Si visitando una fábrica de conservas quisiéramos saber con qué producto se trabaja en cada sección, bastaría ponerse al final de la correspondiente cadena de montaje y observar lo que contienen las latas que se nos acercan. El único problema sería que alguien, con sospechosa diligencia, las tapara antes de que podamos examinarlas; en tales casos, la mayoría se conformaría y dejaría de indagar; sólo unos pocos se preguntarían críticamente a qué intereses se debe que haya tanta prisa en ocultar algo así.
Precisamente, esa ha sido la labor de la prensa en relación con Íkaro Fallillas, cuya “información” se ha convertido, cada vez más descaradamente, en un folletín patético de éste “héroe” inconsistente contra múltiples “villanos” (César, Adán, Mou, Diego López, Valdés y ahora Keylor Navas), una historieta que se radicalizó ya hace cuatro años.
O sea, que los medios de comunicación, en lugar de desarrollar su labor de comunicar acontecimientos sin valorarlos, han decidido (¿ellos?) seleccionarlos, retocarlos, sesgarlos y, cuando lo ha preferido, ignorarlos; todo ello en una descarada y manipuladora reinterpretación de la realidad para ganar tiempo y prorrogar la carrera de su ídolo Tragagoles Fallillas más allá de lo que los marcadores denuncian cada vez más.
La situación ha llegado a tal punto que somos bastantes los que pensamos que si se publicare que el sol ha salido, como cada mañana, sin novedad, entonces lo que sucedería sería que lo ha hecho extrañamente, es decir, por el oeste. Así, utilizando el “negativo” de las noticias, se hace uno una idea más auténtica de lo que sucede que si se las cree. Es retorcido, sí, pero funciona.
Ejemplo: acaba de salir diciendo don Corleone que bastan los (5) dedos de una mano para contar los errores de Fallillas. En Cibeles Madridista no lo creemos porque nos salen bastantes más. Sólo contando por encima y desde enero de este año:
Final de Copa de España: Fallillas se traga el empate del Farsa en un córner (que luego se ganara, no obsta para contar el fallo).
Partido de Liga en el Bernabéu contra el Valencia (que venía, como el Madrid, de jugar competición europea entre semana, pero con el agravante de haber disputado además una prórroga en la que fue eliminado): Fallillas se traga un gol junto a un poste (una de sus especialidades, junto con que le cabecean en el área pequeña). La consecuencia es que el Madrid no aprovecha la derrota en esa jornada del Patética y pierde casi todas sus posibilidades de aspirar al título liguero (conviene recordar que esa Liga apenas jugó Fallillas, de ahí que no tuviera tantas oportunidades de cagarla como en la actual).
Final de Copa de Europa: dos fallos ocasionados por su deserción ante el enemigo (también tipificado como abandono de portería con incompetencia manifiesta para el juego aéreo). Un gol y gracias que no fueron dos. Casi nos costó la final, y no es una final cualquiera.
Mundial: Fallillas encaja en dos partidos 7 goles y se carga cualquier oportunidad de La Floja de seguir en la competición.
Gira de verano de EE. UU. Tres chicharros, tres (bueno, el tercero fue “Chicharito”) que se traga Fallillas como si nada.
Supercopa de España: en ambos partidos, Fallillas encaja goles a quemarropa con la mayor pasividad (pero su “entorno” reparte la culpa entre él y la defensa).
Liga 2014/15, partido en San Sebastian: Íkaro Fallillas encaja 4 goles (su saldo en las cuatro primeras jornadas fue de 8 goles, a dos de media por encuentro).
Copa de Europa, partido en Bulgaria: nada más empezar, se traga otro más de los suyos por no salir.
Partido de La Floja contra Eslovaquia: Dos más al saco de Íkaro en dos genialidades suyas. A otro portero le habría costado regresar a España andando, pero claro, a él no, porque ¡le debemos tanto (tanto)!
Total: 10 partidos y 23 fallos (en una la lista que no es exhaustiva). Pero tranquilo “Angelote”, que aún no ha terminado 2015; seguro que Fallillas aún se superará a sí mismo.
Desde luego, en una empresa normal, que sólo cree en los resultados, una “gestión” así seria premiada con una hermosa patada en el culo. En el fútbol, a la vista está, algunos prefieren los “sentimientos” a los títulos (otros preferiríamos soltar este lastre cuanto antes).
Suena raro, pues, lo que dice ahora don Carleone. Ël fue quien confirmó, nada más llegar al Madrid, la teoría de Mou respecto a la titularidad de Diego López (¿existió realmente?). ¿Y ahora se convierte al “fallillismo tan fervientemente?. Esta temporada, curiosamente, no se ha escudado en los informes de su entrenador de porteros en relación con si Navas (mejor portero de la pasada Liga española y del reciente Mundial) debe ser titular).
No parece que el criterio del bien trajeado y mejor pagado entrenador italiano sea muy consistente: ahora busca y rebusca un centrocampista después de echar a Casemiro, sin premiarle que las pocas veces que contó con él siempre cumplió (lo que contrasta mucho con lo que pasó con Illarra, que no dio ni una, pese a lo cual sigue contando con éste).
Así que todo suena a que nuestro actual entrenador también ha sido reclutado para la más que manida campaña de siempre, cuyo nuevo título es: “salvad al portero Íker”.
Su actitud es extraña, es decir, inusualmente “cariñosa” en estos tiempos que corren; en los que vemos cómo se deja caer en el paro a millones de trabajadores a pesar de cumplir con su trabajo y nadie los defiende. O se pone a familias enteras en la puñetera calle, por mucho que ellas, sin duda, se merezcan ser tratadas como personas y no como animales: Pero si se trata de Íker, todo el empeño que se ponga en favorecerlo es poco. Muy coherente.
Francamente, demasiado altruismo en la prensa, la cual cobra habitualmente hasta el saludo (a quien se digna saludar). En cuanto al Sr. marqués, como buena rata marinera, preferirá que se hundan todos los demás de La Floja si con ello logra salvarse (el primero que sentó a Fallillas en el Madrid fue precisamente él, no Mou).
Al fin y al cabo, lo mismo que don Vicente es un mero fusible para la protección del presidente Villar, Fallillas no significa otra cosa para el Sr. Marqués; quien en el fondo sólo es delbosquista. Parece que quisiera seguir contando con las estrellas de La Floja, pero sólo lo hará mientras le resulten útiles y ahí sólo cuentan los resultados actuales, no los históricos. Por eso, Del Bosque no dudará en sacrificar a las vacas sagradas si se pone en peligro lo único que le importa de verdad: conservar su cargo y todas las demás ganancias (comerciales) asociadas al mismo.
Cibeles Madridista.
Post scriptum: Se levanta el telón. Hay un anciano en silla de ruedas de espaldas al espectador. Exige a su hijo que lo lleve al Bernabéu porque hay partido. Éste protesta, se niega, pero al final cede… (fundido en negro). El siguiente plano empieza pegado a la nuca del mismo paralítico; se va alejando y muestra el estadio lleno; después desciende y se descubre que el inválido está vestido de portero. Seguimos sin saber quién es porque el respaldo de la silla no permite ver el nombre impreso en la camiseta. Finalmente, es enfocado desde un plano superior: está justo delante de la portería. La cámara toma perspectiva hacia una toma más alejada y a la vez va descendiendo sobre la figura inmóvil. ¡¡¡Es Fallillas!!! ¿Posibles títulos?
¡La historia interminable! o ¡Pesadilla en Chamartín!
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