Uno de los dos; ambos no pueden salvarse. Cada cual, que elija según sus preferencias: o el equipo del que se declara seguidor (los fallillistas también son madridistas, ¿no es cierto?) o Fallillas, un portero acabado que como un cáncer corroe el organismo merengue y amenaza con destruirlo completamente.
Pues, por mucho que “se le deba” a Fallillas (¿acaso no cobra regularmente?) no pueden ser “más importantes sus intereses particulares que los del club. ¿O sí? En tal caso, ¿por qué? Y, ¿qué intereses son esos que están detrás de él y que se empeñan tanto y tanto y tanto en defender al indefendible Fallillas (que quizá sea su caballo de Troya dentro del Madrid), incluso cuando ya no se puede seguir escondiendo que lo mejor sería que Fallillas no fuera ni siquiera suplente, tanto en el Madrid como en La Floja?
A partir de ahora, también le debemos a Fallillas el infierno que nos espera en el Calderón en la vuelta de la Supercopa de España de 2014; incluso aunque ganemos el título, el campo de minas que nos van a preparar allí va a ser de órdago y los lesionados que padeceremos son culpa directísima de Fallillas.
Todo ello porque ayer, en la ida frente al Leños (por no decir directamente “Leña”) de Madrid, Fallillas volvió a regalar un gol (y a robarnos la victoria), además de fallar repetidamente durante todo el partido.
Primero, Fallillas hizo una salida pésima, en su mejor “estilo lisboeta”, con la suerte de que esta vez le volvió de rebote el balón a sus manos (pero Fallillas ya había vuelto a dejar nuestra portería abandonada a su suerte).
Segundo, Fallillas nunca blocó el balón en los tiros lejanos sino que los rechazó inicialmente, mostrando así su inseguridad.
Tercero, Fallillas, y tampoco es novedad, estuvo pésimo en los saques; incluso tuvo que pedir perdón al público, que lo silbó por ello.
Cuarto, Fallillas se permitió un regate a un delantero patético que llegó a acosarlo a un paso de nuestra portería; finta que a Fallillas le podrá salir mejor o peor, pero que es un riesgo absurdo que el Madrid no necesita correr (sobre todo, porque ocurrió debido a la lentitud de Fallillas para despejar un balón peligroso).
Quinto, Fallillas salió a por un balón y uno de nuestros defensas prefirió despejarlo de nuestra área a esperar a Fallillas, a quien, como no suele “co-laborar” con sus supuestos compañeros, es mejor no esperar. Además, ¿no sabe Fallillas decir “mía”?
Sexto, Fallillas, por mucho que se empeñen “sus” prenseros en buscar la paja en el ojo de los defensas blancos, es el principal responsable del gol del empate patético; porque el tanto tiene lugar en un córner y el remate se produce en el área pequeña. ¿ De quién es la viga, ésteeeeee, la responsabilidad de cubrir los últimos metros ante la portería? Evidentemente, del portero. Por cierto, Fallillas hizo previamente al gol su ya clásica minisalida en falso, también conocida como “el paseíllo del cobarde” (salgo, no salgo, mejor hubiera sido no haber salido, pero ya la he vuelto a cagar saliendo). Por eso no estaba Fallillas cerca del delantero leñero para evitar que marcara, pues éste remató prácticamente bajo los palos, zona en la que el arquero puede saltar y usar la manos para cortar un centro (pero esto nos lleva a otro asunto: el tabú del juego aéreo, modalidad que Fallillas apenas practica, principalmente porque cada vez es más consciente de sus fallos en esta faceta, que no dejan de incrementarse partido a partido).
Verdaderamente, en vista de que Fallillas no aporta nada (bueno) al Madrid, a lo mejor la solución al asunto de la portería blanca sería jugar sin nadie en la meta (viene a ser lo que pasa con Fallillas, cuando lo pone don Carleone bajo los palos); eso, al menos, serviría para reforzar alguna otra de las líneas del Madrid con otro jugador.
¡Ya está bien! ¡¡¡Qué se vaya Fallillas de una vez!!! ¿A qué esperan los dirigentes blancos para echar del Madrid a Fallillas? ¿A que perdamos nuevamente algún título por culpa de Fallillas? ¿Hasta cuándo vamos a seguir aceptando que Fallillas ya no es un factor positivo del equipo blanco sino un auténtico agujero negro; o sea, que Fallillas es el elemento más negativo y preocupante del Madrid actual?
Todo esto es lo que pudimos ver de la lamentable actuación de Fallillas los madridistas que vimos ayer al partido sin cerrar los ojos, sin mirar hacia otro lado y sin ponernos las anteojeras que nos prepara diligentemente “su” prensa para que no juzquemos a “su” ídolo de paradas de barro y errores cada vez más frecuentes; por supuesto, algunos seguimos sabiendo pensar autónomamente a pesar del intencionadísimo silencio que acompaña a todas las cagadas de “su” Fallillas.
Pero no pasa nada, porque don Carleone ya sabe quién es el portero titular (por supuesto, Fallillas). Bueno, lo sabemos todos. El problema número dos es que no hay valor suficiente en el banquillo blanco para decirlo públicamente; por algo será. Por supuesto, también estamos enterados de cómo se llama el problema número uno: No, no es Fallillas sino Operación Diego López-2. una producción muy onerosa que ya veremos cuántos capítulos se prolonga y cuántos buenos porteros nos llega a costar (además de un dineral).
El que tiene claro cómo hay que manejar a Fallillas es Arbeloa, quien, dado que Fallillas parece inexistente cuando se encuentra en nuestra portería, al saludar antes del partido a nuestros titulares en el túnel, decidió pasar ante Fallillas como si allí no hubiera ninguna forma de vida digna de ser tenida en cuenta:
http://www.marca.com/2014/08/19/futbol/supercopa-espana/1408485477.html?a=PG1a9940b223090b9dc192613246a6c6e6e&t=1408521391
Eso sí que es saber poner por encima de todo al Madrid y por debajo a Fallillas.
Pero no toda la culpa de lo ocurrido fue de Fallillas. El árbitro Estrada Fernández contribuyo también a que pincháramos permitiendo el juego sistemáticamente violento y extradeportivo del conjunto colchonero y se tragó más de una de sus falta peligrosa sin sancionarlas. De propina, perdonó al menos dos expulsiones a los rojiblancos por doble amarilla y se tragó un penalti clamoroso en el área leñera al final del partido que nos hubiera podido proporcionar la victoria. Sin duda, su “actuación” fue lo que más ayudó al Patético a evitar su derrota. Y es farsalán. ¿Casualidad poner un árbitro de esa “nación” en un partido en el que se juega el Madrid un título español? Villar está en todo y “su” Comité de Árbitros no descuida ningún detalle.
Por todo lo anterior, ¡gracias, Fallillas! ¡Menudo homenaje le hiciste anoche a Di Stéfano! A éste y a Bernabéu si que les debe el Madrid no algo sino todo lo que es. Ellos sí que lo ganarón, que no se lo regaló nadie como a Falllillas.
Cibeles Madridista.
Post scriptum: Aparte de la enésima cagada de Fallillas, ayer aconteció otro evento futbolístico interesante. El Farsa viajó a Zúrich, a ver si persuadía a la FIFA de que le levante el castigo, aún pendiente, de dos temporadas sin fichar (aunque parezca mentira después de ver las numerosas incorporaciones farsigranas de este verano; ahora sí que pueden pasarse un tiempo sin necesitar nuevos fichajes). No acudió su presidente, Bertomeu, pero el que no faltó fue el gerente…¡del Pateti!, Clemente Villaverde, por supueso, dentro de la delegación farsista. ¿Por qué será que no resulta extraño? Al igual que el Farsa, que dice que quiere defender “su modelo de formación” (cuya sibilina interpretación infractora, en la que en el fondo consiste, es precisamente lo que se sanciona), el Pateti piensa que ese es el modo correcto de actuar en la política de cantera. Claro, basta ver (el que soporte las náuseas) como “juega” el Leñero de Madrid, a 20.000 leguas del reglamento futbolero, muchísimo más allá de lo deportivo y lo legal, para entender semejante sintonía de opiniones alegales. Y, evidentemente, antimadridistas.
http://futbol.as.com/futbol/2014/08/19/primera/1408473682_150133.html
Otrosi digo:
¡¡¡¡¡¡¡FUERA FALLILLAS, YA!!!!!!!
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