viernes, 26 de abril de 2013

CON EL MADRID EN LAS DURAS Y EN LAS MADURAS

Intentar decir, siquiera, que el 4-1 que le endosó el Borussia de Dortmund al Madrid el 24 de abril de 2013 en Alemania no es tan mal resultado es tomar un comparativo (todos sabemos con quién) por una definición adecuada de lo sucedido.

Es cierto que, posiblemente, aunque probablemente no sucederá, sí se puede ganar aquí por 3-0 y pasar todavía a la final de la Champions (donde estará esperando otro equipo alemán aún más complicado), pero no es algo con lo que se pueda contar en estos momentos. Así que lo primero que toca ahora es comentar lo sucedió y sacar consecuencias.

Empecemos por decir que el centro del campo es la clave de cualquier encuentro, donde se empieza a defender y a atacar y donde se equilibra y mantiene unido el equipo. Pues bien, ayer naufragó totalmente. Alonso no está bien (seguro que no lo estará hasta que se opere), Khedira no hizo nada destacable y Modric…¿para qué se ha fichado a Modric?

Este sí es un error de Mou de los que hay que imputarle indudablemente sin caer por ello en la persecución habitual contra nuestro entrenador. No se trata de eso sino de pedirle responsabilidad por sus decisiones equivocas.. Si ya tenía a Özil (que, una vez más, demostró que en los partidos con “lija” se repliega a su caparazón), ¿para qué reincidir en el mismo problema trayendo otro jugador que aporta creatividad sin agresividad?

Lo que el Madrid necesita en esta zona es gente como Alonso, pero más joven o como Khedira, pero con más clase; gente con muchísimo orgullo, ganas inagotables de triunfar y coraje (como Pirri o Stielike), no bailarinas que se lleva el viento en cuanto que el rival se pone el cuchillo entre los dientes.

Por cierto que “rascar espinillas” es algo que, sin duda, también tenemos que saber hacer nosotros ni no queremos “jugar” al futbol “actual” en inferioridad de condiciones. Si la intimidación “extrarreglamentaria” del adversario es una baza del juego permitida por los árbitros reiteradamente, nosotros también tenemos que participar en ella en lugar de limitarnos a lamentarnos por sufrir sus consecuencias (una vez más. Y luego nadie cuenta qué había pasado antes de que Juanito pisara a aquel hijo de puta). Que se quejen los demás de nuestra “entrega”. Y que tengan razón en hacerlo; que eso no mueve los marcadores de los partidos ya jugados.

Porque también es hora de hablar de los árbitros, sin complejos de que lo hacemos “sólo” para justificar la derrota. Es cierto que el arbitraje, en sí mismo, no influyó en el resultado, pero sí que facilitó el desarrollo del juego del Borussia con decisiones muy sutiles, como sucedió al principio de la primera parte, cuando concedió la ¿ley de la ventaja? en dos faltas favorables al Madrid, al borde del área germana, porque después de estas faltas el balón llegaba a jugadores del Madrid que estaban de espaldas a la portería y rodeados de contrarios. Teniendo en el campo a CR/ y Özil, me parece que todos preferiríamos que hubiese señalado el lanzamiento de esas faltas, con sus correspondientes tarjetas. En este sentido, añadimos que la primera tarjeta amarilla la mostró en el minuto 53 de un partido en el que los “Borusser” entraban con todo y sin la menor contemplación a todos los balones en disputa desde el mismo principio del juego.

Tampoco hay que olvidar que un empujón a Modric en la frontal del área rival no fue pitado en absoluto, aunque era bastante más fuerte que el que pitó a Alonso como penalti. Y en cuanto a la tarjeta a Özil, bien sacada según la normativa europea (que ojalá estuviera vigente también aquí), no pasaba nada por sacársela también al alemán que le dio una buena patada por detrás a nuestro jugador, lo que, por supuesto, no ocurrió (habría que preguntarse si suponía la inhabilitación de ese “Borusser” para el Bernabéu).

En defensa no estuvo nadie bien, pero puede ponerse en un plano de menor responsabilidad en el resultado a Ramos (eso sí, largando “después” de más, como siempre, en lugar de trabajar de más “antes”, durante el partido) y a Coentrao (que no te complica la vida, pero no suele solucionártela tampoco).

En cambio, Pepe y Varane estuvieron pésimos. De nada sirve no admitirlo; les debemos mucho por sus actuaciones pasadas, pero está vez fracasaron. Sin paliativos. Porque, si un mismo delantero te mete 3 goles (el de penalti no cuenta a estos efectos) en jugada dentro del área es porque no sólo tienes errores defensivos sino porque además no los corriges, y aprender rápidamente de las propias equivocaciones es una obligación exigible a jugadores de este nivel.

Diego López estuvo, una vez más, muy bien, por mucho que encajara 4 goles (no tuvo culpa de ninguno y menos del de penalti), pues hizo al menos 3 intervenciones que evitaron que estuviéramos ahora hablando de un marcador adverso histórico. Por supuesto, no le servirá para que ya no le pregunten más a Mou por la suplencia del enchufado de la prensa, pero ese no es su problema y tampoco debería serlo de los madridiistas que, de verdad, anteponen el equipo a cualquier interés particular.

Di María salió tarde por circunstancias tan disculpables en él como perjudiciales para el equipo (pues con él el campo hubiera podido jugar Özil más al centro y ser más efectivo ahí que en la banda, sin que éste y Modric se estorbaran). Tampoco aportó gran cosa el argentino; como no lo hizo Benzema, en su línea habitual de irrelevancia y apatía (supongo que ya tendrá las maletas hechas) que sustituyó en la segunda parte a Higuaín. El argentino logró en una jugada de depredador del área dar a Cristiano Ronaldo el pase del único gol que marcamos que es muy importante, dado su posible valor doble en la eliminatoria, pero que sabe a muy poco para todo un Madrid.

El portugués, como todos los delanteros en general, recibió muy pocos balones y en muy malas condiciones y si se le puede salvar de la debacle casi general no es por lo que jugó sino porque marcó (lleva 12 goles en 11 partidos europeos).

En cuanto al entrenador, que sabía por la liguilla previa a lo que nos íbamos a enfrentar, no fue su mejor día, ni en la alineación ni en los cambios (aunque tampoco podía sacar a nadie verdaderamente resolutivo; porque que Kaká esté todavía de suplente en nuestro primer equipo es sencillamente sangrante).

Por supuesto que ahora aprovecharán todos los enemigos de Mou para ponerlo verde y pedir su cabeza; incluso es comprensible que él, aburrido, quiera largarse de una vez. Pero, si de verdad quiere dar la respuesta más adecuada a sus enemigos y ser él quien aburra a sus detractores, es el momento de decir públicamente que, a pesar de que considera que si no se supera esta eliminatoria ha de poner su cargo a disposición del presidente (que debería entonces rechazar de plano su dimisión), si de él depende, va a continuar y cumplir totalmente su contrato (3 temporadas más).

Porque es muy necesario que siga, que haga la limpieza de elementos “desafectos” de la plantilla (los blandidristas que no quieren aceptar que el Madrid tiene que tomar medidas enérgicas para enderezar su rumbo caiga quien caiga, amiguetes del Farsa o de la Floja incluidos y sin el menor respeto a las “vacas sagradas” del vestuario, porque lo único que importa es el futuro la entidad no su pasado, por glorioso que sea).

De lo contrario, podemos temernos que nuestro club caerá en manos de algún “marqués”, o sea, de una marioneta mediática que hará lo que le dicten las redacciones (o quien quiera que esté detrás de ellas dirigiendo la orquesta antiblanca).

Florentino Pérez no debería permitirlo sin luchar a muerte contra ese estilo de perdedor que el Madrid ya ha padecido. Y debería apostar decididamente por el estilo Mou, con o sin el portugués. Aunque le cueste perder las elecciones.

Hablemos también del apoyo “patriótico” de la prensa; algo con lo que el Madrid no puede contar ni en sus sueños más optimistas. Cuando el Borussia marcó el segundo gol, no sólo los madridistas pensamos que podía haber fuera de juego de Lewandowski sino que los responsables alemanes de la señal televisiva de origen alemana (no sé si sería la ZDF, estatal) pensaron lo mismo. En consecuencia, no obtuvimos la repetición de la jugada discutida hasta ¡¡¡cinco minutos después!!! Seguramente, para entonces ya habían podido comprobar privadamente que un pie de Pepe habilitaba legalmente al delantero polaco. Pero esto no es una crítica; reconocemos que nos emociona el patriotismo incondicional de la televisión alemana hacia los suyos. ¿Podremos esperar una actuación similar de RTVE, en idénticas circunstancias, para el partido de vuelta? Bueno, si entretanto fundamos un partido independentista y convertimos el Madrid en su brazo armado deportivo, quizá. Ya se sabe que en España se valora más a “los de fuera” que a los de casa.

Por último, si hablamos de cómo hemos de valorar esta temporada, todo depende, en caso de  que se produzca nuestra eliminación europea, de lo que hagamos en la final de Copa de España contra el Patético de Madrid. Si se gana, serán dos títulos nacionales (también cuenta la Supercopa ante el Farsa) en una temporada. Puede valorarse como aceptable y nada más para el nivel de nuestras expectativas.

Así que toca preparar el equipo para mejores logros en las próximas temporadas, porque La Décima no se va a conquistar sola, por mucho que hablemos de ella sin parar, sino jugando más.

Cibeles Madridista.

lunes, 15 de abril de 2013

HABLANDO DE CHULOS (Y DE CHUSMA)

Ayer se jugó (bueno, describir así un acoso y derribo semejante no es más que una licencia literaria) el Atávico de Bilbao-Madrid en La Cutredad. Tercer partido allí de la era Mou y tercer 0-3. ¿Habrá alguien que todavía no sepa por qué no nos pueden ni ver los provincianos? Pues es muy sencillo: por el pavor que les dan nuestras visitas, que los resultados no engañan por mucho que los quieran tapar con una montaña de patadas.

Cristiano, el Gran Depredador Blanco, se pasó él solo por la entrepierna a los salvajes locales, que, ni con la connivencia del árbitro, pudieron con él. Ronaldo, que tiene más huevos, no ya que el Atávico, reservas incluidos, sino que todo el estadio junto, se hizo una tortilla con los de los locales y se retiró antes del final del encuentro para zampársela en el vestuario. Una vez ejecutado el Bilbao, ya podía dedicarse a tomarse un refrigerio el muchacho, pues, tampoco se trataba de que abuse de los inferiores, que luego lloran y eso crea mala imagen para nuestro delantero.

El portugués no sólo destrozó el partido nada más empezar con una gran falta (fruto de una entrada por detrás a él mismo en el primer minuto de juego) sino que le echó el cierre a San Mamón con un segundo golazo de cabeza y un pase magistral que habilitó el tercero a Higuaín. Ya pueden tirar lo poco que el Madrid ha dejado en pie de ese…antro…¡Para lo que vale!

Lo demás…la tradicional violencia vesánica atávica, que reaparece de nuevo ante nuestra visita, y que, también repetidamente, sólo merece una comprensión sin límites por parte de la prensa, nacional o local, tanto da que hiede lo mismo (véanse las putrefactas crónicas del “encuentro”, basadas en la ley del silencio, ése que nunca vale para Pepe).

¡Y luego se quejarán de que Mou no quiera hablar con los plumatas de este…país! Su labor, además de ser ya claramente demente (por irreal y persecutoria), es sencillamente nauseabunda. Sólo Punto Pelota, excelente espacio muy bien conducido por Josep Pedrerol, después del partido, expuso claramente el problema, eso sí, con las excepciones de los impresentables de turno que, lamentablemente, también forman parte de dicho programa; vamos, que nadie es perfecto:


Una y otra vez lo mismo: el odio del impotente sumado a la inexplicable (es un decir) incapacidad del árbitro (el cántabro Texeira Vitienes), que sumados elevan la agresión antimadridista hasta el cielo sin que nadie lo quiera remediar; tampoco la federación ni el comité de competición de oficio (eso queda para el Madrid, ¿verdad, Buyo?).

No merece la pena dar los nombre de los más violentos del Atávico del día de ayer para que sean de general conocimiento (el que quiera, puede averiguar quiénes son con facilidad, si supera el asco de volver a ver sus “intervenciones”). Al fin y al cabo, ¿quién los conoce? ¿Qué historia del fútbol necesitará jamás mencionarlos ni siquiera a título de ejemplo negativo?

Por lo demás, no habrá que esperar mucho, apenas un par de semanas, para comprobar contra otro rival parecido en importancia, el Farsa, si meten la pierna los “gatitos” ese día de la misma manera o no. Y que no venga nadie con milongas justificativas de que el pique vasco es sólo con el Madrid; que le pregunten a los que lo recuerdan cómo acabó la final de Copa de 1984:


Por lo que van diciendo tras el partido los perdedores, el origen del problema es que Ronaldo (que sólo lleva unas pocas temporadas en España) es un chulo; “los de Bilbao” no, claro: Ellos nunca presumen de nada y lo de autodenominarse “los leones” sólo es un ejercicio de humildad vasca; quizá será por eso que no lo entendemos, pero podemos traducirlo literalmente al castellano: “las fieras rabiosas”.

Los atávicos no se aprovechan de un problema político (separatismo+terrorismo) de Vasconia con España para gozar de bula hagan lo que hagan (cualquier cosa imaginable, por despreciable que sea, menos jugar al fútbol). ¡Qué ganas tenemos muchos de que llegue la independencia (me refiero a la nuestra) y no tener que volver a ver a semejante caterva en nuestros campos!

Y Bielsa, el que amaba el fútbol (ya no)…esteeeee ¡patético!

Menos mal que Florentino Pérez, por segunda vez consecutiva, tuvo el buen gusto de no asistir a esta infame cacería de madridistas disimulada como partido de fútbol.

Antónimus.

Postdata: ¿Diego López? Cada vez mejor; gracias por reconocer que existe (ya no os queda otra que asumirlo). Y vosotros a seguir sacando brillo al banquillo con el culo, amiguetes de Fallillas.

INFORMACIÓN O ESCENIFICACIÓN

Parece que fue Nixon el que inventó lo del “gabinete de prensa” de los gobiernos. No le resultó fácil olvidar que había perdido la presidencia ante Kennedy por un debate público y cuando alcanzó la presidencia posteriormente decidió que la información era una mercancía demasiado valiosa para ponerla a disposición de la prensa sin ningún tipo de “preparación”.

Desde entonces, los gobiernos filtran “informaciones” a los periodistas “de confianza” (también conocidos, nada casualmente, como “fuentes generalmente bien informadas”), o sea, aquellas a las que se da la carnaza con regularidad y en abundancia para que hagan su trabajo mercenario de desinformación.

Para lograr que los “desafectos” no desluzcan tan bella y artística labor creativa de la “realidad”, de la que el mismísimo Potëmkin, o Goebbels se sentirían orgullosos, los gabinetes de prensa luchan implacablemente contra los que quieren poner al público en contacto directo con la información.

Su táctica favorita es la escenificación. ¿En qué consiste?

Tiene mucho que ver con lo que en el ejército se llama “decepción del enemigo”, es decir, el camuflaje de las propias acciones o intenciones ante el adversario para sorprenderlo.

En definitiva, se trata de que el ingenuo que se acerque desprevenido a los medios reciba una im-presión mental que “imprima carácter” en él, a fin, no sólo, de que acepte la escenificación como realidad sino, especialmente, para que se acostumbre a tal rasero, para que se “a-molde” a él en el futuro y sólo vea a través de tales orejeras la “información”, que, además, se le “administra” debidamente para alejarle del riesgo de “sobredosis pluralistas”.

Y ahora, después de esta larga, pero necesaria introducción, pregunto: ¿cuál es el mejor ejemplo de escenificación en España actualmente? El Farsa.

Acabamos de asisitir a la representación de la lesión-no-lesión de la Me$$ita E$$cupidora en Copa de Europa ante el Paris Saint Germain. Ya que tuvo lugar en un partido, no se podía negar su existencia (otro recurso muy utilizado), pero sí “reconducirla”, “reinterpretarla” y “delimitarla” debidamente.

Primero se difuminó milimétricamente el parte médico para que no dijera nada (se usaron rumores filtrados paralelos para “completarlo”, pero, eso sí “apócrifamente”, para que siempre se pudieran negar en el Farsa los “complementos” interpretativos ad hoc).

Después se difundieron diversas versiones, incluso contradictorias, sobre la posibilidad o conveniencia de que el delantero farsista jugara el partido de vuelta de Champions, pero sin descartarlo o darlo por recuperado sin ambigüedades en ningún momento.

Cuando tuvo que salir, por el penoso  y peligroso resultado del “super” Farsa, lo hizo de forma que evidenció por su forma de moverse (y de no moverse apenas) que seguía mal y, para paliar tan penosa impresión (que un lesionado tenga que sacar las castañas del fuego a sus 10 compañeros, supuestamente de los mejores del mundo en sus puestos), se pondera su concurso en la superación de la eliminatoria sin mencionar apenas qué secuelas le puede acarrear a él haber jugado.

Finalmente, el broche de oro es decir hoy en la prensa “afín”, primero que no se ha agravado “en nada” su lesión por haber jugado (pese a que hubo momentos en los que cojeaba, se paraba, se tocaba la pierna, etc. durante el partido) y, al final de la mañana, que ha estado en una clínica (¿para saludar a un amigo? Él no tenía nada, ¿no?) y se encuentra perfectamente y dentro de lo previsto en su proceso de recuperación (que, al parecer, incluía en sus cálculos que jugara lesionado en un partido para el que no se le alineó como titular).

El proceso de sustitución que lo que pasa por lo que quieren que creamos que pasa queda así completado. Y, para decirlo todo, no es ajeno a él la colaboración necesaria de los que, con una ingenuidad insostenible a estas alturas, siguen aceptando gato por liebre sin tomarse la menor molestia de preguntarse si les están engañando.

Antónimus

EL LOBBY DE FALLILLAS

¿Qué es un lobby? Un grupo de presión organizado para actuar de modo que sus intereses sean atendidos por quien es sometible a presión para alcanzar tal objetivo por medios inconfesados.

La actual suplencia de Fallillas ha puesto en evidencia el modo en que la prensa toma como cuestión personal la defensa de su titularidad en la portería merengue.

A ella ya no le importa transmitir a los aficionados lo que dicen oficialmente los órganos autorizados del Madrid (Mou, Karanka) sobre los criterios de selección de titulares en el equipo.

Por lo visto, sólo está en las ruedas de prensa para desautorizar las decisiones técnicas, repito TÉCNICAS, de un entrador profesional con múltiples títulos (incluido el de mejor entrenador de fútbol del mundo). Esto es intrusismo. Bueno, es algo mucho peor :atacar en lugar de informar; olvidar que la prensa es un “medio” y convertir sus deseos en fines de la supuesta información.

Que dicha “prensa” sea tan militante y manipuladora y se dedique a pedir explicaciones al cuadro técnico merengue la desacreditaría rápidamente si Mou dispusiese de la misma capacidad de difundir sus declaraciones que ella. No es el caso y, por eso, a la espera de que los resultados pongan al final de temporada a cada uno en su sitio (incluida la puñetera calle) el portugués se niega a hablar con ella y las únicas entrevistas de las que disponen los periodistas españoles son las que son concedidas a medios extranjeros y que ellos comentan aquí con la debida saña antimou.

O sea, los mismos que piden objetividad a Mou para decidir quien juega de portero son incapaces de hacer sus “argumentaciones” de un modo que no deje al aire que todo lo que mueve a tales “informadores” es la pura subjetividad al defender a “uno de los suyos”.

Por supuesto, no hay en todo esto el menor atisbo de respeto al trabajo de Diego López; que le den, ya que ha osado quitar el puesto vitalicio de portero blanco al amiguete Fallillas.

Tampoco la menor intención de hacer balance de los numerosos fallos de Fallillas cuando ha sido alineado; simplemente se silencian; nunca hay comentarios adversos a él de los colegas de Sara.

Antónimus.

Postdata: Algunos, que afirman que el entrenador del Madrid no puede olvidar todo lo que ha hecho Fallillas con la selección, deberían repasar la biblia, concretamente el pasaje que explica que no se puede servir a dos señores a la vez. Pero es que, además, Fallillas sólo cobra de uno de ellos, el Madrid. Y eso es lo que no deberían olvidar ni él ni sus esbirros.

Respecto al pasado en el Madrid…me quedo con Di Stéfano.



lunes, 8 de abril de 2013

LA GUERRA DE FALLILLAS

Las jornadas pasan; Diego López sea fianza en la portería; Mou se carga de razón con su buen rendimiento para mantener a Fallillas en el ostracismo banquillil…Pero la prensa deportiva, esa eterna aliada de Fallillas no descansa en su campaña de desprestigio de nuestro entrenador y, por mucho que lo niegue, del actual portero titular blanco. Forzoso será no descansar tampoco ni regatear esfuerzos para desenmascarar la absoluta falta de objetividad de los plumatas en este descarado asunto y el papel de nuestro antiguo portero en la guerra mediática que se ha desencadenado a su favor.

Después de ver que el Madrid le ganó al Farsa la Supercopa 2012 a doble partido (¡en eliminatoria!, algo que el equipo madridista tenía prohibidísimo por la prensa); que volvió a eliminarle en la Copa, con victoria a domicilio incluida y que en Liga le empató allí y volvió a ganar, con los suplentes, en el Bernabéu al mejor equipo de fútbol de todos “sus” tiempos, muchos se preguntan con razón por qué hay tantos puntos de diferencia entre uno y otro en el campeonato liguero este año.

Ya nadie puede negar que el Madrid actual es claramente superior al Farsa (no en posesión de balón sino en saber hacer daño con él, que es de lo que va este juego del fútbol, reglamento dixit).

Por supuesto, a la hora de buscar explicaciones a este enigma hay que tener en cuanta la existencia de otro factor “político” (el Madrid no es el equipo de un territorio separatista y eso se paga). También es cierto que Crisitiano no tuvo un buen arranque de Liga y que Di María, Higuaín y Benzemá están muy por debajo de su rendimiento en la temporada anterior…

Todo eso es cierto, pero, sigue sin ser una explicación completa de lo sucedido; falta el factor Fallillas.

Fallilllas empezó a cagarla ya desde el primer partido liguero en el Bernabéu contra el Violencia. El gol del empate visitante, a saque de falta inexistente, donada generosamente por el arbitro, fue posible por una salida HORROROSA de Fallillas. Que le pregunten a Pepe si el portero no confundió su cabeza con el balón (por lo demás, el defensa portugués sabe de sobra que nada bueno puede esperar de su “compañero”).

Esto se repitió después, tanto en Liga como en Champions. Muchos puntos (y la posibilidad de ganar la primera plaza de la liguilla inicial de la competición europea) se esfumaron ante la nefasta campaña del mostoleño.

Pues bien; en la prensa deportiva, esa que mira con lupa todo lo que hace Mou, no hubo el menor comentario en contra del “Gran Capitán” sino una “comprensión” lindante con la connivencia más descarada.

No le pasó lo mismo a Adán cuando perdió el Madrid en Málaga con él como portero titular (la prensa fue a por él a la primera, sin margen de error); no le pasará tampoco a Diego López cuando falle (y como humano que es, fallará seguro y a eso están esperando ansiosamente las jaurías pro Fallillas de las redacciones).

El único con bula mediática para fallar eternamente; para no saber qué es el juego por alto; para no saber sacar a un compañero (por ejemplo, como hacía Buyo con Hugo Sánchez); para no saber salir ni jugar el balón con los pies…es el mismo de siempre: el simpático (para la prensa, esposa incluida) Fallillas.

¿Por qué?, como diría Mou. Bueno, nos lo podemos imaginar: Íker es muy amigo de sus amigos…los periodistas; con ellos no tiene secretos y es lógico que le devuelvan los favores mediáticos.

Ésto y su llamadita a sus amiguitos del Farsa tras los incidentes provocados por Vilanova (de conocidos antecedentes), entre otros, en la final de la Supercopa de 2011 le han enajenado cualquier simpatía personal de su entrenador, Mou, que, por lo demás, pocos motivos tiene para confiar en él profesionalmente, pues hace mucho que le ha calado y le ve, en plena decadencia, o sea, más como un problema en la portería que como una solución.

Pero lo peor que ha hecho Fallillas es ser beligerante en un conflicto que le debería haber sido ajeno, a saber, la persecución permanente de Mou por la prensa deportiva, la cual, salvo honrosas y escasas excepciones, lo considera su enemigo personal ya ANTES de fichar por el Madrid (y esto se puede demostrar gracias a la eliminación del Farsa por el Inter de Mou en la Copa de Europa el mismo año en que se convirtió, posteriormente, en entrenador blanco).

Reconozcamos, no obstante, que Fallillas ha tenido “sus” motivos para darle munición a la prensa con la que atacar al portugués; que éste pretendiera “degradarlo” a soldado raso (para dar voz autorizada a un jugador de campo frente a los árbitros, no por capricho) no le sentó nada bien; que Mou haya impuesto una línea de confrontación contra el Farsa en lugar de la simpática sumisión de los ·”chicos de la Floja” a sus amos farsalanes ha sido otro punto de desencuentro insuperable.

Probablemente, tampoco agrada a los “nacionales” la existencia de tantos portugueses en el Madrid (¡qué sería de nosotros sin Pepe, Cristiano o Mou!), lo cual es más que patético en un club de vocación y dimensión planetaria, donde los más destacados jugadores, guste o no recocerlo a los canteristas, han sido EXTRANJEROS (Di Stéfano, Cristiano, Hugo Sánchez, Puskas, Zidane, Stielike, Redondo…) O FORASTEROS (Pirri, Buyo, Gordillo, Amancio, Gento…) no gente de la tierra.

Ya, pero, ¿no debería Fallillas, precisamente porque se considera como capitán vitalicio del Madrid haber aparcado las cuestiones personales por el bien del Madrid? Bueno, como suele decirse, en los problemas en donde de verdad se conoce las personas, cuánto dan de sí y qué personalidad o actitud tienen realmente.

Por eso, porque al declive inevitable de todo jugador, más que evidente en Fallillas, se une un egoísmo sin límites y una traición permanente al club al que tanto le debe, no debemos dudar con quién estar y contra quién en esta guerra, triste pero necesaria, entre entrenador y, todavía, capitán del Madrid.

El resultado de esta lucha sólo puede ser que el Madrid empieze a soltar lastre cuanto antes, es es que quiere elevarse al puesto que le corresponde.

Antónimus

P. S.: Aunque Fallillas es quizá el mayor problema “interno” del Madrid, hay otro, Ramos, que no le anda muy a la zaga, si bien es bastante menos sibilino.

PARTE DE BAJAS

El alto mando mourinhista facilita el parte de bajas correspondiente a las operaciones efectuadas por nuestras fuerzas en el día de ayer, 3 de abril de 2013.

En el frente deportivo, se han registrado las siguientes pérdidas enemigas:

Un equipo turco completo, demolido por los cañonazos de nuestra artillería; en particular, desde las baterías portuguesa, francesa y argentina.

Un mejor-portero-del-mundo-que no-que no-sabe-jugar-por alto, que ha sido víctima de haberse involucrado en la resistencia con prácticas colaboracionistas de información para comandos infiltrados de plumíferos y por haberse puesto en evidencia con numerosas cantadas; por lo que, de acuerdo con la legislación internacional contra francotiradores civiles, chivatos y gentuza de mal vivir, ha sido neutralizado.

Un adversario malencarado e inverecundo, que, por supuesto sin protestar, ladra sobre lo mal que le va desde que el mariscal Mou le puso la matrícula de criminal de guerra.

En el frente mediático, tras asperas escaramuzas, ha sido posible no sólo restablecer la línea Oporto-Chelsea-Inter-Madrid sino incluso introducir cuñas acorazadas en los flancos de nuestros adversarios, que se han batido en retirado abandonando en su huida sus plumas y sus declaraciones anteriores.

Entre los cadáveres enemigos, han sido identificados, un tal Diego Torres, cierto Fernando Burgos, algún Manolo Lama, etc. (la lista es provisional todavía y se irán añadiendo las nuevas bajas según se vayan identificando tales formas de vida).

En definitiva, el enemigo prensil ha retrocedido cabizbajo en todos los frentes. No se han hecho prisioneros.

Antónimus

Portavoz del alto estado mayor del cuartel general de combate mourinhista en Sudpolonia.

LOS NÚMEROS DE LA PORTERÍA MADRIDISTA

Llega un momento en que a uno se le acaba la paciencia con los diegotorres, manololamas, fernandoburgos y otras formas de vida prensiles.
Sin entrar en más cuestiones sobre estados de forma, preferencias, historial, etc., vamos a ver qué dicen los números, esos que tanto usan los periodistas para apuntalar sus teorías más peregrinas, respecto a quién debe defender la portería del Madrid.
A continuación se comparan los partidos jugados por los tres porteros del Madrid que han defendido la portería blanca durante lo que va de la temporada 2012/13 y los goles que ha encajado cada uno de ellos o el Madrid en total.

COMPETICIÓN
PARTIDOS
FALLILLAS (GOLES)
LIGA (*)
19
18
COPA (*)
 3
2
CHAMPIONS
 6
9
SUPERCOPA
 2
4
TOTALES
30
33
GOLES RECIBIDOS POR PARTIDO JUGADO
1’100


(*) En Liga, Fallillas jugó contra la Real Sociedad en el Bernabéu con el partido ya comenzado al sustituir al expulsado Adán. Se compensa lo que falta del partido con los minutos jugados en Copa contra el Valencia en Mestalla hasta su lesión, que no se computan en esta competición.




COMPETICIÓN
PARTIDOS
DIEGO L. (GOLES)
LIGA
 8
 8
COPA
 3
 3
CHAMPIONS
 3
 2
SUPERCOPA
 0
 0
TOTALES
14
13
GOLES RECIBIDOS POR PARTIDO JUGADO
0’929



COMPETICIÓN
PARTIDOS
ADÁN (GOLES)
LIGA (*)
 1
 2
COPA (*)
 1
 1
CHAMPIONS
 0
 0
SUPERCOPA
 0
 0
TOTALES
 2
 3
GOLES RECIBIDOS POR PARTIDO JUGADO
1’500


(*) En Liga jugó contra la Real Sociedad en el Bernabéu sólo unos minutos hasta ser expulsado. Se compensa con los minutos jugados en Copa contra el Valencia en Mestalla desde la lesión de Fallillas, y se computan todos como un partido jugado completo en esta competición.

COMPETICIÓN
PARTIDOS
R. MADRID (GOLES)
LIGA (*)
29
     28
COPA (*)
 6
 5
CHAMPIONS
 9
12
SUPERCOPA
 2
 4
TOTALES
46
49
GOLES RECIBIDOS POR PARTIDO JUGADO
1’065





Pues bien, de todas esas tablas se deducen varias cosas:

  1. El Madrid ha encajado este año más de un gol por partido (1’065).

  1. El portero más goleado ha sido Adán, que ha recibido 1’500 goles por partido jugado.

  1. Fallilllas, pese a todo el apoyo mediático y el silencio cómplice ante sus múltiples fallos, que a cualquier buen profesional, entrenador o periodista, deberían alertar de que ya ha empezado su decadencia, encaja más de un gol por partido (1’100).

  1. Diego López, que se ha tenido que incorporar después del ecuador de la temporada a un equipo que no conocía (otra cosa es la institución) y ha tenido que amoldarse sobre la marcha a nuevas tácticas y a defensas con los que no había jugado, ha logrado, pese a las constantes críticas, no recibir ni un gol de media por encuentro (0’929).

Esperemos que todos los que están tan intranquilos por Fallillas, digo por el Madrid y sus problemas encajando más goles que en la temporada pasada, puedan aceptar lo que los números dejan bien claro: había que mejorar atrás y ya estamos mejorando.

¡Ah! Diego López ha logrado terminar un partido a cero por segunda vez en los 14 que ha jugado. Bueno, si le descontamos los goles en propia meta de Cristiano y Ramos (espero que se aceptará que el portero no puede estar vigilando a sus compañeros todo el rato sino a los adversarios), entonces lo ha logrado en 4 ocasiones, sólo ha encajado 11 goles y su media mejora y se pone en 0’786 goles por encuentro.

Tampoco cabe cargar a la responsabilidad de Diego López que hayamos sido eliminados en Copa ni en Champions ni que por una cantada espectacular que haya costado alguna derrota liguera.

Si hubiera que echar esas mismas cuentas respecto a la responsabilidad de Fallillas (o de su inexistente juego por alto), a lo mejor entendíamos mejor por qué a él no le preocupaba que pudiéramos llegar a estar a 25 puntos del Farsa (prefería llevar un buen margen dado su “rendimiento” liguero).

A mandar, y si es a Fallillas, que sea a Farsistán, a que juegue con sus amiguitos del Farsa de una vez y nos deje en paz definitivamente.

Antónimus.

Postdata: Mucho más importantes eran Bernabéu o Di Stéfano y se tuvieron que ir cuando les llegó su hora. El Madrid no es una finca particular de ninguno de sus jugadores, sino un bien comunal de todos sus socios. Y si alguien tiene que tomar decisiones sobre quién puede estar en ella o no, para eso está el “guarda”, un portugués llamado Mou, que no tiene dos sino tres huevos.