jueves, 23 de mayo de 2013

LA LÓGICA DEL ODIO

Mou ha dejado de ser entrenador del Madrid. Su relación laboral acabará el 30 de junio, según ha comunicado el presidente Florentino Pérez. Hay quien dice que es lo mejor para el club; que el portugués era un problema, un sujeto impresentable que nos dañaba...Entendida la objetividad del mensaje (y el altruismo que lo patrocina), pero, ¿quién es el damnificado porque Mourinho se haya empeñado en hacer su trabajo lo mejor posible hasta las últimas consecuencias, caiga quien caiga (él mismo incluido)?

Cuando uno se compra un perro para defender una finca en la que no dejan de desaparecer cosas, ¿lo quiere manso, de buena planta, amistoso con cualquiera? No. Lo que quiere, lo que necesita, es una fiera. Cierto que sus ladridos pueden molestar a los demás y que más de un vecino se quejará de él. Pero se guardará mucho de poner un solo pie donde no debe. Con un bicho así se habrá acabado el robar peras impunemente.

Ese ha sido el papel de Mou en el Madrid, ser nuestro guardián, el vigilante de nuestros intereses; alguien que necesitábamos mucho más de lo que muchos “madridistas” quieren admitir. Al irse deja un vacío que no tardaremos en lamentar, porque la necesidad de su labor no desaparece con su marcha; más bien al contrario, y esto significa que el Madrid pierde independencia desde ahora y se va a dedicar a intentar congraciarse con los que en realidad son sus enemigos. Pocos beneficios saldrán para nosotros de semejante claudicación.

Como Mou ya había manifestado, no va a cobrar ni un día más de los que trabaje, diga lo que diga su contrato (vigente durante tres temporadas más, hasta 2016). Estamos hablando de bastante más de 50 millones de euros que no va a tener que gastar el Madrid sólo porque él no los quiere si no se los ha ganado. En cuanto a si se va o lo han echado, la versión oficial es que él no quiere continuar, según el presidente, porque no puede aguantar más “la presión” desmesurada que viene soportando en su cargo.

La prensa tendrá buen cuidado de no decir que esa “presión” es culpa de ella, porque sería lo mismo que confesar que es una mafia que pone y quita a quien quiere y de donde quiere (que tome buena nota el Madrid de lo que “esperan” los mass-media del próximo entrenador blanco a cambio de su “protección”). Porque es una victoria agridulce para los medios, que no pueden manifestarse claramente al respecto y ni siquiera tienen garantizado que Mou se digne despedirse oficialmente de los periodistas deportivos españoles (sencillamente, porque no se lo merecen, con contadísimas excepciones que todos conocemos).

Así que, para cubrirse, los emplumados dicen que Mou ha sido expulsado del Madrid por la afición (sin excepción, suponemos; aunque con un 90% de apoyo de los socios en abril, según encuestas del club, no de la prensa). ¡Valientes marionetas serán los componentes de ese madridismo amaestrado que se crean que su papel en esta historieta ha sido otro que asumir lo que les dictaban las redacciones, no para defender los intereses de nuestro club sino los de los retuerceplumas e inventafábulas (o de quien quiera que sea el que los dirige en la sombra; de hecho se rumorea que podría haber una candidatura a la presidencia blanca patroninada en la sombra desde el grupo Prisa)!

Otra cosa que también hará la prensa es intentar justificar su acoso (que ha acabado en los tribunales en más de un caso) diciendo que es “lógico” que Mou tenga que irse. Exhibirá impúdicamente argumentaciones unilaterales en las que todo, pero todo, será negativo; lo positivo lo omitirán tanto como puedan. ¿La Liga 100? Silencio (están esperando a que el Farsa la iguale para ningunearla, pero, atención: igualar no es lo mismo ni tiene el mismo valor que ser el primero en hacer algo; verbigracia: ninguno de los que ha escalado el Everest después de Tenzing e Hillary goza del mismo prestigio). ¿La Copa o la Supercopa ganadas directamente al Farsa temible de los Mil Títulos? Más silencio.

Sólo se va a hablar de lo que convenga a los plumíferos. Son juez, parte y verdugo. No pueden perder este juicio (mejor dicho, este auto de fe inquisitorial), y menos después de todo el esfuerzo que llevan invertido. No se lo pueden permitir. Sería un ridículo espantoso que sumar al que ya ha hecho este “Goliat” mediático al provocar un “duelo” con Mou-David y acudir al mismo llevando de escolta a todo el ejército filisteo. Eso es valor, en todos los sentidos. Y si no está clara la actitud beligerante de los anti-Mou, que le pregunten a Siro López cómo las gasta Fernando Burgos, el amigo de Fallillas, con los que no opinan como él. Es el mismo al que Mou tuvo que recordar que cambia más de opinión sobre fútbol que de calzoncillos (lo que no nos extrañaría nada).

Por eso, para atacar a Mou recurren a todo, tenga o no sentido. Han intentado sin el menor éxito que el Madrid lo cesara y pusiera el equipo en manos de ¡Toril! Ahora dicen que es caro un señor que ha clasificado al Madrid para jugar todos los partidos posibles en estas tres temporadas (con ello, se ha pagado su contrato con creces y todavía deja beneficios). ¿Por qué no habla la prensa de Kaka, su apuesta como figura para nuestro equipo, que gana tanto como Cristiano, pero tiene un rendimiento patético? ¿Él sí ha salido barato? ¿Lo fue el ingeniero ingenioso chileno que privó al Madrid de la recaudación copera tras dejarse eliminar por el Alcorcón (¡a ver cuándo se lo recuerdan!), pero que no por ello se fue sin cobrar su “propinita” por lo que le quedaba de contrato cuando lo echaron por, además del ridículo, no ganar nada de nada?

No obstante, el principal problema de la prensa en esta enésima campañita anti-Mou no es la descarada doblez de que hace gala contra él, y que hasta un ciego ve, sino que el mundo no acaba en sus páginas o espacios y que, desgraciadamente para ella, hay más de una lógica, porque existimos unos cuantos que pensamos por nosotros mismos y no vamos a permitir que se nos niegue el derecho a tener y propagar nuestra opinión.

Por eso, existen otras lógicas. Por ejemplo, la lógica del sentido del deber, que es la que le ha llevado a Mou a defender al club más allá de sus obligaciones contractuales; porque, corrijamos lo dicho anteriormente, Mou no es el portero, ni el perro guardián del club sino el entrenador de su primer equipo. Lo que pasa es que su trabajo no se ha circunscrito al banquillo; porque en la lógica personalísima de Mou su deber incluye muchas más cosas de las que se limitan a hacer otros técnicos más…”transaccionistas” (verbigracia: el señor marqués); en definitivo, testaferros útiles y dúctiles que no se complican la vida nunca ni se cruzan en el camino de los manipuladores mediáticos que les “aconsejan” cómo actuar y que, al irse (cuando los echan, porque así es como acaba su “exitoso” paso por nuestro equipo), recogen necrológicas más o menos elogiosas (agradecidas) en los medios. ¡Faltaría más!, después de tanto desvivirse por quien les manda (que no es precisamente el Madrid).

Y está la lógica de la lealtad, la que debería imperar en el madridismo con respecto a Mou, porque, incluyo si se considera que ha fracasado aquí (no lo suscribimos), le deberíamos, al menos nosotros, respetar por su entrega y por su intento de levantar un Madrid hundido (el que se encontró al llegar, recordemos, directamente de ganar la Copa de Europa). Un gesto así se merece nuestro agradecimiento, porque si no ha podido reformar a fondo nuestro club, como ha dicho muchas veces, para lograr que los jugadores no sean unos privilegiados a los que no se les piden cuentas ni trabajo y que los directivos sean activos en la defensa del madridismo, en vez de unos “caballeros”, es porque los que controlan el Madrid, sus “manos muertas” no lo han permitido. Pero no porque quieran hacer las cosas más radicalmente, aún mejor que el portugués, sino para que todo siga como a ellos les conviene, aunque sea, indudablemente, a costa del Madrid.

Y hay también una lógica de la responsabilidad, la que exige que cada palo aguante su vela, o sea, que los fallos de los jugadores (Özil destacadamente, ése que anda, precisamente ahora, pidiendo una mejora salarial) cuenten a la hora de exigir responsabilidades (y dinero) por los goles fallados, que son la verdadera causa de la pérdida de los títulos principales de este año; pues, como dijo hace poco, Mou él no puede ser quien marque, por mucho que lo parezca en los libelos que escriben los que le quieren cargar sesgada y exclusivamente toda la culpa de la derrota de esta temporada (derrota que no es absoluta, porque como saben muy bien los que le contaban al Farsa hasta los trofeos de verano, dándoles la misma importancia que a una Champion, Mou ha ganado este año la Supercopa, además a su archirrival. Es decir no se ha quedado “en blanco” y, además, con ello ha conseguido ganar todos los títulos españoles. Esta es la medida de su “fracaso”, que desde ahora pasa a formar parte de su palmarés como entrenador ganador de títulos en los diversos países donde ha entrenado). Menos mal que Florentino dejó claro lo poco que significaba últimamente el Madrid en Europa hasta que llegó el portugués; o en España, con 0.0 títulos en las últimas temporadas, si no parecería que Mou acaba de atracarnos en lugar de entrenarnos.

Pero da igual; no nos engañemos. Sabemos perfectamente que la lógica que se va a aplicar en su caso es otra muy distinta: es la lógica del odio, de la persecución más desalmada e innoble de un entrenador que se recuerda (con un estilo “cinegético” nada señorial, por cierto, como ya van dejando claro los jueces, que ponen en su sitio, aunque con demasiado retraso, a esta jauría rabiosa). Los berridos de entusiasmo de las redacciones (o del Farsa) al conocer la marcha de nuestro entrenador indican claramente la enorme importancia que le atribuyen (también emocional) los enemigos de Mou (y, sobre todo y permanentemente del Madrid, no nos dejemos despistar por los cantos de linotipia) y lo aliviados que están de librarse por fin de él. Por eso afirmamos que es el Madrid, no Mou, el gran perdedor de esta guerra terrorista, de la que sale debilitado nuestro club y el tiempo, nos tememos, lo demostrará.

Esta es pues la lógica de los revanchistas emplumados, que se creen los dueños de la información en vez de sus meros intermediarios y servidores. Por eso no aceptan que alguien les plante cara y los devuelva a su papel subalterno de correveidiles. Pueden decir lo que quieran ahora (sólo ahora), pero no han podido con Mou. No mientras ha estado desarrollando su función de cancerbero de los intereses blancos y ha dispuesto del apoyo del club. Ni siquiera actuando en manada de lobos siberianos sedientos de sangre han logrado de él otra cosa que su desprecio. Por eso no quería darles ruedas de prensa: por asco.

Por todo esto tiene que irse el portugués, porque el Madrid no ha aguantado el tipo y al final lo ha dejado sólo. Nada más que por eso. O quizá también porque su familia le ha dicho que no puede más, posibilidad que, ante la locura desatada contra Mou, no hay que descartar. Pero no porque la prensa tenga razón. Lo que tiene es odio reconcentrado, rancio, irracional (el que le corresponde) contra el que ella ha querido tener exclusivamente como enemigo ya desde antes incluso de que fichara por el Madrid.

Así que, cuanto más ladren sus “depredadores” contra él, lo que más resonará será el eco de su frustración por estos tres años pasados esperando y desesperando en la jaula donde los metió Mou y de la que nunca deberían salir (basta ver el “estilazo” de ínfima catadura moral que están exhibiendo ahora para comprender que su reclusión permanente es un requiso para la conservación de la salud mental pública).

También es esta la lógica la de los rivales del Madrid, que no sabían cómo librarse de un adversario tan capacitado en el banquillo, tan capaz de complicarles la vida demasiado a menudo. Aquí el mejor ejemplo es el Farsa, que no ha logrado mantenerse en “su” mejor época histórica desde que el portugués llegó al Madrid (en las tres temporadas les ha ganado algún título a los farsistas directamente. Ellos no lo olvidan; nosotros tampoco deberíamos hacerlo).
O el Patético de Agredir, que ha recibido múltiples goleadas en estas tres temporadas del Madrid dirigido por Mou y sólo ha sabido responder a este baño de fútbol y goles con la violencia ilimitada (e impune) de la final de Copa (después de haberle deseado la muerte en su estadio a nuestro entrenador con pancartas nunca castigadas, algo que le vamos a tener muy en cuenta los que no somos desmemoriados).

Y muchos otros equipos provincianos, maestros en emboscadas consentidas federativamente, que no estaban acostumbrados a que sus delitos fueran denunciados claramente con el nombre que les corresponde. Todos estos también respirarán aliviados por fin con la marcha de Mou.

Así que ¡atentos, madridistas! Lo que pasa cuando los indeseables que tenemos por enemigos se alegran es que estamos ante una malísima noticia para nosotros. Por eso, lo último que deberíamos hacer es prestar oídos a semejante gentuza.

Lo mismo pueden decir los federativos o los árbitros (¿verdad, Clos?), porque Mou no respetó ni el “así estan las cosas en el “fúrbor” y el Madrid sólo puede aguantarse” ni la “ley del silencio arbitral” para tapar no errores sino sesgos inocultablemente lastrados, incluso de dimensión política, como comprende todo el que sabe de qué va, en el fondo, este…país.

Y no nos olvidemos de los políticos separatistas, que podrán seguir chantajeando al estado sin que nadie pregunte retador “por qué”.

Ni de la UEFA y sus “designaciones” para garantizar que los títulos europeos los reciban los que “se los ganen” (no hace falta decir donde ni cómo).

Ha vencido la lógica del odio y lo más triste es ver a muchos madridistas-blandidristas hacer de cla de semejante atropello. Eso es traición. Eso es atacar al Madrid y a quien trabaja para él y ayudar así a los enemigos externos desde dentro. Eso es convertirse en un cáncer; en un caballo de Troya; en escoría pestilente y antimadridista que sólo merece nuestro desprecio eterno.

Pero que no se preocupen unos y otros, “internos” o “externos”: los madridistas-morurinhistas les vamos a pagar con la misma moneda y sabremos responder a esta afrenta, porque nosotros ni perdonaremos ni olvidaremos, y los vamos a estar esperando con ganas. No tendremos que esperar mucho tiempo para darles su merecido y pasarles nuestras facturas.

Entretando, proclamamos que Mou es el mejor entrenador que ha tenido el Madrid desde que fue fundado hasta ahora. Es el banquillo un gigante equivalente a los que fue Bernabéu en la presidencia o Di Stéfano en el campo. Nunca lo olvidaremos, como no olvidamos a los otros titanes que han hecho tan grande a nuestro club, el mejor de la historia.

¡Por siempre mourinhistas! ¡Hala Madrid!

Antónimus

miércoles, 22 de mayo de 2013

ATENTADO TERRORISTA EN EL BERNABEU: MÚLTIPLES VÍCTIMAS MADRIDISTAS POR LA ACCIÓN DE ONCE PSICÓPATAS DISFRAZADOS DE COLCHONEROS Y UN PITICIDA

El pasado viernes 17 de mayo de 2013 tuvo lugar un atentado terrorista en el Bernabeu. Once psicópatas disfrazados de colchoneros se introdujeron en el estadio con la ayuda de un piticida que les franqueo el acceso y, bajo la dirección de una conocido exhachero argentino con múltiples antecedentes y reincidencias, perpetraron un ataque sistemático a toda forma de vida madridista que encontraron a su paso.

Desde que el pitero dio la señal de todo vale desde ahora, se abalanzaron sobre los ingenuos madridistas que creían que se iba a jugar un partido de fútbol y los masacraron entre todos: unos a patada limpia, otro con expulsiones (todos sabíamos que terminaría maquillando su “actuación” con algún expulsado patético, por si las estadísticas). De este modo, redujeron un acto supuestamente deportivo a una salvajada con cla que culminó con la sustracción de un título. Cosas así explican por qué está este país maravilloso no ya en el culo de Europa sino en su mismísima almorrana.

El daño causado se incrementó ante la estúpida falta de reacción de los atacados, que no hicieron nada por responder a la situación creada extrarreglamentariamente (sigue existiendo un reglamento, ¿no?).

La única lección posible de tal salvajada es que uno tiene que saber jugar con cualquiera, con deportistas o con caníbales; eso sí: dando a cada cual el trato que se merezca.

Lamentarse no sirve de nada y, en todo caso, que se queje el adversario; que no se nos olvide la agresión para que no puedan repetirla la próxima vez.

En cuanto a hacer una lista de los más animales más peligrosos del Patético de Agredir, me remito a su alineación completa (con la lógica excepción del portero).

Lo que pasó en la banda tampoco estuvo mal: un “entrenador” protesta sin parar impunemente (ni una amarilla recibió Simeone, famoso en el fútbol sólo por sus patadas y sus broncas), el otro…Bueno, el otro está condenado y vale todo contra él. Además, pitaba Clos Gómez: antimadrismo en rama (con trece hojitas, que por fin pudo él cobrarse su revancha, aunque haya tenido que esperar 3 años). No hace falta añadir nada más.

En fin, que de nuevo comprobamos lo poquito que pintamos en la federación con todo lo importante que, según se dice, somos. Algo habrá que cambiar para que todo esto no siga igual, como diría Lampedusa si fuera madridista. Ya veremos, dijo un ciego.

Antónimus

Post scriptum; Seguro que los madridistas-blandridistas habrán criticado que Mou y Cristiano no fueran al palco (tras el atraco colchenero fomentado desde la federación) a recoger la chatarra para salvar las formas (por lo visto aún no saben que lo que hay que salvar es el contenido). No pensamos así los madridistas-moudrinhistas, que vamos a ser lo que pasemos la factura desde ahora a todo lo que no nos guste en el Madrid o en lo demás; y es mucho.

Además, estaban expulsados, ¿no? Por consiguiente, no estaban autorizados para regresar al campo.


domingo, 19 de mayo de 2013

El azar, la violencia y la Prensa. Una historia Real.

¿Cómo explicar que un equipo de magníficos jugadores, que un año atrás ganaron la Liga batiendo el récord de puntos y el de goles, haya caído derrotado ante un equipo que no le ganaba un partido desde hacía 14 años?

Es sencillo, sólo hay que recordar y observar.  Y hay tres razones: la suerte, el juego brusco y una campaña de prensa que descentra. La primera es sólo azar: tres balones a los postes. La segunda es la violencia de un equipo, con la condescendencia de un árbitro. La tercera  es la propaganda antimadridista de la casi totalidad de la prensa deportiva (sólo porque se dedican a comentar deportes) y no deportiva (o generalista). Esto último, como es bien obvio y no hace falta demostrar, ha terminado calando incluso en una parte de los seguidores del Real Madrid.

Respecto a la suerte, al azar, no hay mucho que decir. Todos sabemos que hay partidos en los que no entra el balón. He visto muchos pero no recuerdo tantos en el que tres balones den en los palos. También el rechace de nuestro portero va dentro y el del suyo sale fuera.  ¿Perdimos la final de Copa por eso? No necesariamente, casi nunca una sola causa produce el efecto.

Pero si a eso le añadimos el juego brusco, violento, sucio descaradamente y, sobre todo, no sancionado por Clos (que me parece que tenía que arbitrar, es decir, impartir neutralmente justicia de acuerdo a unas normas). Como botón de muestra la entrada con los dos pies por delante y dañando de “Arda no sé que” que el trencilla no sancionó ni con amarilla; lo normal, que no la norma, supone que en todo partido la primera tarjeta la tiene que ver siempre un jugador del Real, y claro, hay que cumplir. Otro ejemplo es que Cristiano sufrió falta en todas las acciones en las que participó (invito a ver otra vez el partido; si bien es verdad que unas veces se pitaban y otras no). Y a pesar de la reiteración la primera amarilla por falta a Ronaldo la señala Clos ya en la prórroga y, eso sí, aprovechando para sacarla a él la roja interpretando que, en una caída hacia atrás debido a la falta, le dio voluntariamente una patada en la nariz al rival. Difícil caer hacia atrás y manejar tan bien la pierna al tiempo. Por otra parte, tras cinco minutos sin sacarle del terreno el jugador se recupera con un algodón y, al menos yo, no vi sangre. O la expulsión de Mou (el entrenador rival se pasó gesticulando medio partido y nada). O la amarilla a Ozil y no a otros patéticos colchoneros que igualmente se quejaron en algún lance desaforadamente. Violencia consentida.

Violencia consentida, y esto es autocrítica, a la que no supimos responder. El único reproche al equipo es que tras el 1-0 no supieran cortar el ritmo del rival. Que digo rival: ¡del enemigo! Porque con el cuchillo entre los dientes casi nos comió hasta el 1-1. Prueba: los dos o tres regates de su 9 a Albiol sin la más mínima falta (ni intento) y eso que estaba bastante lejos del área. Y luego, tras el pase al cerdo goleador, Essien casi se aparta (¡vaya regalo del Chelsea!, igualito a la cesión de Courtois) y Ramos que no llega (disculpado: salía de una lesión).  Pero  ¿a que todos veíamos que iba a llegar el gol del Patético? Pues  parece que los jugadores no, ni flores. Tras el empate otra vez dominio y en el clásico saque de esquina el ya clásico gol de córner, aunque también es cierto que así fue asimismo el nuestro. No voy a sumar dos “paradones “ de su portero, porque para eso está, aunque si Ozil le llega a pegar fuente creo que no la para de ninguna forma, como tampoco la que saca un ex jugador del Castilla bajo palos. En ese caso el que tiró flojo (él es así) fue Benzemá.

El azar y la violencia se dieron junto a otros fallos. Ya vimos en Dormunt (bueno, y en otras variadas ocasiones) que Ozil se pierde en la derecha (a veces, simplemente, se pierde, pero más en la derecha) Si tenía que jugar Modric, que lo hizo aceptablemente, que hubiese sido él quién cambiase de posición esta vez. No voy a entrar en la suplencia de Pepe (la lealtad y discreción para defender al  grupo –no a uno de sus componentes-  son valores de todo colectivo y el superior jerárquico –entrenador, en este caso- puede sancionar a quién no respete esos valores). Pero ya es mala suerte que de la defensa titular sólo jugase uno, Ramos, y saliendo de una lesión. Como por otra parte también salía Ozil. Alonso no sé de dónde salía. Y de Benzemá ni hablo.  Higuaín sigue tirando a puerta sin mirar... En todo caso, en partidos de “pierna fuerte” no se pueden poner juntos a dos o tres “debiluchos”. Ozil y Benzema, más Modric, están bien para amistosos y partidos de exhibición. Pero no soy entrenador y no sé como está el grupo ni física ni mentalmente y supongo que Mourinho sí.

De la campaña de prensa qué podemos decir. Lo de Casillas, ahora lo de Pepe, desde noviembre que Mou se iría (profecía que se autocumple), que si no se hablan jugadores y entrenador, que esto y que lo otro. Y la gente lo oye, y los árbitros se aprovechan más aún, y los rivales también y los poco profesionales periodistas (la mayoría atletistas declarados) crean un caldo de cultivo excepcional para que todo valga contra nosotros. El único reproche que le haré a Mou es que no haya respondido en todas y cada una de las posibles ruedas de prensa, humillando a esos indocumentados (porque dicen sin documentar) que le han terminado, sobre todo si se va, por comer la tostada.  Mou debería seguir. Y debería dar una rueda de prensa todos los días que haya entrenamiento. Hacer esperar media hora a los ¿periodistas? Y luego reírse de ellos tranquilamente. Y de paso que la llamada opinión pública oyese más sus explicaciones. Lo mismo que hacen ellos: a base de repetir -delenda est Cartago- algo calaría en los simpatizantes blancos. Los otros no tienen remedio. La ciencia de la comunicación también la puede utilizar el Real. La ventaja de quien  da la rueda de prensa es muy grande. Contesta a quién quiere, el tiempo que quiere, como quiere y  tiene la última palabra. Claves para ganar una argumentación. Ya sé que luego pueden poner sólo fragmentos o resaltar partes no deseadas. Pero aún así si sólo lanzo, con distintas palabras, un único y claro mensaje, les sería difícil que no se oyera y entendiera. Pido que se aplique el célebre: “yo tengo una respuesta, quién tiene una pregunta”. Y lanzar una y otra vez el mensaje que les desnudaría y les dejaría en lo que son: indocumentados. Por otra parte ¿alguien duda  que Mou es más inteligente que los que hacen las preguntas?  Suelen ser simples reporteros –y reporteros simples -. Ni siquiera, claro está, las primeras figuras del periodismo, a las que de vez en cuando se podría conceder  una entrevista, eso sí, a alguno de los directores de los medios menos arbitrarios (si es que hay alguno, y en otro caso crearlos). Y si es preciso pagar anuncios con el mensaje. Todo menos rendirnos, que es como darles la razón. Ya decía el refrán que quien calla otorga. Pues eso, no debemos otorgar nada. 

Imaginemos que Mourinho anuncia que sigue. Tiene contrato. Y que vuelve a ser tan dialéctico como en el primer año. Y los jugadores a jugar, que para hablar en público hay que saber y si bien es verdad que hay libertad de expresión, cierto es también que el que se sale del guión no representa la obra.  Y al enemigo ni agua.

Hace unos días dije  -mis amigos lo saben- que si no ganaba el Real Madrid la Copa del Rey sería por algo raro. Me equivoqué porque lo que ha ocurrido no es raro: nos lo han hecho más veces. Si es rastrero. Ya he contado aquí lo que entiendo que pasó. Que esta vez sí nos sirva de lección para que no nos pase en la próxima Liga, ni en la próxima Copa, ni en la próxima Champions.

Y, ahora más que nunca: ¡HALA MADRID!

Luigi Vinci Tore






martes, 14 de mayo de 2013

FIN DE CICLO EN EL MADRID

Es muy frecuente que cuando alguien se muere se hable, precisamente entonces, de lo buenísimo que era, de que sólo se mueren los mejores, etc. Esto no vale con Mou, que, por lo visto, no tiene derecho a que se le reconozca algo de su labor en estos últimos tres años (su principal legado en el Madrid no son los títulos sino haber devuelto al equipo el orgullo, la independencia y la garra perdidos en años anteriores). Ni siquiera tiene derecho a decir que se le odia por parte de muchos, buena parte de ellos “con pluma”, haga lo que haga. Y ello pese a que la campaña anti-Mou es tan evidente como gratuita, ya que empezó incluso antes de fichar por el Madrid.

Pero no hay que extrañarse de que sus “amigos” periodistas quieran cargárselo cuanto antes, aprovechando la eliminación, en semifinales, de la Champions (no le dé al portugués por resucitar en el último momento con el título de Copa). Lo que si es destacable es que haya empezado a salir entre los miembros de la plantilla blanca algún “espontáneo” a criticarlo públicamente (consciente de que los medios se hacen eco encantados de tales enfrentamientos); así que será preciso preguntarse por qué tienen lugar estas “coincidencias” antes de que acabe la temporada y se pueda hacer balance definitivo de la misma.

Pepe no ha sido nunca muy inteligente (sus famosas tarascadas han sido mucho menos violentas que las de otros, pero han resultado demasiado aparatosas). Y tampoco parece tener buena memoria; de lo contrario, recordaría quién le ayudó a seguir jugando en el Madrid cuando se declaró la cruzada mediática en España contra él. Mou no se dejó influir entonces por el qué dirían los plumíferos y lo mantuvo en el equipo incluso cuando volvió a hacer tonterías como pisar la mano de la me$$ita e$$cupidora.

Pero el problema es que Pepe (que parece no pertenecer ya al “clan portugués”) no es titular actualmente y eso no es culpa del entrenador sino suya; por no haberse operado en navidades, como le sugirió Mou. Pepe se confió, se creyó imprescindible (y lo ha sido mucho tiempo) y se operó cuando él quiso (en plena temporada). Sin embargo, sus cálculos fallaron porque mientras se recuperaba se consagró Varene (en la semifinal de Copa contra el Farsa) y se quedó con su puesto. Además, cuando Pepe ha reaparecido no ha estado especialmente bien, como ha evidenciado su actuación contra el Borussia (o sea, la impunidad con la que Lewandovski se movió en Dortmund por el área madridista).

Por todo ello, no es extraño que ahora haya causa común con otra “vieja gloria” que tampoco juega últimamente (porque el muy indeseable de Mou le exige un buen estado de forma en lugar de mirar su palmarés para regalarle la titularidad), en este caso, porque ha llegado Diego López y de pronto el Madrid dispone de un portero que sabe lo que es el juego por alto o con los pies.

En cuanto a la situación de Fallillas, como bien ha dicho Karanka, no le puede valer para ser titular lo que ha sido en su trayectoria profesional anteriormente sino lo que es actualmente; bien poco, por cierto. La discriminación consistiría en no tratar a todos los jugadores por igual, en no valorar su trabajo de la misma manera a la hora de decidir quiénes han de ser los titulares. Veremos si el mostoleño rompe su silencio sobre su suplencia finalmente, aunque no necesita despegar los labios mientras otros (Sara y “Cía”) no paren de quejarse por su suplencia (que es casi una cuestión de estado, según se desprende de los comentarios que va dejando caer el Sr. Marqués)

En fin, a la vista de estos síntomas de descomposición del equipo, parece que sí puede haber fin de ciclo en el Madrid (aunque Mou no ha dicho nada definitivo todavía y no parece que el presidente lo quiera echar). Al menos, algunos “miembros” del equipo lo piensan y por eso están diciendo lo que han estado rumiando en silencio hasta ahora.

Nada nuevo bajo el sol; ya se sabe que las ratas son las primeras en abandonar el barco cuando se huelen la más mínima dificultad a bordo.

Antónimus.

MOU VERSUS EL PODER ESTRUCTURAL ANTIMADRIDISTA

Todo el inframundillo mediático está especulando sobre la inminente salida de Mou del Madrid. Por eso, sus numerosos detractores de la prensa hacen el balance, tan negativo como puedan presentarlo, del que han convertido por propia voluntad en su enemigo más acérrimo. Forzoso será que sus amigos, igual de implacablemente, también pensemos cuál es la principal aportación de Mou al madridismo. Hagámoslo recordando en todo momento que cuando tus enemigos te alaban es porque sólo eres peligroso para lo que supuestamente defiendes; luego lo preferible no es que los adversarios te respeten sino que te ataquen, señal inequívoca de lo peligroso que eres para ellos. Este último es, sin duda, el caso de Mou.

Para exponer mi punto de vista sobre lo que representa nuestro técnico para el Madrid, usaré la propuesta de sentido, es decir, la hipótesis explicativa de la teoría del poder estructural que elaboró la autora británica Susan Strange, especialista en economía política internacional:


Siguiendo su tesis, se comprueba diáfanamente la razón última del permanente rechazo y odio de la prensa deportiva respecto al portugués. Por que no se trata de que haya conseguido títulos (muchos o pocos) en su etapa en el banquillo blanco sino de que existe y hace su labor hasta las últimas consecuencias. Con ello aporta al club una rentabilidad ideológica respecto al modelo de gestión deportivo y social más adecuado para el Madrid. Esta es su legado innnegable (incluso si no tiene continuidad cuando ya no esté aquí).

Decía Susan Strange que hay dos tipos de poder: el relacional y el estructural.

Poder relacional sería la capacidad de imponer la influencia externa en otros sujetos de modo que actúen como más interesa al factor determinante ajeno y no a ellos mismos.

En cambio, poder estructural es la capacidad de dominar a otros no por la mera aplicación de la fuerza física del más fuerte sino imponiéndoles mentalmente una interpretación de la realidad (Weltanschauung) que, una vez que se afirma hegemónicamente en sus cráneos, se convierte en el “Leitmotiv” que decide las metas, el modus operandi y los valores asumidos por los así subyugados.

O sea, la vieja estrategia del caballo de Troya, sólo que introducido no en una polis enemiga sino en las mentes (es un decir) de quienes se quiere “reclutar”; porque cuando se logra que alguien comience a ver el mundo de otra manera, puede decirse que con ello se provoca una re-creación de la realidad que acarrea toda una serie de consecuencias favorables al promotor de tal cambio de cosmovisión.

De sobra es conocido (o debería serlo) que los señores de sí mismos son aquellos que se dedican a hablar de sus asuntos y a atenderlos con la debida independencia, es decir, en función de sus propios intereses. Esta es la auténtica medida del tan cacareado “señorío” (auto-dominio) que tantos merenguitos blandidristas han reclamado tan ignorantemente a Mou.

En cambio, los siervos o serviles son los que no tienen consciencia de sí mismos ni de lo que les conviene (al menos, no lo demuestran) y se dedican en consecuencia a hablar y actuar sólo pendientes de sus señores, es decir, de los que los dominan y manipulan, siguiendo sus instrucciones y asumiendo sin crítica sus campañas propagandísticas. Su problema es que al ponerse a “su” servicio  labran la propia ruina con su patológica conducta.

Los primeros son personas, los segundos “reses”, vale decir, “cosas” (sólo son objetos, no sujetos, si entemos que éstos tienen que actuar con como entes autónomos, no heterómanos.)

No hace falta decir más sobre las actitudes de los protagonistas ¿madridistas? de la tragicomedia en que se ha convertido desde hace años la tan cacareada como pronosticada dimisión de Mou (al que entre todos están echando, aunque luego nos dirán que se ha ido porque ha querido y además ha dejado tirado al Madrid de mala manera).

Si acaso, para completar la “representación”, hemos de tener en cuenta también a las redacciones de la prensa deportiva “madrileña” (también la que se hace en Farsalona, como ocurre con los informativos deportivos de RTVE, elaborados allí pese a que no se expresen en el idioma oficial de ese “territorio”). Así podremos comprender mejor qué es lo que está en juego y quiénes son los damnificados por la presencia (y la potencial continuidad) del portugués en nuestro banquillo, que ha desarticulado la red de influencias que tales plumíferos tenían establecida en “nuestro” club.

La conclusión, siguiendo a Susan Strange, es que el Madrid necesitaba sacudirse el poder estructural de la coalición prensa-política-Farsa para tener un futuro digno de ese nombre como entidad independiente y esa ha sido la principal aportación de Mou a nuestra sociedad,  dotarla de un punto de vista propio, autoconsciente y coherente con sus objetivos de mantenimiento e incluso crecimiento de la importancia de nuestro club en el plano español y en el internacional. Para ello, ha tenido que actuar como un psicoanalista, curándolo de su neurosis depresiva para que vuelva a ser capaz de confiar en sí mismo en lugar de verse como una mala copia de la supuesta archiexcelencia de su enemigo, modelo con el que se nos venía relegando al papel de mero comparsa .

En fin, interesa aclarar un poco la lista de enemigos antimadridistas declarados e interesados en que Mou no haga bien su trabajo para seguir parasitando opíparamente la decadencia blanca. Sin ánimo exhaustivo, son dignos de mención estos elementos adversos:

Deportivos: el Farsa (traducción literal castellana del de la palabra chantajistaní “Barça”) y su teoría de ser la representación de la esencia del fútbol en la Tierra. Según este “más que un club”, sólo es auténtico el fútbol que se practica con su esquema táctico de pensamiento único (y monótono) que discrimina cualquier otra interpretación del juego que no sea la farsista. Esto significa que sólo hay un fútbol verdadero (y el Farsa es su profeta), que es, casualmente, el que conviene a sus intereses, no precisamente universales sino paletos y excluyentes (como bien saben los Untermenschen charnegos). Instalado en esa pretenciosidad, se autoproclama el único equipo legitimado para hablar no ya “de fútbol” sino “en su nombre” (suplantándolo). Este cuento aún se complica más, porque, en un guiño freudiano, el Farsa confunde su propia razón de ser como equipo con la que corresponde, supuestamente, a la de la nación chantajistaní de la que se autoproclama brazo armado-deportivo. Lo malo de tal montaje, típicamente fanático y maniqueo, es que sólo se sostiene si los resultados acompañan. El problema para el farsismo es que Mou ha contribuido no poco a darle la vuelta a esa tortilla y a que los culés ya no “disfruten” cuando juegan contra nosotros.

El Patético de Madrid, la más genuina bandera deportiva del caudillo y gran beneficiario (lo mismo que el Farsa) del “régimen anterior”, futbolísticamente hablando en su primera etapa, la más sangrienta). Dada su eterna envidia y complejo de inferioridad respecto a nosotros (si bien ya sólo es una molestia) ha hecho de atacarnos su propia seña de identidad (es otro caso de ego alienado, aunque menos peligroso al carecer de carga política). Recordemos que en su estadio, además de cantarse la cantinela insultante y xenófoba “este portugués, qué hijoputa es” (como en casi toda España) se llegaron a exponer pancartas deseando la muerte de Mou. No obstante, como semejante declaración de intenciones no iba acompañada de esvásticas, seguramente por eso, ni el club colchonero, ni la federación ni la delegación del gobierno en Madrid actuaron al respecto. Luego querrán presumir de país moderno (se oyen risas desde Portugal).

Además, la inmensa mayoría de equipos provincianos que ven en el Madrid la representación simbólica de “la capital”. Esto se ha acentuado desde que la eclosión de “capitalitas” en las autonomías españolas ha fomentado el sentido de autosuficiencia y rechazo frente a Madrid, sentimiento de autoafirmación que luego, con frecuencia, como ya sucedía “preconstitucionalmente”, echa por tierra el cabrón del Madrid derrotandolos  a domicilio. Y eso sí que jode. Y de estar jodido a odiar hay apenas medio paso (las incontables agresiones físicas al Madrid en sus desplazamientos a otras provincias hace indiscutible el grado de virulencia de este problema).

Mediáticos: Haciendo caso omiso por cuestión de salud mental de la “prensa de etnia” con sede en Farsalona, si hablamos de los medios españoles, radicados en buena medida en Madrid, comprobamos que no se alinean con la  Casa Blanca; porque, siguiendo la línea franquista, consideran que el fútbol es un mecanismo de compensación de otros “agravios” estatales. Sencillamente, viene muy bien ganarle al “equipo del gobierno” para sentirse menos derrotado en otros aspectos. Nada nuevo bajo el sol en este apartado respecto al franquismo.

Podemos destacar medios, como la SER o El País (que sí que pone el acento en atacar de firme al Madrid), entre muchísimos otros, o a periodistas como Fernando Burgos, Diego Torres, Manolo Lama, etc., que han hecho una causa personal del antimadridismo. No se sabe bien en qué son más perversos, si en su inquina antiblanca y antimourinhista  o en su manejo nefasto, nefando y nefario del lenguaje, porque, ¡mira que son malos técnicamente como comunicadores!

Políticos: Como España es un estado autocuestionado internamente que no quiere enfrentarse directamente con los problemas de su cáncer separatista, la “política” española (y antiespañola) invade otras áreas y ese es el caso del deporte. Por eso es posible que veamos a un presidente del gobierno estatal (Zapatero) proclamar, en su condición de secuaz culé, que “su” equipo (¿gubernamental?) va a golear al Madrid. Si hubiera dedicado su atención a gobernar, seguro que el país habría tenido algo que agradecerle tras su salida de La Moncloa.

Curiosamente, al llegar al poder Rajoy, conocido madridista, no se le oye decir nada que apoye los intereses blancos (tampoco a su ministro de cultura-deportes Wert, un conocido merengón). Mucho más activo es el peso “deportivo” del separatismo de Bombistán o Chantajistán. Al respecto, no me molestaré en aducir más argumentos, pues sería una ingenuidad pretender que se puede probar algo que ya saben todos, pero nadie quiere admitir públicamente. Me limitaré a recordar el infierno de San Mamón (¡que lo tiren debajo de una puta vez!) cuando hace poco lo “clausuró” Cristiano a base de goles. La “replica” a su fútbol fue el navajeo más descarado e impune que se recuerda en mucho tiempo (incluso dentro de los numerosos incidentes previos del Atávico de Bilbao) para cazarlo a toda costa con el colaboracionismo tradicional del árbitro.

Institucionales: Ni la Federación española de “fúrbor” (controlada por un Kapo bombistaní que no sabe ni siquiera construir una frase correcta, pero si organizar una clientela, en el sentido romano, que lo apoyará en su cargo hasta el último euro de beneficio mutuo) ni la Unión Europea de Financieros Antimadridistas (“führerizada” por un antimadridista declarado que prolonga la tradicional rivalidad de la UEFA contra el Madrid por motivos que Edipo conoce bien) son aliados sino enemigos declarados nuestros. Ante ellas, se puede claudicar o luchar. Lo genéticamente madridista es lo segundo. Lo siento, pero lo dice nuestra historia mucho antes que Mou firmara por nosotros. Por tanto, tiene razón en denunciar tal situación.

La selección española de fútbol genera otro conflicto emocional en la cabeza de muchos supuestos madridistas. El Madrid no representa a un país, ni siquiera a una ciudad o región: sólo es el equipo de quien quiera ser su seguidor, con absoluta indiferencia respecto a su lugar de nacimiento, residencia, sexo, raza, lengua, edad o nacionalidad. De hecho, el Madrid se hizo grande cuando sus triunfos en la Copa de Europa lo hicieron universal. Ese es su camino, no la cantera; porque lo que trajo a Di Stéfano, Hugo Sánchez, Amancio, Puskas, Gento, Pirri, Stiilike, Ronaldo, Zidane..o Critstiano, todos “forasteros”, fue la cartera. Pues bien, hay aún así llamados madridistas (blandidristas, más bien) que quieren que jueguen en el equipo (aunque no estén en forma) no quienes convienen a nuestro club sino medianías canteranas o jugadores utilizables por la selección española. ¿Qué pasa? ¿Ya no somos un equipo que busca sus objetivos sino un apéndice de la Floja (con “F” de Farsa, que es quien lo decide todo en ella)?. De ahí viene el lío del “clan de los portugueses” (otro invento de las redacciones, que se desmonta convenientemente cuando, debido a su suplencia, decide atacar a su entrenador nuestro central portugués, el antes malvadísimo Pepe el Asesino, y ahora honrado jugador madridista, cuya opinión es importante para la misma prensa que lo intentó despachar “a lo Salem” mientras Mou lo mantenía en su puesto). Hay que comprender de una vez que los madridistas-que-sabemos-quiénes-somos no podemos apoyar por encima de todo a jugadores concretos, que, más allá de su rendimiento, tarde o temprano se irán, sino a lo permanente, que es la institución, y sus intereses concretísimos. Nada más y nada menos.

Sociales: Ramón Calderón, el lamentable presidente anterior, y Vicente del Bosque, el especialista en no hacer nada (pero cobrando) y apuntarse los éxitos sudados por otros, no son una herencia fácil de asumir. Sin embargo, en el Madrid de Florentino Pérez (cuya continuidad nadie se atreve a cuestionar abiertamente, lo que no quiere decir tampoco que sea perfecto) hay un 91 % de socios (en abril de 2013) que desea la continuidad de Mou. Bueno, no pasa nada: el otro 9 % puede dar un golpe de estado cuando quiera apoyado por la prensa; sólo así se impondrá su opinión. Pero eso sería vencer por la tremenda, no convencer. La razón la detentamos nosotros, los que estamos con Mou, y por MAYORÍA APLASTANTE.

Amigos de Fallillas: Resulta patético ver las prioridades de esta…tropa. En el mismo momento en que cae eliminado estrepitosamente el mejor equipo de fútbol de todos “sus” tiempos”, el Farsa, ya en decadencia innegable, y en el que su “estrellita” (cuestión de talla personal) no sale a dar la cara en el campo se pasó la vuelta de la semifinal de Champions sentado en el banquillo de “su” equipo, con una cara de indiferencia mayúscula ante lo que “le” pasaba) y continúa después de la “Hepta-tombe” sin aparecer para dar una explicación de su no participación en el partido (suponiendo que sepa hablar, claro), mientras que otros compañeros suyos reconocen ya la necesidad urgente de refuerzos (curiosamente, no de la cantera sino fichajes, palabra maldita hasta ahora en La Demasía),,,

En un momento así, tan interesante informativamente (que incluye la posibilidad de unl análisis “profesional” de los puntos débiles madridistas que han provocado que nuestro club también haya sido eliminado en dicha competición) los manchafolios amiguetes del topo Fallillas consideran mucho más comentable su “complicada situación” como suplente (parece que no es tan complicada en el caso de los demás que no juegan habitualmente en el Madrid, de hecho, más de la mitad de la plantilla. Pero de sus sinsabores y zozobras no se nos informa, claro, a pesar de que se trata de un total de 13 personas. Bueno, de Pepe y su suplencia disciplinaria sí que vamos a oír bastante a partir de hora y todos sabemos por qué).

Lo mismo hace el Sr. Marqués del Bosque Petrificado (eso sí, por el bien de la selección, no por rivalidad antiflorentina, por supuesto). O Iniesta, uno de los coleguitas de Íker en la sele, que tampoco tiene nada más propio de lo que ocuparse (y explicar) que hablar del portero de la triste figura banquillera. Y hasta el rey mete baza en la alineación blanca., como si no necesitara dedicarse mejor a apuntalar una monarquía cada vez menos apoyada por la población española. En fin, todo el mundo, incluyendo  a Dª. Sara y sus conexiones mediáticas que se ocupan de las “relaciones públicas” del “mudo” para que él no tenga que molestarse en dar la cara abiertamente atacando a su entrenador…Todos parecen capacitados y autorizados para hacer nuestra alineación. ¡Lo que nos vamos a ahorrar si se va Mou dejando que se ocupen de su puesto todos esos cantamañanas! Gratis, por supuesto.

Nuestra alegre plantilla: En contra de lo que sería esperable, este no es siempre un factor positivo que ayude al entrenador en su tarea de buscar lo mejor para el equipo; al menos, no ocurre en todos los casos que haya tal colaboración con el técnico, porque hay quien habla de más y no precisamente con el balón sino con la prensa (Pepe, Ramos); también, quien es un conformista-cobracionista incorregible, sin orgullo ni espíritu de lucha (Kaka, Benzema); quien ya cuenta con no seguir y adopta una actitud pasiva mientras llega el final de temporada (Carvalho, Albiol, Adán)…Ni siquiera se puede contar con todas las supuestas figuras del equipo, porque muchos no tienen la suficiente calidad o estado de forma para defender un puesto con continuidad (Di María, Higuaín) o son jugadores de un tiempo y poco guerreros (Özil). Van a hacer falta  bastantes refuerzos (Cristiano no puede hacerlo todo él solo); pero lo peor es que quien gestione a partir de ahora el equipo no debe dejarse devorar por el vestuario ni por la sala de prensa. ¿Lo conseguirá?

Para valorar mejor la aportación de Mou ya mencionada al Madrid, conviene recordar cómo estaba el Madrid que encontró a su llegada en el verano de 2010: un club vencido y convencido de su papel secundario; sometido a su “destino” sin la menor objeción, con resignación y abandono de su lugar en el mundo del fútbol; sin orgullo ni estrategia adecuada para salir de ese marasmo de decadencia prolongada.

Lo primero que hizo Mou fue obligar a todo el mundo a trabajar a fondo (y soltar esteee “lastre”). Y a luchar; algo que, guste o disguste, pertenece a la identidad madridista desde hace muchos, muchos años. No es algo que él haya inventado, pero hay que agradecerle que lo resucitara para rescatarnos del “valdanismo”, tan elegante como paralizante”. Y lo hizo predicando con el ejemplo; con una dedicación absoluta; partiéndose la cara con quien hiciera falta (“externo” o “interno”); ganándose cada céntimo con un trabajo intensísimo, que empezaba exigiendo el máximo de sí mismo y se cargaba así de razón para pedirles otro tanto a los demás miembros del club.

¿Cómo iban a reaccionar los “dueños” ilegítimos (no votados) del Madrid ante tal revolución? Hace falta ser muy, pero que muy tonto para negar que actuaban de consuno con los mediocres que permitían desde la directiva blanca que el Madrid fuera un quilombo para beneficio de muchos: rivales deportivos; periodistas manipuladores con ego desmesurado; políticos separatistas usufructuarios de las “compensaciones” gubernativas por “quedarse” en este país…. De casi todos, sí, pero no para bien de sus auténticos dueños: los socios y seguidores madridistas.

Esta era la situación en la que se hizo necesario que viniera Mou, no para administrar sino para refundar el Madrid mediante una batalla ideológica. Y vino porque lo quiso así un presidente que los socios pueden echar si no les convence su actuación, no unos manipuladores de la prensa. Fue Florentino quien escogió a Mourinho para que hiciera una renovación integral del Madrid. Era una necesidad acuciante. Lo demás, los ladridos de los antis ante su obra no son más que el precio que hay que pagar por ganarse un lugar al sol en este mundo; y se gana luchando, no siendo un caballero como ya dejó bien demostrado el triste periodo presidencia de De Carlos. Ya veremos si no tenemos que echar de menos la “desagradable” época de Mou. Cuando realmente se acabe lo comprobaremos.

Antónimus.