jueves, 19 de septiembre de 2013

DON CARLEONE DUDA SI SER O NO SER…MOURINHISTA

Después del naufragio del Madrid en Villarreal, donde el juego artístico prometido por don Carleone no acabó en derrota gracias a Diego López y tras ver el partido de la Champions en el que el Madrid ha goleado al Galatasaray, hay que sacar conclusiones sobre cómo se explican dos resultados tan diferentes en sólo tres días.

El esquema madridista en Liga fue un suicidio: 4-3-3. No sólo dejó en inferioridad numérica la zona central (el eje de todo equipo) sino que terminó desconectando una delantera que casi no recibió balones de una defensa que jugó mucho más agobiada de lo necesario dada la facilidad con la que llegaban a nuestra área los rivales.

Añádase a esto que la composición del centro de campo iba sobrada de “inspiración”, pero escasa de “transpiración”: Illaramendi (que apenas ha jugado con sus nuevos compañeros y aún tiene que recuperar su mejor nivel físico), Isco (que venía tocado en un tobillo y no aparecio casi en el partido) y Modric (tan buen jugador como enclenque).

Semejante alineación de centrocampistas sólo podía ser una bicoca para cualquier equipo que esté dispuesto a correr sin parar al comienzo del encuentro; que haga entradas extra-reglamentarias (pero con la tradicional bula arbitral si el que las recibe es el Madrid, y esto es ya lo tradicional tanto en España como en Europa) y tenga a todos sus elementos descansados porque no juegan en ninguna selección.

Nada que ver con lo visto en Estambul: 4-4-2. Porque Ancelotti tendrá defectos, pero no es imbécil y prefiere triunfar al contraataque antes que fracasar con un esteticismo que sólo desea realmente la prensa antimourinhista, que, paradójicamente empieza a admitir que el esquema del portugués es el que funciona en el Madrid (en realidad, lo imperdonable de Mou para los plumillas es que se negó a ser su pelota, un mérito que nunca vamos a olvidar algunos madridistas).

No hace falta que los blancos jueguen con 3 puntas fuera de casa sino que no renuncien a la paridad numérica en el centro del campo y seleccionen equilibradamente su composición; si además juntan más sus líneas e incorporan a Bale a la alineación titular, el resto es cuestión de tiempo y sincronización de los fichajes con la base de la plantilla anterior.

Otra cosa que sucedió en Turquía es que jugó Khedira y se notó la diferencia, guste o no su juego. También se nota que con Isco en forma no se va a acordar nadie de Özil. Incluso Benzema estuvo mucho mejor de lo que acostumbra. Y volvió a estar contento Cristiano; con esto último sobran más comentarios.

Si en casa se quiere jugar con un delantero centro dejando un centrocampista fuera y viendo, de paso, lo que dan de sí Morata y Jesé, pues muy bien; pero fuera no hay que conceder la menor ventaja a nadie y con Bale y Cristiano más las incorporaciones de medias puntas y laterales sobra.

En definitiva, hay que trabajar y marcar la diferencia con la calidad de este equipo, pero sin limitarse a esperar la genialidad individualista para contrarrestar la avalancha de trabajo del contrario. Sólo sumando clase y entrega marcaremos la diferencia.

Y ésto es lo que anda cabilando don Carleone, que prometió, como buen italiano, arte y ve como, también a él, le exigen resultados (empezando por sus valedores de la prensa).

Al final…el gattopardo: el cambio en el banquillo no tiene por qué significar que la manera mourinhista de jugar del Madrid tenga que alterarse.

Antónimus.

No hay comentarios: