lunes, 3 de noviembre de 2014

POR QUÉ FUNCIONA EL MADRID Y NO FUNCIONA EL FARSA

El Madrid ha conseguido en esta décima jornada de la Liga el liderato después de marcar 37 goles (le siguen Farsa y Valencia con 23 y el Pateti con 19). Ha encajado 10 goles, uno de media por partido (¡ay de los cuatro que le metieron a Fallillas en San Sebastián y los dos de le hizo el Pateti en el Bernabéu!).

Ahora encabeza la clasificación con 24 puntos (obtenidos en ocho victorias). Además, el equipo juega bastante bien. Ha llegado el momento de analizar por qué ha cambiado el Madrid su rumbo titubeante inicial por el juego avasallador actual; tanto en Liga como en Champions.

Recordemos que perdimos en las jornadas 2 (en San Sebastián; el día que no jugó Cristiano) y 3 (contra el Pateti en nuestro campo). También le costó mucho derrotar al Córdoba en el Bernabéu en la jornada inicial del campeonato. Tras esos tres encuentros, el saldo madridista era de 3 puntos en 3 partidos, con 6 goles recibidos y sólo 5 marcados. Desde entonces, en 7 partidos, lleva 32 goles marcados, 4 encajados y 21 puntos más.

Por supuesto, ha sido importante que los nuevos fichajes se vayan acoplando con sus compañeros (si bien, en el caso de Kroos, cuatro días de entrenamientos, tras no tener casi vacaciones por el Mundial que ganó, bastaron para convertirle en el amo y señor del centro del campo madridista; como supo ver enseguida Alonso) .Pero hay algo más: nuestros centrocampistas están trabajando mucho para poder ser titulares en un equipo que tiene varias posibilidades para hacer la alineación en cada línea y mucha, mucha clase, como demuestran los golazos de James (de hecho, en este equipo puede meter gol casi cualquier jugador de campo, con la excepción quizá de Carbajal o Arbeloa).

También hay que hablar de táctica. El Madrid ha evolucionado; ya no es sólo capaz de contraatacar demoledoramente sino que además sabe elaborar el juego y conservar el balón en jugadas largas; lo que le hace mucho más versátil a la hora de plantear alternativas en sus partidos. En este manejo certero y casi al primer toque del centro del campo hay mucho que agradecer a Kroos, pero también a Isco, que ha visto las orejas al lobo (¡o corro o no juego en el Madrid!). Es esa velocidad de los medios la que hace parecer fácil lo difícil, que es jugar al fútbol muy bien, pero siempre pensando en la portería contraria (3’7 goles marcados de media por encuentro).

Sin embargo, en medio de tanta bonanza, hay una cuestión que sigue siendo objeto de debate en el madridismo: ¿4-3-3 ó 4-4-2? La lesión de Bale ha dado lugar a una evolución desde la tripleta atacante titular, la BBC, y se ha pasado a un 4-4-2 que permite más control del centro del campo y por lo tanto del juego. Para partidos complicados, no es mala idea que se juegue así para dominar mejor al adversario.

Al respecto, es innegable que Bale no es un problema sino una solución más para ayudar al equipo a ganar títulos (como acreditó en Copa y Champions este mismo año). Si se analizan los tres partidos ligueros en los que más goles ha marcado el Madrid, 6 de media (8 al Depor y 5 al Elche y al Atávico), en todos ellos jugó Bale. También en Champions, en el 5-1 marcado al Basilea. Luego es innegable que, con el galés, el Madrid tiene mucho gol; seguramente más que con el 4-4-2.

Hay que fijarse también en que el modo de jugar de Benzema no es en absoluto el de un ariete sino que se trata más bien de un falso nueve; un centrocampista más. Eso sí, con llegada como media punta en muchas jugadas. Pero, sobre todo, con sus asistencias es un lanzador del resto de atacantes blancos, sobre todo de Ronaldo. Por eso, hay que reconocer que ni siquiera con la BBC hay un 4-3-3 puro en el Madrid.

En cuanto a Ronaldo, El Ubícuo, está haciendo historia, como tiene por costumbre (y deshaciéndola, como diría el bueno de Lángara si aún viviera). Lleva 17 goles en 9 partidos; ha marcado en todos ellos y casi alcanza una media de 2 goles por encuentro. No hay ya nada más positivo que se pueda decir del actual pichichi de la Liga pasada y Bota de Oro europea y, probablemente, próximo Balón de Oro en enero de 2016. Sencillamente, Cristiano no conoce límites.

Hay que decir que, en general, todas las líneas están muy bien, con la archiconocida excepción de Fallillas, que sigue de comparsa, sin aportar nada; con sus cagaditas habituales; nos cuesten un gol o no, si hay suerte; y sin hacer ninguna intervención de verdadero mérito cuando la necesitamos. Conformémonos con que no nos salga demasiado caro jugar con diez en algún partido decisivo.

La cruz de la Liga es el Farsa, que en el principio del partido contra el Madrid de hace una semana, al marcar Neymar, se llegó a poner a 7 puntos por encima de nosotros y ahora está 2 por debajo. Dos derrotas consecutivas han hundido al Farsa al cuarto puesto (y empatado con el quinto). ¿Es una crisis momentánea, el temido y ocultado cambio de ciclo o es que Luis Enrique no tiene ni idea de cómo dirigir a un equipo de este nivel?

Desde luego, no es culpa del asturiano que Messi siga contando entre los desaparecidos en combate. O que Suárez sólo “quepa” de extremo, que no es. Neymar está mejor, pero él sólo no lo puede hacer todo (encima, teniendo cuidado de no despertar los celos del cráneo privilegiado argentino).

La clave es el eje del equipo. Al poner al ariete uruguayo, o sea, jugar con tres puntas netas, el centro del campo del Farsa se queda con sólo tres jugadores. ¡Y que tres! En Madrid empezaron jugando Siniesta, Xavi y Busquets. Ninguno de ellos está en lo mejor de sus carreras, sobre todo el “cerebro”, que no tiene ya piernas ni para un tiempo. Tras la lesión de Siniestra (otro “Sansón”), Rakitic o Rafinha no parecen suficientes para apuntalar esa zona vital, y más en el Farsa, con su acostumbrado tiqui-atraca. Tampoco Pedro o Xavi, ahora suplente han sido capaces de evitar la derrota ante el Celta ¡en el Campo Nuevo!.

Encima, la defensa sigue en su conocido nivel de incompetencia. Sin laterales, casi sin centrales…¡Piqué ya está en la grada! y pronto puede que en su casa.

Así que no es fácil que el Farsa remonte el vuelo ante rivales de categoría; otra cosa sera que en los partidos fáciles de la Liga pueda hacer unos cuantos buenos resultados. Pero la cuestión de fondo seguirá siendo si hay relevos de suficiente calidad para los veteranos o no. Bueno, y si Messi puede dedicar su atención al terreno de juego o ha de fijar su mirada aquilina en los juzgados.

En cuanto a Luis Enrique, no parece que se atreva con los galones de los pesos pesados del vestuario farsigrana y no va a hacer ninguna revolución. Empieza a estar en entredicho por la marcha del equipo. Habrá que seguir con atención los próximos partidos con el Sevilla o el Valencia, y al final de la primera vuelta con el Patéti. Y en la segunda vuelta…¡con el Madrid!

Antónimus.

Post scriptum: Los patéticos a lo suyo: aclamar a sus medianías como si fueran los mejores jugadores individuales del planeta. No saben ni de qué hablan. ¡Pobrecitos!

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