Ayer se confirmó en Vigo lo que todos los madridistas sospechábamos: nuestra plantilla está de vacaciones en lo tocante a las competiciones españolas. Si bien es cierto que la Liga no ha terminado, a nuestros jugadores les da absolutamente igual. Ellos sólo piensan en reservarse para Lisboa; únicamente les interesa ganar La Décima y pasearla por Cibeles, recoger los parabienes por su “descomunal” temporadón y desaparecer del mapa hasta julio.
¿Se han parado a pensar estos genios que el Madrid nunca ha ganado todas las competiciones disputadas en una temporada? Esta era una buena oportunidad para luchar por ello, pues no abundar las ocasiones para conseguirlo.
¿Imaginan la que les va a caer encima (y a todos nosotros, los seguidores) si fracasan también en la Champions y se quedan con la Copa de España (torneo de segunda importancia, al menos cuando lo ganó Mou) mientras el Farsa gana la Liga y el Pateti se corona Campeón de Europa (o se lleva dos títulos verdaderamente de primer nivel, si además vence en la final liguera en Farsalona)?
Hay que ser un poquito más ambicioso (y honrado) para ser jugador del Madrid de pleno derecho; no basta con tener un contrato en vigor: ¡además hay que merecerlo y seguírselo ganando cada día! A listillos así habría que pedirles que devuelvan el pastizal que cobran sin merecerlo.
Así que nos tendremos que conformar con asistir impotentes a un final de Liga que disputarán otros porque nosotros hemos logrado la proeza de perder 7 puntos en tres jornadas (¡en 7 días!). ¡Muchas gracias por obligarnos a hacer el ridículo tan magistralmente!
Es de suponer que los mismos que auparon tanto a don Carleone por sus méritos técnicos “muniqueses” lo tendrían que defenestrar ahora; pero no hay peligro, porque él es “su chico”, no alguien con personalidad y capacidad como entrenador que estorbaría a tantos egos hipertrofiados, dentro y fuera del club (no hace dar el nombre en el que todos estamos pensando en comparación con esa lamentable sombra italiana que vaga por nuestro banquillo ahora).
Antónimus.
Post scriptum: Que Florentino, por prudencia, no tome ninguna medida contra la plantilla blanca hasta que se juegue la final de Lisboa, es comprensible; pero en cuanto se juegue, con total indiferencia del resultado, debe rodar alguna cabeza en el vestuario (mejor en plural) para “marcar el territorio”. Si no lo hace, que se dé por suplantado en su presidencia por connivencia con el golpe de estado deportivo que están llevando a cabo de sus “subordinados” en sus mismas narices.
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