Con este título no se pretende dar la razón a la consabida polémica orquestada permanentemente contra Florentino por sus enemigos personales (y también del Madrid, en tanto que entidad muy importante que aspira a ser independiente de otros intereses que no sean los suyos propios).
El problema es muy diferente: un grupo ha de ser estructurado para funcionar solidariamente y ser más eficaz que lo que proporciona la mera suma de lo que aportan sus individualidades.
Esta estructura o columna vertebral (o sea, vertebradora) del equipo va de la portería al delantero más determinante, pasando por el eje de la defensa y el que podemos llamar centrocampista-jefe (de todo el equipo), que suele denominarse medio centro. Estos jugadores han de ser muy buenos, de excelentes capacidades físicas y técnicas y además muy ambiciosos. Han de querer ganar siempre y por encima de lo que haga falta. No tienen que ser buenas personas ni amigos de nadie más que de la victoria. Y han de correr y meter la pierna con el máximo interés para tomar la iniciativa en los partidos. Además, tienen que “marcar” al árbitro y desgastarlo (lo que exige que el capitán sea un centrocampista).
El resto de los componentes del equipo pueden ser de menor calidad, pero se han de ganar el puesto aportando más trabajo, más entrega y más entusiasmo. El plus de jugar acompañados por las figuras les aportará suficiente calidad para lograr, todos juntos, el nivel de excelencia que siempre tiene que buscarse para que nuestro equipo sea el mejor.
Y aún queda la táctica de este grupo. De éste, no de cualquiera. Se juega con lo que se tiene en la plantilla, igual el Rayo que el Madrid. Son los jugadores disponibles los que obligan a elegir la mejor combinación de sus habilidades jugando juntos, no teorías universalistas que no pasan de ser fútbol “de salón” (o de redacción). Y siempre buscando el gol como único fin posible del fútbol; sin darle a lo demás otro valor que el de ser los medios necesarios para alcanzar este propósito fundamental y excluyente.
Todo lo anterior nos lleva al decisivo papel del piloto de la nave, el entrenador. No basta con lucir con elegancia un traje italiano cortado a su medida; tampoco con ser un excelente relaciones públicas que se lleva bien con todos, dentro y fuera del club. Quien obra así, no hace su trabajo principal, que es encarar los problemas de la plantilla que tiene a su cargo y tomar las decisiones necesarias para obtener el máximo de ella, tanto jugando cada partido de la forma más adecuada como gestionando con autoridad el vestuario, cuyo liderazgo no puede compartir (los jugadores que no acepten este principio no son más que rebeldes en potencia, si no en acto, y es mejor traspasarlos cuanto antes para recuperar el control de la plantilla).
Esta función técnica puede desdoblarse dando a un gestor deportivo con la debida preparación plenos poderes para hacer y deshacer con la plantilla y elegir él qué técnico ha de dirigirla. Éste, en cambio, ha de aceptar trabajar con lo que le den, una vez escuchadas, y atendidas si procede, sus propias peticiones (pero anteponiendo siempre los intereses de la entidad; porque los entrenadores pasan y los fichajes que han recomendado se quedan en los equipos, que son los que siguen pagándolos aunque ya no les sirvan).
O puede ser una sola persona quien lleve toda la parte técnica, pero pocos están capacitados para tanta responsabilidad y cantidad de trabajo.
En ambos casos, es muy importante que el cuadro técnico esté apoyado desde arriba, sin interferencias de la directiva en esta parcela; sin simpatías por las figuras del equipo, a las que nunca se debe permitir saltarse la “cadena de mando”. Así que hay que seleccionar muy bien a quién se pone al timón, porque aquí se pagan los errores muy caros.
Por supuesto, si en la plantilla hay alguien como Di Stéfano, Pirri, Stielike o Cristiano, éste sí merece un tratamiento especial; pero sólo porque antes se lo ha ganado en el campo. únicamente en este caso hay que contar con la opinión de estos jugadores para organizar el equipo.
Por último está el “dueño del negocio”, el presidente, que ha de saber tanto dar autonomía a los demás en sus funciones como recortarles carrete cuando proceda (en las crisis), exactamente igual que hacen los buenos pescadores. Y debe actuar sin titubeos, tanto para fichar y apoyar a los que selecciona para colaborar con él en esta empresa como para darles el finiquito cuando llegue el momento. Por supuesto, ha de tener habilidad y liderazgo para relacionarse con los medios como le convenga al club, pues no queda más remedio en esta época global que tener presencia en la opinión publicada…salvo que el club se haga con su propia red de comunicación y la entidad se pueda dirigir directamente a sus socios y seguidores, lo que es costoso, pero muy interesante, pues refuerza la independencia y evita que se acalle la voz de la entidad con campañas mediáticas orquestadas.
También puede haber directivos que, aparte de figurar en la junta directiva, asuman tareas ejecutivas, siempre como enlace con la presidencia con otros órganos del club. De hecho, es preferible esto a que todo dependa directamente del presidente; pero está claro que un Bernabéu no los necesita. Los factores personales cuentan; en todos los niveles de este esquema.
Todo ello puede complicarse hasta el infinito, pero lo más importante, la cuestión alrededor de la cual gira todo, es de que haya resultados lo suficientemente buenos para mantener en su puesto a los diversos elementos de la estructura (más allá de la inevitable renovación que impone el envejecimiento).
En fin, basta con lo dicho para dejar claras las exigencias de un modelo sano de gestión deportiva.
Hay mucho de lo anterior que no funciona así en el Madrid y eso explica (más allá del factor suerte) la tambaleante situación actual del equipo.
No hay columna vertebral en nuestra primera plantilla actual. No puede haberla cuando ya el primer puesto, la portería, está tan pésimamente cubierto como constatamos casi en cada partido. Recordemos los “méritos” de Fallillas para seguir jugando de portero titular del Madrid, por si a alguien se le han olvidado:
Final de Copa de España: el Madrid va ganando, pero, en un córner, Fallillas no llega a un remate del Farsa que va pegado a un poste, donde nunca pone a un defensa para que le ayude (aunque todos sabemos que ya no puede cubrir toda la portería). Empate. Sólo la final galopada galáctica de Bale indulta al Madrid.
Final de Copa de Europa: el Madrid encaja un gol en la primera parte que regala Fallillas al Patetico porque abandona nuestra portería (lo que hace muy raramente y siempre muy, muy muy mal); lo repite al final del encuentro, esta vez, por suerte, con fallo en el remate enemigo. Ganamos indultados por Ramos, pero no olvidamos cuánto sufrimos en esta final.
Mundial de Brasil: Sigue Fallillas de portero titular eterno de La Floja (que había perdido allí, justo un año antes, la final de la Copa Federaciones jugada contra el anfitrión por 0-3, con Fallillas como portero). En el primer partido del Mundial, Fallillas encaja 5 goles frente a Holanda y 2 en el siguiente encuentro frente a Chile; buena parte de ellos son cantadas marca de su casa fallillista, pero, como no sabe lo que es la vergüenza, no se quiere retirar (como han hecho otros compañeros suyos, responsabilizándose por la debacle), va a seguir de titular en la portería de la selección, al menos hasta que logre eliminar a España él solito.
Pretemporada en EE. UU.: El Madrid pierde con el Mancheste United 1-3. El primer gol es un tiro por el poste más cercano a Fallillas que, como suele, no alcanza; el segundo un centro-chut a gol que se traga por el palo que hay a su espalda; el tercero es un centro al borde del área de meta al que no sale Fallillas y que le marca su flamante nuevo compañero, Chicharito.
Liga, partido frente a la Real Sociedad en San Sebastián: El partido empieza muy bien para el Madrid (2-0 en once minutos), pero se tuerce cuando Fallillas no ataja un centro en un córner que va al área pequeña. Después encaja otros 3 goles más. Tras el partido, se permite echar un rapapolvo a la plantilla, “generalizando” la responsabilidad por una derrota más ridícula aún que dolorosa (y esto lo fue mucho).
Total: 16 goles encajados en 6 partidos, más de dos y medio por encuentro. ¡¡¡Y sigue de titular!!! ¿Cuánto hace de que no salva al Madrid con una intervención personal decisiva? Ni los neandertales lo recuerdan.
Los que le contaban los goles a Diego López, que se manifiesten ahora, en lugar de implantar la ley del silencio sobre los continuos fallos de su patrocinado Fallillas A nosotros, no nos parece tan absurda la idea de que CAMBIAR DE PORTERO ES URGENTE.
Es cierto que tras echar de manera vergonzosa a Diego López podría jugar Keylor Navas, recién fichado y que fue el mejor portero del Mundial (el mismo en el que todo el planeta pudo ver que Fallillas está para los leones); pero no parece que haya interés “deportivo” en utilizarlo (de los otros intereses sí que es patente que hay bastantes en el club y en la prensa, pero estos sólo están al servicio de Fallillas, no del Madrid).
En el centro de la defensa suelen jugar tres jugadores en dos puestos; de ellos, Varane sale más esporádicamente (no está claro que se haya recuperado realmente de su lesión tras ser operado). Pepe, en general, está bastante bien, pero Ramos es bastante menos fiable como defensa que como rematador en el área rival. Y cuando se les va la olla (a Pepe tanto como a Ramos), puede pasarnos cualquier cosa, como mínimo de color amarillo.
Sobre todo, está claro que los córneres o faltas botados contra el Madrid son un suplicio. No hay que descartar el lastre del factor Fallillas en la labor defensiva, ya que no sabe ni salir ni lo que es el juego aéreo, pero, en cualquier caso, algo tiene que cambiar de inmediato, o los resultados o los titulares, porque es totalmente INADMISIBLE ENCAJAR TANTOS GOLES.
En la media hay una buena noticia: Kroos. Es espectacular tanto su juego como su estado de forma; tenemos medio centro para rato. Y de los buenos. De momento, le costará (sobre todo por el idioma) imponer su estilo a sus compañeros y darles órdenes, pero él va a cumplir con su parte sin la menor duda.
La mala noticia es que Alonso se ha largado. Sin entrar en si está justificado que el Madrid le haya dejado irse, el hecho es que ahora carecemos de un segundo organizador del juego en el eje del equipo: si se lesiona o es sancionado Kroos, nos quedaremos desprotegidos en esta posición, que es fundamental.
Podría intentarse sustituirlo ampliando las funciones del medio defensivo privisionalmente, puesto en el que puede jugar Khedira (con sus conocidas limitaciones técnicas), que este año no lo ha sido titular porque no quiere renovar con el Madrid y va estar con nosotros sólo esta temporada. Encima, se acaba de lesionar para 6-8 partidos y no hay nadie más en la plantilla que sea válido para esta labor.
Por eso, este sería un buen momento para saber cuánto le dio el Oporto al Madrid por Casemiro. Esperemos que fuera bastante (aunque no figura en los balances de gastos e ingresos de los fichajes del equipo en esta temporada) porque eso serviría para entender que hubo al menos una causa económica que justificara su marcha. Nunca le gustó a don Carleone y sigue sin entenderse por qué, pues lo poco que lo sacó a jugar fue correspondido con actuaciones más que correctas del brasileño. Quizá haya suerte y vuelva repescado. Pero ahora no está y se le va a echar de menos.
Es muy dudoso que Illarramendi vaya a servir alguna vez para algo en el Madrid (aparte de para tirar 40 millones), ni defensiva ni organizativamente, así que no nos parece una opción para ninguno de estos dos puestos. Y no hay nadie más con suficiente físico y entrega para ellos tras la marcha de Di María (que se ha ido porque él lo ha querido así, no lo olvidemos, pero que ha dejado un agujero que hay que cubrir y no parece fácil).
Conclusión: CENTRO DEL CAMPO DESCOMPENSADO DEFENSIVAMENTE Y SIN RELEVO EN EL PUESTO DE ORGANIZADOR.
En el eje del ataque tenemos otro buen problema. El jugador fundamental de este equipo, Cristiano, no está bien físicamente. Sin él, el Madrid baja mucho; demasiado para el nivel que se le supone a los demás delanteros.
Al fina y al cabo, también contamos arriba con Bale, que está en una misteriosa baja forma (pese a que este año sí ha hecho pretemporada).
En cuanto a Benzemenos, será simpatiquísimo, no lo dudamos, y un gran compañero, seguro, y muy sacrificado y generoso con nuestros demás delanteros, nadie se lo niega, pero todo eso no es bastante. No para el Madrid.
Jesé seguirá lesionado todavía un mes o más y ya veremos si vuelve con el nivel de juego que tuvo o se queda en otra promesa incumplida.
La sorpresa de última hora es que se ha decidido (¿quién?) traer a otro delantero, Chicharito, un mejicano que juega en el Manchester United y viene cedido por un año.
A nuestro juicio, la cuestión aquí no es lo que él pueda aportarnos, que está por ver, sino de que se ha perdido una ocasión de oro para contar, igualmente mediante una cesión, con otros jugadores de nivel más contrastado, como Falcao (que se ha ido con esta misma fórmula precisamente al United). Si hubiéremos traído al colombiano, habríamos estudiado su rendimiento y su estado físico durante una temporada y, en su caso, podríamos haberlo fichado después. Pues no. Francamente, suena a que se ha fichado no un refuerzo sino un suplente para que Benzemenos siga disfrutando de la vida sin sufrir agobios.
Conclusión: DELANTERA DEMASIADO DEPENDIENTE DEL ACIERTO (O LA MERA PRESENCIA) DE CRISTIANO Y CON POCOS ATACANTES QUE ESTÉN AL MÁXIMO NIVEL.
Como ya hemos determinado al principio que consideramos que el eje del equipo ha de situarse centralmente, tiene menos importancia hablar de los laterales y restantes medios o delanteros; lo que no quiere decir que no haya aquí bastante que mejorar, sobre todo en trabajo y actitud más activa. Pero no es lo fundamental para que nuestro equipo funcione bien ni para nuestro análisis del estado de postración del Madrid actual.
En resumen, por todo lo anterior, el pronóstico es bastante más que grave, pues ni hay esqueleto, ni nivel físico ni testicular adecuados. Mucha figurita, poco trabajo y menos acierto.
¿Culpable? El entrenador por no poner a los mejores y no echar broncas a los que las merecen. También el presidente por mantener a este inepto italiano en la banda; y por haber fichado muchos jugadores (el prototipo es Isco) que sólo ven la portería contraria pero ni siquiera ahí aportan lo suficiente para ser titulares. Y especialmente culpable por mantener a Fallillas en el Madrid.
Antónimus.
Post scriptum: Un pesimista es un optimista bien informado. El que avisa no es traidor.
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