viernes, 25 de octubre de 2013

QUIÉN ES EL QUE POLITIZA (EL QUE ENCIMA SE QUEJA)

El ínclito presidente del Farsa no para de soltar deposiciones a cual mejor. En el ABC del 8 de octubre de 2013 declaraba: “No me imagino jugar en otra liga que no sea la española”; y abundaba en quejas sobre malos recibimientos a su equipo en “nuestro” país, porque el “más que un club” es visto como parte del moviendo separatista de Farsaluña y eso no gusta a los dirigentes farsistas, que, parece, consideran que los demás no somos tan listos como ellos sino el eslabón perdido entre el hombre y el mono:

http://www.abc.es/deportes/futbol/20131008/abci-rosell-entrevista-201310081054.html

Resulta llamativo que a estas alturas el Sr. Rosell se asombre de tales situaciones: “No soy político y de política no hablo” (aunque también afirma: “El Farsa es un club farsalán y farsalanista cuyo idioma oficial es el farsalán”; lo que no deja ningún tipo de “cooficialidad” a sus seguidores charnegos); y protesta:

“No soy político y de política no hablo. La situación no es cómoda. Lo sufrimos, como presidente del club, aunque no en todos los lugares, se nos recibe de forma que mezclan cosas. Somos un equipo de fútbol”.

Y añade: “Alguien está haciendo un flaco favor a la convivencia de los pueblos”.

Al final va a resultar que ha sido el Real Madrid el que se ha inventado el independentismo para perjudicar al Farsa.

Curiosamente, en EL MUNDO de dos días antes (6 de octubre de 2013), en una noticia de su edición en papel se informaba de la asamblea del Farsa exponiendo las manifestaciones de los dirigentes farsigranas; veamos algunos ejemplos:

“Siempre estaremos al lado de nuestro país y de la voluntad de su pueblo”.

“Somos más que un club. Somos un club farsalán y farsalanista. Por historia, por identidad y por convicción”.

“Hemos reforzado los lazos con las instituciones de Farsaluña y hemos colaborado en la difusión de los valores del club y del país”.

Se habló asimismo de la segunda equipación barcelonista inspirada en la bandera de Farsaluña (en realidad, en la de la Corona de Aragón) y que fue presentada en el Palacio del Gobierno Regional ante el presidente Artur Mas.

Rosell, al hablar de esta camiseta, indicó que el Farsa se unirá a los festejos que tendrán lugar en Farsaluña con motivo del Tricentenario de 1714 a celebrar el próximo año (en realidad, lo que se “celebra” es la derrota y la rendición incondicional ante el rey de España ocurrida en ese año; y es que lo de tergiversar los hechos históricos y el victimismo y el farsismo vienen de lejos).

Ante esta serie de testimonios sólo cabe una conclusión: no sólo quieren ser tratados mejor que los demás con el colaboracionismo descarado del estado “español”; además pretenden que no nos demos por enterados o que, al menos, no mostremos nuestra repulsa por nuestra discriminación en nuestra propia tierra. Así que si hay tensión política en torno al Farsa y a su “país”, la culpa es nuestra.

Pero lo asombroso no es que se reciba mal en España a un equipo que no se considera español sino que se le siga recibiendo y permitiendo que concurra a una competición en la que, si fuera coherente con sus “valores” patrióticos, no debería participar.

En fin, el caso es que llega el clásico, en plena eclosión del independentismo farsalán y el Madrid tiene que ir una vez más a ese infierno político (y no deportivo) y puede terminar siendo el que tenga que “indemnizar” a los que no quieren ser españoles con una derrota. Al menos es lo que esperan allí los energúmenos de siempre, que ambientarán el estadio como ya ha demostrado sobradamente, como bien saben casi todos los árbitros que “arbitran” allí a nuestro equipo. Veremos si es verdad que hay o no poliltización en este partido (de fútbol, en principio).

Antónimus.

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