miércoles, 3 de abril de 2013

¿POR QUÉ SE FRONTAN LAS PATITAS...? SOY DEL MADRID

Soy del Real Madrid. Tanto como el que más. Y a los jugadores los considero como lo que son: empleados del club de fútbol más grande del mundo. Y, obvio, merecen todos los respetos como personas, como trabajadores y, algunos, como madridistas. Y hasta ahí. Luego, el jefe (léase entrenador)  pone a trabajar (a jugar) a los que considera más adecuados para cada partido. Se entiende que está capacitado como profesional, que conoce bien el rendimiento de todos y que quiere ganar. Y asume el riesgo de equivocarse porque, a medio plazo y si los resultados no son los esperados le pueden cesar (despedir). Supongo que esto funciona así aunque, por supuesto, todos podemos opinar acerca de la conveniencia de tal o cual alineación.
Vamos a la almendra. Mourinho no convoca a Casillas, por lo que sea. Oficialmente porque no tiene aún el ritmo competitivo necesario. Pues bien, lo que me parece muy sospechoso es que los plumillas y voceros antimadridistas clamen al cielo y quieran que juegue ya Casillas. Pero... ¡vamos a ver que igual no es nada!  Si es tan bueno y está en tan buena forma, ¿no sería más lógico para sus intereses que se quedase en el banquillo, para que así sus equipillos tuviesen más oportunidades de empatar con el Real? Pues no, hacen del asunto causa propia y no hablan más que de la ofensa al “mejor portero del mundo”, “capitán de la selección” y “capitán del Real Madrid”. Algo huele a podrido y no es en Dinamarca.
Miren ustedes, los madridistas no somos tontos, por lo menos no lo somos todos. Ustedes son las  moscas que van a la mierda y se frotan las patitas antes de saborearla, lo que pasa es que ustedes son la propia mierda, y se comen a sí mismos. Nosotros no necesitamos sus consejos, opiniones ni nada por el estilo. Si Casillas aún no juega será por algo. Y si tuviese que jugar por haber sido “el mejor” o por ser capitán, nos podríamos encontrar con alineaciones en las que estuviesen Zamora, Di Stéfano, Gento, Hugo Sánchez, Butragueño o Raúl, por ejemplo.
Y un último apunte: para ser titular no sólo hay que haber sido el mejor en un  puesto. Hay que seguir siéndolo. Además, se entiende, hay que ganarse la confianza del entrenador. El fútbol no es un deporte individual, sino de equipo y el que marca la línea del equipo, deportiva y social, es el entrenador. Si algún jugador no cumple en todo pierde la confianza y tal vez no juegue a pesar de ser algo mejor, y no obstante sigue siendo respetado, porque sólo pueden jugar catorce en cada partido.
¿Preferimos jugarnos algo al lado de  alguien en quien confiamos o de otro algo mejor pero en quién no creemos? Pues piensen que harían si estuviesen en ese caso (sólo los madridistas, los otros no podrán).
Luigi Vinci

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