Sin ánimo de ofender, pero con la pretensión de que lo objetivo sea dicho y en previsión de lo que pueda ocurrir en el futuro.
Un tal Arnstrong ganó siete Tours de Francia. Ahora se sabe que dopado, pero ya en su momento se dudaba si su tratamiento para el cáncer que padeció no le estaría dando alguna ventaja competitiva. No se cansaba, ganaba y ganaba.
En la ya célebre entrevista televisiva al citado ciclista se le leyeron las posibles sustancias dopantes que pudo tomar, para que dijera sí o no. Entre las que se mencionaron estaba: LA HORMONA DEL CRECIMIENTO.
Hay un jugador del Farsa que –es público y notorio- ha tomado la hormona del crecimiento, sustancia dopante. Y no se lesiona y casi no descansa y marca y marca y marca.
Las siguientes preguntas, por el bien de la ciencia y de la limpieza deportiva, se deberían responder pronto:
¿Hasta cuándo la ha estado tomando? Normalmente el crecimiento dura hasta los 21 años y el jugador en cuestión no es mucho mayor de esa edad. Y lleva años ganando “cosas”.
¿Cuánto duran los efectos de la hormona? ¿Hasta cuándo seguirá tan “en forma” el jugador?
Porque sería una pena que dentro de unos años muchos se dieran cuenta de que tal vez no compitió en igualdad de condiciones.
Solo digo eso. Es una duda razonable que se debería aclarar por el bien del fútbol.
Luigi Vinci
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