Acaba
de terminar la primera vuelta de la
Liga de fútbol 2012/13. Tras las 19 jornadas disputadas, el
Madrid, vigente campeón, está en tercera posición a 18 puntos del Farsa, actual
líder. El segundo clasificado, el Patético, está a 11 puntos tras los farsistas
y a 7 de nosotros.
¿Por
qué hay 18 puntos de diferencia entre Madrid y Farsa en sólo media Liga? La
pasada, después del doble de partidos, terminó con 9, exactamente la mitad y
además a nuestro favor. ¿Qué pasa esta temporada? ¿Qué nos ha ocurrido tan sólo
unos pocos meses después de ganar la que se llamó la Liga de los Cien Puntos? ¿Por
qué parecían tan buenos los jugadores madridistas en el pasado campeonato y por
que parecen tan malos en el actual? ¿Es Mou el culpable del cambio de
rendimiento?
En
primer lugar, hay que recordar que el fútbol es un deporte colectivo; en
consecuencia, ni los méritos ni los errores son individuales. Ni siquiera el
mejor jugador del mundo podría ganar solo (no ya un título sino ni siquiera un
partido).
En
cuanto al porcentaje de responsabilidad del míster en los éxitos y en los
fracasos, si tenemos en cuenta que en cualquier plantilla hay más de veinte
jugadores profesionales (en el caso del Madrid, la inmensa mayoría son
internacionales) y que el cuadro técnico no pasa de ser numéricamente alrededor
de un 20-25 % de dicho plantel, podríamos afirmar que el entrenador y sus
ayudantes no han de responder de más de la sexta parte de la responsabilidad conjunta
del primer equipo; en todo caso, dupliquemos su importancia y eso nos dice que
un tercio de la responsabilidad (como máximo) es del cuadro técnico (en su
conjunto) . Otro tercio de las culpas o los méritos es de las figuras más
destacadas y al resto de la plantilla (unos 15 jugadores) le corresponde el
resto de la responsabilidad de los malos (o los buenos) resultados.
Así
que tenemos tres elementos a distinguir: entrenador (con sus ayudantes), figuras
y jugadores complementarios. Además, hay que analizar las distintas líneas del
equipo y ver quién está rindiendo por debajo de su nivel del campeonato
anterior y quién no.
Empecemos
pues por el cuadro técnico, formado por Mou, Karanka (segundo entrenador), Rui
Faria (preparador físico), José Morais (ayudante técnico) y Silvino Louro
(entrenador de porteros). Por supuesto, todos trabajan siguiendo las
directrices de Mourinho, así que nos vamos a limitar a analizar su labor.
Mou no ha
dejado de exigir a sus jugadores el máximo; en eso no ha habido ningún cambio
respecto al año pasado Además, más allá de que sus decisiones gusten o no,
nadie puede discutirle la capacidad y valentía suficiente para tomarlas, caiga
quien caiga.
Por
supuesto, tal actitud supone un gran desgaste para alguien que no ha gozado
nunca de un apoyo digno de mención ni en la prensa deportiva ni en muchos
estamentos del club. Tampoco es un secreto que una parte, más o menos numerosa
de la afición, no está con Mou (es decir, muchos aficionados no están con él
“ahora” que no se vamos en cabeza). Los argumentos contra él, más especiosos
que sustanciales, sobre la pérdida de “valores”, etc. son en el fondo una
cantinela condenada a no ser más que un molesto run run de fondo a no ser que
no acompañen los resultados; lo que, desgraciadamente, ocurre últimamente (pero
sólo últimamente: este verano le ganamos otro título al Farsa y entonces nadie
silbaba).
Porque
lo que muchos “olvidan” (es decir, quieren hacernos olvidar a los madridistas
con memoria histórica de lo que es este club) es que Mou no llegó al Gran
Madrid de Di Stéfano sino a un equipo en decadencia, acomplejado y sin
alternativas deportivas (o políticas) para darle la vuelta a tal situación. Él,
sobrecumpliendo su contrato, ganándose cada céntimo y dando la cara por
cuestiones que podía haber dejado a otros (las atiendan o no). Indudablemente,
la pasividad o la indiferencia no son defectos que se le puedan echar en cara.
Trabajando
igual, cuando llegó y triunfó lo mismo que ahora, Mou logró, primero, que nos
volviéramos a poner de pie y recuperásemos nuestro orgullo y, a continuación,
que ganásemos nuevos títulos (y a nuestro rival más directo: ya van tres, lo
que en comparación con 0 en las dos temporadas previas es una mejoría
innegable).
Por
supuesto, si para el bien del equipo hay que sentar o traspasar a jugadores que
ya no están a la altura deportiva que precisa el Madrid, ¿quién se puede oponer
si de verdad defiende los intereses de nuestro club? Esa es la contradicción de
muchos que se denominan madridistas y no saben que atacar a nuestro entrenador
no puede nunca beneficiar a nadie que no sea enemigo nuestro. Porque no se
puede ser, a la vez, seguidor de nuestro equipo y partidario acérrimo,
irracional de un jugador, olvidando que incluso.la Saeta Rubia se tuvo que
retirar; es ley de vida.
La
conclusión es que Mou no ha acusado una merma significativa en su rendimiento
ni de esforzarse para hacer lo mejor posible su trabajo. Sigue siendo el mismo,
con los mismos métodos y metas. ¿Le acompañan los demás elementos del equipo en
su tarea? No tanto como debieran.
Hablemos
ahora de las figuras destacadas. Por supuesto, eso significa referirse en
especial a Cristiano Ronaldo. Pero empecemos por ver si hay algún otro jugador
de nivel similar en la plantilla, alguien que sea fundamental para el equipo. Fijémonos
en cómo están esta temporada Di María, Alonso, Özil, Fallillas, Pepe, Marcelo,
Sergio Ramos, Modric, Benzema e Higuaín.
Di María resulta
sencillamente irreconocible esta temporada, no ha existido en la primera vuelta
liguera. Su problema no es no estar muy bien este año sino que no está ni siquiera
regular; por eso, ha dejado de ser titular.
Alonso va
declinando, quizá por su edad y quizá por falta de relevos; no es su mejor año
tampoco, aunque aguanta el tipo mejor que la mayoría.
Özil sigue
siendo una eterna promesa; continúa en su línea de hacer grandes cosas de vez
en cuando y de tomarse grandes descansos más a menudo. Su rendimiento (más allá
de lo que digan los “enterados” de los medios deportivos) no es suficiente para
ser una figura del Madrid y no por falta de calidad sino porque no tiene
suficiente continuidad a alto nivel.
Fallillas. El nombre
lo dice todo. No todos somos tan partidarios de él como dicen sus amiguetes de
la prensa (más interesados en ser su cla que en hacerle una crítica seria a sus
decepcionantes actuaciones, especialmente esta temporada). Basta mirar sus estadísticas de esta Liga en
comparación con la anterior para advertir la diferencia de rendimiento actual:
para menos, despeja menos y le meten más goles. No vale el argumento de que los
tantos no se los meten a él solo sin que cuando haga una parada se recuerde que
no le han tirado a placer gracias a la defensa que tiene delante.
Sigue
sin saber jugar con el pie. En cuanto al juego aéreo, su religión le prohíbe
tomar parte en él (lo que es celosamente silenciado por todos sus acérrimos,
emplumados o implumes). Siempre tuvo grandes reflejos y ese era su punto fuerte
; lo malo es que ya ni eso lo hace tan bien como solía.
Pepe es, sin
duda, un grandísimo central. Eso no significa que no sea criticable
precisamente por cuestiones extradeportivas; pero no por ser “violento” (de
hecho, si hay que hablar de “cacería” la que hay es la montada impunemente a su
costa, tanto por cazatibias como por las plumas sicarias que tanto abundan en
Mierdaña). No, su problema es no aprender de todo lo que le pasa, no ser más “listo”
(en su versión hipócrita). Sólo así será útil al Madrid, no si es sancionado (o
lesionado) tan frecuentemente. No puede seguir desgastándose en guerras que no
puede ganar (nadie le va a perdonar ser portugués ni jugar en el Madrid). Lo
suyo es la colocación, la rapidez, la clase, el juego aéreo. Lo otro, que lo
rehúya al máximo, pues es por donde le anulan (desde dentro y desde fuera del
campo).
Marcelo no merece
comentario porque ha estado “de vacaciones FIFA” por lesión. Esperemos que su
aportación se note en la segunda vuelta.
Sergio Ramos tiene
tantas virtudes físicas que quizá en compensación no le sobra nada de talento;
más bien le escasea. Sólo así se explica que meta la pata tanto. Aún no ha
comprendido que desde que fichó por el Madrid le sacan el doble de tarjetas por
la mitad de faltas. Ni siquiera ser “de la rojal” le vale para tener la bula de
otros más farsistas (pero también más disimulados) que él. Si no espabila, no
será ni la mitad de jugador que podría ser. A veces recuerda a Guti por su
manera de desaprovecharse a sí mismo.
Modric no tiene
aún nota. Algo ha hecho, pero no tanto como se esperaba. Es pronto para saber
si mejorará o no.
Benzema será
siempre un jugador impasible, de sangre fría, suele decirse. Pero esto es tan
bueno como malo, pues si le permite hacer jugadas que otros no podrían culminar
también le lleva a inhibirse más de la cuenta, sobre todo si se reparte leña.
Es un grandísimo futbolista que lleva el balón como muy pocos delanteros y que
además sabe rematar. Él mismo es su límite. Mou tendrá que seguir intentando
sacar de él todo lo que lleva dentro.
Higuaín ha vuelto a
estar lesionado bastante tiempo, eso impide hacerse una idea clara de si está
igual o peor que en la pasada Liga (desde luego, mejor no está). Como toda la
delantera en general, está marcando menos goles.
El
saldo de las figuras del equipo es, por tanto, inferior claramente al de la Liga 2011/12. En general, la
edad no es suficiente explicación para este bajón de rendimiento, así que habrá
que hablar de otras causas, como falta de motivación, de suficiente espíritu de
sacrificio, no tener suficiente amor propio (o mala leche) o cualquier otra
circunstancia directamente imputable a los deportistas.
No
nos olvidamos de hablar de la superfigura del equipo, Cristiano Ronaldo. Hay que reconocer que el luso no empezó muy bien
la temporada. Recordemos cuando dijo que estaba triste no goleaba como solía anteriormente.
Muchos lo interpretaron como un intento de presión al club para acelerar su
renovación. Si esto era cierto, el club cometió un inmenso error al no
aprovechar la ocasión, porque ahora parece que a Cristiano (que dice querer
acabar su contrato: dos temporadas más) ya no le corre prisa ni siquiera hablar
del asunto. Irónicamente, desde entonces está jugando cada vez mejor (quizá,
mejor que nunca en el Madrid).
Centrándonos
en lo deportivo, lleva menos goles que el año pasado y es verdad que eso se ha
notado en más de un marcador, pero esa es una razón de más para amarrarlo por
el resto de su carrera deportiva: ¿qué será del Madrid si se va Ronaldo? ¿Dónde
encontrará otro goleador que le proporcione una media de un gol por partido
jugado (algo que nadie había hecho antes en el
Madrid).
En
cualquier caso, nadie le puede discutir su entrega, su ambición e incluso,
últimamente, la capacidad de actuar como un auténtico capitán del equipo
mandando mensajes de dimensión política a los madridistas (lo que no hace el
que supuestamente tanto interés tenía en ese cargo). Por tanto, la conclusión
es que Cristiano no es parte del problema sino de la solución, aunque tiene que
mejorar su aportación (que ya es prácticamente insuperable).
En
resumen, las figuras no están al nivel de la pasada temporada y eso es lo que
marca la diferencia de resultados (y de clasificación, en la Liga y en la Champions ).
En
cuanto al resto de la plantilla, los jugadores
complementarios del equipo, Khedira
tiene más presencia cada vez en el centro del campo y hace un gran aporte
físico, aunque no tiene técnicamente tanto como sería deseable, sobre todo en
la finalización ante la meta rival. Varane
sigue en su línea de progresar paulatinamente y cabe esperar mucho de él, pero
todavía es pronto para darle la titularidad. Arbeloa es un jugador cuya principal virtud es la inteligencia, no
la clase (esto significa que no tenemos lateral derecho de garantías). Tampoco
aportan un saldo positivo Albiol, Coentrao (con más problemas disciplinarios
de la cuenta), Carvalho (que acaba
contrato, aunque ha rendido muy bien en los últimos partidos). Essien, que está cedido, y no ha hecho
aún nada relevante; Callejón, que sigue
en lo suyo, que es luchar como el que más, pero no siempre con acierto... De
los canteranos, no hay mucho que añadir, salvo que no les corresponde a ellos
sino a los titulares sacar al equipo de su crisis de juego y resultados.
Respecto
a Kaka, mejor no decir nada, pues no
hay nada positivo en él para el Madrid. ¡Lastima del dineral que costó!
Afortunadamente, ya sólo es un problema de tiempo librarnos de él cuando acabe
su contrato.
Digamos
pues que el saldo de los jugadores complementarios no es muy halagüeño, pero
por definición no son ellos los llamados a marcar la diferencia en el Madrid
sino a acompañar el buen juego de las figuras.
Resumiento,
el equipo ha estado mucho peor en portería y peor en defensa, centro del campo
y delantera. Parece que el juego y, sobre todo, la efectividad en ataque y
defensa, han bajado, pero, ¿se explican sólo con estos elementos los 18 puntos?
Por supuesto que no. Para dejarlo muy claro se hace preciso decir unas palabras
sobre los arbitrajes políticos que padece el Madrid.
En
los 19 partidos de la primera vuelta, hemos obtenido 10 victorias, 4 empates y
4 derrotas. Uno de los empates, con el Farsa, no cuenta, pues ambos equipos puntuaron
lo mismo. Los restantes puntos perdidos explican la diferencia de 18, dado que
el Farsa “aparentemente” no ha perdido ningún punto más en toda la primara vuelta.
Si
analizamos un poco más detenidamente cómo han tratado los árbitros a uno y
otro, ya desde el primer partido vemos la diferencia. En el caso del Madrid,
falta inexistente que sirve al Violencia para empatar en el Bernabéu (con la
destacada colaboración de Fallillas, casi al nivel del gol que le facilitó al
Ajax). Así volaron los primeros dos puntos: En la misma jornada, goles ilegales
en Pamplona para que una derrota farsista se convierta en victoria. Por si
alguien lo ha olvidado, este año no ha dejado el catalanismo de pedir “lo suyo”
al estado español. Se ha notado sobradamente.
Lo
mismo pasó en la visita del Farsa al campo del Sevilla, donde, además, se vio
que hay jugadores con bula hagan lo que hagan, como es el caso descarado de
Busquets (el mismo que cazó a Alonso a lo De Jong nada más empezar la final de
Copa de 2011; el mismo que llamó “mono” a Marcelo). Sin esos seis puntos, la
distancia se reduce a doce.
No
creo que eso sea todo lo “regalado” al Farsa, pero centrémonos ahora en el análisis
de los puntos perdidos directamente por el Madrid. De las cuatro derrotas, al
menos dos (ante Sevilla y Betis) fueron manifiestamente influidas por penaltis
a favor del Madrid no pitados. En cuanto a los empates, ni el del día del
Valencia, ni el del Osasuna fueron justos (en el segundo, se anuló un gol legal
a Callejón). Total: otros diez puntos explicados. Esto nos pone a dos puntos del supermegalider.
Pero
esto no es todo lo que los árbitros han hecho “por el Madrid”. Recordemos
simplemente la “entrada” de Navarro a Ronaldo en el campo del Levante para ver
lo apoyado que está “el equipo del gobierno” por los trencillas. O los goles
anulados al Madrid permanentemente por “errores” (tanto en Liga como en Copa) o
los penaltis a Ronaldo permanentemente no pitados. En cuanto a los partidos
jugados con 10, la dureza de las sanciones a los madridistas, la impunidad a
los cazadores de Ronaldo y otros merengues (nada que ver con el corralito
protector del “carterano” mesita-de-noche)…sin comentarios.
Aún
falta hablar de otro asunto que huele a podrido. Hay algo más este año en el
ambiente. La Liga
tan “perfecta” e unos y tan “imperfecta” de otros hacen pensar que alguien ha
decidido silenciar el plusmarquismo madridista de la
Liga Cien., ya que no encaja bien en el
universo farsista que explica el fútbol como una mezcla de balonmano (por la
manera de moverse a lo ancho y no a lo largo del campo) y boxeo (donde se puede
ganar a los puntos: por méritos, no por pegada). De los goles de despacho (o de
redacción) hablan menos, claro, aunque son la verdadera base de todo el
montaje.
Así
que este año tiene que ganar el Farsa todos los puntos y partidos en la Liga (lo que no gane con el
Madrid es lo de menos) para alcanzar un título de leyenda. Esta es la campaña
que nos han montado a nuestra costa, ni más ni menos; a ver si, como durante el
franquismo, los separatistas se dedican a hablar de fútbol y no de política.
Si
los que han urdido esta operación fueran tan inteligentes como se imaginan,
procurarían que no se notara tanto, pero es que no dan más de sí mentalmente. O
quizá están tan preocupados de que se les independice Chantajistán que han
decidido poner toda la carne en el asador para convencerlos de que como en Mierdaña
ni hablar.
Volvamos
al fútbol. Recordemos que todo este análisis ha comenzado comparando los puntos
de Madrid y Farsa de esta y la pasada Liga. Desde entonces se han enfrentado en
tres ocasiones durante la presente temporada. Si hubiera tanta diferencia en el
juego de los dos clubes como dice la así llamada prensa deportiva se debería
haber puesto de manifiesto en tales partidos. ¿Ocurrió así?
Es
bastante significativo que en los tres partidos jugados desde el verano por el
Madrid y el Farsa haya habido una gran igualdad que en nada se parece al abismo
de la clasificación de Liga que estamos comentando. Cada equipo ganó, empató y
perdió un encuentro. En cuanto a los goles, hubo empate a 6 (2 de media). Asimismo,
no puede explicarse este equilibrio porque el factor campo haya ayudado al
Madrid ya que se han jugado dos de las tres veces en Farsalona, donde empató 1
y perdió otro (es decir, ya no pierde siempre “allí” ni es goleado
descaradamente. Ya no se “disfruta” cuando se juega contra él). Además, como
“novedades” destacables de estos enfrentamientos, queda confirmado que Ronaldo
hace bastante más que “algo” contra el Farsa. En cuanto a que el Madrid de Mou
podrá ganar algún partido suelto al Farsa, pero nunca una eliminatoria…hay
están los tozudos datos.
Respecto
al Patético, actualmente por delante del Madrid gracias a los deméritos de
éste, bastó ver el partido en el que ambos se enfrentaron para comprobar que
nada ha cambiado y que sigue siendo el rival más asequible (no por ello el
menos violento) del campeonato cuando se enfrenta al Madrid.
Así
que el Madrid (sin estar bien) no está tan por debajo de sus rivales como dicen
los números; simplemente ha dejado de dar el máximo y el Factor Villtini (Villar+Platini, pues tampoco en Europa ha dejado
de notarse) ha hecho el resto.
Antónimus.
1 comentario:
¡Felicidades por tan amplio y objetivo análisis de la primera vuelta! Lástima que no se publique en la portada de los deportivos que se dedican a dar chismes en vez de dar noticias.
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