lunes, 8 de abril de 2013

LA GUERRA DE FALLILLAS

Las jornadas pasan; Diego López sea fianza en la portería; Mou se carga de razón con su buen rendimiento para mantener a Fallillas en el ostracismo banquillil…Pero la prensa deportiva, esa eterna aliada de Fallillas no descansa en su campaña de desprestigio de nuestro entrenador y, por mucho que lo niegue, del actual portero titular blanco. Forzoso será no descansar tampoco ni regatear esfuerzos para desenmascarar la absoluta falta de objetividad de los plumatas en este descarado asunto y el papel de nuestro antiguo portero en la guerra mediática que se ha desencadenado a su favor.

Después de ver que el Madrid le ganó al Farsa la Supercopa 2012 a doble partido (¡en eliminatoria!, algo que el equipo madridista tenía prohibidísimo por la prensa); que volvió a eliminarle en la Copa, con victoria a domicilio incluida y que en Liga le empató allí y volvió a ganar, con los suplentes, en el Bernabéu al mejor equipo de fútbol de todos “sus” tiempos, muchos se preguntan con razón por qué hay tantos puntos de diferencia entre uno y otro en el campeonato liguero este año.

Ya nadie puede negar que el Madrid actual es claramente superior al Farsa (no en posesión de balón sino en saber hacer daño con él, que es de lo que va este juego del fútbol, reglamento dixit).

Por supuesto, a la hora de buscar explicaciones a este enigma hay que tener en cuanta la existencia de otro factor “político” (el Madrid no es el equipo de un territorio separatista y eso se paga). También es cierto que Crisitiano no tuvo un buen arranque de Liga y que Di María, Higuaín y Benzemá están muy por debajo de su rendimiento en la temporada anterior…

Todo eso es cierto, pero, sigue sin ser una explicación completa de lo sucedido; falta el factor Fallillas.

Fallilllas empezó a cagarla ya desde el primer partido liguero en el Bernabéu contra el Violencia. El gol del empate visitante, a saque de falta inexistente, donada generosamente por el arbitro, fue posible por una salida HORROROSA de Fallillas. Que le pregunten a Pepe si el portero no confundió su cabeza con el balón (por lo demás, el defensa portugués sabe de sobra que nada bueno puede esperar de su “compañero”).

Esto se repitió después, tanto en Liga como en Champions. Muchos puntos (y la posibilidad de ganar la primera plaza de la liguilla inicial de la competición europea) se esfumaron ante la nefasta campaña del mostoleño.

Pues bien; en la prensa deportiva, esa que mira con lupa todo lo que hace Mou, no hubo el menor comentario en contra del “Gran Capitán” sino una “comprensión” lindante con la connivencia más descarada.

No le pasó lo mismo a Adán cuando perdió el Madrid en Málaga con él como portero titular (la prensa fue a por él a la primera, sin margen de error); no le pasará tampoco a Diego López cuando falle (y como humano que es, fallará seguro y a eso están esperando ansiosamente las jaurías pro Fallillas de las redacciones).

El único con bula mediática para fallar eternamente; para no saber qué es el juego por alto; para no saber sacar a un compañero (por ejemplo, como hacía Buyo con Hugo Sánchez); para no saber salir ni jugar el balón con los pies…es el mismo de siempre: el simpático (para la prensa, esposa incluida) Fallillas.

¿Por qué?, como diría Mou. Bueno, nos lo podemos imaginar: Íker es muy amigo de sus amigos…los periodistas; con ellos no tiene secretos y es lógico que le devuelvan los favores mediáticos.

Ésto y su llamadita a sus amiguitos del Farsa tras los incidentes provocados por Vilanova (de conocidos antecedentes), entre otros, en la final de la Supercopa de 2011 le han enajenado cualquier simpatía personal de su entrenador, Mou, que, por lo demás, pocos motivos tiene para confiar en él profesionalmente, pues hace mucho que le ha calado y le ve, en plena decadencia, o sea, más como un problema en la portería que como una solución.

Pero lo peor que ha hecho Fallillas es ser beligerante en un conflicto que le debería haber sido ajeno, a saber, la persecución permanente de Mou por la prensa deportiva, la cual, salvo honrosas y escasas excepciones, lo considera su enemigo personal ya ANTES de fichar por el Madrid (y esto se puede demostrar gracias a la eliminación del Farsa por el Inter de Mou en la Copa de Europa el mismo año en que se convirtió, posteriormente, en entrenador blanco).

Reconozcamos, no obstante, que Fallillas ha tenido “sus” motivos para darle munición a la prensa con la que atacar al portugués; que éste pretendiera “degradarlo” a soldado raso (para dar voz autorizada a un jugador de campo frente a los árbitros, no por capricho) no le sentó nada bien; que Mou haya impuesto una línea de confrontación contra el Farsa en lugar de la simpática sumisión de los ·”chicos de la Floja” a sus amos farsalanes ha sido otro punto de desencuentro insuperable.

Probablemente, tampoco agrada a los “nacionales” la existencia de tantos portugueses en el Madrid (¡qué sería de nosotros sin Pepe, Cristiano o Mou!), lo cual es más que patético en un club de vocación y dimensión planetaria, donde los más destacados jugadores, guste o no recocerlo a los canteristas, han sido EXTRANJEROS (Di Stéfano, Cristiano, Hugo Sánchez, Puskas, Zidane, Stielike, Redondo…) O FORASTEROS (Pirri, Buyo, Gordillo, Amancio, Gento…) no gente de la tierra.

Ya, pero, ¿no debería Fallillas, precisamente porque se considera como capitán vitalicio del Madrid haber aparcado las cuestiones personales por el bien del Madrid? Bueno, como suele decirse, en los problemas en donde de verdad se conoce las personas, cuánto dan de sí y qué personalidad o actitud tienen realmente.

Por eso, porque al declive inevitable de todo jugador, más que evidente en Fallillas, se une un egoísmo sin límites y una traición permanente al club al que tanto le debe, no debemos dudar con quién estar y contra quién en esta guerra, triste pero necesaria, entre entrenador y, todavía, capitán del Madrid.

El resultado de esta lucha sólo puede ser que el Madrid empieze a soltar lastre cuanto antes, es es que quiere elevarse al puesto que le corresponde.

Antónimus

P. S.: Aunque Fallillas es quizá el mayor problema “interno” del Madrid, hay otro, Ramos, que no le anda muy a la zaga, si bien es bastante menos sibilino.

No hay comentarios: