Será la edad, pero me dan cada vez más miedo los iluminados que azuzan fanáticamente a los demás para que se conviertan a su dogma; y que persiguen a los “cátaros” que se les resisten. Su fórmula ante los “neutrales” es: o nuestros o muertos.
Sucede en todos los órdenes de la vida, pero de un modo destacado en el fútbol: constantemente aparecen Menottis, Bielsas…o periodistas que vienen a predicarnos la buena nueva (etimológicamente: ev-angelio). Resulta que ellos, ¡oh dicha!, han descubierto el filón de la verdad y tienen la generosidad de compartido con nosotros. ¡¡¡Qué altruismo!!!
En estos tiempos, la verdad indiscutible del “fúrbor” es el “tiqui-atraca” del Farsa y el diablo (en todo maniqueísmo tiene que haber un antagonista destacado) es, evidentemente, el Madrid.
Son varios los procedimientos que emplean para agitpropagandear a este “más que un club, una campaña”; por ejemplo, si se lesiona uno de sus jugadores claman de tal manera (sólo han faltado los niños cantores de Viena haciendo los coros a los ayes de Villa) que parece que se estuviera viniendo abajo el portal de Belén en plena navidad. Nadie se molestó, en cambio, en hacer una campañita contra el jugador francés (¿alguien recuerda cómo se llamaba?) que le “concedío” dos meses de vacaciones a Ronaldo al principio de su primer año en el Madrid.
A esto es a lo que llaman envidia; o sea, si no aceptas tu papel de comparsa aplaudidor y admirante (no del mar, sino de las “proezas extrahumanas” del Farsa), entonces tú eres el problema y hay que castigarte debidamente por tu error heterodoxo (aunque no quede claro si lo más perseguido es la disidencia o el atrevemiento de tener ideas propias).
Recordemos que, según su hipótesis cosmológica, nos estaríamos oponiendo al triunfo de lo bueno, lo verdadero y lo bello (que, como ya opinaba Platón, vienen a ser una misma cosa); luego, todo lo que nos hagan es poco para el mal que perpetramos, principalmente, cuando nos negamos a aceptar el guión “revelador” de los verdadistas-farsistas.
Bueno, antes de acabar este artículo quiero reconocer que algo de envidia si le tenemos al Farsa: le envidiamos sus arbitrajes; sin discusión. ¡Qué bien viene que los penaltis de Valdés a Ronaldo no se piten! ¡Que los goles con la mano de Messi valgan! ¡Que nunca sean expulsados Messi, Busquets, Piqué, Alves, Pedro, Mascherano…pero sí Pepe!
Ya oigo el sordo rumor de pasos que se acercan. La guardia pretoriana del paraíso viene a castigarme. Ahora me recordarán las…galeradas. Está visto que los que tanto criticaron los “goles de despacho” no dejan de metérnoslos. No será la masa aneuronal la que nos proteja de esta cruzada antimadridista. Tampoco los proselitistas de la verdad del fútbol; los que explican los éxitos de todos los equipos como si sólo hubiera un modo de triunfar; para los que jugar bien sólo se puede hacer con un mismo estilo que identifica a todos los superequipos. Bueno, al menos eso es lo que ocurre dentro de su “pensamiento único”. Los que no “cuadramos” en tal esquema no tenemos, al parecer, derecho a existir.
Pero, pongámonos en su lugar, aceptemos hipotéticamente propuesta de sentido: todo este artículo podría ser nada más que un síntoma de la enfermedad (o el vicio) de envidiar al que es mejor que tú. Posiblemente, ¿no? Posiblemente, si no fuera por estas dos pruebas incriminatorias de la “voluntad” de cierto medio (cada vez más medianía) que tiene (EL PAISITO, no nosotros) problemas psicológicos muy graves con el Madrid y con el sentido de la realidad:
Invito a examinar paralelamente estos dos artículos deteniéndose en especial (subrayando, por ejemplo) los adjetivos que se merecen, según su sección de Deportes, estos dos deportistas:
REPORTAJE: UN DIOS FUERA DE JUEGO
La vida fuera de juego de Cristiano Ronaldo
"Que la historia le juzgue"
Messi, el mejor jugador del torneo, deslumbra en su duelo con Neymar
http://www.elpais.com/articulo/deportes/historia/le/juzgue/elpepidep/20111219elpepidep_3/Tes?print=1
Que en un mismo periódico se pueda hablar de dos maneras tan diferentes de dos futbolistas es suficientemente aclaratorio como para que yo tenga que añadir mucho más. Me llimitaré a recordar que esto hiede a iluminismo, a proselitismo y que, si de religión se trata, mejor dedicarse a las muchas que ya existen y no caer en manos de estos sectarios supremacistas.
Sólo un comentario final: Messi no es “parco en palabras como siempre”. Su problema no es la timidez, la sencillez o que lea mucho a Gracián y se le haya pegado su lema sobre la brevedad, no. Su “dificultad” radica en que no puede hablar el que carece de la capacidad cerebral imprescindible para hacerlo con un mínimo de elegancia y contenido racional. Por eso, y no por otros motivos, Messi no habla nunca ni lo va a hacer en el futuro.
Y digo yo, que sí que hablo con facilidad y sin doblez: ¿por qué les cuesta tanto a los partidarios de la verdad hablar claramente de esta cuestión? Tan sencillo de responder como robarle títulos al Madrid actualmente: porque los medios han sido aleccionados para atacar sólo a Ronaldo, no a todo aquel que sea criticable en algún aspecto. Messi es un autista futbolístico, un monomaníaco del fútbol; jugar al fútbol es lo único que sabe hacer. No le envidio su vida; prefiero tener un cerebro a sus éxitos “compartidos”.
Habrá quien diga que falto al respecto a los muchos autistas que viven en el mundo al margen de todas estas guerrillas futboleras. En un primer momento, me inclino por darles la razón y disculparme; pero quien ha abierto el melón del uso impune e insultante de esa palabra (claro, contra Cristiano, contra el que todo vale) ha sido, una vez más, EL PAISITO; así que yo también quiero mi rajita. Y, si alguien tiene que disculparse, que lo haga el grupo PRISA.
Antonimus.
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