El
19 de octubre de 2014, repetimos, ¡2014!, antes de empezar un partido de la Liga española, saltaron sobre
el estadio Vicente Calderón, perteneciente al Patético de Madrid,
varios paracaidistas del ejército del aire español (el que pagamos todos con
nuestros impuestos; suponemos que para defender un sistema, al menos
formalmente, democrático).
El
motivo fue la conmemoración del 75 aniversario de la “anexión” del antiguo
Athletic de Madrid por la triunfante Aviación Nacional franquista en 1939. De
esta operación surgió el Athletic Aviación Club. El hecho
tuvo lugar recién terminada la guerra civil y se hizo a imagen y semejanza del
modelo ya existente de la Luftwaffe en la Liga del Tercer Reich.
Esta
arma aérea alemana fue la fuerza militar que, a través de su Legión Condor, bombardeó durante la
guerra civil española en la zona republica. Lo hizo en muchos lugares, entre
los cuales dedicó una especial atención a la Villa de Madrid. Sus repetidos ataques
ocasionaron numerosas víctimas entre la población civil madrileña. No parece que
eso les importe ni lo más mínimo a los rojiblancos, ya que se siguen viendo
bufandas de su equipo con el escudo de aquellas alas fascistas y letales.
Esta
“asociación política” permitió al Patético de Aviación (el Fasceti desde octubre de 1939 a enero de 1947) no jugar en Segunda División
la primera temporada futbolística de la postguerra (pese a que este club había
descendido a la categoría de plata española en 1936, justo antes de empezar la
guerra). Por supuesto, ello implicaba ser declaradamente el equipo
colaboracionista oficial de su excelencia, “caudillo de España por la gracia de
dios”.
Por
si alguien cree que todo esto es mera enajenación mental madridista o ciencia-ficción
promerengue, aquí lo pone y lo dice:
Aterrizan
varios paracaidistas sobre el terreno de juego para conmemorar el 75
aniversario del Atlético de Aviación
http://www.abc.es/atletico-madrid/noticias/20141019/abci-directo-atletico-espanyol-201410190905.html
Club Atlético de Madrid
(apartado sobre el Atlético de
Aviación)
Lo
diremos más claramente todavía: el Patético-Fascético fue
conscientemente el cómplice deportivo de un régimen sanguinario que,
parafraseando a Clausewitz, continuó
la guerra por otros medios cuando llegó “la
paz” y siguió persiguiendo a los republicanos derrotados.
¿Exageramos?
En Wikipedia, puede leerse lo siguiente en el comienzo del artículo titulado
“Represión franquista”:
En la historiografía no española, la represión franquista se suele denominar terror blanco (white terror en inglés, terreur blanche en francés).
El periodo álgido de represión y violación de los derechos humanos (que corresponde al llamado "terror blanco") empezó con el alzamiento militar de julio de 1936 y se considera que terminó en 1945, cuando
Según distintos informes coincidentes,] España es el segundo país del mundo en número de desaparecidos cuyos restos no han sido recuperados ni identificados, tras Camboya.
Asimismo,
también en Wikipedia, hay otro artículo sobre las Víctimas de la Guerra
Civil Española (y su postguerra) con estimaciones del
número de muertos:
…La estimación de víctimas
mortales en la Guerra Civil Española consecuencia de la
represión puede cifrarse en 200.000 personas. De ellas, se calcula en unas
50.000 las asesinadas en la retaguardia de la zona republicana calculándose en 100.000 las asesinadas en
la retaguardia de la zona sublevada, a las que hay que añadir unas 50.000 ejecuciones en la represión franquista
que siguió a la Guerra Civil …
Da
que pensar, ¿verdad? Pero no al Fasceti-Patéti. Así que gracias a esa amnesia tan conveniente se anotó un par de Ligas en la España más ensangrentada por la persecución
fascista de toda la dictadura de Franco. Aún las cuenta en su palmarés el actual
Pateti, y eso que ésas si que fueron ganadas “políticamente”;
entre otras cosas porque el Fasceti podía apropiarse de
cualquier “jugador-soldado” de los demás equipos que estuviera haciendo el
servicio militar (en una época en que la mili duraba varios años). En total,
durante el franquismo, el Pateti ganó 7 de las 10
Ligas que tiene; 8 si contamos otra de la época de la transición, con fuerte
influencía aún del “anterior régimen”. En cambio, en la así llamada democracia
sólo ha ganado dos: 1995/96 y 2013/14 (y no precisamente enamorando con su
artístico juego sino “carroñeando”, o sea, como el Guarreti que
es).
En
cuanto a si ahora el Pateti ya no se dedica a la
política, esta tesis podría contrastarse en Alcorcón, donde aspira a tener su futura ciudad deportiva; diga lo
que diga el ordenamiento urbanístico de ese municipio o los tribunales. O en la Comunidad de Madrid, que
le está preparando el terreno jurídicamente para que se haga cargo de La
Peineta a cambio de un buen pelotazo urbanístico junto al
Manzanares, donde todavía se ubica el estadio colchonero. O en el Ayuntamiento
de Madrid, también colaborador necesario en subvencionarle hasta el paroxismo
en su “adquisición” del que ya nunca será estadio olímpico de Madrid. Pero,
sobre todo, con la “comprensión fiscal” del estado para ayudar al Pateti a pagar su deuda multimillonaria al Fisco, que él le puede
abonar en cómodos plazos.
Dicho
todo esto, resulta…patético (¡claro!), o sea, de locos, que precisamente los
seguidores y dirigentes de este…”equipo”, del Fascético-Patético, se consideren
autorizados para acusar al Madrid de ser el “equipo de Franco”. En realidad, se
trata de un problema psiquiátrico: cuando la envidia es tanta, sólo se puede
soportar si uno se inventa una “explicación”” que convierta al envidiado en un demonio;
pero ya se sabe desde nuestros clásicos que el mayor monstruo son los “celos”.
Sin embargo, ni toda nuestra comprensión “clínica” por estos enfermos nos
obliga a soportar sus insultos, ni a sentir piedad por ellos.
La
misma actitud encontramos en la cadena farsista-farsalanista, TV3, que en otoño de 2014 ha defecado un documental
antimadridista (nada casualmente en el justo momento en que el independentismo
farsalán necesitaba, siquiera en la ficción, atacar a España; la cual, por
supuesto, es representada en la perspectiva ombliguista de esos provincianos
por el Madrid).
Sólo
un breve comentario al respecto; porque sería una cagada ocuparse de esta
mierda más allá de acusar recibo de su hedor: Zoco dijo hace tiempo que le extrañaba que el Farsa
hubiera estado 20 años sin ganar la Liga.
Pues bien, TV3 ha
convertido esta frase en una “confesión” del “favor político” gozado,
supuestamente, por el Madrid durante el
franquismo. En realidad, en ella simplemente se transmitía la perplejidad de
alguien que sabe suficientemente quién es el Farsa como para
comentar esa circunstancia con asombro (dado que el “más-que-un-club” dispone de una gran capacidad económica, que se
traduce en potencia futbolística y, sobre todo, política, pues su propia
autodefinición es una proclamación de no ser un enter deportivo sino un poder
fáctico político).
Aquí
está la noticia en ABC de la posible
querella del Madrid contra dicha cadena farsalana:
Pues
bien, corrigiendo a Zoco, el
“eclipse” farsigrana no duró lo que él dice sino exactamente 14 Ligas
(1960-1974); en cambio, el periodo de sequía liguera del Madrid,
que no comentan nunca ni los farsalanes ni los antimadridistas de España (por
ignorancia, seguro), duró 21 años (1933-1954); ó 18, si descontamos los años de
la guerra civil, en los que sólo se jugó la final de Copa de 1939 (con equipos
del ámbito “nacionalista”).
Y
hubo otros periodos de “desaparición” del Farsa de nuestro
campeonato liguero desde que conquistó la primera Liga disputada, en la
temporada 1928/29, hasta que ganó la siguiente, ya en el franquismo, en la
temporada 1944/45, o sea, tras 12 temporadas “in albis” (o 15, si contamos el
tiempo de la guerra). Posteriormente, también estuvieron “de vacaciones”
durante 10 temporadas (entre los éxitos ligueros de las temporadas 1973/74 (la Liga de Cruyff, merecedora de este sobrenombre porque fue la única que ganó
en España) y 1984/85, ya en el juancarlismo. Más recientemente, se “ausentaron”
del podio liguero durante 5 temporadas entre los títulos que obtuvieron en la
1998/99 y la 2004/05.
Como
se ve, el Farsa, como todo equipo que compita con otros
por los títulos, gana y también
pierde sin necesidad de explicaciones metafísicas. Es fácil constatar que no es
tan normal que gane varios años seguidos; más bien, esa es la excepción. Y en
cuanto a “cómo” gana, sólo tres referencias históricas de los años noventa: Tenerife, Tenerife y La Coruña (todas estas
Ligas pertenecen a la época del mandato del “señor” Núñez,l antiguo presidente farsista y actual presidiario). José Luis Núñez es culpable por
sentencia firme del llamado “caso
Hacienda” cuya investigación arrancó en 1999, es decir, en la misma década
que las tres finales ligueras que marcaron en el Farsa un
estilo de “ganar pisoteandolo todo” (Urizar
Azpitarte incluido, (¿verdad Stoichkov?).. Prueba de la
“beatificación farsista” de Núñez es
ser el epónimo que da nombre oficial el museo del Farsa como símbolo
indiscutible de los valores qué realmente rigen este club…de alterne;, una
autoinculpación de un calibre tan descomunal que en una entidad con sentido de
la vergüenza sería insoportable. Pero los farsalanes no saben lo que es “eso”.
En
fin, en Cibeles Madridista nos hemos tomado un tiempo de
reflexión en el que ha pesado no poco la tentación de mandar a donde les
corresponde a semejantes difamadores sin darnos por aludidos. Sopesábamos que
no hay que tener en cuenta acusaciones que habría que calificar de dementes (Patético) o de politizadas, por estar al servicio del
separatismo farsalanista (Farsa). Además, en ambos
casos están motivadas por una envidia insoportable por quienes han tenido la desgracia
de encontrarse en su camino al Madrid, el mejor
equipo de fútbol de todos los tiempos; y esto si que no tiene remedio para
ellos.
Pero
ya son muchas veces teniendo que soportar las mismas “denuncias” (que nunca
demuestran). Al final, hay mucho desinformado que las acepta como válidas, lo
que ataca al prestigio del Madrid (no es otra la
intención de los que no pudiendo pararnos los pies en el campo de juego, ni a
patadas impunes, recurren a este tipo de zancadillas fuera de él).
Por
eso, consideramos necesario estudiar con detalle quién salió más beneficiado “políticamente”
en las competiciones futbolísticas disputadas durante el régimen franquista; el
cual vamos a comparar con el previo republicano, con el de la transición
posterior y con el de la así llamada “democracia” del juancarlismo;
recientemente finalizado tras la abdicación del dicho monarca. Así será posible
despejar las “dudas” y cargarse más de un mito: Desde luego, no creemos que
seamos precisamente los madridistas los que más tengamos que perder con
semejante análisis.
Nos
fijaremos tanto en quién ganaba (y cuánto) en cada época como en quién no y
veremos si cabe extraer del conjunto de esos datos alguna conclusión coherente.
No
vamos a tener en cuenta el periodo previo a la Segunda Republica
Española, es decir, la monarquía alfonsina.
Políticamente, porque la llamada “dictablanda” de su etapa final (la que
coincidió con el inicio de la
Liga en España desde la temporada 1928/29) no es equiparable en
nivel represivo al régimen franquista (por lo que aquélla careció de la capacidad
de amenazar o influir que sí tuvo el generalísimo; en lo cual se basan los que
acusan al madridismo de beneficiario de mangoneos deportivos a su favor).
Además,
deportivamente, esto nos sirve para establecer convencionalmente un mismo
comienzo a la Liga
y a la Copa de
fútbol de España. Por lo demás, no tendría mucho sentido adentrarnos en la
prehistoria de la Copa
(única competición jugada anteriormente), en la que hubo en algún año más de un
campeón del mismo título. Nosotros sólo, buscamos términos comparativos
adecuados con la hipotética politización del fútbol en la época de Franco, es
decir, el régimen inmediatamente previo y el posterior (que desglosamos en 2
épocas: transición y juancarlismo). No nos interesa nada más que constatar esta
tesis o rebatirla.
Tampoco
vamos a tener en cuenta la Supercopa de España, un título “indirecto”, que
no todos los equipos pueden disputar cada temporada. A ello hay que añadir que
sólo se juega desde 1992, mucho después del tiempo objeto de este trabajo. Luego,
no es posible comparar esta competición, disputada íntegramente en el juancarlismo,
con otras equivalentes de los restantes regímenes políticos españoles, pues no
hubo ninguna similar previamente.
Además,
este título, no ha sido disputado regularmente desde su comienzo en 1982: ha
habido años en los que no se ha jugado por falta de acuerdo de los finalistas
en las fechas (1986 y 1987) y en 1989 se la adjudicó el Madrid
sin disputar ningún partido, como campeón de Liga y Copa, porque hasta 1996 no
estableció la Federación
que el bicampeón tenía que jugar la final a doble partido con el subcampeón de
Copa (lo que hace incomparables los títulos posteriores a los previos a tal
decisión).
Hay
otro factor que debemos tener en cuenta en las comparaciones entre los 5
equipos más importantes (por palmarés): los descensos a Segunda División. Así, el
Valencia no jugó en primera división hasta la
primera Liga republicana (1931/32), luego no participó en las 3 previas de la
monarquía alfonsina (sin embargo, ello no influye, porque no estudiamos esa
época). Además, el Pateti descendió en la
temporada (no estudiada) de 1929/30, por lo que no jugó ni la Liga monárquica 1930/31 ni
las dos primeras republicanas (1931/31 y 1932/33). Nos limitamos a contabilizar
esos años como si el Pateti se hubiera quedado
en blanco en esa época como le pasó a la mayoría de equipos que jugaron siempre
en Primera División.
El
descenso del Patético en la última Liga republicana,
1935/36, no es relevante ni en la competición futbolística, reanudada tras la
guerra, ni en nuestro estudio. El motivo es que Franco permitió al ya Patético de Aviación jugar en primera (lo que sí discutimos es
la legalidad del título liguero ganado por ese equipo en la temporada 1939/40
porque, además de adjudicárselo con un equipo “nacionalizado”, no tenía derecho
a jugar en primera hasta que volviera a conquistar una plaza de esta categoría
sobre el terreno de juego, no en los despachos).
En
cuanto a los descensos, ya en época juancarlista, del Patético (que
jugó en segunda dos temporadas, 2000/01 y 2001/2002) y del Valencia
(el cual jugó en segunda la temporada 1985/86) nos limitamos a considerarlos asimismo
como años en blanco para ambos (además, no influyen en el tema central del estudio que
es el la politización del fútbol español por el franquismo).
Como
ye hemos indicado, simplificamos la comparación de éxitos y fracasos a tan sólo
los 5 equipos principales por el número de títulos conseguidos (sumadas todas
las épocas). Siguiendo el orden de mayor a menor ganador, son: Madrid, Farsa,
Atávico de Bilbao, Patético de Madrid y Valencia. Comenzamos:
SEGUNDA REPÚBLICA
ESPAÑOLA (1931-1936) 6 TEMPORADAS
6 TEMPORADAS. 11
TÍTULOS: 5 LIGAS Y 6 COPAS (INCLUYE LA
DE 1930/31)
En
este y en todos los cuadros, en caso de empate a títulos, se valoran más las
Ligas que las Copas para establecer el orden de los equipos según el total de
trofeos obtenidos.
Se
incluye la Copa
de 1931 porque se disputó íntegramente tras las proclamación de la Segunda República
Española.
En
los porcentajes de temporadas en blanco no se cuenta esta Copa de 1930/31, pues
no se puede contabilizar como una temporada completa. En cambio, en los
porcentajes del total de títulos cuentan todos los disputados.
De
los 11 títulos republicanos, el Atávico de Bilbao obtuvo 5 (45’45 % del total), de ellos, 2
Ligas (40 %) y 3 Copas (50 %). Sólo se quedó en blanco 1 temporada
(1934/35), un 20 % de las 6 disputadas. Es el campeón indiscutible de este
periodo.
El
Madrid ganó 4 títulos (36’36 % del total), 2 Ligas (40 %) y 2 Copas (33’33 %). El
Madrid se quedó en blanco sólo 1
temporada (1934/35, curiosamente, en pleno bienio negro derechista, por si le
sirve a alguien de pista sobre la relación de nuestro club con la política de
derechas), o sea, no obtuvo ningún título en un 20 % de las 6 temporadas disputadas.
Es el subcampeón de la época republicana, lo que no pega ni con cola con la teoría
del Madrid franquista o conservador.
El
Betis ganó 1 Liga (20 % de los títulos
ligueros y 9’09 % del total de temporadas). Se adjudicó la única Liga que no
ganaron el Madrid o el Atávico. Se
quedó en blanco 4 temporadas.
El
Sevilla ganó 1 Copa (16’66 % de los torneos coperos y 9’09 % del
total de temporadas). Se adjudicó la única Copa que no ganaron el Madrid o el Atávico. Se quedó en
blanco 4 temporadas.
El
Farsa no puede sentir nostalgia de su experiencia como equipo
republicano, pues no ganó ni un título de Liga ni de Copa. Su saldo republicano
es de 0 % de títulos y 100 % de años en blanco. ¡Y eso que Farsaluña
gozó de autonomía política con la
República !
El
Patético no participó en las dos primeras Ligas republicanas
porque descendió a Segunda División en la temporada (monárquica) de 1929/30.
Sin embargo, le contabilizamos el total de las temporadas republicanas disputadas, pues, con
independencia de los motivos, lo cierto es que no ganó nada por entonces (ni
previamente). Saldo; 0 % de títulos y 100 % de años en blanco.
El
Valencia no gano nada en esas 5 temporadas
republicanas, aunque sí las disputó todas en Primera División. Saldo; 0 % de
títulos y 100 % de años en blanco.
Ahora
se habla mucho de que todos los títulos se los llevan unos pocos equipos. Pues
bien, esto sucedía ya en la época republica: los 2 clubes más importantes, Atávico y Madrid, ganaron 9 de
los 11 títulos del de dicho periodo (81’81 % del total) y sólo ganaron títulos
4 equipos (sin embargo, de todos ellos, sólo los dos expresamente mencionados
pertenecen a la “penta-élite histórica del fútbol español).
Por
cierto, hablando de los viejos tiempos, quien quiera saber a qué se dedicó el Madrid durante la guerra, mientras la capital seguía siendo
controlada por la República
hasta el final del conflicto (pero con el frente en las mismas puertas de la Villa ), tiene que tener en
cuenta que en esas condiciones no se podía jugar ningún campeonato regular en
Madrid y tampoco fue posible jugar la Liga
Catalana , entre otras cosas porque el Farsa vetó nuestra
participación. Pero hacíamos otras cosas, como evidencia esta foto del Madrid en un homenaje al ejército republicano en el año 1937
que tuvo lugar en nuestro antiguo estadio de Chamartín:
Y
para dejar aún más claro quién es el Madrid históricamente, he aquí un pequeño
resumen de la evolución de su nombre y de su signo más visible: el escudo
madridista.
El
Madrid fue fundado oficialmente en 1902
(aunque ya existía desde 1900, momento de la escisión del New Foot-Ball Club, que abandonaron los futuros fundadores de
nuestro club). Su primer nombre fue Sociedad Madrid Foot-ball Club.
En
1904, tras fusionarse con el Moderno, pasó a llamarse Moderno Foot-Ball
Club. Pero ya en el mismo año se transformó en Madrid Foot-ball
Club.
En
1920 y hasta abril de 1931 recibió el título de Real, que le otorgó el rey
Alfonso XIII y su nombre pasó a ser Real Madrid Football Club.
Desde
1931 y hasta 1941 se llamó Madrid Football Club.
Finalmente,
de 1941 hasta la actualidad, el nombre es Real Madrid Club de Fútbol.
El cambio de nombre obedeció esta vez a la política españolista del
franquismo, que exigió que los nombres de los equipos se adaptaran para ser
exclusivamente españoles.
También
lo hicieron, aparte del Fasceti-Pateti, el Farsa (que pasó a ser el Club de Fútbol Barcelona)
o el Atávico (Atlético de Bilbao). Es
muy significativo que ahora quieran borrar su pasado de la época de Franco,
momento en el que sus directivos eran claramente “del régimen”, es decir:
colaboracionistas del fascismo (a cuyas autoridades condecoraron) y los títulos
de esos años lo reflejan. Así se reescribe la historia…en provincias.
En
cuanto a nuestro escudo, hubo muchos
cambios a lo largo del tiempo; pero los más importantes para nuestro estudio
son los de 1931, 1941, 2001 y 2014.
El
27 de abril de 1931 fue instituida por decreto la nueva bandera española de la República.
Añadió una banda morada los dos colores tradicionales (desde
1785, cuando Carlos III la adoptó, fundamentalmente por ser más visible en alta
mar). Aunque no lo dice directamente el decreto (que habla de que es la
“…insignia de una región ilustre, nervio de la nacionalidad…”) se supone que se
obró así en honor de Castilla.
Sin
embargo, históricamente no fue este el color del Reino de Castilla sino el carmesí o púrpura, bastante diferente,
que puede verse hoy en día en la bandera de la Villa de Madrid.
Paralelamente,
el Madrid adoptó su nombre y escudo al nuevo
régimen republicano y le quitó la corona de real en 1931.
Menos
conocido es que a la vez que se quitaba la corona monárquica se añadía otro
elemento “republicano”: la banda morada, ¿casualmente? del mismo color que la
nueva franja republicana de la bandera tricolor, No podemos aceptar la versión
más difundida de que se adoptó ese color “por Castilla” cuando en Madrid
estamos hartos de ver el auténtico color castellano en la fachada de nuestro
Ayuntamiento.
Y
así continuó nuestro escudo, incluso tras la guerra, hasta 1941, en que
recuperó la corona; precisamente porque la había perdido durante la República , enemiga
mortal de Franco, y había que “distanciarse” de tal simbolismo durante su
dictadura. Sorprendentemente, la franja morada siguió en nuestro escudo durante
todo el franquismo (seguramente se dío por buena la “coartada castellanista” para
mantenerla).
El
último cambio fue en 2001, pero en esta ocasión no hubo ninguna motivación
política sino económica, para convertir nuestro escudo en un emblema más
fácilmente comercializable; si bien, desde nuestro punto de vista, el cambio de
la banda morada a azul puede considerarse una “despolitización” de la misma a
posteriori.
Y
aun ha habido un semicambio: desde 2014 hay un escudo del Madrid especial para
países musulmanes en el que no figura la cruz que remata la corona (sin
embargo, subsiste la versión “cristiana” para los demás países, España
incluida).
Por
último, para completar este comentario sobre los símbolos más visibles de
nuestro club,hay que reseñar que el Madrid no usó un
uniforme totalmente blanco hasta que sus medias pasaron a este color en 1955 (cuando
Bernabéu ya había fichado a Alfredo di Stétano).
FRANQUISMO
Para
el análisis del periodo franquista, dividiremos toda la época del gobierno de
Franco en 3 partes:
Franquismo extremista: 1939-1953, Fue el periodo de mayor
aislamiento internacional del franquismo y el de más feroz represión en España;
si bien se comportó mucho más duramente hasta 1945 (cuando Franco se quedó sin
“padrinos” internacionales con la derrota de alemanes e italianos en la Segunda Guerra Mundial).
Franquismo evolucionista: 1954-1975. Supone la paulatina
evolución de la dictadura franquista, que se orientó hacia los EE. UU. y la C.E .E. (la UE en su fase inicial) y guardó
las formas de su aparato represivo mucho más que anteriormente (si bien hubo
fusilados políticos en España hasta el 27 de septiembre de 1975; apenas dos
meses antes de la muerte del dictador). La firma el 26 de septiembre de 1953 del
tratado de las bases militares de EE. UU. en España, que garantizó la supervivencia
del régimen franquista, fue su inicio y la muerte de Franco el 20 de noviembre
de 1975 su final.
Paralelamente,
en el fútbol español, 1953 fue un año de enorme trascendencia gracias al
fichaje de Di Stéfano por el Madrid,
club con el que debutó el 23 de septiembre de este mismo año “de las bases”.
Postfranquismo o
Transición: 1976-1978
(el 8 de diciembre de 1978 se aprobó la constitución monárquica actualmente en
vigor). Adolfo Suárez fue nombrado
presidente de Gobierno en julio de 1976. Puso en marcha la reforma política,
pero no respecto a la forma de estado, pues Juan Carlos de Borbón era desde el 22 de julio de 1969 “príncipe de
España”, o sea, heredero de Franco y fue coronado rey el 22 de noviembre de
1975. El cambio del régimen, en otras instituciones, se inició con las elecciones
generales de junio de 1977, de las que surgieron los diputados que prepararon
la nueva constitución.
Aún
así, subsiste en este periodo un fuerte componente franquista de los actores
principales de la política española (el mismo Suárez pertenecía al “movimiento” franquista). Hasta que la nueva constitución
monárquica, refrendada de diciembre de 1978, no fue seguida de las primeras
elecciones generales, ya legitimadas constitucionalmente, en marzo de 1979, y de
las municipales de abril del mismo año, no puede hablarse plenamente del fin del
franquismo; de ahí que hayamos considerado que la temporada 1978/79 pertenece
todavía a la llamada transición.
Sabemos
que nuestra periodización es discutible, pero no por ello carece de justificación.
Cierto es que hay quien prolonga el primer franquismo hasta 1959, cuando se
aprobó el plan nacional de estabilización que puso fin oficialmente a la
llamada autarquía; pero es evidente que desde 1953, con el acuerdo alcanzado
con los EE. UU. para situar sus fuerzas armadas en España, cambió mucho la
situación política del franquismo, que fue superando su aislamiento
internacional gracia a su rol de campeón del anticomunismo. Fue esto lo que
permitió a la España
franquista entrar en la ONU
en 1955. Además, Franco empezó a
recibir apoyo económico yanqui, lo que supuso obtener divisas para un país que
apenas disponía de ellas. Por ello consideramos que desde 1953 puede hablarse
del comienzo de la adaptación al mundo exterior de la España franquista, hasta
entonces bastante independiente (aislada, más bien) del orden internacional
configurado por las potencias vencedoras en la Segunda Guerra Mundial, aunque
siempre sometido a ellas.
FRANQUISMO EXTREMISTA
(1939-1953)
14 TEMPORADAS. 28
TÍTULOS: 14 LIGAS Y 14 COPAS
Lo
primero que hay que decir es que no se incluye la Copa de España de 1939.
La razón se explica en este artículo de WIKIPEDIA:
COPA DEL GENERALÍSIMO DE
FÚTBOL 1939
(Equipos participantes y
ausentes)
El
Sevilla fue el campeón. Disputó esta
competición dentro de un grupo de equipos prácticamente restringido a la España Nacionalista
(y ni siquiera toda ella). Por otra parte, esa temporada no hubo Liga (la
guerra acabó el 1 de abril de 1939), por lo que no cuenta esa temporada a
ningún efecto (como tampoco la
Copa celebrada en la zona republicana en 1937, que ganó el Levante).
Que
quede claro que la razón fundamental para no tener en cuenta ninguno de estos
dos títulos es el rigor y la coherencia: no pueden computarse igual los títulos
ganados compitiendo contra todos los demás equipos españoles que éstos, que
fueron de participación restringida y politizada.
En
este apartado se denomina Fascético al club fundado
el 4 de octubre de 1939 tras la fusión del equipo de fútbol de la Aviación Franquista
con el Athletic Club de Madrid (inicialmente
se llamaba así porque nació en 1903 como una delegación del Atávico creada por
estudiantes vascos trasladados a Madrid). Desde enero de 1947 adoptó el nombre
de Atlético de Madrid, o sea, el Patético, denominación que nunca había usado hasta entonces.
Reflejamos los nombres respectivos en los títulos ganados en cada temporada de
este ciclo.
ANÁLISIS DEL FRANQUISMO
EXTREMISTA:
Es
forzoso empezar diciendo que las temporadas 1939/40 (sobre todo) y 1940/41
fueron “especiales” dada la “donación” de categoría al Patético por parte del
franquismo (que, por entonces, estaba volviendo a “ganar la guerra
anticomunista” en el extranjero, enviando a Rusia “su” división azul). Podría
especularse con base muy sólida sobre si las Ligas correspondientes estaban ya
“reservadas” al equipo-favorito (o al favorito-equipo); pero, a falta de
pruebas aún más sólidas, las contabilizamos como si fueran normales (sin serlo).
Entre
los clubes más “beneficiados” en el periodo inicial del franquismo, según el número
de campeonatos ganados en esta época, destaca el Farsa, con 9
títulos, 5 Ligas y 4 Copas, en estas 14 temporadas. En las dos últimas
incluso hizo doblete. Nada casualmente, pues fue entonces cuando el la
federación de fútbol del régimen franquista le permitió al Farsa
fichar a Kubala el 15 de junio de
1950 (el Madrid lo intentó antes, pero a él no se le
autorizó). ¿Resultado de esta “gestión”?: 5 títulos ganados con Kubala en 3 temporadas) sólo se le
escapó 1 Liga). Resumiento, el Farsa ganó el 35’71 % de
las 14 Ligas y el 26’66 % de las 15 Copas (31’03 % del total de títulos).
El
Farsa se quedó en blanco en las 2 primeras temporadas
(“patéticas”) y en otras 5 posteriores;
7 en total de 15 (46’66 % del total de temporadas del periodo).
El
segundo club más “beneficiado”, 5 títulos en total, fue el Atávico de Bilbao
(por entonces, oficialmente Atlético de Bilbao). Ganó
1 Liga (1942/43), 7’14 % del total, y 4 Copas, 26’66 % (17’24 % de todos los
títulos).
El
Atávico se quedó en blanco en 10 temporadas de las 15
(66’66 % del total).
El
tercero fue el Valencia, que conquistó 3 Ligas
(21’42 % del total) y 2 Copas (13’33 %), en total 5 títulos (17’24 % de los 29
títulos disputados).
El
Valencia se quedó en blanco en 10
temporadas (66’66 % del total).
El
cuarto fue el Sevilla, 1 Liga (7’14
%) y 2 Copas (13’33 %). En total, obtuvo el 10’34 % de los títulos disputados.
El
Sevilla se quedó en blanco en
12 temporadas (80’00 % del total).
El
quinto fue el Fascético-Patético. En su primera época
“oficialista” ganó 2 Ligas (las primeras de su historia) y después ganó otras 2
más, total 4 (28’57 % de las Ligas, 13’79
% del total de títulos, pues no ganó ninguna Copa).
El
Fascético-Patético se quedó en blanco en 11 temporadas (73’33
% del total).
El
sexto fue el Madrid (¡sí, el Madrid!).
Está claro que nuestro club no siguió el paso castrense que marcaba el régimen
tras la guerra, repetimos, en su fase más violenta: apenas dos Copas ganadas, y
tan sólo después de acabada la Segunda
Guerra Mundial, parecen síntoma incuestionable de ello. Más
bien es como si el Madrid fuera por
entonces un club disidente en lugar de uno colaboracionista; como lo fueron
otros más o menos declaradamente (se habla mucho de que Santiago Bernabéu era hombre del régimen, pero lo cierto es que era
más bien monárquico y sólo obtuvo la presidencia madridista el 15 de septiembre
de 1943 (por ejemplo, con el Fasceti, hubo más
“celeridad” para apoyarlo tras la guerra).
En
definitiva, ganamos el 13’33 % de los títulos coperos y el 6’89 % de los 29
títulos disputados en total durane el franquismo extremista. El Madrid se quedó en blanco en 12 de las 14 temporadas de este
ciclo. Pero todo esto está convenientemente olvidado por los que nos acusan de
filofranquistas.
Sólo
el Español, séptimo y último equipo
que logró algún trofeo, está detrás del Madrid en la época
más radicalmente franquista de todas. Ganó la Copa en 1939/40 (6’66 % de las Copas y 3’44 &
del total).
Como
el número de éxitos por temporada y en total del periodo de cada equipo habla
por sí mismo sobre su importancia relativa en aquella época (bien deportiva,
bien políticamente, según valoración de cada cual), podríamos conformarnos con
estos datos; pero también nos vamos a detener en los “años en blanco” de
cada club; que ilustran bastante sobre el hipotético grado de “favoritismo” del
régimen alcanzado por cada uno de ellos.
Empecemos
valorando que en cada temporada sólo podía haber dos campeones, el de Liga y el
de Copa; no había ni competiciones europeas o intercontinentales ni Supercopa
nacional. Quedarse en blanco era muy normal, en realidad. Lo que ya no lo era
tanto era no ganar casi nunca (sobre todo si, como pretenden nuestros
detractores, se “gozaba” del favoritismo político). Este fue el caso del Madrid. Ningún otro de los 5 clubes principales tiene un
porcentaje negativo tan alto (casi dobla al Farsa en
años en blanco).
Creemos
que esto es suficientemente refutativo de ciertas tesis y denunciativo de que
lo que pasaba era justo lo contrario de lo que suele decirse: si los que claman
por la asociación de la política con el fútbol durante el régimen tienen razón,
lo más importante es establecer el “mecanismo”, correa de transmisión de la
voluntad política franquista a los marcadores y, finalmente, a las salas de
trofeos. Pero claro, si tan evidente es el caso, culpable (o cómplice) tiene
que serlo todo aquel que ganó, sobre todo quién más ganó y especialmente si lo
hizo en la fase más represora (en la que la voluntad política era omnipotente y
abarcaba toda la organización “administrativa” del deporte español).
Pues
bien, el Madrid no pudo ser el paladín balompédico del
régimen por la sencilla razón aritmética de que hasta la temporada 1953/54 hubo
5 equipos más “favorecidos” que él por los éxitos (deportivos o políticos, como
se quiera). Incluso el Sevilla ganó
más títulos (pese a no ser uno de los 5 equipos más veces campeones
históricamente). Es tan…extraño que no hace falta añadir nada más; pero ojo, no
para exculparnos sino para inculpar suficientemente a nuestros acusadores.
Detengámonos
también en la concentración de títulos en muy pocos campeones: 19 de los 28
títulos (67’85 %, más de dos tercios del total) fueron ganados por 3 equipos
(de un total de 7 clubes campeones); una concentración muy llamativa para el Madrid, que no fue ninguno de ellos.
Además,
es mucho más importante establecer quién ganó durante los años más duros, los
del franquismo extremista. Fue una época en la que la falange tuvo, aún, gran peso en la política seguida por el régimen,
como aliada del nazismo (con el que peleó contra) y archienemigo del comunismo;
Franco retomaría precisamente este mismo papel en la etapa proyanqui, desde
1953, pero ahora como peón de la guerra fría promovida por los EE. UU. contra la Unión Soviética.
En
cuanto a las dificultades materiales y deportivas por las que pasó el Madrid en este primer tramo del franquismo, he aquí un breve
comentario sobre la construcción del nuevo estadio en los años 40 y las
consecuencias deportivas que conllevó.
La
temporada 1947/48 fue muy mala deportivamente para el Madrid:
El 14 de diciembre de 1947 inauguró su Nuevo
Chamartín (en realidad, oficialmente, Estadio
Real Madrid Club de Fútbol y desde el 4 de enero de 1955 Estadio Santiago Bernabéu). Era un
terreno de juego fuera de serie en aquella época (se completó con el llamado
tercer anfiteatro el 19 de junio de 1954). Por cierto, esta cancha no estaba en
Madrid, porque hasta la anexión a la
capital el 5 de junio de 1948, el solar del campo madridista estaba situado en
el municipio de Chamartín de la Rosa.
El
campo fue construido a expensas exclusivamente del Madrid,
mediante un préstamo concedido por el Banco
Mercantil e Industrial el 22 de junio de 1944 (las obras empezaron el 27 de
octubre de dicho año). La operación financiera fue posible porque la masa
social del madridismo suscribió la totalidad de los bonos de dicha deuda que
emitió el Madrid (bajo el impulso de Bernabéu) para afrontarla (compárese
esta clase magistral de fidelidad a unos colores de los madridistas con lo que
pasó con el Pateti cuando, bastante después, en un tiempo
mucho más boyante para el conjunto de la sociedad española se convirtió este
club en sociedad anónima y la familia Gil
se pudo hacer con la mayoría accionarial porque los socios patéticos no
compraron todas las acciones que se pusieron a su disposición).
Por
supuesto, el cacareado “apoyo del régimen de Franco al Madrid” no aportó ni un
mísero céntimo para hacer nuestro nuevo campo. Además, no ganamos ningún título
“franquista” hasta la final de Copa del 9 de junio de 1946: 3-1 al Valencia (¡en Farsalona!),
o sea, mientras se construía el Nuevo Chamartín.
En
cuanto a lo de “un estadio de primera para un equipo de segunda”, como se dijo
por entonces, la razón era que todo el dinero del que pudo disponer el Madrid se lo tragaban las obras del nuevo campo; por
consiguiente, la plantilla era manifiestamente mejorable.
De
hecho, en la temporada citada quedó el Madrid el cuarto por
la cola, con sólo 2 ó 3 puntos más que los equipos que descendieron a segunda división.
Cuando,
poco después, en 1952 celebró el Madrid el 50
aniversario de su fundación (lo que sirvió para que Bernabéu le echara el ojo a Di
Stéfano), las finanzas madridistas ya habían mejorado y a partir del año
siguiente se empezó a fichar a los mejores jugadores del mundo (recordemos que
en Madrid nadie es forastero). Ellos
fueron los artífices del Pentacampeonato Consecutivo de Europa, gesta aún no
igualada más de 50 años después.
FRANQUISMO
EVOLUCIONISTA (1954-1975)
22 TEMPORADAS. 44
TÍTULOS: 22 LIGAS Y 22 COPAS
SALDO DEL FRANQUISMO EVOLUCIONISTA
ANÁLISIS DEL FRANQUISMO
EVOLUCIONISTA
Para
empezar, hay una conclusión implícita en la hipótesis de que el régimen movía
sus hilos para conseguir que ganara los títulos su equipo favorito (o el que le
interesara políticamente en cada momento): no cuadra la edad de oro madridista
en Europa (1955-60) con la edad de oro en la Liga española (1960-69). No parece que en las
cinco temporadas de avasallador dominio madridista en Europa, supiera Franco que “iba con el Madrid“, pues sólo ganó 2 de esas 5 Ligas (mientras ganaba
siempre la Copa
de Europa correspondiente); en cambio, en los siguientes 9 campeonatos
ligueros, se alzó con 8 trofeos, 88’88 % del total) mientras sólo ganaba una
Copa de Europa más, la Sexta ,
en 1965/66. Y aún “cuadran” menos los números si nos fijamos en la Copa de España: sólo 4
conseguidas de 22 disputadas; en su mayoría ya en los 70s. Se ve que a Paquito no le agradaba ver que alzara
“su” Copa el capitán del Madrid
Limitándonos
a lo deportivo, lo que marca este periodo es el fichaje por el Madrid de Alfredo
di Stéfano. Este si que fue un factor decisivo en la historia del
fútbol español y mundial; pero en la cancha. Respecto al politiqueo de los
despachos en la pugna contra el Farsa por este jugador,
queremos recordar sólo que hubo chanchullos descarados, sí, pero de la Federación Española
de Fútbol, que, anteriormente, le adjudicó Kubala
al farsismo. Así pues, si logramos hacernos con La Saeta Rubia , después de
fichárselo a quien tenía su contrato en aquella temporada (el Millonarios) y el Farsa se
achicó y nos vendió sus derechos (los aún no vigentes del River Plate) por un plato de lentejas, no hablamos de un problema
de legalidad sino de tesón (y de que tras ningunearnos una vez, en la Federación nos debían
esa baza a nosotros. Y punto).
SUBSALDO DEL FRANQUISMO
COMPLETO
36 TEMPORADAS. 73
TÍTULOS: 36 LIGAS Y 37 COPAS
Si
se quiere considerar unitariamente todo el periodo franquista (1939-1975) y se
suman los títulos de las dos épocas en las que lo hemos subdividido, el
resultado es este:
SALDO DEL FRANQUISMO COMPLETO:
ANÁLISIS DEL FRANQUISMO COMPLETO
Hay
un hecho indiscutible: entre el Madrid y el Farsa copan el 51’38 % de todos los títulos del franquismo;
luego no es el equipo farsalán el más indicado para acusarnos de favoritismo.
Por
otra parte, los campeonatos obtenidos por los dos grandes se igualan bastante
en el conjunto de la dictadura franquista. El Madrid
sigue siendo el primero en total, pero sólo gracias a sus Ligas, ya que el Farsa ganó más Copas. Y el Pateti
destaca como tercero en la clasificación global del franquismo, que es su época
dorada sin discusión. Algo rezagado (cada vez más) va el Atávico,
mucho más importante por sus Copas (aunque ganó más el Farsa) que
por sus Ligas ganadas. De cerca lo sigue el Valencia,
que, tras muchos años de sequía, ha vuelto a ganar títulos en la así llamada
democracia juancarlista. Los demás, Sevilla,
Zaragoza y Español, van muy por detrás. De ellos, sólo el Sevilla ganó una Liga; los demás títulos, de él y del resto, son
sólo Copas.
Llama
la atención que el predominio aplastante del Madrid
sobre el Farsa en la segunda mitad del franquismo quede
bastante nivelado si se tiene en cuenta la hegemonía farsista al principio de
dicho régimen. En conjunto, el Madrid se limitó a
igualar lo que el otro equipo había desigualado previamente; y justo en los
años en los que la “desigualdad” era la especialidad de la España franquista; ¿casualmente?. Este
“interrogante” sobre si el Farsa (y el Atávico) fueron los equipos inicial favorecidos por el
franquismo para combatir el separatismo (como lo fue el Fasceti- Pateti
para combatir al Madrid republicanista) si que debería estudiarse;
si es que se quiere hacer una acusación coherente al Madrid
por la supuesta ayuda político-deportiva a su favor durante el franquismo en su
fase terminal.
Así
pues, tras ser un equipo muy importante en el periodo republicano, el Madrid mantiene en el franquismo su superioridad sobre el Farsa y rebasa al Atávico. Pero éstos ganaron
mucho también. Luego no cabe hablar de “complicidad” politico-deportiva de los
madridistas con el régimen (a falta de otras pruebas) sin tener que acusar de
los mismo a los demás (Fascético incluido) y en
mucha mayor medida.
POSTFRANQUISMO
(1976-1979)
4 TEMPORADAS: 4 LIGAS Y 4
COPAS
Se
incluye aquí la Copa
de España de 1975/75 (que todavía se llamó “del generalísimo”; pues la primera
Copa “del rey” fue la de 1976/77. También incluimos la Copa de 1978/79 porque, por
su sistema de competición, a lo largo de toda la temporada, no puede decirse
que se disputó únicamente tras las primeras elecciones constitucionales de
1979.
ANÁLISIS DEL POSTFRANQUISMO
“Asombrosamente”,
el Madrid no se vino abajo con el cambio de
régimen y mantuvo (si es que no la aumentó) su hegemonía en el fútbol español.
Sólo el Patético logró seguirle de cerca. El Farsa sólo ganó una Copa (con el mismo nivel de rendimiento
que el Valencia o el Betis).
JUANCARLISMO
(1978/2014)
35 TEMPORADAS. 35 LIGAS
Y 35 COPAS
SALDO DEL JUANCARLISMO
ANÁLISIS DEL JUANCARLISMO
Destaca
especialmente que en la primera temporada del juancarlismo, ya sin
“conspiraciones” franquistas ni postfranquistas, el Madrid
no sólo ganó el doblete sino que, de propina, jugó la final de Copa con su
propio filial: el Castilla. Este equipo
participó en la siguiente temporada en la Recopa de Europa (único club de Segunda División
española que lo ha hecho).
No
estamos diciendo, sin embargo, que en esta época no pueda especularse sobre el
trato de favor a ciertos equipos por intereses extradeportivos: las temporadas
1991/92 y 1992/93 hubo más que sospechas, al final de dichas Ligas, sobre la
actitud del Tenerife respecto al Madrid (para beneficio del Farsa que
“obtuvo” así dos títulos que los madridistas declaramos directamente ilegales).
Esto se repitió en la temporada 1993/94 para perjuicio del Deportivo de La Coruña ,
perjudicado, esta vez, por el “desmedido ardor competitivo” del Valencia y, “casualmente” de nuevo para beneficio del Farsa.
Luego
hay que descontarle 3 Ligas al catalanismo. Y 4 al vasquismo, las dos de la Real Sociedad (1980/81 y
1981/82) y las dos últimas del Atávico, “donadas” para
mayor paz politico-social en Vasconia; no sea que se volvieran todos abertzales
y se quisieran independizar por las bravas. Porque este es un factor del que
nunca se habla (es tabú): España “paga” (indemniza) a vascos y farsalanes por
su “permanencia” en nuestro país con títulos deportivos “españoles”. Sería para
reír si no hubiera tantos motivos para llorar.
Si
logramos olvidar todo esto (o sea, que el Madrid tendría que
tener 7 Ligas más y el Farsa 3 menos),
analizando únicamente los números, hay una igualdad (“aparente”) de estos dos
equipos en la Liga ;
el Farsa sólo nos supera en 2 Copas más ganadas (y también podríamos hablar de
los arbitrajes en sus finales bien diferentes para Migueli o Hierro). Así
que de supermegarehegemonía farsista, nanay: sólo nos ganan, siempre lo han
hecho, en la Copa
(competición menos importante, de segundones: la que les corresponde).
El
Patético sólo ha logrado dos Ligas (en años en que los dos
grandes no se han centrado en esta competición; el resto son 5 Copas, bastantes
ganadas al Madrid, que a un partido, sobre todo si es violento (como los juegan
los colchoneros), no logra el premio a su regularidad habitual, que se
manifiesta mejor en la competición liguera.
El
Valencia logró dos Ligas (más bien perdidas
por Del Bosque, entrenador del
Madrid de los Galácticos, que no supo imponer su superioridad de plantilla) y
dos Copas. Retornó así a su nivel de quinto equipo español por número de
títulos.
El
Zaragoza logró 4 Copas, pero ninguna
Liga (nunca la ha ganado).
El
Atávico de Clemente
logró dos Ligas (una la perdió el Madrid ante el Valencia por no ganar el último partido) y una Copa (la tan
famosa por la gran tangana final entre vascos y farsistas, que supuso tanto el
adiós de Maradona como por el Gran
Perdón Federativo; pues la sanción hubiera debido ser de muchos, muchos
partidos para todos los jugadores de ambos cuadros, que hubieran tenido perdida
la siguiente temporada antes de empezar a disputarla).
Algo
similar cabe decir del Depor, que
logró una Liga (tras la que le “descuidó” el Farsa) y
dos Copas (una la llamada del Centenariazo, porque se la ganó al Madrid en el Bernabéu justo en 2002).
El
Sevilla, en la edad de oro de toda
su historia, logró 2 Copas. Y el resto, Betis, Español y Mallorca, 1 Copa cada
uno.
PALMARÉS ACTUAL DEL
FUTBOL ESPAÑA (SIN LAS COPAS DE ALFONSO XIII)
Por
último indiquemos qué equipos tienen más títulos ligueros y coperos dentro del
fútbol español y en qué épocas los han ganado (siempre sin el periodo alfonsino
previo):
No
hay que olvidar que si bien hay varias Copas ganadas antes de la temporada 1931/32
que no se computan aquí. Aún así, en el computo histórico total, el Madrid tiene más títulos que el segundon, el Farsa.
En
cuanto a si es un capricho “segmentar” la totalidad histórica de títulos
deportivos, en España es más frecuente de lo que parece. Por ejemplo, hay por
ahí unos personajillos que van diciendo que los títulos del Madrid en los comienzos de la Copa de Europa “en blanco y
negro” no cuentan…Las razones “metafísicas” que alegan ni las vamos a
mencionar. Desde luego, no nos extraña tal actitud, pues no supone nada nuevo
bajo el sol de Envidiaña.
Puestos
a matizar, los madridistas tendríamos todo el derecho para decir que sólo
aceptamos como válidos los títulos de la Copa de Europa disputados antes de la reforma del
reglamento de competición que, desde la temporada 19912/92, introdujo una
liguilla inicial, lo que hace mucho más fácil no ser eliminado en las primeras
eliminatorias; por tanto, hablamos de otra competición que, POR SU PROPIO
INTÉRES EN APROPIARSE DEL PRESTIGIO DE LA COPA
DE EUROPA, “acepta” oficialmente los títulos previos, ya que
así lo quiere la UEFA ,
no nosotros.
Aún
más sangrante es lo que pasa en baloncesto, donde la ACB restringe el recuento de
títulos a los conseguidos desde 1984; es una manera descarada de ocultar que el
Madrid ganó casi todos los títulos de Liga y Copa hasta ese momento (y unas
cuantas Copas de Europa más, para dejar claro que no ganábamos sólo por
“política”.
Son
estas muestras de simpatía por parte de nuestros compatriotas las que nos
llevan a muchos madridistas a pensar si no deberíamos irnos a jugar a Portugal
o a Francia, donde seguro que nos valorarían más y tratarían mejor.
CONCLUSIÓN. EQUIPO O
EQUIPOS MÁS FAVORECIDOS POR EL FRANQUISMO:
En
estas dos páginas de internet se pueden consultar todos los campeonatos
españoles de Liga y Copa de fútbol disputados en España:
Los
antis no se van a callar ante estas cifras tan apabullantes. Seguro que, por
ejemplo, TV3, en su empeño
historicista, volverá a obsequiarnos con algunos temas de “interés”, como:
La
gran pelea colectiva del Farsa con el Atávico de Bilbao en la final de Copa de España de 1984
(aunque es mucho más llamativo el perdón general subsiguiente de la Federación a una de las
más generalizadas tanganas del fútbol…”español”).
El
cochinazo: permisión, pseudosanción y perdón.
Carterismo
liguero de Messi nunca sancionado ni
reconocido.
Catalanismo
futbolístico español: démosles todo a los separatistas para que no ganen nada
yéndose.
Bonet lesionado por Migueli, sin sanción, en una final de Copa de España (el mismo que
también lesionó a Jensen en Liga)
versus Hierro expulsado en otra
final sin lesionar a nadie.
Etc.
etc. etc.
En
cuanto al Patético, tras matar sus seguidores, por
segunda vez (y esto ya es reiteración) a aficionados de otros clubes, debería
entrar en un periodo de reflexión sobre su “esencia” tan proclamadamente
antimadridista; por tanto, tan proclive a la violencia, que ya se ve que no
sabe controlar en su entorno. Tiene muchas tareas atrasadas que hacer para
convertirse en un club digno. No debería postergar por más tiempo esa
transformación.
En
resumen, hablan los que más tienen que callar y lo hacen en un ejercicio
consciente de agitación y propaganda, tanto para atacarnos como para que no se
les hagan preguntas incómodas sobre ellos. Ante eso, sólo podemos añadir una
última cosa:
Ladran,
luego existimos
Cabalgamos
y les pasamos por encima,
Luego
les jode nuestro desfile triunfal,
Que
no cesa (Mundialito de Clubes en diciembre de 2014).
Y
nada más. No hace falta nada más.
Cibeles
Madridista.
Post scriptum: Dime de qué hablas y te diré qué es lo que tendrías que callarte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario