Habrá que empezar por alegrarse de que ¡al fin! se sancione por algo sucedido en el tradicionalmente impune campo del Farsa; y habrá que continuar recordando que no sólo ha sido castigado Mou sino también el segundo entrenador del Farsa, Vilanova. De eso no se han enterado suficientemente ni Eleonora Giovio ni Luis Martín de “El País”, que titulan su crónica correspondiente “Castigo leve para Mourinho”. Ni más ni menos:
Además, se advierte en el artículo el nada disimulado esfuerzo por tratar de manera muy diferente a uno y otro, pues, mientras “…el técnico del Madrid agredió a Vilanova…”, “…Vilanova respondió a la agresión de Mou propinándole una colleja…” (por cierto, una colleja es una “hierba cariofilácea, de hojas blanquecinas y suaves, tallos ahorquillados y flores blancas en panojas colgantes”). A lo mejor me estoy haciendo mayor, pero según mi visión sesgada de madridista, lo que le dio Vilanova a Mou fue una hostia.
Así pues, mucho interés de “El País” en poner dos veces el término “agresión” junto a Mou y ninguno en relacionar con la violencia a un entrenador que, según el mismo artículo no es un espejo de deportistas, porque “…A Vilanova le cayeron los mismos partidos de sanción que a Mourinho hace dos años por quejarse. “Fue expulsado por protestar…Tras ser expulsado y ya con el juego reanudado, lanzó un balón al terreno de juego desde el túnel de vestuario…”.
Desde luego, eso de jugar el balón siendo entrenador no lo hace Mou, pero sí Guardiola, y repetidamente, por no hablar de su acusación pública a un árbitro de falsificación del acta de un encuentro. Pero todo esto no le interesa a “El País” en su incansable lucha por la justicia deportiva. Interesante.
Tampoco hace pesquisas a ver si hay alguna base para la acusación madridistas de insultos y menosprecios del banquillo del Farsa al madridista como causa del lío. Más interesante todavía; porque todo el mundo sabe (quizá hasta “El País”) lo que dijeron previamente los farsistas en el tunel de vestuarios antes de disputar la final de copa de este año (también podemos hablar del “ambientazo” de la misma final del año anterior si quedan dudas). Si ni la Sra. Giovio ni el Sr. Martín saben qué se dijo allí, Piqué les puede informar con todo detalle.
Pero centrémonos en este caso. Ahora que en Farsaluña van todos desnudos (tras rasgarse tan repetidamente sus vestiduras), conviene recordarles los dos partidos del “cochinillo” que nunca cumplieron. Después de un trato de favor tan evidente por parte de Villar, no parece que los farsalanes sean los más capacitados para dar lecciones de moral y de indignación a los demás, ¿no? ¿Tan raro es que nosotros digamos que el dedo de Mou nos muestra el camino?
Por supuesto que no es bueno para el fútbol que terminará tan mal la final de la Supercopa ; seguro que Mou sabe que metió la pata y procurará, por su propio bien y el nuestro, no repetirlo; pero, es difícil que la sanción tenga para él un efecto ejemplarizante cuando sabe perfectamente por qué sucedió el incidente y por quién fue provocado; viendo además que a Vilanova no se le pide ni la más mínima rectificación. Una vez más, no se está hablando nada de la raíz del problema: sigue sin denunciarse que estas situaciones nunca tendrían lugar sin ciertos “catalizadores” ya conocidos por todos, que actuan dentro y fuera del campo.
En cuanto a Mourinho, no es un secreto que desde que llegó al Madrid se le persigue sin cesar tanto por parte de sus rivales como de la prensa. Que haya perdido los nervios no es precisamente inexplicable; al fin y al cabo es un ser humano, no una máquina. Sin ánimo de exculparle, va siendo hora de que no se le eche la culpa en exclusiva de todo lo que está pasando en el fútbol español. ¿No influye mucho más que Mou la politización de este deporte para contentar al separatismo catalán (indemnizándole con títulos por tener que permanecer en España, que no reconoce como su propio estado)? ¿Acaso no es el Farsa el brazo armado deportivamente hablando de dicho separatismo y es en ese sentido como tiene que completarse su autodefinición de ser “más que un club”?
En cuanto a Vilanova, seamos indulgente con él, aunque no sea precisamente un santo, pues quizá no hace más que ser fiel a los “valores” de su…“compañía” y sus célebres “representaciones”. Veamos otro ejemplo del “repertorio farsista:
Todo el que quiera darse por enterado, ya sabe por experiencia en qué consiste el “señorío” farsalán. Aparentemente, “acepta” la sanción sin requistar, pero moviliza su entorno de marionetas, siguiendo lo establecido en su libreto, para decir toda clase de tonterías que, en realidad, le ponen a él en evidencia y no a su adversario; como acusar al Madrid de pedir una sanción para sus jugadores antes de la final de la Liga del Kapo sin irle ni venirle dicha competición.
Me parece un planteamiento demasiado simple, incluso para el equipo de Messi, “olvidarse” de que la semifinal de dicho torneo se había jugado contra los merengues y que se pedían sanciones por acciones perpetradas por los “actores” farsigranas contra nosotros. Por tanto, estábamos totalmente legitimados para denunciarlos y además era de justicia hacerlo no sólo para defender los intereses del Madrid sino también por el bien del fútbol; para que los delincuentes futbolísticos no queden impunes una vez más.
Que la Unión Europea de Financieros Antimadridistas no quisiera juzgar nuestra denuncia no cambia en nada nuestro derecho a reclamar como parte interesada. Seguro que si se hubiera tratado de jugadores madridistas no le hubiera temblado la mano para sancionar. Si alguien lo duda, que recuerde lo que le pasó a Roberto Carlos:
En cuanto al número de partidos de las sanciones, sería de esperar que dependiera de la importancia de la agresión y de las consecuencias que acarree en cada caso. Se acusa a Mou de haberle metido el dedo en el ojo a Vilanova. Bien, ¿qué lesiones sufrió éste o qué secuelas le han quedado? No hay ninguna referencia a un parte médico que acredite al menos una irritación ocular. En cambio, se sanciona con la mitad de partidos un golpe de Vilanova, bastante más violento, cobardemente dado por la espalda (o sea, con el agravante juridico de alevosía). Pero no me extraña nada, porque es el típico modo de “actuar” de los fariseos de la escuela farsista (¿verdad, Busquets?). ¿Quién es el que verdaderamente tiene más derecho a quejarse de la insuficiencia de la sanción?
Algunos estamos ya muy cansados de que sólo se hable de estas situaciones cuando afectan al Madrid. ¿Se acuerdan de cómo terminó la final de copa de 1984? No, no me refiero a la pelea campal de todos contra todos entre los gladiadores del Farsa y At. Bilbao sino a que fueron TODOS perdonados a pesar de un espectáculo salvaje que sólo cabe calificar de propio de fieras. Comparado con tales “maestros” en el arte de repartir leña, incluido el mismísimo Maradona, nuestro Pepe no es más que un aprendiz. El que crea que no era para tanto lo que pasó, que compare lo que hizo Mou con las patadas que se dieron esos “deportistas”:
Así que todos sabemos lo que toca ahora: un indulto para los dos por parte de la federación politizada de “fúrbor” y pelillos a la mar. ¡Venga, Villar!, ¡que tú puedes siempre que quieres! Todo sea por contribuir a la armonia y la paz entre las tierras y los hombres de España.
Antonimus.
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