lunes, 17 de junio de 2013

LA CANDIDATURA MEDIÁTICA A LA PRESIDENCIA DEL REAL MADRID

Durante el acto de anuncio de la marcha del entrenador Mourinho, el actual presidente del Madrid, Florentino Pérez, sorprendió a la prensa dando la noticia de la convocatoria de elecciones para dirigir el club madridista durante las cuatro próximas temporadas.

De pronto, entre los medios, se tuvo la sensación de que mientras estaban dándole tortas a Mou, el presidente Florentino les había robado la cartera. Al menos algunos de ellos, tenían en su agenda pasar, tras cargarse al portugués, a la segunda fase de la ofensiva y responsabilizar al presidente hasta de que Mou hubiera sido parido para poder pedir también su cabeza (en realidad, lo de Mou sólo era lo necesario, pero no lo suficiente para llevar sus planes “madridistas hasta sus últimas metas”). Simplemente, Florentino Pérez desenfundó más rápido.

Esa es la causa de que, desde entonces, se note cierto cabreo sordo entre los manipulaopiniones. Pero no nos engañemos, esto no es personal: sólo son negocios. ¿Negocios? Por supuesto. Basta comprobar que el Madrid recauda más que nadie entre las entidades deportivas del planeta para darse cuenta de lo interesante que sería controlarlo. Además de dinero, también proporciona una enorme rentabilidad “institucional”: contactos políticos, oportunidades empresariales, influencia social y promoción de la imagen de su primer dirigente.

Por eso, todos esos comentarios sobre la “deseabilidad” de que Florentino no sea proclamado presidente por la falta de adversarios electorales (como se temen las redacciones que sucederá el próximo martes) no son ni imparciales ni desinteresados. Vienen a decir que lo que va a tener lugar no son unas elecciones dignas de ese nombre y, aunque no pueden hablar de pucherazo, sueltan todo tipo de interpretaciones insidiosas para enturbiar la reelección de Pérez.

Por eso se ha hablado tanto estos días sobre el volumen de los avales de la gestión económica del club que se exige para ser candidato (en cumplimiento de la Ley del Deporte); más quizá sobre el tiempo mínimo exigido de permanencia ininterrumpida en la entidad como socio…Pero todas esas “opiniones” no trabajan honesta e independientemente en pos de la verdad, que aquí brilla por su ausencia especialmente; porque, sin duda, Florentino no deja de ser un señor que tiene sus propios intereses, pero los medios de información comparten plenamente esta característica con él y tienen tanto que ver con la supuesta objetividad como guía de su trabajo informativo como con la Atlántida.

En todo caso, si no ganase Florentino y lo lograra otro tiburón financiero que, también, tendría sus motivaciones personales y empresariales para “ocupar” la presidencia blanca, sea ésta compatible o no con el resto de sus “ocupaciones”, ¿qué cambiaría en el Madrid? No dejaría de ser administrado con un modelo de gestión hipercapitalista, similar al de una transnacional. Así que lo que motiva a la presa a refunfuñar, que no informar, sobre este tema es un problema de “competencia”; porque, como dijo un presidente yanqui cuando le contaron los crímenes perpetrados por un dictador bananero en el “patio trasero” de América: “Sí, es un hijo de puta, pero se trata de “nuestro” hijo de puta”.

Y se está notando que para las redacciones las elecciones madridistas importan sólo si se logra que el próximo presidente del Madrid sea “el nuestro” (porque Florentino no lo es, eso es indudable; y es un tanto positivo para los que desconfiamos de unos medios que no le dan al Madrid nada más que problemas y campañas permanentes de desprestigio programado).

El grupo mediático PRISOE, más que significado por no encontrar nada bien hecho en el Madrid desde hace ya muchos años (no les gusta ni el color de la camiseta) se ha tomado un interés evidente en exigir que Florentino no concurra sólo a las elecciones (en realidad, si por el grupo fuera, no podría ni presentar su candidatura).

Buen ejemplo de ello es que El Paisito y el ASCO no dejan de cargar sus tintas contra Florentino (basta ver los editoriales de Relaño o las “noticias” de Diego Torres para entender de qué van en ese grupo y contra quien).

Lo mismo le pasa a Santiago Segurola (que escribe en el MACANA), un supuesto gurú futbolístico (¿cómo puede considerarse que entiende de fútbol alguien que es del Atávico de Bilbao, uno de los clubes más violentos del balompié, como acaba de evidenciar la reciente visita del Madrid a San Mamón y la triste, e infructuosa, cacería de Ronaldo a la que se dedicaron los “futbolistas” vascos, porque “esto” sí que lo son, “aquéllo”…). Pues bien, este...”señor” (mera fórmula de cortesía, inmerecida en su caso) no considera oportuno preocuparse de si Bielsa, en su condición de entrenador-amigo-del-fútbol ha pintado algo en “su” equipo o ha sido un error no fichar para ese puesto a un buen gestor de aserraderos (un experto en leña, vamos, que es lo que siempre ha gustado en Bilbao). Nada de eso. Mejor hablar del Madrid, es decir, atacarlo. Pues que se sitúe el último de la larga cola de advenedizos que vuelven a intentar enterrarnos. Y que se ponga cómodo mientras sigue esperando su oportunidad hasta la calendas griegas.

Florentino tiene defectos y limitaciones en su gestión, sin duda, pero, ¿dónde está el mirlo blanco que lo supera y no va a someter el club a intereses ajenos o que no va a pagar con él los servicios recibidos para llegar hasta su presidencia (en el típico estilo “lobbyero” de los presidentes americanos?

Al fin y al cabo, ¿qué es lo que más conviene a los socios, que son los dueños del Madrid? Salvo minoritarios partidarios de los petroleros rusos o de los jeques árabes, la mayoría de los madridistas está de acuerdo en que no hay que permitir que su equipo acabe cayendo en manos “extrañas”; luego es lógico que se pida arraigo para ponerse al frente del club. Esto, más allá de lo que persiga personalmente Florentino, es lo que importa: evitar: que algún tapado (foráneo o no) se apodere con una mera inversión económica de lo que tantos años y esfuerzos ha costado crear. Basta mirar a los patéticos para comprobar que “su” club se ha convertido a golpe de talonario en un chiringuito particular, donde ellos no pinchan ni cortan (ni parecen enterarse de su triste condición de tancredos). No es eso lo que queremos para el Madrid.

Por eso, en el momento histórico actual, con plena consciencia de que no hay alternativas no “capitalista” para la presidencia merengue, sigue siendo si no el bien supremo si el mal menor que siga Florentino Pérez otras cuatro temporadas como nuestro presidente.

¡Ah! Si alguien está pensando en que en este planteamiento faltan “valores” (aunque los bursátiles están muy presentes) llega tarde. Ya sabemos cómo ha arreglado el Farsa su “no-crisis”: ¡con pasta! O ¿es que Neymar es también de la cantera de La Demasía? Y el Baviera de Munich (oder Bayern München, wenn Sie es so lieber möchten) tampoco es un modelo ejemplar y libre de crítica (mejor no contar cuántas finales perdidas le ha costado esta Champions): no después de saber que su presidente debe una burrada de dinero al fisco alemán, o sea, que es un delincuente; o de de enterarnos de que Beckenbauer (otro sepulcro blanqueado) echó de su cuadro técnico al padre de Hummel para hacerle un hueco a su hijo (del que nunca se ha oído una sola palabra respecto a sus bondades profesionales futbolísticas). Además, el Baviera es un equipo que desguaza cada año al equipo alemán que le da guerra en las competiciones domésticas. ¿Eso es deportivo? Pues no. Eso es una vez más y otra lo mismo de siempre: ¡enséñame la pasta! ¡Poderoso caballero es don Dinero! ¿Por qué no vamos nosotros a hacer uno de la nuestra lícitamente?

Y es que ya lo decían las abuelas antiguas, “Don sin din: puñetas en latín”.

Antónimus

No hay comentarios: