En algún momento entre ayer, 27 de septiembre de 2011, y el pasado sábado 24 ha debido de terminar la pretendida crisis del Madrid. No sé exactamente cuándo porque la prensa deportiva nacional, la misma que tanto insistió en su existencia (para intentar influir en la asamblea de socios compromisarios del Madrid del domingo 25) no ha tenido a bien decírnoslo sino que ha optado por la ley del silencio (si nos puedes convencer a los madridistas, ¡ignóralos!). Por tanto, tendremos que ser nosotros mismos los que le hagamos su trabajo a los así llamados periodistas e intentemos aclarar qué ha pasado realmente
Ante todo, debo manifestar mi perplejidad ante el hecho, me temo que incontestable, de que la distancia sideral entre el Madrid en crisis, o sea, el infierno, y el Farsa triunfante, es decir, el cielo, sea de sólo un punto; será que ya no existe el purgatorio (lo siento por el Sevilla, que optaba a un centro de poder alternativo).
Observando ese abismo inconmensurable, cuya enormidad explica suficientemente la pobreza de nuestro juego, uno no se extraña de que algún medio nos haya planteado (antes del sábado, claro) la necesidad de que Mou no se coma el turrón en Madrid este año (a pesar de que tiene contrato para ésta y las dos próximas temporadas).
Conviene recordar que el triunfo del sábado, pese a su amplitud (6-2), fue acogido por las redacciones con la incómoda sensación de que seguíamos vivos, …luego, ellas no tenían razón (¿me equivoco?). En realidad, el fútbol consiste en meter goles y todo lo demás es un medio para ese único y exclusivo fin. Nosotros no jugamos al fútbol sino al gol; por eso no hemos ganado en dos encuentros de liga; sencillamente porque no hemos sido capaces de marcar más tantos que los adversarios; lo demás es irrelevante (o propaganda desestabilizadora en lugar de análisis periodístico).
Pero volvamos al sábado. Ciertamente, la cosa empezó bien para nuestros detractores (gracias tanto al Rayo como a Lass y a Casillas), pero después se tuvieron que guardar la crónica de nuestro tropiezo, que ya tenían preparada, donde todos sabemos y esperar a mejor ocasión para usarla (¡que lo harán!).
¡Lástima de tanta campaña para nada!, ¿verdad? Después de los prometedores partidos con el Levante y el Racing, donde, los así llamados expertos, una vez más, no consideraron digno de mención que en ellos hubiera varios penaltys a favor del Madrid sin sancionar, entradas a nuestros jugadores de roja que fueron desteñidas por árbitros nada sospechosos de madridismo y un planteamiento de balonmano o lucha libre, tiene que ser muy triste ver al Madrid remontar en su juego, es decir, en sus resultados.
Evidentemente, al no decir nada de los factores que explicaban (sin justificarlos) nuestros malos resultados cabe entender que actuaron movidos por el deseo de no sacar a la luz los trapos sucios del fútbol subterraneo que es el verdadero rey de nuestros campo. Vamos, que parecen aceptar que todo vale para frenar a los “chulos de la capital” (¿es que pretendemos que se nos quiten de delante los contrarios? ¿Quién nos creemos que somos?).
Y así es, con una mezcla de violencia y menosprecio (cada cual hace su parte), como se nos trata tanto en los estadios como en las redacciones (y otros centros políticos de los que ya hablaremos), como si fuéramos el enemigo público. Habrá que preguntarse ¿de quién?
En todo caso, si los periodistas españoles se creen que nos van a dar clases de “señorío” y “valores” precisamente ellos, con semejante conducta, están listos: nosotros no somos un mendigo con el que pueden hacer impunemente lo que les apetezca. Se han buscado un enemigo muy malo porque es demasiado grande para que ellos puedan dominarlo; tanto peor para ellos.
Es de suponer que es por todo eso por lo que no tenemos derecho a que se comenten las circunstancias que explican, junto con nuestro mal momento de juego, esos pinchazos (que no crisis:es una cuestión de duración). Tampoco han dicho ni palabra de que Cristiano haya tenido que jugar esos encuentros mermado en vez de recuperarse con reposo suficiente de la herida de su tobillo (fruto de otra entrada impune en el imperio de la U.E .F.A.: (Unión Europea de Financieros Antimadridistas), donde los árbitros-lacayos siguen pitándonos siguiendo instrucciones de su kapo el padrino antimadridista Platini, el del respecto selectivo).
El partido de ayer (también de la Liga del Kapo), se pareció en ciertos momentos al del Rayo: al comienzo hubo un tiro a nuestra portería del Ajax (que Casillas, nuevamente, despejó al centro, si bien con la fortuna de que el balón fue a parar a Ramos; menos mal que en la segunda parte hizo una gran parada). Sin embargo, tras unos momentos de dominio del balón por los holandeses, en los que el Madrid parecía ausente; poco a poco, empezó a avisar de cómo iba a jugar el partido: sabiendo esperar y dando el zarpazo cuando llegara el momento. El Ajax quedó tocado desde el primer gol, que encajó como si le hubiese alcanzado una descarga eléctrica (este tanto fue una obra de arte de juego de equipo y contraataque vertiginoso); los dos siguientes certificaron nuestra victoria y ya no nos esforzamos más.
Respecto al rival, se ha dicho que fue muy blando: en realidad fue deportivo, esa palabra que ya no se usa, al menos si mencionarla favorece al Madrid. No hay que omitir que el árbitro no dejó de perjudicarnos en al menos un penalty a favor que no vio (supongo) ni que Ronaldo se llevó, como ya es tradicional, los únicos golpes del encuentro, pero, en conjunto fue un partido disputado deportivamente; y hay que recordar que el reglamento pide que se juegue así, no como si en vez de en el fútbol estuviéramos en un combate a muerte de gladiadores.
Que lo llamativo para los plumíferos sea jugar deportivamente y no lo contrario, evidencia hasta que punto ha llegado la vileza de la prensa deportiva española, esa misma que ha estado años asistiendo a los reiterados insultos graves a Cristiano y a Mourinho (incluidas amenazas públicas de muerte) sin decir esta boca es mía
La prensa holandesa, sin obviar críticas al Ajax, alaba el juego del Madrid en el partido. Pero, ¿cómo cuenta el partido de ayer la española? Dice Alfredo Relaño, en su artículo de hoy en AS
que “…el contraataque es hermoso, pero no es heroico…”. Bueno, gracias, al menos, por la apreciación estética del juego del Madrid. Porque nosotros sabemos que no podemos competir con el juego precioso de pasarse la pelota, y volvérsela a pasar, y otra vez, y de nuevo… (el famoso triqui-atraca del Farsa)… y seguir veinte veces después sin hacer nada con ella (salvo dársela al portero, que es el jugador que más minutos tiene la pelota de todo el equipo). Sí, ya sé que a veces todo esto termina en pase al cráneo privilegiado del Farsa y en gol. pero esa es otra cuestión que tiene menos que ver con tácticas de juego en equipo que con la calidad individual de un único jugador de todo ese plantel y, no lo olvidemos, con el escudo arbitral que él tiene y otros no. En fin, se agradece el comentario…en lo que vale.
Añade Relaño que ese contraataque “…sólo puede practicarse si el otro es un incauto o está necesitado de atacar”. Es posible que él no sea consciente de ello, pero al opinar así parece estar sugiriendo que “lo normal” es que el equipo adversario no nos deje jugar y nos pare por lo civil o por lo criminal; que son lícitos todos los medios si se emplean contra nosotros; cuando, de lo que debería ocuparse (desde los “valores”), o sea, de explicar la ilicitud de ciertos planteamientos de los equipos que practican un fútbol-borrosa terrorista contra el Madrid y exigir que no se estafe a los espectadores lo que pagan por sus entradas escamoteándoles así el espectáculo. Claro, esos mismos equipos tienen muy buen cuidado de no hacerle lo mismo a quien todos sabemoso. Una cosa es ser un bestia y otra estar loco.
Porque, después de todo, sí hay un equipo con el que “no vale todo”: Los Intocables (y no lo entrena precisamente Eliott Ness). Cuando juega él, se mira (y castiga) mucho a quien le mete el pie, ¿no?, Relaño. A ver si tiene a bien decirlo claramente alguna vez; sea más concreto; no se quede en la abstracción del concepto “villarato”: dé detalles.
Recuerde que no se trata de ayudar al Madrid con sus comentarios sino al fútbol; y hay que hacerlo antes de que desaparezca. Yo ya no sé qué tiene que pasar para que los así llamados periodistas vean que los rivales del Madrid no “se cierran, como Levante y Racing…” sino que plantean el partido como un atentado permanente contra la integridad física de nuestros jugadores gracias a la descarada impunidad con la que apoyan esta conducta las autoridades deportivas (árbitros) supuestamente neutrales. Pero Vds. parece que seguirán callando ante este escándalo reincidente; porque en este país (recordemos: se llamaba Hispania y hubo que rebautizarlo y anteponerle la “E” de envidia) nunca se ha tratado de defender al que tiene razón si es el más envidiado. Y curiosamente, el Madrid es el blanco de este ataque incluso cuando no logra ser campeón.
Llama también la atención que Relaño se fijara Relaño en Kaká (que está mejorando, es cierto) y nada en Varane, que hizo varios cortes muy oportunos (es bastante más comentable que el debú de Altintop, que pasó, lógicamente, desapercibido). Claro, Varane no es de la cantera. Lo que pasa es que esto es el Madrid y aquí quien cambió la historia fueron Bernabeu y Di Stéfano no los canteranos, dicho sea con todos los respetos para la gente “de aquí” (¡qué raro suena aquí en un club con vocación universal!). Lo acaba de decir Florentino Pérez en la asamblea. Nosotros le agradecemos que haya hablado tan sinceramente y que tenga las ideas tan claras, como la inmensa mayoría de los madridistas, sobre cuáles son las verdaderas causas de nuestros problemas y cómo hay que resolverlos yendo a su raíz.
Por buscar una segunda opinión, he examinado El País, conocido órgano oficial del promadridismo. En la edición de hoy, hay dos informaciones referentes al partido. José Sámano titula la suya “cuando el contraataque es un arte”:
Su narración del partido y del juego del Madrid dan la impresión de que no le queda más remedio que aceptar que hay más de una manera de jugar exitosamente al fútbol (repito: ¡al gol!, Sámano: ¡el Madrid juega al gol!). Al menos, el suyo no es un planteamiento fanático típico de los plumíferos fundamentalistas que excomulgan a todos los que no juegan según el canon del Farsa; sin darse cuenta de que, sin sus apoyos “externos” nosotros, aunque quisiéramos, no podríamos hacerlo nunca de esa manera: de hecho, no se nos permite hace tiempo intentarlo (por eso jugamos tan a menudo con 10; no por lo que hacemos, sino porque lo hacemos nosotros; otros, hasta cuando cagan agradan). Ni siquiera Los Intocables podrían hacerlo si no se les tolerara cortar el juego del adversario más allá del reglamento cada vez que pierden el balón en su sagrado centro del campo.
La segunda noticia la firma el argentino Diego Torres, conocido por su indiscutible apoyo a Mou y al Madrid (sólo está en duda a quién o qué apoya más):
Lo primero que se advierte al leer a Torres es que lo suyo es la ficción: sus crónicas recuerdan los relatos de Herman Melville. Sus descripciones, no tan dedicadas a la noticia como a dar salida a su verbosidad porteña (que tanto recuerda a la del gran Jorge I de Sofistán), se regodean en la anécdota (mala base para extraer conclusiones de validez general) buscando la empatía del lector-cómplice (con el que se van a compartir los arcanos merengues); pero…son especiosas: tienen poco que ver con la realidad. Porque la tozuda verdad es que seguimos cabalgando (¡hay que joderse!); y que nosotros estando regular estamos prácticamente a la altura de los “nuevos ricos” que parecen haber inventado el fútbol, y eso, cuando ellos están en el mejor momento de su historia (tampoco era tan difícil superar su discreto historiall anterior, sobre todo con los métodos que está utilizando).
Quizá debido a su creatividad literaria, el título de su obra, digo artículo es “una nueva vía para la réplica”. Sería bueno ser tan culto como él y poder entender qué tiene que ver la elección del término “réplica” con este partido; pero, lamentablemente tendremos que resignarnos a seguir sin entender a este gran autor.
No obstante, si nos parece detectar en este ¿especialización? de artículos que podría tratarse de un cambio de estrategia en la línea del diario; quizá Sámano asuma la crónica principal y desplace a Torres a un papel secundario, menos visible; tal vez quiera decir esto que el diario ya no va a quemar todas sus naves por el argentino; no sea que el Madrid remonte y se quede sin la menor credibilidad toda la redacción de deportes. Ya veremos, dijo un ciego.
Porque la así llamada prensa deportiva, le guste o no, se la juega en este envite. Desde el momento en el que ha dejado de informar para ponerse, primero a opinar hostilmente y despues a atacar sistemáticamente al Madrid, le da toda la razón a Florentino cuando avisa de que lo que quieren los periodistas es influir (mandar) en nuestro club (bien por sí mismos, bien como testaferros, quién sabe).
Dicho sea de paso, no hay ni la más mínima duda de quién es quien en este enfrentamiento, o sea, quién es el legítimo representante democrático de la inmensa mayoría del Madrid y quiénes son sólo demagogos que, para su desgracia, no han consiguido que sus tesis persuadan más que, excepcionalmente, a unos pocos madristas disidentes de la gestión de Florentino (en buena parte, por enemista personal que por la gestión del presidente).
Que no se le olvide a nadie: en las guerras se gana…y se pierde; y si se comprometen demasiado en este desafío al Madrid, los plumíferos van a salir desplumados…y de sus puestos de trabajo; basta con que los madridistas decidamos hacerle el boicot a ciertos medios. De nosotros depende. Y está claro que en este pulso entre nuestro club y los periodistas alguien tiene que pagar con su cabeza. ¿Queremos serlo nosotros? ¿No?; pues, ¡a por ellos!
Madrid, 30 de septiembre de 2011.
EPÍLOGO INNOBLE
Uno no debe subestimar nunca la capacidad de las ratas para la supervivencia; no sólo saben abandonar las primeras el barco que se hunde sino que también saben regresar a bordo no para salvarlo sino porque comprenden que puede ser lo que más les conviene a ellas. Ha pasado poco más de una semana, el Madrid ha jugado dos partidos (uno de la Liga del Kapo y otro de la Liga del Fúrbor); ambos los ha ganado por goleada. ¿Conclusión? La esperable.
El Madrid es de pronto el mejor equipo del mundo al contraataque (que ahora es un arte); hasta Mourinho es amable y los periodistas nos hablan de que a la bonanza del juego madridista han contribuido no poco los españoles de la plantilla (olvidando convenientemente que varios internacionales extranjeros han dejado de jugar por lesión o por sanción). Hasta Cristiano Ronaldo es, por primera vez (en su vida, supongo) generoso y buen compañero.
Pero, ¿dónde está el milagro? Sencillamente, los resultados no han apoyado la apuesta (arriesgada) de los plumíferos y éstos se han puesto a salvo como suelen sin el menor sentido del orgullo ni del ridículo. Saben, como las ratas, cuándo se la juegan y se han retirado a segunda línea hasta que vengan tiempos mejores. Cibeles Madridista les desea una larga y descansada espera.
Antonimus.
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