viernes, 30 de enero de 2015

EL ÁRBITRO SABE MUY BIEN QUIÉN ES EL QUE MANDA EN ESPAÑA

El Pateti ha sido eliminado de la Copa de España ayer. Lo decimos en voz pasiva, porque en ella no hay que indicar quién ha llevado a cabo la acción; podríamos decir que la ha ejecutado el Farsa, pero, ¿seguro que no ha sido el colegiado extremeño, Jesús Gil Manzano, el protagonista destacado de lo que pasó anoche en el Calderón?

Habrá quien piense que precisamente el Pateti no puede quejarse del trencilla después de la rachita de “comprensión arbitral” disfrutada, pese a su “intensidad” habitual; la cual empezó a destacar, al menos, en la final de Copa de 2013, donde ganó al Madrid con arbitraje del “amigo” de Mou, el aragonés Carlos Clos Gómez (el de los Trece Errores).

Desde entonces, la impunidad de los Leñeros de Madrid cuando juegan contra los merengues ha sido un dogma del fútbol español (que la prensa no se ha criticado sino jaleado). Mas el pequeño detalle que los patéticos olvidaron ayer es que jugaban no contra el Madrid sino contra el Farsa: el brazo deportivo-político del separatismo farsalán, al que tanto quiere mimar el estado español para que no se independice Farsistán; de ahí que los arbitrajes pro-farsistas tengan preferencia sobre los pro-patéticos.

No nos extraña nada el cabreo patético: las costumbres se hacen leyes y la impunidad es (dicen) maravillosa y además, parece, crea adicción. Por ejemplo, no hace nada que nuestro jugador Pepe sufrió una extraña lesión (¡en las costillas!) cuando pasaba por allí, seguro que a comprar el pan, un aitzkolari llamado Raúl García (afamado representante de la acreditada escuela osasunista). Por supuesto, nadie encontró el menor motivo, no ya para especular sobre lo sucedido (basándose en los antecedentes “ariscos” del bueno de Raulón) sino para comentar el lance siquiera (igual que hasta que no se estaba imprimiendo la última sanción del despreciable Cristiano no han tenido a bien los medios mostrarnos el plano televisivo en el que se ve a nuestro portugués emparedado entre los efusivos –por cómo lo abrazaron ambos-, defensas del Córdoba. Lamentablemente, la acción ocurrió en su área; o sea, tocaba penalti y expulsión de los dos. Como no se pitó, Ronaldo perdió la calma y los cordobesistas, los antis y el árbitro, el canario Alejandro José Hernández Hernández, encontraron petróleo. Misión cumplida.

Así que está claro que en esto de los arbitrajes la risa va por barrios; lo malo es que siempre por los mismos. Para los demás no hay más que lágrimas y “errores” ajenos que pagamos nosotros; así que damos la bienvenida al Pateti al territorio de los tontos (por la cara que se te queda cuando te quedas esperando justicia indefinidamente).

El resto de la crónica (de sucesos) del partido, muy “patéticamente disputado”, incluye dos expulsados colchoneros y un intento de agresión a un linier del patético Arda Turan (en un país civilizado, no en “esto”, la mera tentativa sería suficiente para entrar de oficio en la jugada, que no figura en el acta del encuentro, por supuesto, y sancionarlo ejemplarmente). También hubo un penalti inexistente, pero pitado, a favor del Pateti y otro clarísimo del Farsa omitido por compensación del colegiado; cuya consecuencia directa fue el contraataque que culminó con el tercer gol farsista. Arbitraje inolvidable.

Algo huele a podrido y no es en Dinamarca. No basta con meter en la cárcel a algunos ultras para arreglar los auténticos problemas del fútbol español; no si sigue Villar en su poltrona manipulándolo todo y la prensa se dedica más a callar que a hablar de todos.

Antónimus.

Post scriptum: ¿Qué les fastidia ahora más a los Leños de Madrid, que les eliminasen en la Copa o que Cristiano pueda jugar contra ellos en Liga?

lunes, 26 de enero de 2015

CRISTIANO, ENEMIGO PÚBLICO NÚMERO UNO DEL FÚTBOL ESPAÑOL

¿Cómo se consigue ver con tan alto porcentaje de acierto las “agresiones” que protagoniza Cristiano y no las que padece? ¿Hay un doble rasero arbitral respecto a él? Tenemos una pista clara: cuando en un partido de Liga casi le sacaron un ojo de un codazo a nuestro delantero el “jugador” contrario no recibió ni siquiera amarilla. Sólo hay una manera de interpretar un mensaje así; es el modo más descarado e impune de decirle: “¿Por qué no te largas (en vez de jodernos con tus continuos goles?”

¿Acaso hay alguien dispuesto a sostener seriamente que Cristiano da más patadas, codazos, cabezazos y golpes en general que los que recibe? Y sin embargo, apenas hay sanciones ejemplares (“a lo Pepe”) contra sus agresores. Extraño, ¿no? ¿Por qué no importa lo que le hacen? ¿A quién le interesa tanto que no se hable de tal maniqueísmo?

La técnica “in-formativa” de los manipuladores de la prensa respecto a él es evidente: sacar de contexto totalmente lo que hace Ronaldo y magnificarlo con una campaña unilateral de cada una de sus acciones “violentas” (siempre con recopilación de situaciones previas similares suyas). Así, parecen actos de locura súbita, sin ninguna causa que motive semejante efecto en CR7. De cuántos golpes se lleva él (muchas veces, empiezan a darle nada más pitarse el principio del encuentro), no quieren hablar. Pero es un silencio demasiado unánime y reiterado para no ser sospechoso.

Porque está claro qué lo que pretenden es: decirnos que jamás ha habido nadie tan malvado en el fútbol español (ni tan insultado, pero esto no cuenta; ni las lesiones que le han causado otros). Así que es el diablo; vale. Pero, ¿ha sido Cristiano Ronaldo el causante de todos los muertos del fútbol de los últimos años en este país maravilloso llamado España. ¿Ha sido responsable directo de cada avalancha, pelea o invasión de campo? Reducir la violencia de nuestro fútbol a su persona es de tarados, por no decir algo más fuerte. En realidad, tales campañas, unidas a la envida o la frustración (de los antimadridistas) es la razón de que haya tanto odio contra Cristiano, no su carácter, sea bueno o malo. Las continuas provocaciones que tiene que soportar no las organiza él sino los equipos rivales (frecuentemente derrotados cuando él les marca y eso duele).

Lo que no ven estos ciegos deliberados es que cuando logren que el asco acumulado por aguantar tanta mierdaña ajena lo expulse ¡al fin! del fútbol español se van a quedar sin su chivo expiatorio favorito y entonces serán otros, plumatas incluidos, los que van a tener que dar muchas explicaciones por no haber querido denunciar lo evidente: qué el portugués (¡qué hijoputa es!) es una víctima de la violencia española (xenófoba, por cierto) no el culpable de la mala leche que hay aquí en cantidades industriales.

No queremos dejar de enviar un aviso a los demás jugadores del Madrid: si no son capaces ellos de defender a su compañero de tanta agresión gratuita (tanto dentro como fuera de los terrenos de juego), ¿quién creen que los defenderá a ellos cuando les llegue su turno de ser linchados por los antis con aclamación prensil?

Antónimus.

Post scriptum: ¿Se dará el Madrid al fin por enterado de que hay una guerra en marcha contra él, que se desarrolla a través de ataques selectivos a jugadores blancos muy concretos mientras se silencia sistemáticamente todo lo que nos hacen a nosotros? ¿A qué espera para desarrollar una política de “contra-información” dirigida tanto a los medios como individualmente a los periodistas que nos agreden sin parar? Bastaría una campaña de boicoteo a dichas empresas para que vieran, literalmente, lo que cuesta ser enemigo declarado del Madrid.

miércoles, 21 de enero de 2015

LA FUERZA DE LA RAZÓN O LA SINRAZÓN DE LA FUERZA

Sabemos que ya se ha convertido en una costumbre y podría incluso extrañar lo que vamos a denunciar “a estas alturas”, pero cada vez es más frecuente que los partidos de fútbol que juega el Madrid fuera de su estadio sean auténticas encerronas en la que el fútbol brilla por su ausencia absoluta. Sólo se pretende frenar a nuestro equipo como sea, preferentemente adeportivamente (jugando no se puede). Los madridistas no entendemos que“eso” sea aceptado como si fuera “lo normal” (cuando no es más que lo ilegal tolerado y hasta jaleado).

Semejante “actitud” generalizada sólo es posible, no de forma esporádica sino continua, si concurren dos premisas: tolerancia arbitral y complicidad mediática; ambas se están dando.

Es paradójico que la misma prensa que dice estar tan preocupada por la violencia, que está cada vez más presente en el entorno del fútbol, sea la que “comprende” este tipo de “conducta”; lo que realimenta lo que ocurre en las gradas, donde se juega “el otro partido”. Bueno, también se puede prejugar mediáticamente, por ejemplo con vídeos incendiarios para preparar la visita del Madrid; como el que hizo el Sevilla no hace tanto (y sin sanción). Nada se escatima para lograr que el público local acuda al estadio suficientemente “estimulado”. ¡Que haya todavía quien se extrañe de los líos y los insultos que proliferan en los estadios es el colmo de la hipocresía!.

¿Por qué decimos todo esto? Porque hay que decidir sin más ambigüedades qué futuro queremos para el fútbol, que se convierta en una actividad muy próxima a la de los gladiadores romanos o que siga siendo un deporte. Por eso, calificar una falta que corta un contraataque de “táctica” y no de antideportiva o decir (como si se pudiera saber) que una entrada claramente peligrosa no se ha hecho con mala intención supone “legalizar” las infracciones en lugar de denunciarlas y pedir un castigo ejemplar para erradicarlas.

Pero no. La prensa renuncia a su deseable rol pedagógico porque no le preocupa otra cosa que el sensacionalismo (si es que lo que la motiva no es antimadridismo puro, tan típico en Envidiaña).

¿Necesitamos ser más concretos? Pepe es cada vez menos sucio en su juego, pero de nada le sirve, pues recibe continuas agresiones, como lo demuestra su reciente lesión actual a manos del patético Raúl García (“formado” en el Osasuna, por si sirve de pista). ¿Ha sido modificado en la prensa el papel de “matón” que ésta le adjudicó a nuestro central al poco de llegar al Madrid? Pues eso.

A tenor de la postura de los medios y de los árbitros al respecto, parece que el reglamento de fútbol fuera sólo una leyenda de la que apenas se tiene noticia y ya nadie aplica.

No contentos con eso, los plumatas afirman descaradamente que ciertos lances del juego, “para ellos” (sic), no son sancionables. Francamente, nos importan muy poco las opiniones manifiestamente subjetivas de los cronistas; lo que tienen que decir es si el desarrollo del juego se atiene a la normativa en vigor o no; el resto, pueden contárselo a su señora mamá, que a nadie más le interesa.

En cuanto a si es o no más tolerante el arbitraje habitual con los equipos que juegan contra el Madrid, basta hacer una estadística muy simple para constatarlo:

Número de faltas sancionadas en entradas a Cristiano frente a las de Messi (Ronaldo marca más goles que él y en menos partidos).

Número de faltas sancionadas a favor del Madrid frente a las del Farsa (nuestro equipo marca más goles como conjunto que los farsalanes).

A la inversa, faltas en contra que le pitan al Madrid y al Farsa (se supone que atacan y defienden de una manera más parecida que cualquiera de ellos en relación con los restantes equipos).

Si algún medio tuviera interés en investigar este asunto no le faltarían noticias para publicar al respecto. El problema es que alguno quiera y eso es más que improbable.

Aún nos estamos dejando en el tintero las múltiples faltas sufridas por los madridistas y no pitadas (pero que al revés sí lo son y además, frecuentemente, cuestan tarjetas a los nuestros); porque bastaría confrontar jugadas similares en otros partidos para ver que los mismos colegiados si ven “cuando toca” lo que no perciben si el perjudicado es el Madrid (¡menos mal que somos el equipo del gobierno y tenemos un inmenso poder arbitral!; si no llega a ser así nos destierran directamente).

Seguro que si nos piden a los aficionados que hagamos una lista de 3 a 5 nombres de los jugadores más violentos de los equipos rivales todos sabríamos identificar incluso a más elementos peligrosos en ellos (aunque no queramos hacer lo mismo con los que juegan en el nuestro). Es así de fácil determinar a quién deben los árbitros hacer un seguimiento especial hasta erradicar el antifútbol de nuestros estadios (madridistas incluidos, que conste).

Así pues, la cuestión fundamental es hasta pueril de puro sencilla: ¿qué queremos, que se imponga en el fútbol español la fuerza de la razón (reglamento) o la sinrazón de la fuerza (violencia)? Si la respuesta es que la segunda, entonces ya se puede cambiar la publicidad del “espectáculo” que se va a ofrecer; debería decir:

Próximo sábado,

LUCHA LIBRE DE LOS CAZAMERENGUES CONTRA EL MADRID

NO SE PIERDAN LA LISTA DE BAJAS DE LAS NENAZAS DE LA CAPITAL TRAS EL “ENCUENTRO”.

¡¡¡VALE TODO!!!

Así, al menos, nadie se sentiría estafado por comprar una entrada para ver un partido de fútbol y recibir a cambio una velada de lucha libre americana.

Antónimus.

Post scriptum: Si el Madrid cree que tarde o temprano algún responsable de esta situación sufrirá un ataque de vergüenza e intentara acabar con este estado alegal de cosas va listo; más le valdría empezar a poner en marcha una “guerra de vídeos” haciéndoles un arbitraje paralelo a posteriori de los partidos (incluso en los tribunales) para cortarles las alas los que mas se signifiquen contra nosotros, sean jugadores, entrenadores, periodistas, árbitros, directivos o federativos, porque la impunidad es como una droga: crea adicción.

viernes, 16 de enero de 2015

EL MADRID SIN SUERTE NI ENTRENADOR…NI ORGULLO

Lo de don Carleone ya es de sainete: no agotó los tres cambios para oxigenar al Madrid en la segunda parte y no le dio importancia a ser eliminado en Copa, porque “es bueno para el equipo; nos permitirá descansar”. ¡Menudo conformista está hecho!

Desde luego, él si que debe de estar descansado sin mover ni una ceja (bueno, una si que la mueve, pero eso vale de bastante menos que los gritos de Mou). Mientras el momio siga cayéndole, el italiano no va a sentir la ni la menor vergüenza por los títulos (¡plural!) perdidos ante un equipo…Patético. ¿Acaso no era esta la temporada en la que el Madrid iba a ganarlo todo gracias a la gran dirección de su maravilloso entrenador?

En cuanto a Pepe y Ramos, está claro que el dicho de que sólo el hombre tropieza dos veces con la misma piedra se hizo para ellos. ¡Y en qué momentos! Después de sus “donaciones” al enemigo (¡encima al acabado de Torres!) sólo nos quedaba la proeza legendaria (en la primera parte, porque en la segunda ya no había fuerzas ni tiempo para nada).

Recordemos que en los últimos cinco partidos el Madrid ha perdido tres, ha empatado uno (ayer) y ha ganado sólo otro ante el Español. ¿Feliz año? Hablando de anualidad, mejor no hacemos la cuenta de los partidos que ha jugado nuestro equipo contra el de don Sicarione en los últimos doce meses. Parece que no somos capaces de aprender de nuestros errores. Ni queremos imaginarnos qué habría pasado si no les ganamos la Décima a estos cazatibias (por supuesto, de unos cuantos jugadores y técnicos no quedaría en el Bernabéu ni el recuerdo).

Pero está claro que en el Madrid no se muestra preocupación alguna por su crisis actual, pese a ser un equipo que desde luego no puede presumir de juego colectivo. Será que se siente compensado porque Cristiano ha ganado otro balón de oro; individual, por supuesto.

Como no hay en la banda ningún ser que dé señales de vida y los gallitos del vestuario están encantados de conocerse, pues nada, a seguir disfrutando, ¿no?

Pues no. Como sigamos así ni vamos a ganar el partido aplazado ante el Sevilla ni vamos a dejar de pinchar en muchos otros encuentros. Lo que más urge es reforzar el centro del campo antes de que acabe el mes. Para ello, sólo hay que echar de una vez a Khedira (sería una lección para él y y para todos los que creen que en el Madrid sólo se hace lo que interesa a los jugadores). El puesto del tunecino-alemán serviría para fichar un buen centrocampista polivalente lo que permitiría que Kroos descanse de una vez antes de que se funda.

Al final, lo más lamentable fue ver como los del Pateti no necesitaban esta vez ser el el Violenteti, ni siquiera el Guarreti: dieron menos que nunca (James no estará de acuerdo, claro, pero es cierto, pues no lo necesitaban) y hasta se permitieron hacernos una pachanguita, ante la que la inmensa mayoría de nuestros jugadores ni reaccionó. En momentos así es cuando hay que pasar lista para ver si tenemos gente con amor propio en la plantilla: sólo unos pocos dijeron “presente” y esta fue la peor derrota de todas.

Antónimus.

Post scriptum: Tranquilos, madridistas: siempre nos quedará Lisboa (al menos, tenemos con qué tapar las hediondas bocas colchoneras).

viernes, 9 de enero de 2015

INSPIRACIÓN VS TRANSPIRACIÓN Y CAZA DE TIBIAS

Efectivamente, el Madrid está de rebajas de enero (en realidad, ya acabó el año así). En los últimos tres partidos ha cosechado tres derrotas y el saldo goleador es abrumadoramente negativo: 8 goles encajados frente a sólo 3 marcados. 2 de ellos son de Cristiano; los demás delanteros prácticamente de vacaciones: el día que él no fue titular ni se marcó. Y Fallillas ha dejado claro que ya no le quedan reflejos; así que estamos de pena.

Lo único positivo de este desastre es que es esclarecedor; porque lo que evidencian estas tres derrotas encadenadas es que el Madrid es un ramillete de figuras, de jugadores extraordinarios, sí, pero anárquicos: no quieren ser un equipo (por eso echaron a Mou, porque exigía trabajo y juego colectivo). También podríamos hablar sobre si hay suficiente equilibrio táctico en el centro del campo, pero esto es totalmente secundario frente a la “figuritización” del equipo.

Lo que nos lleva al consabido debate de la inspiración contra la transpiración. Todos hemos conocido a estudiantes talentosos y vagos que no obtenían todo el rendimiento que habrían podido por falta de motivación para esforzarse; mientras, a su lado, otros más trabajadores sí lograban sus objetivos. Porque en la vida todo tiene un precio; no esforzarse también; y el fútbol no es un curso escolar sino más bien una oposición donde no pueden ganar todos; mucho menos si no se intenta seriamente.

Además, lo de la Copa hiede a que los genios “autogestores” del vestuario blanco podrían haber decidido ya que para esta año basta con la Liga y la Copa de Europa; para ir más descansados durante la temporada. Ya veremos, dijo un ciego, pero renunciar a algunos títulos no garantiza que se ganen los otros; sobre todo con la falta de actitud (que no de aptitud) de tantas y tantas figuritas blancas.

Don Carleone, tan magníficamente trajeado como, pésimamente equipado anímicamente para imponerse a la plantilla blanca, no va a hacer nada que se oponga a los designios de sus “superiores” por mucho que yerren; luego el Madrid está condenado a la incertidumbre de ir a la deriva, entre golpe de inspiración salvador y derrota por “incomparecencia”.

Además, cuando a la falta de rendimiento blanco se suma la caza sistemática de nuestros jugadores con la complaciente colaboración de los árbitros correspondientes (el extremeño Gil Manzano en Valencia y en el Calderón el aragonés Carlos Clos Gómez, el amigo de Mou), entonces ya no hay nada que hacer (según lo visto estos días).

Por lo visto, las encerronas antimadridistas, con preaviso incluido, no son para las autoridades deportivas y políticas de España parte de la violencia ligada al fútbol que hay que erradicar.

Antónimus.

Post scriptum: Lo peor es que el que durante los últimos años había sido el “Compléjico” de Madrid le está cediendo este triste papel a los merengues, que salen a estos partidos entregados, como si fuera cosa del destino, y no de ellos, plantarle cara a los ”intensos” (léase “violentos”) del Pateti con sus mismas armas (es increible que ya se hayan olvidado de la eliminatoria de Copa del año pasado).