cuentan como madrileños y los madridistas somos los paganos exclusivos de los complejos de inferioridad de los pueblerinos. Va a ser, como suele decirse, que en Madrid hay dos tipos de habitantes: los madrileños y los leños de Madrid.
La corrupción. A los madridistas no nos gustaría, pero sería lícito ganar al Madrid en el campo y sin favores políticos federativo-arbitrales. Mas esta claro que a muchos no les importa nada más que el resultado y no van a hacer preguntas morales sobre qué implica conseguirlo por las malas. Hasta eso puede llegar a ser “pensable” como tema de meditación; pero ¡que encima presuman de valores los que más los pisotéan! Pues bien, la lucha por dominar por “influencia” lo que hay que obtener por mérito es precisamente corrupción, de los que lo promueven y de los que lo consienten. Por supuesto, también de los que lo jalean sin la menor impudicia, como muestran estos ejemplos:
“¿Tenerife? ¿La Coruña? Lo importante es ganar”-
“A mí no me importa que Messi no pague a hacienda sino que juegue en el Farsa”.
Repetimos, hay muchos más culpables de la corrupción en este país que los cuatro que todo el mundo señala.
Y ahora, el Comité decidirá en el último momento si sanciona duramente a Cristiano y no puede jugar el miércoles la semifinal de Copa contra el Patético por falta de tiempo para recurrir. Pero lo que no podrá evitar ese Cómite federativo es que suene todo a “preparado”, para que no se escape el Madrid en la Liga ni llegue a la final de Copa.
No obstante, lo dicho, lo que más tiene que preocuparnos a los madridistas es que hay cosas que tenemos que resolver nosotros sin seguir esperando que la solución surja por generación espontánea.
Semejante solución sólo podrá ser drástica si es que queremos que sea algo más que una palabra de consuelo. Y no hay ninguna razón para tener que seguir esperándola.
Antónimus.
Post scriptum: Este artículo no ha sido publicado antes, deliberadamente, para poder comprobar la sanción del Comité de Competición a Ronaldo: tres partidos, 1 por la “agresión” y 2 por menosprecio al cuarto árbitro al retirarse expulsado.
Claro que esto no es todo; por el camino ha decidido el Comité pedirle aclaraciones a Gayza Gámez sobre cómo interpretar un acta que no le convencía. El colegiado ha modificado el acta y ahora sostiene que la supuesta agresión de Cristiano es a otro jugador, al que sólo sacó amarilla por el mismo rifirrafe. Esto es falsificación de documento público.
Así vamos a lanzar una hipótesis de lo que ha pasado: el Comité ha visto que había poca “chica” en el primer lance con Gurpegui y le ha pedido al árbitro que pusiera otra cosa, entonces éste, para evitar ser sancionado a su vez, éste ha rehecho totalmente la acusación. Por supuesto, esto implica indefensión para nuestro jugador y nuestro club.
La artería del colegiado llega a inventarse que el juego estaba parado en la supuesta agresión a Gurpegui, pues así el castigo es mayor.
Además, el Comité ha tenido buen cuidado de sancionar a Ronaldo con la máxima dureza (¿por antecedentes?), pero sin llegar al máximol número de partidos posible, lo que impediría que el portugués pueda jugar la semifinal de Copa y crearía la consiguiente polémica. Más sibilino, imposible.
Seguramente, el Madrid recurrirá, por ejemplo, porque las imágenes no demuestra que Cristiano se tocara la cara mirando al cuarto árbitro (y ya se sabe que las imágenes no pueden demostrar sin la menor duda que lo has llamado “mono”, pues no pasa nada. Además, hay que explicar por qué no se expulsó a los dos jugadores implicados en el segundo lío (el del Atávico sólo recibió amarilla, a pesar de ser el que se aproximó a Ronaldo).
En cualquier caso, muchos madridistas pensamos que ha llegado la hora de que el Madrid sea quien sanciona a la federación. Sería muy fácil negarse a jugar la Copa (con el consiguiente perjuicio económico y desprestigio deportivo para Villar y los suyos). A partir de ahí, bastaría que, tras cada temporada, emitiera nuestro club un comunicado juzgando el trato recibido por los árbitros y el Comité de Competición y decidiendo, año a año, si se merecen que juguemos nuevamente la Copa o no. Bueno, y la Supercopa.
Y de volver a jugar partidos de finales o internacionales en el Bernabéu, que se despida el “fúrbor”.
Sin embargo, en Cibeles Madridista somos de otra opinión: la disparidad porcentual entre sensación de corrupción y reacción contra ella la atribuimos a la hipocresía inmensa de esta todavía así llamada sociedad española, muy amiga de achacar la responsabilidad de todos los problemas nacionales exclusivamente a sus dirigentes, que, no lo olvidemos, han sido elegidos por ella misma y que, seguramente, son los que se merece por la sencilla razón de que comparten su idiosincrasia con el resto de ciudadanos de España.
Sin embargo, esa misma sociedad está muy poco interesada en la autocrítica, pues, resulta increíble que nadie más que la élite dirigente intente aprovecharse de los demás saltándose las leyes a la torera en un país donde el respeto es sólo una palabra vacía de contenido.
Luego, la complicidad es el sentimiento predominante “de facto” respecto a la corrupción y las reacciones, es de temer, suelen ser más impulsos de motivación subjetiva (por ejemplo, la envidia o los daños sufridos directamente) que una reivindicación de más control del cumplimiento de la ley por todos. No hay aquí un punto de vista colectivista, interesado en proteger lo que debe ser una comunidad humana. Desgraciadamente, la mayoría de los españoles, puestos en el lugar de los peces gordos, haría lo mismo que ellos: aprovecharse.
Este es el contexto en el que vamos a analizar el enésimo linchamiento de Cristiano Ronaldo desde que juega en España. O lo intenta, tarea en la que los árbitros, más que ayudarle, parecen interesados en ponerle todas las dificultades posibles. Lo decimos porque, al final, parece que el flamante balón de oro no se dedica a golear sino a crear problemas extradeportivos (mientras, infinidad de “angelitos” de otros equipos se dedican a la caza del adversario sin mayores consecuencias; como cuando David Navarro, de abundantes antecedentes, le abrió la ceja de un codazo jugando contra el Lisiante y no pasó nada, ni la prensa lo persiguió como a Pepe, ni el Comité de No Intervención abrió una investigación de oficio, como le hizo a Buyo).
Empecemos por recordar que deberíamos estar comentando un partido de fútbol, pero ello no es posible. ¿Por qué? Porque el pasado domingo tuvo lugar “algo” en Bilbao, más concretamente en el estadio del Atávico, que podría haber sido un encuentro balompédico, ciertamente, pero no lo fue. En su lugar, ocurrió, “esto”:
Una planificación artera del entrenador del Atávico, con el colaboracionismo necesario de la plantilla del Bilbao, para evitar a cualquier precio que se jugara al fútbol (que jugara a eso el Madrid, porque es el único de los dos equipos que jugaban que sabe hacerlo). Además, ésto supuso una estafa del coste de las entradas cobradas a los aficionados por un espectáculo-servicio que se quería boicotear desde el principio y, por tanto, sólo se ofreció aparente, engañosamente.
Un arbitraje culposo, o sea, el que por su negligencia origina daños a terceros, en este caso, la denegación de auxilio ante los atropellos sistemáticos y reiterados de la violencia vasca contra el Madrid, cuyos jugadores nunca fueron atendidos en sus reclamaciones.
Una vez enmarcado el partido por estos ejes de coordenadas, el resultado era ya lo de menos y lo que ocurrió fue pura inercia desde los presupuestos planteados:
La violencia premeditada de los jugadores vascos, incluso en acciones que no tenían lugar cerca del área vasca, las cuales no tenían ninguna consecuencia para los infractores, ni siquiera por reiteración.
El fingimiento alevoso de Gurpegui en la supuesta agresión a él por Cristiano. Por lo demás, lo que no es suposición sino un hecho establecido, incluso judicialmente, es que este…navorrico es sobradamente conocido en cuanto a su probidad personal desde que tuvo lugar cierto control antidopaje en 2002 (aunque la sanción bianual tuvo que esperar hasta 2006; pero, llegó y la tuvo que cumplir íntegra). En su caso, el fingimiento no es descartable sino probable.
La anulación implacable y programada al Madrid en todo momento, con “relevos” en las acciones ilegales para no sólo bloquear el juego blanco sino además provocar reacciones nerviosas ante las agresiones constantes; como demuestra la concurrencia inmediata y escalonada de diversos “contactadores” del Atávico en la jugada del lío que no se privaron de impactar en la anatomía de Cristiano todos ellos, sabedores los muy valientes de que los vascos están situados en un impune “más-allá-jurídico” que ni el estado español ni ninguno de sus organismos o servidores públicos se atreve a abordar.
Revoloteaba sobre el lugar “de los hechos”, como el Zeitgeist dominante e inspirador, la figura ominosa del actual presidente de la federación española de “fúrbor”, ejemplo y espejo inmarcesible de oportunistas y chupacargos, el cual lleva tantos años ininterrumpidamente en su trono que a estas alturas ya todos sus subordinados se saben de memoria “qué desea” y que, si quieren medrar, para promover sus carreras tienen que “adelantarse a los deseos” del Supremo y darles satisfacción en lances como el de maniatar antideportivamente al Madrid (juegue contra quien juegue). Por cierto que Villar, que nada casualmente es de Bilbao y menos casualmente aún jugó en el Atávico, es conocido como futbolista única y exclusivamente por su célebre agresión a Cruyff en 1974, antecedente que no dejará de inspirar los cráneos privilegiados de los que crean que vale cualquier medio para cargarse al Madrid, por lo civil o por lo criminal. ¡En menudas manos ha caído la federación!
El ambiente no era tampoco precisamente “señorial” en “La Caterva”, sobrenombre que representa adecuadamente el talante de los aficionados vascos en el campo de San Matón; y, si no, que nos explique alguien por qué se pitó a Luis Aragonés en su minuto de silencio (por así llamarlo) y por qué, al igual que sus jugadores, lo protestaban absolutamente todo, casi siempre después de infracciones descaradas.
En cuanto a que los partidos en San Matón son una fiesta del fútbol, sólo diremos que en la frase van incluidas dos mentiras, porque, ni se apoya, respeta o busca que haya fútbol allí ni es costumbre en las fiestas convertir a los invitados en el menú, que es a lo que se dedican estos antropófagos.
Así que lo único que hay “allí” es un recinto, afortunadamente vallado, donde unos energúmenos claman pidiendo la sangre del adversario a unos no precisamente leones sino perros rabiosos con licencia federativa de caza, que atacan en jauría porque son muy valientes con los que saben que no les van a devolver la encerrona en Madrid.
Y éste es precisamente el gran error del Madrid en relación con los equipos vasco-navarros y sus reiteradas emboscadas, que, evidentemente, no van a acabar mientras sigamos tragando y lamiéndonos las heridas en silencio sino cuando nosotros se la liémos a ellos bien liada y ya no les compense el precio a pagar por seguir con la tradicional “degustación” de merengues. Pero ésto, reaccionar de una vez y atajar definitivamente este atentado contra el Madrid y contra el fútbol, es responsabilidad exclusiva de nuestra institución (nadie nos va a ayudar, al contrario). Además, es algo que no debería ser tan difícil para nosotros si es que, como dice la directiva a menudo, somos el club más importante del mundo.
Y, como banda sonora de fondo (seguramente, para que no oyeran los chasquidos de nuestras espinillas), las deposiciones de unos…vamos a llamarlos locutores, que no van a ser nombrados aquí porque tampoco nosotros queremos acordarnos de sus nombres ni regalarles una triste fama de mamporreros-coreutas en el atropello que contribuyeron a perpetrar. Baste decir sobre su capacidad mental-profesional que gentecilla así cree que pintar un cuadro consiste en ir corriendo al bosque a cortar la madera para hacer el caballete y el bastidor; conseguir con el mismo esfuerzo el lienzo; acarrear sudando la gota gorda montones de botes de pintura y pinceles…pero no ¡saber pintar! Consideramos cómplices y colaboradores necesarios a estos indeseables del estado terminal y de corrupción en que se encuentra el fútbol español. Claro, ¿cómo lo van a denunciar ellos que son jueces y parte beneficiaria del atropello? Ellos, que fueron los promotores del desastre de las sociedades anónimas deportivas nunca asumen sus culpas, por supuesto que no.
Por lo demás, hay que añadir que se veía venir algo así tras el pinchazo del Farsa (o sea, no el “más-que-un-club” sino “el-club-de-Más” el independentista-chantajista) y sobre todo en el Año de la Liga de los 3 Equipos, invento federativo logrado al módico precio de “hacer ver” a los árbitros que el reglamento no es más que una teoría y que en la práctica da igual si el Patético de Aviación juega “más-allá-del-bien-y-del-mal”. Basta para comprenderlo plenamente rememorar la última final de Copa: se designa al árbitro de los 13 errores que le imputó Mou; como era de esperar, éste es expulsado a la mínima mientras ni es amonestado Simeone que no paró de protestar; a la vez, los patéticos daban patadas hasta con la mirada a todo lo blanco que se meneaba (incluidos los pañuelos de papel), etc…..
Volviendo no al no-partido sino a la quizá-agresión de Cristiano, si lo que él hizo (contactar con la mano en el cuerpo de un adversario) es agresión, entonces, hay que expulsar por lo menos a otros tres atávicos por los toques que le hicieron a él a continuación. O todos o ninguno.
Claro que el árbitro, el valenciano Ayza Gómez, no vio lo que no quiso ver. No se trata tan sólo de esta jugada; previamente, un agarrón a Cristiano, sin balón, no fue más que falta (eso pitó, luego vio la jugada, pero no completa). En cambio, amonestó a Alonso tras una entrada en la que despejó un balón y derribó a la vez a un adversario; era falta y punto. No para el valenciano (quizá también valencianista), porque si uno no sigue la “senda” sin desviarse no llega a la meta que se propone. Alguien así, no se equivoca: hace lo que tiene que hacer en pos de su objetivo, caiga quien caiga. No administra justicia sino que administra la justicia como si estuviera compuesta por lingotes de oro y se guarda todos los que pueda para su exclusivo beneficio.
¿Es posible, a estas altura de la farsa, creerse que va a analizar el Comité de Árbitros “de oficio” su labor técnica para estudiar si merece ser sancionado? ¿Se fijará, tal vez, en la jugada de la expulsión para ver si se dejó de sancionar a algún jugador atávico? Sí, nosotros también nos reímos, pero por no llorar; porque, como diría Guti, a nosotros, además, nos gusta la farsa, pero estamos hablando de fútbol y si no es así, a lo mejor es que no estamos donde creíamos estar, en España, sino en Mierdaña, capital europea de la corrupción.
En fin, una situación así tiene muchas causas y causantes. También tiene cierta responsabilidad Ronaldo (incluso si no ha agredido a su rival) por ingenuo, por mal alumno, esto es, por no terminar de aprender que cuando trabajas en un burdel no te queda más remedio que ser la mejor puta de todas y, sobre toso, la más hija de la gran puta con diferencia; o sea, que en la vida hay que ser más listo que los listillos, sobre todo a la vista de la enorme proliferación de las “formas de vida reptante” que nos rodean. En cuanto al resto de los culpables-responsables de lo que nos están haciendo, mencionemos a algunos:
Por ejemplo, la prensa, empeñada en una permanente campaña antimadridista. Contra el Madrid vale todo: si juega al contraataque fulminante, le acusan de no saber jugar el balón; si intenta combinarlo y le matan a patadas, sólo comentan que no sabe superar la “presión”. Sería interesante ver si son capaces de escribir sus crónicas los plumíferos mientras unos cuantos madridistas les damos de puntapiés en las espinillas. A lo mejor empezaban a comprender que nadie tiene por qué soportar una agresión por el mero hecho de trabajar; sobre todo, por saber hacerlo mejor que los demás.
Mientras llega ese momento, nos narran los partidos como si escribieran cantares de gesta, pero, desgraciadamente, sólo glosan las “hazañas” de los que no quieren jugar ni que se juegue, y omiten que la combinación de despliegue físico y lucha libre, aunque se desarrolle en un recinto futbolístico, no es fútbol, como lo demuestra que los “enormes” méritos del Bilbao y su dominio “abrumador” consistieron en tirar entre los tres palos del Madrid apenas una vez, la del gol. Pero eso es conseguir un resultado como un estajanovista, no dar lecciones de cómo se practica un deporte jugando con clase.
La envidia. Los paletos de un país que no soportan a los madrileños por ser de la capital son un factor muy importante y frecuentemente omitido en Mierdaña, pues hay más provincianos que capitalinos (por supuesto, también entre los que nos gobiernan). Además, al parecer, los patéticos no cuentan como madrileños y los madridistas somos los paganos exclusivos de los complejos de inferioridad de los pueblerinos. Va a ser, como suele decirse, que en Madrid hay dos tipos de habitantes: los madrileños y los leños de Madrid.
La corrupción. A los madridistas no nos gustaría, pero sería lícito ganar al Madrid en el campo y sin favores políticos federativo-arbitrales. Mas esta claro que a muchos no les importa nada más que el resultado y no van a hacer preguntas morales sobre qué implica conseguirlo por las malas. Hasta eso puede llegar a ser “pensable” como tema de meditación; pero ¡que encima presuman de valores los que más los pisotéan! Pues bien, la lucha por dominar por “influencia” lo que hay que obtener por mérito es precisamente corrupción, de los que lo promueven y de los que lo consienten. Por supuesto, también de los que lo jalean sin la menor impudicia, como muestran estos ejemplos:
“¿Tenerife? ¿La Coruña? Lo importante es ganar”-
“A mí no me importa que Messi no pague a hacienda sino que juegue en el Farsa”.
Repetimos, hay muchos más culpables de la corrupción en este país que los cuatro que todo el mundo señala.
Y ahora, el Comité decidirá en el último momento si sanciona duramente a Cristiano y no puede jugar el miércoles la semifinal de Copa contra el Patético por falta de tiempo para recurrir. Pero lo que no podrá evitar ese Cómite federativo es que suene todo a “preparado”, para que no se escape el Madrid en la Liga ni llegue a la final de Copa.
No obstante, lo dicho, lo que más tiene que preocuparnos a los madridistas es que hay cosas que tenemos que resolver nosotros sin seguir esperando que la solución surja por generación espontánea.
Semejante solución sólo podrá ser drástica si es que queremos que sea algo más que una palabra de consuelo. Y no hay ninguna razón para tener que seguir esperándola.
Antónimus.
Post scriptum: Este artículo no ha sido publicado antes, deliberadamente, para poder comprobar la sanción del Comité de Competición a Ronaldo: tres partidos, 1 por la “agresión” y 2 por menosprecio al cuarto árbitro al retirarse expulsado.
Claro que esto no es todo; por el camino ha decidido el Comité pedirle aclaraciones a Gayza Gámez sobre cómo interpretar un acta que no le convencía. El colegiado ha modificado el acta y ahora sostiene que la supuesta agresión de Cristiano es a otro jugador, al que sólo sacó amarilla por el mismo rifirrafe. Esto es falsificación de documento público.
Así vamos a lanzar una hipótesis de lo que ha pasado: el Comité ha visto que había poca “chica” en el primer lance con Gurpegui y le ha pedido al árbitro que pusiera otra cosa, entonces éste, para evitar ser sancionado a su vez, éste ha rehecho totalmente la acusación. Por supuesto, esto implica indefensión para nuestro jugador y nuestro club.
La artería del colegiado llega a inventarse que el juego estaba parado en la supuesta agresión a Gurpegui, pues así el castigo es mayor.
Además, el Comité ha tenido buen cuidado de sancionar a Ronaldo con la máxima dureza (¿por antecedentes?), pero sin llegar al máximol número de partidos posible, lo que impediría que el portugués pueda jugar la semifinal de Copa y crearía la consiguiente polémica. Más sibilino, imposible.
Seguramente, el Madrid recurrirá, por ejemplo, porque las imágenes no demuestra que Cristiano se tocara la cara mirando al cuarto árbitro (y ya se sabe que las imágenes no pueden demostrar sin la menor duda que lo has llamado “mono”, pues no pasa nada. Además, hay que explicar por qué no se expulsó a los dos jugadores implicados en el segundo lío (el del Atávico sólo recibió amarilla, a pesar de ser el que se aproximó a Ronaldo).
En cualquier caso, muchos madridistas pensamos que ha llegado la hora de que el Madrid sea quien sanciona a la federación. Sería muy fácil negarse a jugar la Copa (con el consiguiente perjuicio económico y desprestigio deportivo para Villar y los suyos). A partir de ahí, bastaría que, tras cada temporada, emitiera nuestro club un comunicado juzgando el trato recibido por los árbitros y el Comité de Competición y decidiendo, año a año, si se merecen que juguemos nuevamente la Copa o no. Bueno, y la Supercopa.
Y de volver a jugar partidos de finales o internacionales en el Bernabéu, que se despida el “fúrbor”.
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