En el diario Sport de Farsalona se puede leer esta noticia sobre unas declaraciones del exmadridista Valdano:
Basta leer el titular de la noticia para comprender contra quien habla el sofista argentino:
“Es de mediocres no alabar al Barcelona”.
Evidentemente, San Jorge (¿o es ya Sant Jordi?) no ha digerido bien que quien le pateó a la puñetera calle desde su coquetón y bien remunerado despacho del Bernabéu, encima haya tenido la osadía de ganarle en plan canyengue la Liga a “su” Farsa, célebre tanguista de los despachos.
Siguiendo el viejo dicho de que el enemigo de tu enemigo es tu amigo, el argentino (¿de la cantera del Farsa por tanto?), ahora reconvertido farsigrana, se deshace en alabanzas al “más que un club…un arbitraje” para resarcirse así de viejas heridas recibidas en sus encontronazos con Mou.
Ha olvidado el santafecino las palabras de un viejo zorro del fútbol, Lotina, actual entrenador del Villarreal, que recientemente dijo:
“Si alguien se vende, se vende para siempre, y si alguien compra, compra para siempre. Siempre les he dicho a mis jugadores: Si alguien os viene con dinero, es pan para hoy y mierda para toda la vida”.
Parece mentira que un “ilustrado”, como diría su cómplice Sámano (el de El Paisito> digo el de papel, no el de pela) no sepa comprender algo tan simple: él se ha vendido al antimadridismo hasta que se muera; y lo ha hecho no sólo por rencor sino también irreflexivamente seducido por los cuatro flashes que hoy lo acarician y mañana lo traicionarán con cualquier otro poblador esporádico de portadas. Porque al final, los personajillos pasan y las instituciones, como el Madrid, son las que perduran.
Su “satisfacción” será mucho más efímera que el hedor que lo acompañara desde ahora en la memoria madridista; porque va a estar pringado con la hez de la traición para siempre. Lo que pueda haber obtenido a cambio no llega ni a plato de lentejas. ¡Menuda primogenitura de los antis se ha ganado Piquito de Gaucho!
Ya puede irse dedicando a hablar farsalán en la intimidad.
Antónimus.
P. S.: Yo pensaba que esto del fútbol consistía en lo que se hace con la pelota, pero, según parece, muchos listillos pretenden hacernos creer que es lo que se cuenta (y cómo se cuenta) para hacerlo valer arteramente como si fuera lo que sucede. Así les va; a ellos y a los que les hacen caso. No es extraño que a la hora de la verdad, mientras Pep-Setero se ganaba la “gloría” jugando “de salón” aplaudido por sus acólitos, Mou conquistaba la Liga para el Madrid en el terreno de juego, que es donde vale.
Por eso, no hay ahora ninguna prisa en “alabarnos” entre los muchos derrotados de las redacciones y otros antros “señoriales”, que habían profetizados que Mou sería nuestra ruina, cuando lo que temían en realidad era que, como ha sucedido, fuera la suya.
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