jueves, 30 de octubre de 2014

SENSIBILIDADES DE SEDA VERSUS EL ARCHIRREPETIDO ANIVERSARIO DEL ALCORCONAZO

Algunos no deberían ni salir a la calle, ya que tienen la piel tan fina; mucho menos saltar a un campo de fútbol, si es que no saben perder sin hacer el ridículo.
Precisamente ayer, 29 de octubre de 2014, en que, según la prensa, se cumplía un quinquenio del Alcorconazo (algo que no dejan de recordarnos puntualmente cada año), jugó el Madrid como visitante contra otro modesto, el Cornellá.

Más allá del resultado (también hubo cuatro goles, pero se los marcó el Madrid a su rival), hay que comentar un lance del juego que tuvo continuidad tras el partido.
Marcelo, que entró en la segunda parte, logró meter el cuarto gol del Madrid y lo celebró con una doble voltereta. Los que lo vimos en directo, pensamos que hay que ser un gran atleta para poder hacer algo así. Y nada más. Y nada más.

Pero uno de los jugadores perdedores, de cuyo nombre no nos da la gana acordarnos (porque no es nadie), consideró ofensivo ese modo de celebrar el gol por parte de nuestro brasileño; una falta de respeto, vamos. Interesante punto de vista.

Resulta que nuestros antis nos recuerdan constantemente nuestra derrota ante el Alcorcón (no tienen tanta memoria para el nombre de nuestro entrenador por entonces, que no era Mou sino Pellegrini). Por supuesto, a nadie le importa ni un ápice del pellejo de una mierda si eso nos hiere o no.

Además, previamente nos recordaron, hasta que ellos mismos lo olvidaron, el Centenariazo sufrido en la final de Copa jugada contra el Coruña (tampoco nos entrenaba Mou, sino el Sr. marqués del Bosque Talado).

Entre otras muchas ocasiones, también fuimos eliminados de la Copa. Ejemplo, por el Toledo en 2000/01(casualmente, no por culpa de Mou, sino de, ¿lo adivinan? De el Divino Salmantino).

Y hace nada, en 2008/09 fue el Real Irún el que se cargó al Madrid de Schuster en el mismísimo Bernabéu.

Esta desidia copera desapareció, ¿casualmente?, cuando Mou se convirtió en el entrenador del Madrid. En sus tres temporadas en el cargo, ganó una Copa, llegó a la final en otra (sustraida a medias por el árbitro y la violencia patética de las huestes de Sicarione) y en la tercera el Farsa eliminó al Madrid mediante un escándalo arbitral monumental.

Así que hemos caído más de una vez ante equipos inferiores teóricamente; pero los partidos hay que jugarlos y semejantes derrotas madridistas son las excepciones, no la regla. De lo contrario, si nosotros fuéremos eliminados cada año, ya no sería noticia; hay que saber apreciar este matiz.

Así que si un Segunda B cree que jugar en la Copa contra el Madrid presupone eliminarlo, comete un grave error psicológico. Puede comportar como secuela la búsqueda irracional de cualquier pretexto al que echarle la culpa de la propia incapacidad futbolística y para no tener que asumirla.

Porque parece obligado que aunque al Madrid le duela ser eliminado, se tiene que aguantar y callarse, le digan o le hagan lo que quieran, rivales o periodistas “neutrales”. En cambio, otros que parece que pensaban “hacer historia” a nuestra costa se soliviantan por algo tan insignificante que pasaría desapercibido si no lo magnificaran ellos mismos. Y todo porque ha vuelto a ocurrir lo que normalmente tiene que pasar por la diferencia de potencial de cada club.

Lo malo no es perder ante el Madrid sino darle una importancia desmesurada a lo que no la tiene cuando no se compite con posibilidades similares a las nuestras.

Antónimus.

Post scriptum: Sólo hay un remedio para evitar la derrota y el sufrimiento que comporta: no competir.

No hay comentarios: