martes, 19 de agosto de 2014

¿LA FINAL DE ÍKER O EL IMPOSTERGABLE FINAL DE ÍKER EN EL MADRID?

El inefable Diego Torres es un plumilla muy amigo del Madrid (cuando duerme profundamente). Además; es un gran entendido de “fúrbor”, como demuestran estos dos artículos que este nuevo Cortázar ha publicado recientemente en EL PAISITO sobre el nuevo centrocampista blanco Kroos; el primero dudando de su capacidad física (¡?) y el segundo poniéndolo, muy pocos días después por las nubes (no le quedó más remedio), después de su espléndida intervención en la final de la Supercopa de Europa, que acaba de ganar el Madrid; y en la que el alemán corrió y acertó más que nadie):

http://deportes.elpais.com/deportes/2014/08/11/actualidad/1407785245_585216.html
(el desafío de Kroos)

http://deportes.elpais.com/deportes/2014/08/13/actualidad/1407955310_688433.html
(el alemán de confianza)

Este conocido autor (de deporte-ficción), que no comunicador, también ha publicado un artículo sobre la final de esta Supercopa Europea que más bien parece un anuncio pagado, en el cual, obscenamente, se dedica a intentar colarnos mercancía dañada, es decir, un producto claramente obsoleto, o sea, a amiguetear conscientemente:

http://deportes.elpais.com/deportes/2014/08/11/actualidad/1407780347_345186.html
(la final de Casillas)

Por supuesto, este fabulador no ha encontrado tiempo para derramar ni una sola lágrima por Diego López (perdón por la utilización de la obra de otro gran ficcionador argentino, de cuyo nombre no nos da la gana acordanos aquí).

Volviendo al…”trabajo” sobre Fallillas del Melville rioplantense, nos molesta semejante…desenfoque del “objeto social” de un club de fútbol; al menos a los madridistas conscientes de los verdaderos intereses de nuestra institución (ser el Equipo más importante del Mundo); ya que su fin último no es tener los mejores jugadores, y menos particularmente, sino obtener los títulos más importantes para ser cada vez más grande. En este propósito fundamental, los primero no son fines sino medios necesarios para los segundos.

Consideramos que tal “información” es una descarada e impresentable apropiación indebida (con la habitual complicidad mediática) de una final “del Madrid” por uno de sus jugadores (y no es casualidad que siempre sea el mismo) quien, encima, no es de los más destacados (positivamente) en las últimas temporadas. No parece que este sea el modo más adecuado de enfocar la noticia por lo que es esencial en ella, a saber: la disputa de un título oficial europeo por dos equipos españoles.

Pero de lo que se trata en realidad es de que el “escritor” argentino no quiere “informar” sino ”utilizar” dicha final para hacer campañita por el mostoleño, para que todavía (veremos cuanto sigue en al Madrid) pueda jugar este partido (y lo que más nos tememos, los próximos) de titular en la portería blanca. Duele aún más que DT pretenda hacer ver que “le corresponde” a su patrocinado (“cliente”, decían los romanos) ser el titular bajo los palos invocando “su” triunfo en Lisboa. O sea, que cree que somos tontos y no sabemos lo que acaba de pasar, ¿no? Bien, veamos cuales son los méritos y deméritos de tal “figura” en la temporada anterior.

Resulta PA-TÉ-TI-CO oír que el Madrid ganó La Décima “con” (o gracias a) Fallillas en lugar de “a pesar de él”. Es innegable esta afirmación tras haber visto (sobre todo, sufrido) esa final durante más de una hora agónica por culpa de la cagada monumental de Fallillas, que regaló su gol al Leños de Madrid en la primera parte con una de las peores salidas que se le recuerdan a este portero de fútbol profesional (desastre nada corregido y sí aumentado en la prórroga, momento en el que “él” volvió a dar la espantada dejando la portería vacía a merced del Pateti, que, por suerte, esta vez no acertó a marcar).

Suele citarse también que Fallillas es el campeón de Copa de España para indicar lo bien que ha jugado en la pasada temporada, cuando de lo que se trata es de cómo ha estado él en particular, no de los éxitos de toda la plantilla; al menos si se trata de decidir con justicia si hay que alinearlo o alienarlo (y no de manipular y presionar en su favor por parte de su mafia mediática).

Bueno, es cierto que él estaba en el campo cuando el Madrid, no él, ganó esas competiciones; circunstancia que utilizan en su favor los mil-novecientos-ochenta-y-cuatro-istas de la prensa para intentar reescribir la historia, una vez más, y presentarlo como héroe; pero, si consideramos el asunto desde el punta de vista de la actuación individual de Fallillas, “él” no ha sido más que un lastre que a punto ha estado de hundirnos y hacernos perder los dos títulos.

¿Héroe? ¿Por observar como Neymar mandaba el balón al poste sin que él hiciera nada por evitarlo? ¿Por no saber colocar un defensa en el poste en un córner (a pesar de que está clarísimo que el ya no llega nunca a los palos) y evitar así el gol del empate farsista?

Que los indultos de Bale primero y de Ramos después no nos hagan olvidar que en ambas finales hubo que RE-MON-TAR el marcador. Luego, Íker había encajado goles previos en ambos partidos; luego él no nos proporcionó esos triunfos sino que los comprometió seriamente; luego no héroe sino villano (esto último por su especial concepción del compañerismo con su reciente víctima, Diego López). Que no se olvide nadie de todo esto (no, si no queremos para el Madrid que prolongue y enquiste sus problemas de plantilla en lugar de resolverlos). Desde luego, nosotros no permitiremos que se pase su nefasta “colaboración” por alto ni que se omita sectariamente.

Además, dentro de esta presentación selectiva y siempre profallillista de “los hechos”, no se menciona nunca que en otro cante flamento del mostoleño, el día que jugamos en Liga contra el Valencia en el Bernabéu fue “él” el titular en la portería y, por su culpa directa (y no por la de Diego López, que en sus estiradas sí llega a los postes), perdimos nuestras últimas posibilidades de ganar ese título justo cuando el Pateti acababa de pinchar.

“Su” gran Fallillas encajó en este partido el clásico (para “él”) gol esquinado que ya no puede parar (el tiempo no se olvida de nadie). Pero no siempre le van a chutar el balón al cuerpo para que el Coro de Crónistas Fallistas entone su loa interesada, no, que algunos si saben poner el balón donde quieren (y donde es vox populi entre los rivales que se lo va a tragar el santito de la prensa).

Por todo lo anterior, habrá que rezar para que, ya que Íker se ha instalado claramente en lo a-deportivo para promocionarse como portero titular (puesto que su rendimiento negativo no cuenta en su caso), concurra alguna circunstancia ajena al deporte (da exactamente igual cuál) que lo aparte pronto de los palos madridistas, cuanto antes mejor; porque, de lo contrario, la encerrona a Keylor va a ser lo que sigue en el guión prensero. “Sus” chicos de la prensa ya tienen hasta el título:

Operación Diego López-2.

Antónimus.

Post scriptum: En cuanto a Íker en La Floja, no vamos a enumerar aquí todos los fallos de sus dos derrotas dos en el Mundial (7 goles encajados por San Acabado, 3’5 por encuentro de media), pero que conste el dato, que, contextualmente, pertenece a la misma decadencia fallillista que sólo interesadamente se puede seguir negando. Decadencia que justo un año antes, en la final de la Copa de Federaciones ya era evidente (3-0 perdió España ante Brasil, con Fallillas de portero). Y es que los mejores ciegos son los que no quieren ver lo innegable.

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