lunes, 16 de febrero de 2015

EL PASADO FRANQUISTA DEL FÚTBOL ESPAÑOL (PERO NO DEL MADRID)

El 19 de octubre de 2014, repetimos, ¡2014!, antes de empezar un partido de la Liga española, saltaron sobre el estadio Vicente Calderón, perteneciente al Patético de Madrid, varios paracaidistas del ejército del aire español (el que pagamos todos con nuestros impuestos; suponemos que para defender un sistema, al menos formalmente, democrático).

El motivo fue la conmemoración del 75 aniversario de la “anexión” del antiguo Athletic de Madrid por la triunfante Aviación Nacional franquista en 1939. De esta operación surgió el Athletic Aviación Club. El hecho tuvo lugar recién terminada la guerra civil y se hizo a imagen y semejanza del modelo ya existente de la Luftwaffe en la Liga del Tercer Reich.

Esta arma aérea alemana fue la fuerza militar que, a través de su Legión Condor, bombardeó durante la guerra civil española en la zona republica. Lo hizo en muchos lugares, entre los cuales dedicó una especial atención a la Villa de Madrid. Sus repetidos ataques ocasionaron numerosas víctimas entre la población civil madrileña. No parece que eso les importe ni lo más mínimo a los rojiblancos, ya que se siguen viendo bufandas de su equipo con el escudo de aquellas alas fascistas y letales.

Esta “asociación política” permitió al Patético de Aviación (el Fasceti desde octubre de 1939 a enero de 1947) no jugar en Segunda División la primera temporada futbolística de la postguerra (pese a que este club había descendido a la categoría de plata española en 1936, justo antes de empezar la guerra). Por supuesto, ello implicaba ser declaradamente el equipo colaboracionista oficial de su excelencia, “caudillo de España por la gracia de dios”.

Por si alguien cree que todo esto es mera enajenación mental madridista o ciencia-ficción promerengue, aquí lo pone y lo dice:

Aterrizan varios paracaidistas sobre el terreno de juego para conmemorar el 75 aniversario del Atlético de Aviación


Club Atlético de Madrid (apartado sobre el Atlético de Aviación)


Lo diremos más claramente todavía: el Patético-Fascético fue conscientemente el cómplice deportivo de un régimen sanguinario que, parafraseando a Clausewitz, continuó la guerra por otros medios cuando llegó  “la paz” y siguió persiguiendo a los republicanos derrotados.

¿Exageramos? En Wikipedia, puede leerse lo siguiente en el comienzo del artículo titulado

Represión franquista”:

La represión franquista se refiere al largo proceso de violencia física, económica, política y cultural que sufrieron durante la Guerra Civil Española los partidarios del bando republicano en la zona sublevada, y durante la posguerra y el Régimen de Franco los perdedores de la Guerra Civil -los republicanos-, quienes les apoyaban o podían apoyarles, los que eran denunciados como antifranquistas -lo fueran o no-, así como posteriormente los miembros de organizaciones políticas, sindicales y en general quienes no estaba de acuerdo con la existencia de la dictadura franquista, manifestaban su oposición al mismo y quienes constituían o podían constituir un peligro para el mismo.
En la historiografía no española, la represión franquista se suele denominar terror blanco (white terror en inglés, terreur blanche en francés).
El periodo álgido de represión y violación de los derechos humanos (que corresponde al llamado "terror blanco") empezó con el alzamiento militar de julio de 1936 y se considera que terminó en 1945, cuando la Segunda Guerra Mundial puso fin a las dictaduras de Hitler y Musolini, principales apoyos del régimen franquista. A partir de 1945, año de la promulgación del Fuero de los Españoles, se suele hablar de represión franquista, una represión que se aplicó durante toda la dictadura hasta el fallecimiento de Francisco Franco en noviembre de 1975.
Según distintos informes coincidentes,] España es el segundo país del mundo en número de desaparecidos cuyos restos no han sido recuperados ni identificados, tras Camboya.
Asimismo, también en Wikipedia, hay otro artículo sobre las Víctimas de la Guerra Civil Española (y su postguerra) con estimaciones del número de muertos:


…La estimación de víctimas mortales en la Guerra Civil Española consecuencia de la represión puede cifrarse en 200.000 personas. De ellas, se calcula en unas 50.000 las asesinadas en la retaguardia de la zona republicana calculándose en 100.000 las asesinadas en la retaguardia de la zona sublevada, a las que hay que añadir unas 50.000 ejecuciones en la represión franquista que siguió a la Guerra Civil

Da que pensar, ¿verdad? Pero no al Fasceti-Patéti. Así que gracias a esa amnesia tan conveniente se anotó un par de Ligas en la España más ensangrentada por la persecución fascista de toda la dictadura de Franco. Aún las cuenta en su palmarés el actual Pateti, y eso que ésas si que fueron ganadas “políticamente”; entre otras cosas porque el Fasceti podía apropiarse de cualquier “jugador-soldado” de los demás equipos que estuviera haciendo el servicio militar (en una época en que la mili duraba varios años). En total, durante el franquismo, el Pateti ganó 7 de las 10 Ligas que tiene; 8 si contamos otra de la época de la transición, con fuerte influencía aún del “anterior régimen”. En cambio, en la así llamada democracia sólo ha ganado dos: 1995/96 y 2013/14 (y no precisamente enamorando con su artístico juego sino “carroñeando”, o sea, como el Guarreti que es).

En cuanto a si ahora el Pateti ya no se dedica a la política, esta tesis podría contrastarse en Alcorcón, donde aspira a tener su futura ciudad deportiva; diga lo que diga el ordenamiento urbanístico de ese municipio o los tribunales. O en la Comunidad de Madrid, que le está preparando el terreno jurídicamente para que se haga cargo de La Peineta a cambio de un buen pelotazo urbanístico junto al Manzanares, donde todavía se ubica el estadio colchonero. O en el Ayuntamiento de Madrid, también colaborador necesario en subvencionarle hasta el paroxismo en su “adquisición” del que ya nunca será estadio olímpico de Madrid. Pero, sobre todo, con la “comprensión fiscal” del estado para ayudar al Pateti a pagar su deuda multimillonaria al Fisco, que él le puede abonar en cómodos plazos.

Dicho todo esto, resulta…patético (¡claro!), o sea, de locos, que precisamente los seguidores y dirigentes de este…”equipo”, del Fascético-Patético, se consideren autorizados para acusar al Madrid de ser el “equipo de Franco”. En realidad, se trata de un problema psiquiátrico: cuando la envidia es tanta, sólo se puede soportar si uno se inventa una “explicación”” que convierta al envidiado en un demonio; pero ya se sabe desde nuestros clásicos que el mayor monstruo son los “celos”. Sin embargo, ni toda nuestra comprensión “clínica” por estos enfermos nos obliga a soportar sus insultos, ni a sentir piedad por ellos.

La misma actitud encontramos en la cadena farsista-farsalanista, TV3, que en otoño de 2014 ha defecado un documental antimadridista (nada casualmente en el justo momento en que el independentismo farsalán necesitaba, siquiera en la ficción, atacar a España; la cual, por supuesto, es representada en la perspectiva ombliguista de esos provincianos por el Madrid).

Sólo un breve comentario al respecto; porque sería una cagada ocuparse de esta mierda más allá de acusar recibo de su hedor: Zoco dijo hace tiempo que le extrañaba que el Farsa hubiera estado 20 años sin ganar la Liga. Pues bien, TV3 ha convertido esta frase en una “confesión” del “favor político” gozado, supuestamente, por el Madrid durante el franquismo. En realidad, en ella simplemente se transmitía la perplejidad de alguien que sabe suficientemente quién es el Farsa como para comentar esa circunstancia con asombro (dado que el “más-que-un-club” dispone de una gran capacidad económica, que se traduce en potencia futbolística y, sobre todo, política, pues su propia autodefinición es una proclamación de no ser un enter deportivo sino un poder fáctico político).

Aquí está la noticia en ABC de la posible querella del Madrid contra dicha cadena farsalana:


Pues bien, corrigiendo a Zoco, el “eclipse” farsigrana no duró lo que él dice sino exactamente 14 Ligas (1960-1974); en cambio, el periodo de sequía liguera del Madrid, que no comentan nunca ni los farsalanes ni los antimadridistas de España (por ignorancia, seguro), duró 21 años (1933-1954); ó 18, si descontamos los años de la guerra civil, en los que sólo se jugó la final de Copa de 1939 (con equipos del ámbito “nacionalista”).

Y hubo otros periodos de “desaparición” del Farsa de nuestro campeonato liguero desde que conquistó la primera Liga disputada, en la temporada 1928/29, hasta que ganó la siguiente, ya en el franquismo, en la temporada 1944/45, o sea, tras 12 temporadas “in albis” (o 15, si contamos el tiempo de la guerra). Posteriormente, también estuvieron “de vacaciones” durante 10 temporadas (entre los éxitos ligueros de las temporadas 1973/74 (la Liga de Cruyff, merecedora de este sobrenombre porque fue la única que ganó en España) y 1984/85, ya en el juancarlismo. Más recientemente, se “ausentaron” del podio liguero durante 5 temporadas entre los títulos que obtuvieron en la 1998/99 y la 2004/05.

Como se ve, el Farsa, como todo equipo que compita con otros por los títulos, gana y también pierde sin necesidad de explicaciones metafísicas. Es fácil constatar que no es tan normal que gane varios años seguidos; más bien, esa es la excepción. Y en cuanto a “cómo” gana, sólo tres referencias históricas de los años noventa: Tenerife, Tenerife y La Coruña (todas estas Ligas pertenecen a la época del mandato del “señor” Núñez,l antiguo presidente farsista y actual presidiario). José Luis Núñez es culpable por sentencia firme del llamado “caso Hacienda” cuya investigación arrancó en 1999, es decir, en la misma década que las tres finales ligueras que marcaron en el Farsa un estilo de “ganar pisoteandolo todo” (Urizar Azpitarte incluido,  (¿verdad Stoichkov?).. Prueba de la “beatificación farsista” de Núñez es ser el epónimo que da nombre oficial el museo del Farsa como símbolo indiscutible de los valores qué realmente rigen este club…de alterne;, una autoinculpación de un calibre tan descomunal que en una entidad con sentido de la vergüenza sería insoportable. Pero los farsalanes no saben lo que es “eso”.

En fin, en Cibeles Madridista nos hemos tomado un tiempo de reflexión en el que ha pesado no poco la tentación de mandar a donde les corresponde a semejantes difamadores sin darnos por aludidos. Sopesábamos que no hay que tener en cuenta acusaciones que habría que calificar de dementes (Patético) o de politizadas, por estar al servicio del separatismo farsalanista (Farsa). Además, en ambos casos están motivadas por una envidia insoportable por quienes han tenido la desgracia de encontrarse en su camino al Madrid, el mejor equipo de fútbol de todos los tiempos; y esto si que no tiene remedio para ellos.

Pero ya son muchas veces teniendo que soportar las mismas “denuncias” (que nunca demuestran). Al final, hay mucho desinformado que las acepta como válidas, lo que ataca al prestigio del Madrid (no es otra la intención de los que no pudiendo pararnos los pies en el campo de juego, ni a patadas impunes, recurren a este tipo de zancadillas fuera de él).

Por eso, consideramos necesario estudiar con detalle quién salió más beneficiado “políticamente” en las competiciones futbolísticas disputadas durante el régimen franquista; el cual vamos a comparar con el previo republicano, con el de la transición posterior y con el de la así llamada “democracia” del juancarlismo; recientemente finalizado tras la abdicación del dicho monarca. Así será posible despejar las “dudas” y cargarse más de un mito: Desde luego, no creemos que seamos precisamente los madridistas los que más tengamos que perder con semejante análisis.

Nos fijaremos tanto en quién ganaba (y cuánto) en cada época como en quién no y veremos si cabe extraer del conjunto de esos datos alguna conclusión coherente.

No vamos a tener en cuenta el periodo previo a la Segunda Republica Española, es decir, la monarquía alfonsina. Políticamente, porque la llamada “dictablanda” de su etapa final (la que coincidió con el inicio de la Liga en España desde la temporada 1928/29) no es equiparable en nivel represivo al régimen franquista (por lo que aquélla careció de la capacidad de amenazar o influir que sí tuvo el generalísimo; en lo cual se basan los que acusan al madridismo de beneficiario de mangoneos deportivos a su favor).

Además, deportivamente, esto nos sirve para establecer convencionalmente un mismo comienzo a la Liga y a la Copa de fútbol de España. Por lo demás, no tendría mucho sentido adentrarnos en la prehistoria de la Copa (única competición jugada anteriormente), en la que hubo en algún año más de un campeón del mismo título. Nosotros sólo, buscamos términos comparativos adecuados con la hipotética politización del fútbol en la época de Franco, es decir, el régimen inmediatamente previo y el posterior (que desglosamos en 2 épocas: transición y juancarlismo). No nos interesa nada más que constatar esta tesis o rebatirla.

Tampoco vamos a tener en cuenta la Supercopa de España, un título “indirecto”, que no todos los equipos pueden disputar cada temporada. A ello hay que añadir que sólo se juega desde 1992, mucho después del tiempo objeto de este trabajo. Luego, no es posible comparar esta competición, disputada íntegramente en el juancarlismo, con otras equivalentes de los restantes regímenes políticos españoles, pues no hubo ninguna similar previamente.

Además, este título, no ha sido disputado regularmente desde su comienzo en 1982: ha habido años en los que no se ha jugado por falta de acuerdo de los finalistas en las fechas (1986 y 1987) y en 1989 se la adjudicó el Madrid sin disputar ningún partido, como campeón de Liga y Copa, porque hasta 1996 no estableció la Federación que el bicampeón tenía que jugar la final a doble partido con el subcampeón de Copa (lo que hace incomparables los títulos posteriores a los previos a tal decisión).

Hay otro factor que debemos tener en cuenta en las comparaciones entre los 5 equipos más importantes (por palmarés): los descensos a Segunda División. Así, el Valencia no jugó en primera división hasta la primera Liga republicana (1931/32), luego no participó en las 3 previas de la monarquía alfonsina (sin embargo, ello no influye, porque no estudiamos esa época). Además, el Pateti descendió en la temporada (no estudiada) de 1929/30, por lo que no jugó ni la Liga monárquica 1930/31 ni las dos primeras republicanas (1931/31 y 1932/33). Nos limitamos a contabilizar esos años como si el Pateti se hubiera quedado en blanco en esa época como le pasó a la mayoría de equipos que jugaron siempre en Primera División.

El descenso del Patético en la última Liga republicana, 1935/36, no es relevante ni en la competición futbolística, reanudada tras la guerra, ni en nuestro estudio. El motivo es que Franco permitió al ya Patético de Aviación jugar en primera (lo que sí discutimos es la legalidad del título liguero ganado por ese equipo en la temporada 1939/40 porque, además de adjudicárselo con un equipo “nacionalizado”, no tenía derecho a jugar en primera hasta que volviera a conquistar una plaza de esta categoría sobre el terreno de juego, no en los despachos).

En cuanto a los descensos, ya en época juancarlista, del Patético (que jugó en segunda dos temporadas, 2000/01 y 2001/2002) y del Valencia (el cual jugó en segunda la temporada 1985/86) nos limitamos a considerarlos asimismo como años en blanco para ambos (además,  no influyen en el tema central del estudio que es el la politización del fútbol español por el franquismo).

Como ye hemos indicado, simplificamos la comparación de éxitos y fracasos a tan sólo los 5 equipos principales por el número de títulos conseguidos (sumadas todas las épocas). Siguiendo el orden de mayor a menor ganador, son: Madrid, Farsa, Atávico de Bilbao, Patético de Madrid y Valencia. Comenzamos:

SEGUNDA REPÚBLICA ESPAÑOLA (1931-1936)  6 TEMPORADAS

6 TEMPORADAS. 11 TÍTULOS: 5 LIGAS Y 6 COPAS (INCLUYE LA DE 1930/31)

En este y en todos los cuadros, en caso de empate a títulos, se valoran más las Ligas que las Copas para establecer el orden de los equipos según el total de trofeos obtenidos.

Se incluye la Copa de 1931 porque se disputó íntegramente tras las proclamación de la Segunda República Española.


En los porcentajes de temporadas en blanco no se cuenta esta Copa de 1930/31, pues no se puede contabilizar como una temporada completa. En cambio, en los porcentajes del total de títulos cuentan todos los disputados.




De los 11 títulos republicanos, el Atávico de Bilbao obtuvo 5 (45’45 % del total), de ellos, 2 Ligas (40 %) y 3 Copas (50 %). Sólo se quedó en blanco 1 temporada (1934/35), un 20 % de las 6 disputadas. Es el campeón indiscutible de este periodo.

El Madrid ganó 4 títulos (36’36 % del total), 2 Ligas (40 %) y 2 Copas (33’33 %). El Madrid se quedó en blanco sólo 1 temporada (1934/35, curiosamente, en pleno bienio negro derechista, por si le sirve a alguien de pista sobre la relación de nuestro club con la política de derechas), o sea, no obtuvo ningún título en un 20 % de las 6 temporadas disputadas. Es el subcampeón de la época republicana, lo que no pega ni con cola con la teoría del Madrid franquista o conservador.

El Betis ganó 1 Liga (20 % de los títulos ligueros y 9’09 % del total de temporadas). Se adjudicó la única Liga que no ganaron el Madrid o el Atávico. Se quedó en blanco 4 temporadas.

El Sevilla ganó 1 Copa  (16’66 % de los torneos coperos y 9’09 % del total de temporadas). Se adjudicó la única Copa que no ganaron el Madrid o el Atávico. Se quedó en blanco 4 temporadas.

El Farsa no puede sentir nostalgia de su experiencia como equipo republicano, pues no ganó ni un título de Liga ni de Copa. Su saldo republicano es de 0 % de títulos y 100 % de años en blanco. ¡Y eso que Farsaluña gozó de autonomía política con la República!

El Patético no participó en las dos primeras Ligas republicanas porque descendió a Segunda División en la temporada (monárquica) de 1929/30. Sin embargo, le contabilizamos el total de las temporadas  republicanas disputadas, pues, con independencia de los motivos, lo cierto es que no ganó nada por entonces (ni previamente). Saldo; 0 % de títulos y 100 % de años en blanco.

El Valencia no gano nada en esas 5 temporadas republicanas, aunque sí las disputó todas en Primera División. Saldo; 0 % de títulos y 100 % de años en blanco.

Ahora se habla mucho de que todos los títulos se los llevan unos pocos equipos. Pues bien, esto sucedía ya en la época republica: los 2 clubes más importantes, Atávico y Madrid, ganaron 9 de los 11 títulos del de dicho periodo (81’81 % del total) y sólo ganaron títulos 4 equipos (sin embargo, de todos ellos, sólo los dos expresamente mencionados pertenecen a la “penta-élite histórica del fútbol español).

Por cierto, hablando de los viejos tiempos, quien quiera saber a qué se dedicó el Madrid durante la guerra, mientras la capital seguía siendo controlada por la República hasta el final del conflicto (pero con el frente en las mismas puertas de la Villa), tiene que tener en cuenta que en esas condiciones no se podía jugar ningún campeonato regular en Madrid y tampoco fue posible jugar la Liga Catalana, entre otras cosas porque el Farsa vetó nuestra participación. Pero hacíamos otras cosas, como evidencia esta foto del Madrid en un homenaje al ejército republicano en el año 1937 que tuvo lugar en nuestro antiguo estadio de Chamartín:


Y para dejar aún más claro quién es el Madrid históricamente, he aquí un pequeño resumen de la evolución de su nombre y de su signo más visible: el escudo madridista.

El Madrid fue fundado oficialmente en 1902 (aunque ya existía desde 1900, momento de la escisión del New Foot-Ball Club, que abandonaron los futuros fundadores de nuestro club). Su primer nombre fue Sociedad Madrid Foot-ball Club.

En 1904, tras fusionarse con el Moderno, pasó a llamarse Moderno Foot-Ball Club. Pero ya en el mismo año se transformó en Madrid Foot-ball Club.

En 1920 y hasta abril de 1931 recibió el título de Real, que le otorgó el rey Alfonso XIII y su nombre pasó a ser Real Madrid Football Club.

Desde 1931 y hasta 1941 se llamó Madrid Football Club.

Finalmente, de 1941 hasta la actualidad, el nombre es Real Madrid Club de Fútbol. El cambio de nombre obedeció esta vez a la política españolista del franquismo, que exigió que los nombres de los equipos se adaptaran para ser exclusivamente españoles.

También lo hicieron, aparte del Fasceti-Pateti, el Farsa (que pasó a ser el Club de Fútbol Barcelona) o el Atávico (Atlético de Bilbao). Es muy significativo que ahora quieran borrar su pasado de la época de Franco, momento en el que sus directivos eran claramente “del régimen”, es decir: colaboracionistas del fascismo (a cuyas autoridades condecoraron) y los títulos de esos años lo reflejan. Así se reescribe la historia…en provincias.

En cuanto a nuestro escudo, hubo muchos cambios a lo largo del tiempo; pero los más importantes para nuestro estudio son los de 1931, 1941, 2001 y 2014.

El 27 de abril de 1931 fue instituida por decreto la nueva bandera española de la República. Añadió una banda morada los dos colores tradicionales (desde 1785, cuando Carlos III la adoptó, fundamentalmente por ser más visible en alta mar). Aunque no lo dice directamente el decreto (que habla de que es la “…insignia de una región ilustre, nervio de la nacionalidad…”) se supone que se obró así en honor de Castilla.

Sin embargo, históricamente no fue este el color del Reino de Castilla sino el carmesí o púrpura, bastante diferente, que puede verse hoy en día en la bandera de la Villa de Madrid.

Paralelamente, el Madrid adoptó su nombre y escudo al nuevo régimen republicano y le quitó la corona de real en 1931.

Menos conocido es que a la vez que se quitaba la corona monárquica se añadía otro elemento “republicano”: la banda morada, ¿casualmente? del mismo color que la nueva franja republicana de la bandera tricolor, No podemos aceptar la versión más difundida de que se adoptó ese color “por Castilla” cuando en Madrid estamos hartos de ver el auténtico color castellano en la fachada de nuestro Ayuntamiento.

Y así continuó nuestro escudo, incluso tras la guerra, hasta 1941, en que recuperó la corona; precisamente porque la había perdido durante la República, enemiga mortal de Franco, y había que “distanciarse” de tal simbolismo durante su dictadura. Sorprendentemente, la franja morada siguió en nuestro escudo durante todo el franquismo (seguramente se dío por buena la “coartada castellanista” para mantenerla).

El último cambio fue en 2001, pero en esta ocasión no hubo ninguna motivación política sino económica, para convertir nuestro escudo en un emblema más fácilmente comercializable; si bien, desde nuestro punto de vista, el cambio de la banda morada a azul puede considerarse una “despolitización” de la misma a posteriori.

Y aun ha habido un semicambio: desde 2014 hay un escudo del Madrid especial para países musulmanes en el que no figura la cruz que remata la corona (sin embargo, subsiste la versión “cristiana” para los demás países, España incluida).

Por último, para completar este comentario sobre los símbolos más visibles de nuestro club,hay que reseñar que el Madrid no usó un uniforme totalmente blanco hasta que sus medias pasaron a este color en 1955 (cuando Bernabéu ya había fichado a Alfredo di Stétano).

FRANQUISMO

Para el análisis del periodo franquista, dividiremos toda la época del gobierno de Franco en 3 partes:

Franquismo extremista: 1939-1953, Fue el periodo de mayor aislamiento internacional del franquismo y el de más feroz represión en España; si bien se comportó mucho más duramente hasta 1945 (cuando Franco se quedó sin “padrinos” internacionales con la derrota de alemanes e italianos en la Segunda Guerra Mundial).

Franquismo evolucionista: 1954-1975. Supone la paulatina evolución de la dictadura franquista, que se orientó hacia los EE. UU. y la C.E.E. (la UE en su fase inicial) y guardó las formas de su aparato represivo mucho más que anteriormente (si bien hubo fusilados políticos en España hasta el 27 de septiembre de 1975; apenas dos meses antes de la muerte del dictador). La firma el 26 de septiembre de 1953 del tratado de las bases militares de EE. UU. en España, que garantizó la supervivencia del régimen franquista, fue su inicio y la muerte de Franco el 20 de noviembre de 1975 su final.

Paralelamente, en el fútbol español, 1953 fue un año de enorme trascendencia gracias al fichaje de Di Stéfano por el Madrid, club con el que debutó el 23 de septiembre de este mismo año “de las bases”.

Postfranquismo o Transición: 1976-1978 (el 8 de diciembre de 1978 se aprobó la constitución monárquica actualmente en vigor). Adolfo Suárez fue nombrado presidente de Gobierno en julio de 1976. Puso en marcha la reforma política, pero no respecto a la forma de estado, pues Juan Carlos de Borbón era desde el 22 de julio de 1969 “príncipe de España”, o sea, heredero de Franco y fue coronado rey el 22 de noviembre de 1975. El cambio del régimen, en otras instituciones, se inició con las elecciones generales de junio de 1977, de las que surgieron los diputados que prepararon la nueva constitución.

Aún así, subsiste en este periodo un fuerte componente franquista de los actores principales de la política española (el mismo Suárez pertenecía al “movimiento” franquista). Hasta que la nueva constitución monárquica, refrendada de diciembre de 1978, no fue seguida de las primeras elecciones generales, ya legitimadas constitucionalmente, en marzo de 1979, y de las municipales de abril del mismo año, no puede hablarse plenamente del fin del franquismo; de ahí que hayamos considerado que la temporada 1978/79 pertenece todavía a la llamada transición.

Sabemos que nuestra periodización es discutible, pero no por ello carece de justificación. Cierto es que hay quien prolonga el primer franquismo hasta 1959, cuando se aprobó el plan nacional de estabilización que puso fin oficialmente a la llamada autarquía; pero es evidente que desde 1953, con el acuerdo alcanzado con los EE. UU. para situar sus fuerzas armadas en España, cambió mucho la situación política del franquismo, que fue superando su aislamiento internacional gracia a su rol de campeón del anticomunismo. Fue esto lo que permitió a la España franquista entrar en la ONU en 1955. Además, Franco empezó a recibir apoyo económico yanqui, lo que supuso obtener divisas para un país que apenas disponía de ellas. Por ello consideramos que desde 1953 puede hablarse del comienzo de la adaptación al mundo exterior de la España franquista, hasta entonces bastante independiente (aislada, más bien) del orden internacional configurado por las potencias vencedoras en la Segunda Guerra Mundial, aunque siempre sometido a ellas.

FRANQUISMO EXTREMISTA (1939-1953)

14 TEMPORADAS. 28 TÍTULOS: 14 LIGAS Y 14 COPAS

Lo primero que hay que decir es que no se incluye la Copa de España de 1939. La razón se explica en este artículo de WIKIPEDIA:

COPA DEL GENERALÍSIMO DE FÚTBOL 1939

(Equipos participantes y ausentes)


El Sevilla fue el campeón. Disputó esta competición dentro de un grupo de equipos prácticamente restringido a la España Nacionalista (y ni siquiera toda ella). Por otra parte, esa temporada no hubo Liga (la guerra acabó el 1 de abril de 1939), por lo que no cuenta esa temporada a ningún efecto (como tampoco la Copa celebrada en la zona republicana en 1937, que ganó el Levante).

Que quede claro que la razón fundamental para no tener en cuenta ninguno de estos dos títulos es el rigor y la coherencia: no pueden computarse igual los títulos ganados compitiendo contra todos los demás equipos españoles que éstos, que fueron de participación restringida y politizada.


En este apartado se denomina Fascético al club fundado el 4 de octubre de 1939 tras la fusión del equipo de fútbol de la Aviación Franquista con el Athletic Club de Madrid (inicialmente se llamaba así porque nació en 1903 como una delegación del Atávico creada por estudiantes vascos trasladados a Madrid). Desde enero de 1947 adoptó el nombre de Atlético de Madrid, o sea, el Patético, denominación que nunca había usado hasta entonces. Reflejamos los nombres respectivos en los títulos ganados en cada temporada de este ciclo.








 






 
ANÁLISIS DEL FRANQUISMO EXTREMISTA:

Es forzoso empezar diciendo que las temporadas 1939/40 (sobre todo) y 1940/41 fueron “especiales” dada la “donación” de categoría al Patético por parte del franquismo (que, por entonces, estaba volviendo a “ganar la guerra anticomunista” en el extranjero, enviando a Rusia “su” división azul). Podría especularse con base muy sólida sobre si las Ligas correspondientes estaban ya “reservadas” al equipo-favorito (o al favorito-equipo); pero, a falta de pruebas aún más sólidas, las contabilizamos como si fueran normales (sin serlo).

Entre los clubes más “beneficiados” en el periodo inicial del franquismo, según el número de campeonatos ganados en esta época, destaca el Farsa, con 9 títulos, 5 Ligas y 4 Copas, en estas 14 temporadas. En las dos últimas incluso hizo doblete. Nada casualmente, pues fue entonces cuando el la federación de fútbol del régimen franquista le permitió al Farsa fichar a Kubala el 15 de junio de 1950 (el Madrid lo intentó antes, pero a él no se le autorizó). ¿Resultado de esta “gestión”?: 5 títulos ganados con Kubala en 3 temporadas) sólo se le escapó 1 Liga). Resumiento, el Farsa ganó el 35’71 % de las 14 Ligas y el 26’66 % de las 15 Copas (31’03 % del total de títulos).

El Farsa se quedó en blanco en las 2 primeras temporadas (“patéticas”)  y en otras 5 posteriores; 7 en total de 15 (46’66 % del total de temporadas del periodo).

El segundo club más “beneficiado”, 5 títulos en total, fue el Atávico de Bilbao (por entonces, oficialmente Atlético de Bilbao). Ganó 1 Liga (1942/43), 7’14 % del total, y 4 Copas, 26’66 % (17’24 % de todos los títulos).

El Atávico se quedó en blanco en 10 temporadas de las 15 (66’66 % del total).

El tercero fue el Valencia, que conquistó 3 Ligas (21’42 % del total) y 2 Copas (13’33 %), en total 5 títulos (17’24 % de los 29 títulos disputados).

El Valencia se quedó en blanco en 10 temporadas (66’66 % del total).

El cuarto fue el Sevilla, 1 Liga (7’14 %) y 2 Copas (13’33 %). En total, obtuvo el 10’34 % de los títulos disputados.

El Sevilla se quedó en blanco en 12 temporadas (80’00 % del total).

El quinto fue el Fascético-Patético. En su primera época “oficialista” ganó 2 Ligas (las primeras de su historia) y después ganó otras 2 más, total 4 (28’57 % de las Ligas,  13’79 % del total de títulos, pues no ganó ninguna Copa).

El Fascético-Patético se quedó en blanco en 11 temporadas (73’33 % del total).

El sexto fue el Madrid (¡sí, el Madrid!). Está claro que nuestro club no siguió el paso castrense que marcaba el régimen tras la guerra, repetimos, en su fase más violenta: apenas dos Copas ganadas, y tan sólo después de acabada la Segunda Guerra Mundial, parecen síntoma incuestionable de ello. Más bien es como si el Madrid fuera por entonces un club disidente en lugar de uno colaboracionista; como lo fueron otros más o menos declaradamente (se habla mucho de que Santiago Bernabéu era hombre del régimen, pero lo cierto es que era más bien monárquico y sólo obtuvo la presidencia madridista el 15 de septiembre de 1943 (por ejemplo, con el Fasceti, hubo más “celeridad” para apoyarlo tras la guerra).

En definitiva, ganamos el 13’33 % de los títulos coperos y el 6’89 % de los 29 títulos disputados en total durane el franquismo extremista. El Madrid se quedó en blanco en 12 de las 14 temporadas de este ciclo. Pero todo esto está convenientemente olvidado por los que nos acusan de filofranquistas.

Sólo el Español, séptimo y último equipo que logró algún trofeo, está detrás del Madrid en la época más radicalmente franquista de todas. Ganó la Copa en 1939/40 (6’66 % de las Copas y 3’44 & del total).

Como el número de éxitos por temporada y en total del periodo de cada equipo habla por sí mismo sobre su importancia relativa en aquella época (bien deportiva, bien políticamente, según valoración de cada cual), podríamos conformarnos con estos datos; pero también nos vamos a detener en los “años en blanco” de cada club; que ilustran bastante sobre el hipotético grado de “favoritismo” del régimen alcanzado por cada uno de ellos.

Empecemos valorando que en cada temporada sólo podía haber dos campeones, el de Liga y el de Copa; no había ni competiciones europeas o intercontinentales ni Supercopa nacional. Quedarse en blanco era muy normal, en realidad. Lo que ya no lo era tanto era no ganar casi nunca (sobre todo si, como pretenden nuestros detractores, se “gozaba” del favoritismo político). Este fue el caso del Madrid. Ningún otro de los 5 clubes principales tiene un porcentaje negativo tan alto (casi dobla al Farsa en años en blanco).

Creemos que esto es suficientemente refutativo de ciertas tesis y denunciativo de que lo que pasaba era justo lo contrario de lo que suele decirse: si los que claman por la asociación de la política con el fútbol durante el régimen tienen razón, lo más importante es establecer el “mecanismo”, correa de transmisión de la voluntad política franquista a los marcadores y, finalmente, a las salas de trofeos. Pero claro, si tan evidente es el caso, culpable (o cómplice) tiene que serlo todo aquel que ganó, sobre todo quién más ganó y especialmente si lo hizo en la fase más represora (en la que la voluntad política era omnipotente y abarcaba toda la organización “administrativa” del deporte español).

Pues bien, el Madrid no pudo ser el paladín balompédico del régimen por la sencilla razón aritmética de que hasta la temporada 1953/54 hubo 5 equipos más “favorecidos” que él por los éxitos (deportivos o políticos, como se quiera). Incluso el Sevilla ganó más títulos (pese a no ser uno de los 5 equipos más veces campeones históricamente). Es tan…extraño que no hace falta añadir nada más; pero ojo, no para exculparnos sino para inculpar suficientemente a nuestros acusadores.

Detengámonos también en la concentración de títulos en muy pocos campeones: 19 de los 28 títulos (67’85 %, más de dos tercios del total) fueron ganados por 3 equipos (de un total de 7 clubes campeones); una concentración muy llamativa para el Madrid, que no fue ninguno de ellos.

Además, es mucho más importante establecer quién ganó durante los años más duros, los del franquismo extremista. Fue una época en la que la falange tuvo, aún, gran peso en la política seguida por el régimen, como aliada del nazismo (con el que peleó contra) y archienemigo del comunismo; Franco retomaría precisamente este mismo papel en la etapa proyanqui, desde 1953, pero ahora como peón de la guerra fría promovida por los EE. UU. contra la Unión Soviética.

En cuanto a las dificultades materiales y deportivas por las que pasó el Madrid en este primer tramo del franquismo, he aquí un breve comentario sobre la construcción del nuevo estadio en los años 40 y las consecuencias deportivas que conllevó.

La temporada 1947/48 fue muy mala deportivamente para el Madrid: El 14 de diciembre de 1947 inauguró su Nuevo Chamartín (en realidad, oficialmente, Estadio Real Madrid Club de Fútbol y desde el 4 de enero de 1955 Estadio Santiago Bernabéu). Era un terreno de juego fuera de serie en aquella época (se completó con el llamado tercer anfiteatro el 19 de junio de 1954). Por cierto, esta cancha no estaba en Madrid, porque hasta la anexión a la capital el 5 de junio de 1948, el solar del campo madridista estaba situado en el municipio de Chamartín de la Rosa.

El campo fue construido a expensas exclusivamente del Madrid, mediante un préstamo concedido por el Banco Mercantil e Industrial el 22 de junio de 1944 (las obras empezaron el 27 de octubre de dicho año). La operación financiera fue posible porque la masa social del madridismo suscribió la totalidad de los bonos de dicha deuda que emitió el Madrid (bajo el impulso de Bernabéu) para afrontarla (compárese esta clase magistral de fidelidad a unos colores de los madridistas con lo que pasó con el Pateti cuando, bastante después, en un tiempo mucho más boyante para el conjunto de la sociedad española se convirtió este club en sociedad anónima y la familia Gil se pudo hacer con la mayoría accionarial porque los socios patéticos no compraron todas las acciones que se pusieron a su disposición).

Por supuesto, el cacareado “apoyo del régimen de Franco al Madrid” no aportó ni un mísero céntimo para hacer nuestro nuevo campo. Además, no ganamos ningún título “franquista” hasta la final de Copa del 9 de junio de 1946: 3-1 al Valencia (¡en Farsalona!), o sea, mientras se construía el Nuevo Chamartín.

En cuanto a lo de “un estadio de primera para un equipo de segunda”, como se dijo por entonces, la razón era que todo el dinero del que pudo disponer el Madrid se lo tragaban las obras del nuevo campo; por consiguiente, la plantilla era manifiestamente mejorable.

De hecho, en la temporada citada quedó el Madrid el cuarto por la cola, con sólo 2 ó 3 puntos más que los equipos que descendieron a segunda división.

Cuando, poco después, en 1952 celebró el Madrid el 50 aniversario de su fundación (lo que sirvió para que Bernabéu le echara el ojo a Di Stéfano), las finanzas madridistas ya habían mejorado y a partir del año siguiente se empezó a fichar a los mejores jugadores del mundo (recordemos que en Madrid nadie es forastero). Ellos fueron los artífices del Pentacampeonato Consecutivo de Europa, gesta aún no igualada más de 50 años después. 

FRANQUISMO EVOLUCIONISTA (1954-1975)


22 TEMPORADAS. 44 TÍTULOS: 22 LIGAS Y 22 COPAS







































SALDO DEL FRANQUISMO EVOLUCIONISTA














ANÁLISIS DEL FRANQUISMO EVOLUCIONISTA

Para empezar, hay una conclusión implícita en la hipótesis de que el régimen movía sus hilos para conseguir que ganara los títulos su equipo favorito (o el que le interesara políticamente en cada momento): no cuadra la edad de oro madridista en Europa (1955-60) con la edad de oro en la Liga española (1960-69). No parece que en las cinco temporadas de avasallador dominio madridista en Europa, supiera Franco que “iba con el Madrid“, pues sólo ganó 2 de esas 5 Ligas (mientras ganaba siempre la Copa de Europa correspondiente); en cambio, en los siguientes 9 campeonatos ligueros, se alzó con 8 trofeos, 88’88 % del total) mientras sólo ganaba una Copa de Europa más, la Sexta, en 1965/66. Y aún “cuadran” menos los números si nos fijamos en la Copa de España: sólo 4 conseguidas de 22 disputadas; en su mayoría ya en los 70s. Se ve que a Paquito no le agradaba ver que alzara “su” Copa el capitán del Madrid

Limitándonos a lo deportivo, lo que marca este periodo es el fichaje por el Madrid de Alfredo di Stéfano. Este si que fue un factor decisivo en la historia del fútbol español y mundial; pero en la cancha. Respecto al politiqueo de los despachos en la pugna contra el Farsa por este jugador, queremos recordar sólo que hubo chanchullos descarados, sí, pero de la Federación Española de Fútbol, que, anteriormente, le adjudicó Kubala al farsismo. Así pues, si logramos hacernos con La Saeta Rubia, después de fichárselo a quien tenía su contrato en aquella temporada (el Millonarios) y el Farsa se achicó y nos vendió sus derechos (los aún no vigentes del River Plate) por un plato de lentejas, no hablamos de un problema de legalidad sino de tesón (y de que tras ningunearnos una vez, en la Federación nos debían esa baza a nosotros. Y punto).

SUBSALDO DEL FRANQUISMO COMPLETO
36 TEMPORADAS. 73 TÍTULOS: 36 LIGAS Y 37 COPAS

Si se quiere considerar unitariamente todo el periodo franquista (1939-1975) y se suman los títulos de las dos épocas en las que lo hemos subdividido, el resultado es este:
















SALDO DEL FRANQUISMO COMPLETO:














ANÁLISIS DEL FRANQUISMO COMPLETO

Hay un hecho indiscutible: entre el Madrid y el Farsa copan el 51’38 % de todos los títulos del franquismo; luego no es el equipo farsalán el más indicado para acusarnos de favoritismo.

Por otra parte, los campeonatos obtenidos por los dos grandes se igualan bastante en el conjunto de la dictadura franquista. El Madrid sigue siendo el primero en total, pero sólo gracias a sus Ligas, ya que el Farsa ganó más Copas. Y el Pateti destaca como tercero en la clasificación global del franquismo, que es su época dorada sin discusión. Algo rezagado (cada vez más) va el Atávico, mucho más importante por sus Copas (aunque ganó más el Farsa) que por sus Ligas ganadas. De cerca lo sigue el Valencia, que, tras muchos años de sequía, ha vuelto a ganar títulos en la así llamada democracia juancarlista. Los demás, Sevilla, Zaragoza y Español, van muy por detrás. De ellos, sólo el Sevilla ganó una Liga; los demás títulos, de él y del resto, son sólo Copas.

Llama la atención que el predominio aplastante del Madrid sobre el Farsa en la segunda mitad del franquismo quede bastante nivelado si se tiene en cuenta la hegemonía farsista al principio de dicho régimen. En conjunto, el Madrid se limitó a igualar lo que el otro equipo había desigualado previamente; y justo en los años en los que la “desigualdad” era la especialidad de la España franquista; ¿casualmente?. Este “interrogante” sobre si el Farsa (y el Atávico) fueron los equipos inicial favorecidos por el franquismo para combatir el separatismo (como lo fue el Fasceti- Pateti para combatir al Madrid republicanista) si que debería estudiarse; si es que se quiere hacer una acusación coherente al Madrid por la supuesta ayuda político-deportiva a su favor durante el franquismo en su fase terminal.

Así pues, tras ser un equipo muy importante en el periodo republicano, el Madrid mantiene en el franquismo su superioridad sobre el Farsa y rebasa al Atávico. Pero éstos ganaron mucho también. Luego no cabe hablar de “complicidad” politico-deportiva de los madridistas con el régimen (a falta de otras pruebas) sin tener que acusar de los mismo a los demás (Fascético incluido) y en mucha mayor medida.

POSTFRANQUISMO (1976-1979)

4 TEMPORADAS: 4 LIGAS Y 4 COPAS

Se incluye aquí la Copa de España de 1975/75 (que todavía se llamó “del generalísimo”; pues la primera Copa “del rey” fue la de 1976/77. También incluimos la Copa de 1978/79 porque, por su sistema de competición, a lo largo de toda la temporada, no puede decirse que se disputó únicamente tras las primeras elecciones constitucionales de 1979.






















ANÁLISIS DEL POSTFRANQUISMO

“Asombrosamente”, el Madrid no se vino abajo con el cambio de régimen y mantuvo (si es que no la aumentó) su hegemonía en el fútbol español. Sólo el Patético logró seguirle de cerca. El Farsa sólo ganó una Copa (con el mismo nivel de rendimiento que el Valencia o el Betis).

 JUANCARLISMO (1978/2014)

 35 TEMPORADAS. 35 LIGAS Y 35 COPAS












































SALDO DEL JUANCARLISMO





















ANÁLISIS DEL JUANCARLISMO

Destaca especialmente que en la primera temporada del juancarlismo, ya sin “conspiraciones” franquistas ni postfranquistas, el Madrid no sólo ganó el doblete sino que, de propina, jugó la final de Copa con su propio filial: el Castilla. Este equipo participó en la siguiente temporada en la Recopa de Europa (único club de Segunda División española que lo ha hecho).

No estamos diciendo, sin embargo, que en esta época no pueda especularse sobre el trato de favor a ciertos equipos por intereses extradeportivos: las temporadas 1991/92 y 1992/93 hubo más que sospechas, al final de dichas Ligas, sobre la actitud del Tenerife respecto al Madrid (para beneficio del Farsa que “obtuvo” así dos títulos que los madridistas declaramos directamente ilegales). Esto se repitió en la temporada 1993/94 para perjuicio del Deportivo de La Coruña, perjudicado, esta vez, por el “desmedido ardor competitivo” del Valencia y, “casualmente” de nuevo para beneficio del Farsa.

Luego hay que descontarle 3 Ligas al catalanismo. Y 4 al vasquismo, las dos de la Real Sociedad (1980/81 y 1981/82) y las dos últimas del Atávico, “donadas” para mayor paz politico-social en Vasconia; no sea que se volvieran todos abertzales y se quisieran independizar por las bravas. Porque este es un factor del que nunca se habla (es tabú): España “paga” (indemniza) a vascos y farsalanes por su “permanencia” en nuestro país con títulos deportivos “españoles”. Sería para reír si no hubiera tantos motivos para llorar.

Si logramos olvidar todo esto (o sea, que el Madrid tendría que tener 7 Ligas más y el Farsa 3 menos), analizando únicamente los números, hay una igualdad (“aparente”) de estos dos equipos en la Liga; el Farsa sólo nos supera en 2 Copas más ganadas (y también podríamos hablar de los arbitrajes en sus finales bien diferentes para Migueli o Hierro). Así que de supermegarehegemonía farsista, nanay: sólo nos ganan, siempre lo han hecho, en la Copa (competición menos importante, de segundones: la que les corresponde).

El Patético sólo ha logrado dos Ligas (en años en que los dos grandes no se han centrado en esta competición; el resto son 5 Copas, bastantes ganadas al Madrid, que a un partido, sobre todo si es violento (como los juegan los colchoneros), no logra el premio a su regularidad habitual, que se manifiesta mejor en la competición liguera.

El Valencia logró dos Ligas (más bien perdidas por Del Bosque, entrenador del Madrid de los Galácticos, que no supo imponer su superioridad de plantilla) y dos Copas. Retornó así a su nivel de quinto equipo español por número de títulos.

El Zaragoza logró 4 Copas, pero ninguna Liga (nunca la ha ganado).

El Atávico de Clemente logró dos Ligas (una la perdió el Madrid ante el Valencia por no ganar el último partido) y una Copa (la tan famosa por la gran tangana final entre vascos y farsistas, que supuso tanto el adiós de Maradona como por el Gran Perdón Federativo; pues la sanción hubiera debido ser de muchos, muchos partidos para todos los jugadores de ambos cuadros, que hubieran tenido perdida la siguiente temporada antes de empezar a disputarla).

La Real Sociedad apareció y desapareció como un cohete: sus dos Ligas (¿no había terminado el partido cuando marcó la Real contra el antimadridista Sparring de Gijón?) al principio de los ochenta fueron seguidas por una sola Copa y adiós.

Algo similar cabe decir del Depor, que logró una Liga (tras la que le “descuidó” el Farsa) y dos Copas (una la llamada del Centenariazo, porque se la ganó al Madrid en el Bernabéu justo en 2002).

El Sevilla, en la edad de oro de toda su historia, logró 2 Copas. Y el resto, Betis, Español y Mallorca, 1 Copa cada uno.


PALMARÉS ACTUAL DEL FUTBOL ESPAÑA (SIN LAS COPAS DE ALFONSO XIII)

Por último indiquemos qué equipos tienen más títulos ligueros y coperos dentro del fútbol español y en qué épocas los han ganado (siempre sin el periodo alfonsino previo):













No hay que olvidar que si bien hay varias Copas ganadas antes de la temporada 1931/32 que no se computan aquí. Aún así, en el computo histórico total, el Madrid tiene más títulos que el segundon, el Farsa.

En cuanto a si es un capricho “segmentar” la totalidad histórica de títulos deportivos, en España es más frecuente de lo que parece. Por ejemplo, hay por ahí unos personajillos que van diciendo que los títulos del Madrid en los comienzos de la Copa de Europa “en blanco y negro” no cuentan…Las razones “metafísicas” que alegan ni las vamos a mencionar. Desde luego, no nos extraña tal actitud, pues no supone nada nuevo bajo el sol de Envidiaña.

Puestos a matizar, los madridistas tendríamos todo el derecho para decir que sólo aceptamos como válidos los títulos de la Copa de Europa disputados antes de la reforma del reglamento de competición que, desde la temporada 19912/92, introdujo una liguilla inicial, lo que hace mucho más fácil no ser eliminado en las primeras eliminatorias; por tanto, hablamos de otra competición que, POR SU PROPIO INTÉRES EN APROPIARSE DEL PRESTIGIO DE LA COPA DE EUROPA, “acepta” oficialmente los títulos previos, ya que así lo quiere la UEFA, no nosotros.

Aún más sangrante es lo que pasa en baloncesto, donde la ACB restringe el recuento de títulos a los conseguidos desde 1984; es una manera descarada de ocultar que el Madrid ganó casi todos los títulos de Liga y Copa hasta ese momento (y unas cuantas Copas de Europa más, para dejar claro que no ganábamos sólo por “política”.

Son estas muestras de simpatía por parte de nuestros compatriotas las que nos llevan a muchos madridistas a pensar si no deberíamos irnos a jugar a Portugal o a Francia, donde seguro que nos valorarían más y tratarían mejor.



CONCLUSIÓN. EQUIPO O EQUIPOS MÁS FAVORECIDOS POR EL FRANQUISMO:

En estas dos páginas de internet se pueden consultar todos los campeonatos españoles de Liga y Copa de fútbol disputados en España:



Los antis no se van a callar ante estas cifras tan apabullantes. Seguro que, por ejemplo, TV3, en su empeño historicista, volverá a obsequiarnos con algunos temas de “interés”, como:

La gran pelea colectiva del Farsa con el Atávico de Bilbao en la final de Copa de España de 1984 (aunque es mucho más llamativo el perdón general subsiguiente de la Federación a una de las más generalizadas tanganas del fútbol…”español”).

El cochinazo: permisión, pseudosanción y perdón.

Carterismo liguero de Messi nunca sancionado ni reconocido.

Catalanismo futbolístico español: démosles todo a los separatistas para que no ganen nada yéndose.

La Sexta Copa de Europa: colaboracionismo farsalán con la envidiosa UEFA; sin premio por culpa del Bemfica y con el castigo de los postes.

Bonet lesionado por Migueli, sin sanción, en una final de Copa de España (el mismo que también lesionó a Jensen en Liga) versus Hierro expulsado en otra final sin lesionar a nadie.

Etc. etc. etc.

En cuanto al Patético, tras matar sus seguidores, por segunda vez (y esto ya es reiteración) a aficionados de otros clubes, debería entrar en un periodo de reflexión sobre su “esencia” tan proclamadamente antimadridista; por tanto, tan proclive a la violencia, que ya se ve que no sabe controlar en su entorno. Tiene muchas tareas atrasadas que hacer para convertirse en un club digno. No debería postergar por más tiempo esa transformación.

En resumen, hablan los que más tienen que callar y lo hacen en un ejercicio consciente de agitación y propaganda, tanto para atacarnos como para que no se les hagan preguntas incómodas sobre ellos. Ante eso, sólo podemos añadir una última cosa:

Ladran, luego existimos

Cabalgamos y les pasamos por encima,

Luego les jode nuestro desfile triunfal,

Que no cesa (Mundialito de Clubes en diciembre de 2014).

Y nada más. No hace falta nada más.

Cibeles Madridista.

Post scriptum: Dime de qué hablas y te diré qué es lo que tendrías que callarte.





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