sábado, 15 de octubre de 2011

LA CREDIBILIDAD DE LA OPINIÓN PUBLICADA: LOS "PRODUCTOS" DE LA PRENSA




El día 10 de octubre de 2011 publicó el diario AS una encuesta sobre preferencia o rechazo a equipos de fútbol en España. En realidad, no en todo el país sino tan sólo en los 20 estadios de los equipos que juegan actualmente en primera división. Además, la cuestión fue planteada a un número no muy elevado de aficionados, 70 en cada caso; que, por otra parte, representan a aficiones muy desiguales en número de seguidores, ergo no es proporcional la muestra a la población. Pues bien, de ahí se quiere extraer una conclusión válida para saber qué piensa la afición de España (en vez de decir “de todos estos equipos”) sobre quién es el club más popular o impopular.



Abundando en la llamada encuesta, y como dice José Ignacio Wert (Sociólogo y presidente de Inspire Consultores) el día 12 de octubre en el propio diario AS,  “está hecha sobre aficionados comprometidos (los que van al estadio) mientras que la del CIS de 2007 –con la que se compara para extraer una tendencia- se dirigía a toda la población”. Asimismo indica que “en lo básico habría las mismas razones para rechazar al Barcelona” y que “la diferente percepción nace del relato que construyen los medios”.



Por otra parte, el periodista que firma el artículo, Luis Nieto, para evaluar "objetivamente" la pérdida de simpatías hacia el Real Madrid, contrasta esta encuesta con otra realizada hace ocho años  por encargo de la Generalitat de Cataluña. El Sr. Nieto no comenta nada al respecto de esto, es decir, no siente la más mínima curiosidad periodística por indagar de dónde viene el interés de una entidad pública como el gobierno catalán por averiguar el nivel de simpatía que despiertan entidades privadas como el Real Madrid, el Barcelona y otros clubes.



No deja de ser llamativo que un periodista "sagaz" como el Sr. Nieto no aproveche para tirar de este hilo argumental; teniendo en cuenta que está de rabiosa actualidad el debate acerca de los recortes de servicios asistenciales y de otro tipo que van a sufrir los ciudadanos catalanes por la pavorosa gestión económica que han hecho sus dirigentes autonómicos: al parecer, no sólo han malgastado alegremente el dinero de sus ciudadanos en las famosas embajadas.



Si nos atenemos a la fecha de esta encuesta de hace ocho años (2003), es imprescindible recordar que, en aquel momento, el Farsa llevaba cuatro largos y angustiosos años sin ganar nada, ni una mísera Supercopa de España (desde la Copa del Rey de 1999). Además, en ese período de tiempo su mejor futbolista con diferencia, Luis Figo, dejó plantados a los farsistas, sin previo aviso, para jugar en el Real Madrid, que les eliminó, con exhibición incluida en el Nou Camp, en semifinales de Champions del 2002.



En definitiva, la Generalitat ardía en deseos por saber si su bandera deportiva, el Farsa, al menos podía vencer al odiado Real Madrid aunque fuese en una encuesta; ya que en el terreno de juego quedaba claro que era imposible en aquellos momentos. Por lo tanto, podemos intuir que la confianza en su "trabajo continuado de cantera" estaba entonces bajo mínimos, y algunos canteranos que ya jugaban en el primer equipo del Farsa en aquellos años de sequía, como Xavi Hernández o Puyol, no despertaban las comatosas esperanzas de los dirigentes políticos catalanes, ni las de los aficionados del Farsa, ya que realizaron 21 fichajes en esos cuatro años. Podríamos recordar los inicios del “indiscutible” Iniesta o la gestión del club por habituales de los juzgados como Núñez y Laporta (¡qué gran ejemplo son sus valores para los niños!).



Más allá de detalles “técnicos” sobre la calidad de la encuesta, o sea, sobre su validez y fiabilidad, Cibeles Madridista cree que no se puede entrar a determinar la opinión “nacional” sobre cualquier asunto sin analizar los factores que determinan cómo se expresa la gente al respecto; y no todos los elementos de juicio condicionantes son de orden estadístico.



¿Se ha tenido en cuenta suficientemente la variable “independentismo o anticentralismo” en la batería de preguntas formuladas para entender las motivaciones de la sociedad “española” actual cuando contesta este tipo de consultas? No; y tampoco la variable “agravios madridistas del pasado”.



Nos referimos a que en Gijón no se van a olvidar nunca de aquella liga que, según los entendidos iba a ganar en la primavera de 1979 (cuando la cantera por excelencia, lo siento por el Farsa, era la Escuela de El Mareo) y llegó el Madrid y se la ganó a domicilio; (quizá por eso, no estuvieran muy atentos los defensas del Sporting cuando la Real Sociedad marcó un gol al final de cierto partido, tanto que supuso la primera liga realista a costa del Madrid. Sucedió en la temporada 1980/81).



No nos vale que digan que el Sporting es del Farsa por el ovetense Quini (que se fue en 1980 y tuvo que regresar a Gijón en 1984); más tenía que influir el posterior fichaje de Maceda por el Madrid en 1985, ¿no? Lo cierto es que, previamente, la “no-liga” de 1979 escoció mucho en Gijón. Aquel año debió de tener un verano muy largo, porque empezó el 15 de abril y acabó el 25 de noviembre; tiempo más que suficiente para rumiar un lema “espontáneo” como “así gana el Madrid” (¡a ver si lo volvemos a oír pronto!). Lo de menos fueron los incidentes del partido de noviembre (aparente motivo inmediato para protestar); lo importante era la enorme cantidad de ira acumulada por una afición que no supo aceptar con madurez su derrota; se trataba sólo de “devolver el golpe”, no de pedir justicia.



Merece la pena leer la novelada descripción del relator Diego Torres en EL PAÍS de 27.03.2011 sobre el origen del cántico antimadridista, y sorprenderle hablando de que “…la resistencia empezó en Gijón” (sic). Tal vez quería decir la “Reconquista”. Seguro que ha oído que los asturianos afirman que “Asturias es España y el resto es tierra ocupada” y se ha dejado llevar por el entusiasmo. No creemos que por ahí rasque mucho el Sr. Torres a la hora de legitimar / deslegitimar mientras no aporte pruebas de otra cosa que de quién es el objeto de sus simpatías o antipatías. Renunciamos a psicoanalizar a este periodista para averiguar de qué traumas propios culpa al Madrid, pero no se nos escapa que perseguirnos es el único interés para redactar su columna; en ella, la “información” ya sólo es un medio.






Creemos que el Sr. Torres olvida, al querer darnos lecciones de historia de nuestro fútbol, que somos nosotros, los castellanos, los que descubrimos América, no los de “allá”. Los argentinos entenderán mucho de barcos (porque es de donde descienden, según dicen ellos mismos), pero de este país le queda a Diego Torres mucho por aprender para poder captarlo a fondo, una vez trascendidos los clichés. Le vamos a ayudar un poco: la clave para saber cómo son los españoles actuales es tener en cuenta que aquí no se aguanta nada ni a nadie; con razón o sin ella. Claro, con la pretendida excepción del Madrid, que, según los detractores de Mou y Florentino y de los caballos de Troya madridistas, tiene que aguantarlo todo, incluso lo antideportivo, con una sonrisa en los labios (aunque se los hayan roto).



Hablemos ahora de la Real Sociedad. Ganó en total dos ligas, pero perdió otras dos con el Madrid. Bueno, no exactamente, porque la primera la perdió en el campo del Sevilla, donde expulsaron a dos sevillistas que protestaban por el “peculiar” gol de la Real; pero, aún así, los locales lograron darle la vuelta al marcador. Fue el año en que el Ministro de Cultura del Reino de España (vale decir, de Deportes, de la UCD, el historiador Ricardo de la Cierva) dijo que era preferible que ganara la liga la Real. No hace falta decir más si lo dice el jefe de la federación de fútbol y por tanto de los árbitros.






También Zapatero dijo hace poco que su equipo, el Farsa, iba a golear al Madrid. En ese momento, era el Presidente del Gobierno; pero el último mono de la cortesía política y la educación. ¿Seguro que el Madrid es el equipo del gobierno? ¿No serán los gobiernos los que se hacen del equipo de moda y sólo mientras les interesa?



La segunda liga la perdió la Real contra el Madrid de Ronaldo, en apariencia sin problemas; pero, estas frustraciones no se olvidan nunca; incluso aunque fuera el Madrid el equipo elegido para celebrar el centenario del equipo donostiarra. Esperemos que, al menos, recuerden en San Sebastián cuanto “no” cobró el Madrid por ese partido disputado en el verano de 2009 que supuso una inyección económica muy gratificante, por los ingresos por taquilla y derechos de retransmisión televisiva, para un club que acababa de ascender desde la 2ª división y no disponía de sobrados recursos en esos momentos.



Dicho partido se disputó en Anoeta, un estadio en el que los seguidores de la Real nunca se han sentido tan a gusto como en el viejo Atocha, en donde tenían la primera fila de la grada a poco más de metro y medio del terreno de juego, y donde practicaban con fervor en los años 80 el "deporte autóctono" de acribillar las blancas espaldas de García Remón, Agustín o Paco Buyo con rodamientos de acero, dardos y barras de hierro con total impunidad. Esas y otras viles agresiones y provocaciones fueron contestadas en 2009 por el Real Madrid del modo indicado y no suficientemente destacado por la prensa. Aquellos plumíferos que denuncian desaprensivamente la desaparición del "señorío" del Madrid en la historia reciente del club, y más de un madridista blandengue, pusilánime y desconocedor de la historia madridista (que abarca 110 años, avisamos), debería releer un par de veces este párrafo e intentar sacar una reflexión congruente.



Por otra parte, al igual que en el caso de la Real Sociedad, el At. Bilbao no es ajeno al así llamado “problema vasco”, dicho en “cristiano-ronaldo”: al independentismo antiespañol de esa “zona”. Así que es fácil imaginarse lo que le espera al Madrid tanto en Bilbao como en San Sebastián.



Efectivamente, el Madrid no va allí a “los territorios del norte de Iberia” a jugar al fútbol sino a una especie de sucedáneo de guerra con la que parece que se quiere indemnizar (¿quién?) a los vascos por no lograr perdernos de vista. Si estamos equivocados o exageramos, que nos corrija Hugo Sánchez desde su experiencia en botellazos vascos recibidos en Sestao. También sería de interés general conocer lo que opinan futbolistas como Michel (que recibió un castañazo en un ojo) o Isidoro Sanjosé (que sufrió en su cabeza un "manzanazo") en el estadio de San Mamés, la supuesta Catedral del Fútbol.



No obstante, ha de reconocerse cierta coherencia en esta catedralicia denominación: si cierta banda terrorista de Vasconia nació en un seminario, es lógico que los "novicios" de esa tierra acaben ejerciendo su labor pastoral en la Catedral…de San Mamés, propiciando el fútbol-borroca cada vez que tienen a tiro, nunca mejor dicho, a los futbolistas del Real Madrid o a los seguidores blancos que han tenido la osadía de acudir allí a animar a su club y han vuelto, en el mejor de los casos, con las lunas del autocar rotas. Así que el papelón del Madrid en el “extranjero autonómico” es hacer de chivo expiatorio que se envía al sacrificio para aplacar a los indígenas; muchos de ellos se lo toman literalmente.



Lo mismo sucede en Pamplona cuando visitamos al Osasuna (al fin y al cabo, los navarros son “los vascos de los vascos”, o sea, vascos al cuadrado). Si la primera vez que le hicieron al Madrid una encerrona extradeportiva en El Sadar hubieran metido una sanción de órdago a las “formas de vida” osasunistas y hubieran clausurado el campo para una buena temporada…Por supuesto, no ha sido así y ahora sufrimos las secuelas de tal impunidad. Tampoco les pasó nada cuando inventaron lo de echar varios balones al campo para cortar el juego de ataque del adversario y favorecer así a su equipo.



Pero, hablando de clausura del campo, el campeón indiscutible en esta categoría es el Farsa. ¿Quién ha olvidado la célebre sanción-amnistía del cochinillo? Hubo algún directivo fariseo que negó que eso hubiera pasado:






Quizá sí ocurrió, pero fue lanzado por algún agente provocador del Madrid para dañar la exquisita imagen del Farsismo y cuestionar sus valores. Bueno, en realidad sus valores son bursátiles y son lo único que les motiva: ellos están siempre con quien les dé más; si es España quien le paga el impuesto revolucionario para que no la líen demasiado, no pasa nada; porque ellos no discriminan el dinero de nadie. Pero que no crean que van a estar siempre mamando de la teta del “poder” español que tanto dicen despreciar, porque “los de acá” no vamos a permitírlo indefinidamente: quousque tándem, Catalonia, abutere patientia nostra?



Para valorar “en paralelo” debidamente este cierre-no cierre,hay que recordar que al Madrid le clausuraron su campo por un único encuentro de liga (debido a incidentes ante la Real). Apeló contra la sanción, pero no le valió de nada: el “partido del destierro” lo jugó en Alicante porque el Comité correspondiente no le levantó la sanción “antes” de la fecha en que había que disputarlo sino “después” (tuvo la humorada de decir entonces que el cierre era improcedente). De daños, perjuicios y trato desigual, mejor no hacer comentarios.



El caso del Valencia es otra de esas leyendas que hay en el “fúrbor” hispano (perdón, peninsular). Hay quien pretende que el fichaje de Mijatovic por el Madrid (1996) fue el desencadenante de la fobia antimadridista de este equipo; como si antes nos quisieran en la ciudad del Turia más que al equipo local. Pues resulta que 24 años antes la prensa valenciana, con motivo del encuentro de liga en que se enfrentaron allí los dos equipos, usó este titular: “Valencia 1 Sánchez Ibáñez 2” (no hay duda de su significado: ganó el Madrid, tanto el partido como la liga, que disputaba esa temporada al Valencia no al Farsa). Ni siquiera el título liguero que le dimos al Valencia en la temporada 46/47 (al ganar al Atlético a domicilio 2-3 en el último partido) nos fue tenido en cuenta como muestra de nuestra buena voluntad hacia ese club.



A lo mejor, también escuecen otras cosas, como que en 2008 el Madrid le ganase con 9 jugadores una Supercopa al Valencia dándole la vuelta al marcador adverso. Es lo que pasa cuando uno no tiene las venas llenas de horchata barata ni de demagogia. Bueno, y ya me olvidaba del 3-0 de la final de Copa de Europa del 2000, con Raúl marcando un gol de antología tras mearse al portero valencianista y a uno de sus defensas (nada más y menos que a Djukic, que después del “penalty de La Coruña” jugaba en…¡el Valencia! Acabó su carrera a la sombra de El Teide. ¿Por qué será que no nos extraña?).



El caso del Atlético de Aviación, esto…de Madrid, no es de rivalidad sino de psicología: se trata de un complejo de inferioridad (no hace falta decir de quién; para nosotros ya sólo es una molestia y ni hablamos de él). Hay poco que comentar; basta preguntarse cómo pueden hablar tanto del “equipo del gobierno” los que más interés pueden tener en que no se saque ese tema. Que se pregunten los propietarios del “palco de los ministros” (del antiguo estadio colchonero del Metropolitano, sede previa al Calderón) cómo ha podido suceder que les haya superado tan abrumadoramente el Madrid (“un equipo de segunda con un campo de primera”; como se decía en los cuarenta; cuando el Atleti era el amo en los campeonatos franquistas y nosotros, literalmente, no pintábamos nada y estábamos en la ruina mientras construía nuestro moderno estadio el loco de Santiago Bernabéu).



Otras rivalidades ni se merecen un comentario: Villarreal, Zaragoza…; suponemos que nos quejaríamos después de que nos apedrearan el autocar o por cualquier otra muestra de recio cariño local que no supimos apreciar y nos lo tomaron a mal. ¡No tenemos remedio! Como Ronaldo, no sabemos mantener la boca cerrada.



No es normal que no se mencione en la encuesta el “cariño” del Sevilla hacia el Madrid, poco menos virulento que el que le profesa al Betis. ¿Hay que recordar que este mismo año, en una eliminatoria de copa, el equipo sevillista recibió al Madrid con un vídeo de agitpropa (agitación y propaganda) digno de un ejército que recluta soldados para una guerra)? Previamente, el Dúo Siniestro de Navarro y el doctorcito Alfaro dio clases magistrales de vivisección a Zidane y otros jugadores nuestros. Hasta el sofista Valdano, después de aparcar su señorío postmoderno en doble fila, se consideró en la obligación de bajar al vestuario del árbitro en el Sánchez Pizjuán para aclarar conceptos. ¡Si lo llega a hacer Mourinho lo mandan esposado directamente a la frontera de Portugal!



Por último, porque es justamente el lugar que se merece, hablemos del Tenerife; el equipo representativo de esa isla africana a la que, espero, ya no irá nunca más ningún madridista ni a tomar el sol. El Madrid nunca había tenido roces con ese equipo, pero cuando tienen lugar ciertos “atropellos” ya no se puede volver atrás y ahora nuestras relaciones no puede decirse que sean malas sino que son absolutamente inexistentes. Los de allí tampoco quieren rebajar la tensión sino más bien elevarla desafiantemente, como fieles esbirros del Farsa (que condecoró al Tenerife por méritos de todos sabidos). Bueno, tranquilos, que ya os mandaremos al Castilla; aunque yo preferiría que el Madrid se dedicara a ceder jugadores a los rivales directos para el descenso del Tenerife para, categoría tras categoría, irle bajando hasta ponerlo exactamente donde le corresponde estar: en el mismísimo infierno.



Que quede clara nuestra postura: no nos parece mal que todo el mundo opine lo que quiera sobre cualquier cosa (sobre todo, si entiende de ello). Simplemente, no es relevante lo que digan los demás aficionados al fútbol en España o en el resto del planeta sobre nosotros sino lo que opinen los propios madridistas; sólo nosotros tenemos que determinar nuestras metas y nuestro modo de alcanzarlas.



En cuanto a los otros, sabemos de sobra que cuando el Madrid vuelva a ganar la Liga o la Copa de Europa (lo siento: va a volver a pasar; es inevitable), muchos “indecisos” (igual que pasa en política) se irán con el más fuerte. O el más oído; porque entonces no les quedará a los medios españoles más remedio que hacerse eco más a menudo del Madrid en vez de someterlo a la ley del silencio. Ese día el “jogo bonito” va a ser merengue y así lo cantará la prensa, aunque sea el mismo de ahora, que por cierto es mucho más estético y difícil de realizar que el duermebobos del Farsa.



Más importante nos parece que, según el AS, descontados los vascos y navarros, el Madrid sí es el más popular en España y el Farsa el menos. Partiendo de la base de que vascos, navarros y catalanes no son españoles sino extranjeros (y no de los que nos caen bien), no tenemos más deseo que ver llegar de una vez el día de nuestra independencia de ellos. En cuanto a los chicharreros del Tenerife, nos conformaremos con que la Unión Deportiva Las Palmas le dé su merecido y haga con él lo que quiera. ¿Quién más apropiado para poner el máximo interés?



Pero no nos despidamos sin valorar la labor de la propia prensa española, es decir, preguntémonos qué busca publicando determinados artículos; porque a estas alturas (en plena campaña antimadridista), uno no puede menos que desconfiar de las motivaciones y objetivos de todo lo que publica. Estamos en una situación que recuerda a otra equivalente que pasaba en los tiempos de la extinta Unión Soviética. En Moscú había un periódico llamadado “Правда” (“Pravda”, que significa “La Verdad”) y otro llamado “Известия” (“Izvestiya”, que puede traducirse por “Las Noticias”). Pues bien, el dicho ruso de la época era: “No hay verdad en “Las Noticias” ni noticias en “La Verdad”; no parece que pueda aplicarse sólo a este tiempo ni a ese lugar, ¿no es cierto?



Porque desde que la “opinión públicada” ha suplantado en esta “sociedad de la representación” a la opinión pública, en sus páginas sólo se trata de “salvar las apariencias”, de “hablar de lo que toca” (la agenda, por supuesto, la hacen ellos, los medios y sus amos; o sus padrinos) no de averiguar lo que pasa o de dar respuestas a las inquietudes o problemas de los ciudadanos. Conclusión: la prensa se dedica a sus propios intereses (mejor dicho, a los de sus dueños, que pintan bastante más que los criterios profesionales del director de cada medio). De aquí a la autocensura no hay ni medio paso, si se quiere seguir trabajando: Así que nadie se opone a la “línea editorial” dentro de un medio. Lo que manda es “la noticia” (“no dejes que la realidad te la estropee”) y, evidentemente, son siempre los medios quienes deciden cómo “definir lo real” y, por supuesto, si hay que “editar” una información o no. Además, tengamos siempre presente que cuando los medios se embarcan en una campaña suele haber alguien detrás que encarga el reportaje generosamente.



En cuanto al modo de trabajar, los periodistas usan varios “métodos” para “inspirar” a su público hacia la “interpretación correcta” de la realidad. Además de la “invención“, imposible de comprobar porque hay que proteger a las fuentes (incluido el “enterado” que filtró que Mou se iba a ir del Madrid usando una antiguo móvil del portavoz del entrenador): o la “adjetivación”, consistente en enterrar a unos en connotaciones negativas y a otros simplemente denotarlos (verbigracia; Mou versus Vilanova), en el último “incidente” de Cristiano Ronaldo con el público de Chipre asistimos a otra operación llamada “afeitado”, es decir, no dejar que una parte de lo que ha pasado evite la descontextualización del resto de la noticia; justamente de la parte que se quiere usar no para informar sino para desinformar manipulando su contenido.



Analicemos: Portugal acababa de jugar en Chipre un partido oficial de la Copa de Europa de Selecciones Nacionales. Al parecer, los aficionados chipriotas no habían tenido mejor ocurrencia (por cierto, nada original) que meterse con Cristiano gritándole “Messi, Messi”. Al acabar el encuentro, en una entrevista, Ronaldo manifestó que esas voces eran cosa de algunos “anormales” pero que no le preocupaban porque a los que les gusta el fútbol les gusta ver a Cristiano. Lo curioso es que la “descripción” del caso pasa de largo de “opinar” sobre el desencadenante del incidente: el insulto o acoso verbal inicial: Me llama la atención mucho porque sin causa no hay efecto; si una noticia no llega a una estructura tan elemental como esa no supera en nada a los chismes de las porteras. A lo peor el periodismo ya no quiere esforzarse en dignificar su profesión y no recuerda las preguntas claves en su oficio: ¿quién?, ¿qué?, ¿cómo?, ¿cuándo?, ¿dónde?, ¿por qué?, ¿para qué? Nos queda, desgraciadamente, el  “con qué efectos”.



Otro aspecto del problema es si Cristiano tiene o no que aguantarse con los insultos o las patadas que reciba, como frecuentemente se publica. Sostener esto es más fácil de decir que de hacer. Quizá, si mientras lo están diciendo los que opinan así otros les estuvieran dando patadas e insultándoles repetida e impunemente, esos caballerosos y educados sujetos también perderían los nervios y no sabrían dar ejemplo de la mesura y el “señorío” que aconsejan, incluso exigen, a Cristiano Ronaldo. Ya veríamos entonces cuantos son más bocazas que el portugués.



No es una hipótesis: en otra ocasión muy reciente, con el tobillo ensangrentado todavía (después le dieron tres puntos de sutura) tras jugar un partido de “fútbol”, se desahogó respecto al desamparo arbitral que sentía (ver comentario en Cibeles Madridista sobre las faltas que reciben él y el cráneo privilegiado del Farsa), al decir que no sabía qué pasa con el “fair-play” y el respeto que va cacareando la UEFA (Unión Europea de Financieros Antimadridistas), pero que no parece valer para él. Acabó diciendo que no sabía si todo esto ocurre porque le envidian por ser guapo, rico, etc. Este final se tomó no como parte de un texto y contexto sino como todo lo que él había dicho y se aprovechó para justificar los prejuicios contra la chulería insultante del madridista con los que se le viene persiguiendo en España desde antes de pisar por primera vez un terreno de juego con la camiseta del Madrid. ¿No han oído nunca : “este portugués…”? Pues él y Mou sí.



Intentaremos hacerle comprender a la prensa lo que creemos que hace mal y por qué se merece una dura crítica por parte del madridismo. Por ejemplo, si alguien dijera que los subnormales de la prensa atacan a Ronaldo por no aguantar los insultos de unos anormales debido a que unos y otros se identifican con Messi, ¿cómo reaccionarían esos medios? ¿Conservarían indefinidamente su serenidad y su capacidad de dar consejos “razonables” si tal contracampaña fuera tan ineducada como la suya, y les atacara permanentemente, provocando cualquier reacción airada para usarla en nuevas manipulaciones posteriores? Pues reflexionen bien sobre todo ello, especialmente si no les gusta ser considerados así; porque es como nosotros creemos que están actuando Vds. (aunque no con todo el mundo, evidentemente).



Por todo lo anterior, elevamos a definitivas nuestras conclusiones previas y venimos en condenar, y condenamos a los plumíferos y a los madridistas desmemoriados a aprenderse de memoria la colección completa de los boletines del Madrid para que se enteren de una vez de cómo empezaron todos estos conflictos y por qué son inevitables, al menos en un país tan “maravilloso” como Envidiaña.



En cuanto a los que son “antis” o “carne de imprenta”, les aplicamos nuestro lema, que es: “a los amigos, hasta el culo; a los enemigos, por el culo, y a los indiferentes, la legislación vigente”.



Dado en Madrid, a 15 de octubre de 2011.


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