domingo, 19 de mayo de 2013

El azar, la violencia y la Prensa. Una historia Real.

¿Cómo explicar que un equipo de magníficos jugadores, que un año atrás ganaron la Liga batiendo el récord de puntos y el de goles, haya caído derrotado ante un equipo que no le ganaba un partido desde hacía 14 años?

Es sencillo, sólo hay que recordar y observar.  Y hay tres razones: la suerte, el juego brusco y una campaña de prensa que descentra. La primera es sólo azar: tres balones a los postes. La segunda es la violencia de un equipo, con la condescendencia de un árbitro. La tercera  es la propaganda antimadridista de la casi totalidad de la prensa deportiva (sólo porque se dedican a comentar deportes) y no deportiva (o generalista). Esto último, como es bien obvio y no hace falta demostrar, ha terminado calando incluso en una parte de los seguidores del Real Madrid.

Respecto a la suerte, al azar, no hay mucho que decir. Todos sabemos que hay partidos en los que no entra el balón. He visto muchos pero no recuerdo tantos en el que tres balones den en los palos. También el rechace de nuestro portero va dentro y el del suyo sale fuera.  ¿Perdimos la final de Copa por eso? No necesariamente, casi nunca una sola causa produce el efecto.

Pero si a eso le añadimos el juego brusco, violento, sucio descaradamente y, sobre todo, no sancionado por Clos (que me parece que tenía que arbitrar, es decir, impartir neutralmente justicia de acuerdo a unas normas). Como botón de muestra la entrada con los dos pies por delante y dañando de “Arda no sé que” que el trencilla no sancionó ni con amarilla; lo normal, que no la norma, supone que en todo partido la primera tarjeta la tiene que ver siempre un jugador del Real, y claro, hay que cumplir. Otro ejemplo es que Cristiano sufrió falta en todas las acciones en las que participó (invito a ver otra vez el partido; si bien es verdad que unas veces se pitaban y otras no). Y a pesar de la reiteración la primera amarilla por falta a Ronaldo la señala Clos ya en la prórroga y, eso sí, aprovechando para sacarla a él la roja interpretando que, en una caída hacia atrás debido a la falta, le dio voluntariamente una patada en la nariz al rival. Difícil caer hacia atrás y manejar tan bien la pierna al tiempo. Por otra parte, tras cinco minutos sin sacarle del terreno el jugador se recupera con un algodón y, al menos yo, no vi sangre. O la expulsión de Mou (el entrenador rival se pasó gesticulando medio partido y nada). O la amarilla a Ozil y no a otros patéticos colchoneros que igualmente se quejaron en algún lance desaforadamente. Violencia consentida.

Violencia consentida, y esto es autocrítica, a la que no supimos responder. El único reproche al equipo es que tras el 1-0 no supieran cortar el ritmo del rival. Que digo rival: ¡del enemigo! Porque con el cuchillo entre los dientes casi nos comió hasta el 1-1. Prueba: los dos o tres regates de su 9 a Albiol sin la más mínima falta (ni intento) y eso que estaba bastante lejos del área. Y luego, tras el pase al cerdo goleador, Essien casi se aparta (¡vaya regalo del Chelsea!, igualito a la cesión de Courtois) y Ramos que no llega (disculpado: salía de una lesión).  Pero  ¿a que todos veíamos que iba a llegar el gol del Patético? Pues  parece que los jugadores no, ni flores. Tras el empate otra vez dominio y en el clásico saque de esquina el ya clásico gol de córner, aunque también es cierto que así fue asimismo el nuestro. No voy a sumar dos “paradones “ de su portero, porque para eso está, aunque si Ozil le llega a pegar fuente creo que no la para de ninguna forma, como tampoco la que saca un ex jugador del Castilla bajo palos. En ese caso el que tiró flojo (él es así) fue Benzemá.

El azar y la violencia se dieron junto a otros fallos. Ya vimos en Dormunt (bueno, y en otras variadas ocasiones) que Ozil se pierde en la derecha (a veces, simplemente, se pierde, pero más en la derecha) Si tenía que jugar Modric, que lo hizo aceptablemente, que hubiese sido él quién cambiase de posición esta vez. No voy a entrar en la suplencia de Pepe (la lealtad y discreción para defender al  grupo –no a uno de sus componentes-  son valores de todo colectivo y el superior jerárquico –entrenador, en este caso- puede sancionar a quién no respete esos valores). Pero ya es mala suerte que de la defensa titular sólo jugase uno, Ramos, y saliendo de una lesión. Como por otra parte también salía Ozil. Alonso no sé de dónde salía. Y de Benzemá ni hablo.  Higuaín sigue tirando a puerta sin mirar... En todo caso, en partidos de “pierna fuerte” no se pueden poner juntos a dos o tres “debiluchos”. Ozil y Benzema, más Modric, están bien para amistosos y partidos de exhibición. Pero no soy entrenador y no sé como está el grupo ni física ni mentalmente y supongo que Mourinho sí.

De la campaña de prensa qué podemos decir. Lo de Casillas, ahora lo de Pepe, desde noviembre que Mou se iría (profecía que se autocumple), que si no se hablan jugadores y entrenador, que esto y que lo otro. Y la gente lo oye, y los árbitros se aprovechan más aún, y los rivales también y los poco profesionales periodistas (la mayoría atletistas declarados) crean un caldo de cultivo excepcional para que todo valga contra nosotros. El único reproche que le haré a Mou es que no haya respondido en todas y cada una de las posibles ruedas de prensa, humillando a esos indocumentados (porque dicen sin documentar) que le han terminado, sobre todo si se va, por comer la tostada.  Mou debería seguir. Y debería dar una rueda de prensa todos los días que haya entrenamiento. Hacer esperar media hora a los ¿periodistas? Y luego reírse de ellos tranquilamente. Y de paso que la llamada opinión pública oyese más sus explicaciones. Lo mismo que hacen ellos: a base de repetir -delenda est Cartago- algo calaría en los simpatizantes blancos. Los otros no tienen remedio. La ciencia de la comunicación también la puede utilizar el Real. La ventaja de quien  da la rueda de prensa es muy grande. Contesta a quién quiere, el tiempo que quiere, como quiere y  tiene la última palabra. Claves para ganar una argumentación. Ya sé que luego pueden poner sólo fragmentos o resaltar partes no deseadas. Pero aún así si sólo lanzo, con distintas palabras, un único y claro mensaje, les sería difícil que no se oyera y entendiera. Pido que se aplique el célebre: “yo tengo una respuesta, quién tiene una pregunta”. Y lanzar una y otra vez el mensaje que les desnudaría y les dejaría en lo que son: indocumentados. Por otra parte ¿alguien duda  que Mou es más inteligente que los que hacen las preguntas?  Suelen ser simples reporteros –y reporteros simples -. Ni siquiera, claro está, las primeras figuras del periodismo, a las que de vez en cuando se podría conceder  una entrevista, eso sí, a alguno de los directores de los medios menos arbitrarios (si es que hay alguno, y en otro caso crearlos). Y si es preciso pagar anuncios con el mensaje. Todo menos rendirnos, que es como darles la razón. Ya decía el refrán que quien calla otorga. Pues eso, no debemos otorgar nada. 

Imaginemos que Mourinho anuncia que sigue. Tiene contrato. Y que vuelve a ser tan dialéctico como en el primer año. Y los jugadores a jugar, que para hablar en público hay que saber y si bien es verdad que hay libertad de expresión, cierto es también que el que se sale del guión no representa la obra.  Y al enemigo ni agua.

Hace unos días dije  -mis amigos lo saben- que si no ganaba el Real Madrid la Copa del Rey sería por algo raro. Me equivoqué porque lo que ha ocurrido no es raro: nos lo han hecho más veces. Si es rastrero. Ya he contado aquí lo que entiendo que pasó. Que esta vez sí nos sirva de lección para que no nos pase en la próxima Liga, ni en la próxima Copa, ni en la próxima Champions.

Y, ahora más que nunca: ¡HALA MADRID!

Luigi Vinci Tore






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