Vaya por delante una aclaración: todos los humanos erramos; por tanto, tenemos que asumir que igual que nosotros a veces nos equivocamos también yerran los demás; algo tan evidente no supone un problema para nadie razonable.
Lo que no es admisible, en cambio, es que se camuflen los errores, que no se reconozcan o que se les quite importancia; especialmente, cuando se actúa así deliberadamente, pese a que (o porque) son cada vez más graves y frecuentes. Este es el caso de la decadencia de Fallillas, del cual es también culpable “su” prensa (al parecer, empeñada en cerrarle los ojos en vez de abrírselos).
Desde este punto de vista crítico, es paradigmática la “política mediática” de Fallillas y su entorno periodístico; como acaban de demostrar sus recientes comentarios, no “robados” sino buscados espontáneamente por él (mediante una rueda de prensa no prevista), para aclarar parte de su reciente entrevista con Iñaki Gabilondo (que muchos, incluso algunos periodistas, consideran que fue un error de Íkaro, por mucho que escogiera el momento con todo cuidado: cuando dejó de ostentar la dudosa marca de encajar dos goles de media por partido jugado y tras el fugaz paso de Keylor por la meta blanca; situación que más de un fallillista consideró más peligrosa que si Navas fuera el mismísimo Maligno; con M de Mou, por supuesto).
Analicemos sólo un par de frases de lo publicado ahora en el ASCO (Grupo Prisoe) sobre estas últimas declaraciones:
http://futbol.as.com/futbol/2014/10/15/primera/1413375720_077933.html
TRANSICIÓN DULCE (EN LA FLOJA)
“…cada uno tiene que decidir cuándo deja la selección…”.
¡Y el Sr. marqués cobrando por, aparentemente, tomar ese tipo de decisiones! ¡Vivir para oír! Esta claro que los resultados carecen por completo de importancia para Íkaro.
“…No me ha sorprendido lo que dijo Del Bosque porque tengo una relación fabulosa con él. Me lo había dicho y no me lo tomo mal…“
Sin embargo, según DEFENSA CENTRAL.COM (La voz del madridismo):
http://www.defensacentral.com/tertulias/113013-real-madrid-tertulias-enrique-maruqes-la-goleada-casillas-del-bosque-transicion-dulce/
"Casillas no sabía nada de la transición dulce que dijo Vicente Del Bosque"
Volviendo al ASCO:
“…te exigen como el mejor, como lo que has sido…”
¿En qué quedamos, sigue siendo el mejor o ya no lo es? Palabrita del niño Jesús que nos gustaría mucho saber la respuesta correcta a esta cuestión.
"Después de un partido en el que QUIZÁS no consigues ganar…” (las mayúsculas son nuestras para resaltar el término “quizá”. El partido del que habla El Inefable es el Eslovaquia 2 España 1. No parece que haya pasado tanto tiempo (una semana) como para que ya lo haya olvidado, especialmente tras sus dos destacadísimas intervenciones, ambas reflejadas en el marcador (¿no será más bien que a él le gustaría olvidarlo y, sobre todo, que lo olvidemos todos los que lo vimos?).
Este es el fallillismo en estado puro, tanto el de Íkaro como el de sus apoyos mediáticos: lo que no interesa no se reconoce y además no ha pasado. Amén.
Por último (por no abusar del portero caído), llama la atención que en la versión de la misma frase en otros medios NO FIGURA LA PALAGRA “QUIZÁ”:
http://deportes.elpais.com/deportes/2014/10/15/actualidad/1413394522_592148.html
http://www.abc.es/realmadrid/noticias/20141015/abci-casillas-inmortal-real-madrid-201410151421.html
“Quizá” les pareció a los amiguetes de esas redacciones que el “quizá” fallillista es demasiado descarado; demasiado despreciativo para con la inteligencia ajena.
O “quizá” lo que sucede es que Íkaro hablo en un dialecto propio, de ahí el malentendido. Nos pasa a muchos. En Cibeles Madridista, por ejemplo, podemos traducir la frase al nuestro, el diegolopeño, y entonces suena así:
“Después de mi par de cagadas en la portería, tan descomunales que son las culpables directas de la derrota, que es de mi entera y exclusiva responsabilidad,…”
Es lo que tiene el diegolopeño, que sus frases son mucho más largas…y más llenas de contenido.
Sin embargo, sorprendentemente, en EL PAISITO, tan “amigo de sus amigos” en muchas otras ocasiones, hay un artículo que lanza una hipótesis bastante plausible de lo que le pasa a Fallillas y de por qué aún sigue en el Madrid:
http://elpais.com/elpais/2014/09/26/gente/1411725416_211962.html
En cuanto a lo que significa el “limbo de Fallillas”, según el diccionario de la Academia, “estar en el limbo” es:
1. Estar distraído y como alelado.
2.. Ignorar alguien los entresijos de un asunto que le afecta.
Además, “limbo”, en teología católica, es un ámbito donde tienen que aguardar al Juicio Final los que, en principio, “se han salvado de la quema” infernal, pero aún no pueden ir al cielo.
Esta es la zona incierta por la que deambula como alma en pena el portero blanco, del pésimo envejecer deportivo, Íkaro Fallillas; que ya se veía en la gloria, pero al que se le han quemado las alas por sus excesos (a la hora de encajar goles que otros porteros sí paran) y está ahora inmerso en un proceso de excomunión promovido por gran parte de la masa madridista. ¡Vade retro! (en latín: ¡Vete, retírate!). ¡Que tenga cuidado con el juicio final del madridismo! Haría bien en no desafiarlo.
¿Conclusión? Fallillas tiene que tomar una decisión urgentemente: renunciar a seguir confiando en que la estupidez de la gran mayoría del madridismo no permita ver sus cada vez más frecuentes fallos y seguir imponiendo su titularidad gracias al poder de su “arma mediática con silenciador” (bien lo supo detectar Mou) o acepta que hasta aquí ha llegado su carrera deportiva y saberse ir un segundo antes de que la afición (y hasta la directiva) lo eche del Madrid a patadas.
El precio de lo primero es no poder volver jamás al Madrid como directivo o presidente ante la cantidad de odio contra él que el propio Fallillas está acumulando. Lo segundo exigiría que Íkaro se conformase con la carta de libertad en lugar de llevarse unos cuantos millones más de euros en las próximas temporadas (¡tranquilos, fallillistas!, que, incluso en este segundo caso, Martín tiene las papillas aseguradas aunque las siga tomando durante varios siglos). Por supuesto, Fallillas tendría además que desaparecer del mapa una buena temporada y cuanto antes, para intentar que el olvido cicatrice las heridas.
¿Qué hará Íkaro? Alguien con cabeza sabría meditar sobre un asunto de esta envergadura y decidirse por el mal menor; un necio contumaz no lo hará y se obligará a sí mismo a ahogarse en su propia mierda.
Así que estamos ante un círculo vicioso: la crisis no se resuelve porque Íkaro Fallillas no quiere aceptarla y, como no la acepta, genera una animadversión en el madridismo contra su hasta ahora ídolo que va en crescendo. Tampoco comprende Íkaro que el tiempo juega en su contra (nunca volverá a ser el que fue hace 5 ó 6 tamporadas). Haga lo que haga, Fallillas no podrá eludir estas realidades. Por eso, si se empeña en continuar jugando, el público no tendrá más remedio que condenarlo, olvidando el resto de su carrera. Y lo hará obligado, porque el mostoleño no habrá sabido asumir sus culpas y retirarse a tiempo.
Cibeles Madridista.
Post scriptum: No es de temer el lobo sino el bobo; que es mucho más peligroso, sobre todo para sí mismo y los que lo rodean.
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