viernes, 29 de agosto de 2014

¡DOS A CERO CON FALLILLAS DE PORTERO!

Muchos considerarán un mal partido el jugado contra el Córdoba para abrir el campeonato liguero en el Bernabéu, pero nosotros estamos convencidos de que fue toda una proeza del Madrid, jugando con uno menos (o con un enemigo declarado de más, instalado, nos tememos, sine die en su portería y dando así el enésimo recital de todo su repertorio dinamitador de la defensa blanca).

Que Fallillas ya está acabado; que se ha quedado reducido a un relicario del famoso “santo” que, según algunos, fue, (como bien denuncia Julián Ruiz en EL CORTADOR DE CÉSPED, su foro de “EL MUNDILLO”) es ya una verdad que no hay quien oculte; ni siquiera tapando inquisitorialmente cualquier duda sobre los conocidos defectos del arquero mostoleño..

Así que, ni aunque traspasaren en diciembre a Keylor Navas y modificaren los estatutos del Madrid, proclamando portero eviterno suyo a Fallillas…ya no hay nada que evite el cada vez más descarado periclitar de Íker. Sólo pueden hacer que ignoran algo tan evidente o los que defienden con él sus intereses de dictar desde sus medios lo que “conviene” al Madrid (más bien, a los plumíferos, mejor dicho, a los amos que marcan la hoja de ruto de estos peleles); o la colección de ciegos interesados, también llamados fallillistas; que no está claro si seguirán siendo del Madrid cuando Fallillas se marche.

El Córdoba, de hecho, le marcó un gol que pudo significar perder dos puntos ante un equipo sin la menor entidad competitiva en comparación con nosotros. Fallillas estuvo de suerte y el tanto (que él no evitó) fue anulado por fuera de juego; pero eso no cambia el hecho de que el Gran Cantador estuvo “en su línea habitual”: inseguro, desencajado y con su tradicional despeje corto por el centro del área; perpetrando así un desastre sin solución de continuidad respecto a otros muy recientes ante el Patético; todo ello enmarcado en una dinámica cada vez más peligrosa para el Madrid; pues todos sabemos que con este inútil en la meta lo único seguro es que pinchemos por su culpa.

Y don Carleone a lo suyo: no enemistarse con nadie; seguir la corriente a los pesos pesados del vestuario (sin exigirles nada o sentarles, no le pase lo que a Mou el Grande)…No es tan mal empleo para la senectud; ser observador (que no actor) de la naturaleza mientras le cae el momio madridista…¿Cuántos no lo firmarían?

Y no le vamos a dedicar un artículo más a Fallilas por su maravillosa no-parada del gol que encajó nada más empezar el partido de vuelta de la Supercopa de España, porque sería demasiado reiterativo volver a decir lo mismo y por lo mismo sobre el mismo. Además, primero habría que hablar de su “eclipse” en el gol del empate patético en el Bernabéu en el partido de ida. Así que, ¡adiós, sextete! y aquí no ha pasado nada, ¿verdad, San Acabado? Lo dicho, ni una sola lágrima por la Supercopa de España perdida por un Madrid inane (con escasas excepciones) del que Íker es el paradigma más emblemático posible.

Aceptemos la parte de culpa de la defensa en estas jugadas, pero la cuestión principal es otra muy diferente:

¿Recuerda alguien cuándo fue la última vez que hubo motivos sinceros para decir que Fallillas había salvado al Madrid (o a La Floja) con sus intervenciones decisivas?

Pues eso.

Antónimus.

Post scriptum: Si después de una buena borrachera se diere el caso de que don Carleone dijere a Navas que le va a dejar jugar la Copa de España (por supuesto, la de Europa ni en broma), lo que debería contestar Keylor es que, no; que juegue todas las competiciones “el mejor”…y que se estrelle de paso Fallillas, el pasota italiano que hace de entrenador nuestro sin serlo y los ciegos dirigentes de este penoso Madrid actual que no cortan por lo sano esta peligrosa situación.

Penoso Madrid, decimos, porque somos conscientes de que estamos sentados sobre una bomba de relojería llamada Fallillas y sabemos que va a estallar más temprano que tarde. Lo que no parece saber nadie es cómo desactivarla.

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