“Putsch” es una palabra alemana que significa “golpe de estado”. No es “pucherazo”, pero su sentido es también este, pues, si se piensa bien, un cuartelazo es el medio para imponerse a la voluntad adversa de las urnas; o sea, en el fin coinciden.
En este caso, el objetivo del Putsch es el Florentinato, como gustan de llamar en el Grupo Prisoe a la hegemonía de Florentino Pérez en el Madrid, que con sólo proclamar su candidatura a la presidencia blanca renueva por cuatro años más una y otra vez, sin necesidad de concurrir a las elecciones (en realidad, no porque él lo impida sino porque nadie se atreve a presentarse contra él).
El Putsch del que hablamos aquí, por supuesto en grado de tentativa, podría estar teniendo lugar ahora mismo, delante de nosotros, concretamente en el Madrid. Por supuesto, no nos lo cuenta la prensa, y no lo hace por la sencilla razón de que ella misma es quien lo está intentando llevar a cabo. ¿Cómo?
Recordemos que esta situación tan irregular no es, sin embargo, inusual en el Madrid actual. Ramos y Fallillas lo intentaron en el último invierno de Mou como entrenador blanco. Quién sabe con qué apoyo contaban, pero allí hubo algo raro y no parece creíble que actuaran por su propia iniciativa esos dos genios.
Además, en numerosas ocasiones, la prensa deportiva (no sólo) española, incluso el arzobispo de Farsalona, han intentado descaradamente influir en el Madrid para que actuara como ellos desearían. El mismo Mou se enfrentó a esta situación, ¡ojo!, ya de recién llegado; simplemente por no ser el “elegido mediático” para entrenador blanco. Nada nuevo bajo el sol, sí, pero analicémoslo un poco más.
Ciertamente, la campaña se enmascara (el camuflaje es un modus operandi muy querido por los militares y lo practican también los golpistas); actúa como la típica operación de “maskirovka”, de “decepción militar”, de simulación de la auténtica estrategia, haciendo creer que se va a atacar en un lugar diferente del objetivo ya elegido (si en algo es experta la prensa es en no mostrar nunca la realidad).
La simulación consiste en hacer ver que lo que se plantea es meramente un debate “técnico”, que, en principio, nada tiene que ver con lo que aquí denunciamos, pero que es el medio, el caballo de Troya, para lograr el premio gordo: conquistar el poder establecido (y consolidado) en el Madrid; el cual quedaría vacante si se desestabiliza a la actual directiva. Para ello, hay que desprestigiarla. Por eso, se dirá que si bien ha sido una buena gestoras financiera, su balance deportivo es claramente insuficiente para la importancia y expectativas del Madrid, así como para defender sus verdaderos intereses y su genuina idiosincracia de entidad deportiva, no de empresa obsesionada por la rentabilidad económica.
El modo de lograr esto es convertir la táctica del equipo en una cuestión esencial, identitaria para el Real Madrid, que sirva para dividir al madridismo y, tras debilitarlo “ideológicamente”, invadirlo y conquistarlo para mejor causa: la de ser teledirigido.
Hay mucho en juego: contratos muy jugosos de TV; posibles comisiones por traspasos multimillonarios; influencias deportivas y políticas; pasta en abundancia en múltiples ámbitos relacionados con el fútbol (¿quién construirá el nuevo Bernabéu si se va Florentino?)... Pero, posiblemente, este es, sobre todo, un caso de orgullo desmedido, de soberbia mediática; pues el Madrid va por libre, no atiende a las instrucciones que los medios intentan dictarle, luego tiene que ser abatido para que se “normalice” esta situación.
La campaña de reeducación del público futbolístico, no sólo madridista, no es nueva. Hace mucho tiempo que se acusa al Madrid de no jugar al fútbol sino al contraataque tan sólo, como si fuera ilegal (en cambio no se meten con la intensa violencia patética, que es lo que le ha dado la Liga que tanto le alaban; con colaboracionismo arbritral, claro, que la Federación Española de Fútbol tampoco traga a Florentino).
Hasta hace poco, el Farsa ha encarnado el tipo de juego que gusta a los gurús de la prensa (y a sus comentaristas, muchos exjugadores o exentrenados, como Valdano (muy ligados todos ellos a los medios; desde donde difunden permanentemente las verdades metafutbolísticas del menottismo). El debate se ha planteado en términos de cruzada entre el bien y el mal del fútbol (el Madrid empieza con “m”, así que su papel en este planteamiento maniqueo esta claro).
Como ahora, además de seguir ganando más dinero que nadie, hemos vuelto a obtener la Copa de Europa (la Décima, nada más y nada menos y, por cierto, segunda de Florentino Pérez) y encima jugamos más ortodoxamente, según publica el que es juez y parte en este cuestionamiento, es urgente dar la vuelta a la tortilla; mucho más, desde que el Farsa se está hundiendo como una piedra. Por eso, los prenseros nos consideran maduros para una “intervención reconductora”. Interesados en pilotarla no faltarían.
En ello están, crónica a crónica, intentando hacernos ver que ahora vamos por el buen camino (pasar de autónomos a heterónomos) y mientras sigamos recorriéndolo proseguirá la benevolencia informativa respecto a nosotros, que nos hemos convertido en su interés futbolístico principal. Eso da coherencia al desmedido empeño de los plumíferos en apostar por un caballo ya casi retirado como Fallillas; algo que sólo adquiere sentido si se interpreta como la defensa a ultranza de un estilo de sumisión a los medios (además de ser la defensa obligada de su topo-vasallo).
Analicemos pues qué está pasando últimamente, qué se esta publicando sobre el Madrid y por qué:
EL CASO BALE
He aquí una pista publicada en EL ECONOMISTA:
http://ecodiario.eleconomista.es/futbol/noticias/6217625/11/14/La-desobediencia-de-Gareth-Bale.html?utm_source=crosslink&utm_medium=flash#.Kku8Egq15oXkiQF
Esta claro que Bale no cuadra en el “toca-toca” de la prensa: corre demasiado y demasiado deprisa: es un “atleta” no un “artista”. Pero, eso sí, en la media hora que le dio don Carleone, tiró al larguero, forzó en una de sus arrancadas una falta peligrosa al borde del área y la sacó con no menos peligro que Cristiano.
Si tenía unas u otras instrucciones, eso es lo de menos si tenemos en cuenta que fue un revulsivo claro de un Madrid conformista y apático que se lo puso muy fácil al Liverpool durante casi todo el partido.
Pero todo vale contra Bale; el hombre que costó demasiado y en su primer año fue el autor de los goles decisivos de los dos títulos ganados por el Madrid en la temporada pasada. Por eso, nadie correlaciona su presencia en el equipo titular con las cuatro mayores goleadas madridistas de lo que va de curso, tanto en Liga como en Champions (se prefiere hablar de la “categoría futbolística” de Isco). Bale está marcado por la prensa desde antes de venir: les rompe el molde elegido para “con-formarnos” a imagen y semejanza de sus deseos.
LA HIPOTÉTICA MARCHA DE ISCO Y FALLILLAS
También en EL ECONOMISTA, se comenta
http://ecodiario.eleconomista.es/futbol/noticias/6217584/11/14/El-Real-Madrid-podria-abrir-la-puerta-a-Isco-y-Casillas-si-hay-buenas-ofertas.html#.Kku8Pvvvtq2eQsF
No deja de ser llamativo que el gran Fallillas pueda salir por la puerta falsa próximamente o que eso sea lo que, según la noticia, desea el Madrid. Además, en un momento en que a Íkaro lo apoya la prensa y está jugando tan bien últimamente, según repiten nauseabundamente los medios.
Pero lo principal de la noticia es el eventual traspaso de Isco, precisamente cuando está jugando mejor, (sea o no suficiente su rendimiento real para ser titular merengue. Lo cierto es que pierde muchos balones por falta de costumbre defensiva y, sobre todo, de físico; todo ello, aunque ponga su mejor voluntad, que no se le discute). En cualquier caso, lo que es evidente es que se ha ganado a buena parte del Bernabéu, quizá porque sus mejores momentos en el Madrid han sido amplificados y multiplicados por el eco mediático y sus errores o defectos sistemáticamente silenciados.
¿No es una provocación a la afición madridista, tan aleccionada por los mass media para que su club, además de ganar y golear, “juegue al fútbol”, que sus dirigentes estén “conspirando” de tan impresentablemente contra un talento futbolístico como éste? Encima, llueve sobre mojado, tras la marcha de Özil y Di Maria (que no están triunfando y además han sido un negocio redondo; pero toda la madera vale para hacer una pira donde inmolar a Florentino). Así que, si esto ocurriere, los medios hablarían hasta de Khedira, nada de su gusto y que no renueva porque él no quiere; pero, “¡todo sea por la causa!”, pues les vendría bien para engordar la bola rodante de los “traspasos indebidos” hasta que se convierta en el escándalo capaz de defenestrar a Florentino). Y si no ocurre áun, no importa; lo que cuenta es que la prensa siga sembrando, confiando en que, a la larga, sólo puede ganar ella, ya que es la que alecciona al público y éste pasta donde ella lo pastorea (o eso pretende). Cada vez es más evidente la necesidad estratégica en el Madrid de disponer de su propio grupo mediático.
EL HOMBRE ÚTIL: DON CARLEONE
El “nuevo gobierno” madridista seguro que contaría con don Carleone (“el Pacificador”. ¿De qué guerra? De la de los medios contra Mou). Él es amigo de todo el mundo y la prensa puede manipularlo fácilmente (como demuestra que Falli haya vuelto a la titularidad precisamente cuando más evidente era su fracaso, tras Lisboa y Brasil).
El italiano tiende a adoptar la táctica favorita de los medios: 4-4-2 y al toqueteo infinito de la pelota en vez de al latigazo devastador en el que tanto destaca(ba) el Madrid y que se había visto reforzado por la presencia de Bale (el Réprobo. Una campaña de desprestigio parecida la intentaron los medios también contra Cristiano el Carísimo, al menos al principio; pero éste desbarató la conspiración contra él a golazo limpio y se ha convertido en indiscutible por aplastamiento de marcadores).
LA TÁCTICA DIABÓLICA
Lo del 4-3-3 del Madrid suena a obra de Belcebú en las redacciones. Para empezar, lo consideran muestra de riqueza mal ganada (vía TV) y peor ostentada (la chulería madridista). Es un capricho de nuevo rico que dilapida sin pestañear auténticas fortunas para fichar a los mejores jugadores del mundo en vez de ganarse el pan deportivo con el sudor de su frente, regando así la propia tierra, o sea, utilizando no su cartera sino su cantera (lástima que no provinieran de ella nuestras principales figuras para cargar de razón su teoría castiza. No son de tan entrañable origen ni Di Stéfano, ni Gento, ni Puskas, ni Amancio, ni Stielike, ni Cristiano, ni…).
Se dice que la mejor defensa es un buen ataque y eso es lo que significa el 4-3-3 para nosotros; aunque no está reñido con presionar al adversario (como demostró Mou en la Liga 100) ni descarta usar cualquier otra táctica en partidos concretos. Pero está claro que lo que le gusta a los comentaristas es otra cosa. Ellos, para empezar, son muy “comunistas” (por supuesto, sólo en el fútbol); por eso, no les parece bien que el Madrid tenga tanto y otros equipos tan poco. Que nos hayamos ganado con nuestros méritos deportivos hasta el último céntimo les da igual; la envidia no tiene problema en ponerse en evidencia sino en soportar al envidiado.
De ahí que la táctica 4-4-2 sea plantada como un problema filosófico, de concepción del juego en sí mismo (esencialmente) y de cómo es más idóneo realizarlo. Esa crítica, debidamente reiterada, actúa como modo indirecto de torpedear el modelo de Florentino el Galáctico, el que termina ganando no por méritos legítimos sino por acumulación de medios ofensivos (en todos los sentidos), bien económicos bien deportivos (si es que, en el fondo, hay alguna diferencia entre ellos para conquistar y retener la hegemonía mundial de los clubes de fútbol durante largo tiempo).
El problema del que hablamos, creado expresamente por la prensa, no es jugar cada partido como más te convenga como equipo de características concretas, lo que quiere decir, según los jugadores disponibles, sino fanatizar el 4-4-2 por intereses ajenos al juego.
EL ARCHICULPABLE: FLORENTINO PÉREZ
Tiene que serlo. No sólo es su puesto (su poder) lo que se ambiciona sino que es el disidente más destacado (exitoso) e incompatible con el modelo del “jogo bonito” que patrocina la prensa. Desde luego, no será el actual entrenador ni “los capitanes” quienes dejen de colaborar con un hipotético nuevo orden si hubiere relevo en la presidencia. Para defenestrarlo hará falta algo sonado, como perder la Liga o la Champions de manera injustificable. Eso es algo que puede pasar, pero también puede arreglarse (ni Villar ni Platini lo lamentarían).
RESUMEN FINAL: EL PARTIDO DE VUELTA CONTRA EL LIVERPOOL
Tras haber ganado al Liverpool en el partido de ida en su propio estadio, por goleada y barriéndolo del campo, el Madrid salió en el de vuelta, como diría la prensa, a “gustarse”; a tocarla; a no tener prisa en profundizar. Hasta Ronaldo parecía anestesiado. Hubo mucho toque y poca llegada; encima, casi siempre por el centro. Faltaba un extremo derecho (Marcelo hizo su parte en la izquierda, pero no bastó). Incluso Benzemá jugó muy bien, muy activo y marcó el gol de la victoria, pero faltaba algo: ese no era el Madrid sino un pálido reflejo de él, más bien de sus defectos.
Quizá lo que sucede es que nuestros jugadores se están creyendo la milonga de la prensa y ya no buscan la yugular del adversario a toda máquina. Es comprensible: tiene que halagar mucho a cualquiera oír (a los medios, claro; los únicos que pueden transmitir su opinión) lo bueno que es uno y lo bien que está jugando (sobre todo si va dirigido a un millonario inmaduro).
Las crónicas de este encuentro no han maltratado al Madrid (con la consabida excepción de Julián Ruiz, el Cortador de césped de EL MUNDILLO). Esta vez no se trataba de hacer sangre y la razón es que a los plumíferos les encanta que nuestro equipo juegue de un modo cada vez más parecido al paradigma que ellos le han asignado. Se felicitan por ello y en más de un sentido. Ahora ya no nos dicen, como Ortega, “No es eso, no es eso”.
Lo malo es que se trata de otra cosa. El asunto consiste, como decía Luis, en ganar y ganar y volver a ganar. Lo demás es poesía; adorna mucho, sí, pero no sirve para alcanzar la meta (el gol), que es para lo que se juega al fútbol.
Entretanto, tenemos al enemigo ante portas (y en casa, ¿verdad, Falli?) y como no nos ha declarado la guerra formalmente, muchos madridistas aún no se han enterado de que nos están atacando ya.
Antónimus.
Post scriptum: El problema no es que el fin justifique los medios sino que éstos lo suplanten.
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