En el partido del sábado contra el Osasuna, una vez más (¿cuantas van sólo esta temporada?) los errores arbitrales fueron por sistema contra del Madrid; en cambio, para los navarros el colegiado fue la bondad personificada, y esto sucedió con un rival, que nos sacudió de firme todo el partido, pero se lo pudo permitir (pese a ser un equipo “pequeño”) porque le salió muy barato, casi impune, pese a su continuo antifútbol. Por supuesto, la máxima severidad (y sin aviso previo) era sólo para nosotros. ¿Casualidad o reiteración?
Lo de Ramos, aparte de un problema sobradamente conocido de escasez de neuronas en su cabecita loca (¿cuándo se dará por enterado de que a él no le van a hacer nunca los arbitrajes que han venido disfrutando Puyol o Diego Costa?), es para ir pensando si no es mejor, para él y para el Madrid, traspasarlo cuanto antes; porque va a jugar muy poquito (tanto aquí como en Europa) si le siguen haciendo un marcaje arbitral tan implacable como hasta ahora; y él no va a ser más listo en el futuro, eso está descartado, desgraciadamente.
Si Ramos fuera de verdad la mitad de inteligente de lo que se cree, podría recurrir a negar su participación en la selección como represalia por la persecución que padece (¡ojo!, no es un santo, pero no se le puede aplicar exclusivamente a él un baremo de sanción tan estricto mientras que abrirle una ceja a Ronaldo sale gratis y ni siquiera se incoa una investigación del Comité de Competición después, como sí le hicieron a Buyo por mucho menos). Pero Ramos no lo hará porque es demasiado simple para preguntarse por qué no le han expulsado nunca en partidos de La Floja: proporcionalmente, las cuentas de su “violencia” no salen.
¡Ya nos gustaría a los madridistas que el defensa marcador de Cristiano en cada partido recibiera esas mismas "atenciones" de los trencillas! Pero no parece que nadie tenga la menor inquietud por la integridad física de uno de los tres aspirantes al balón de oro; por lo visto, al único al que hay que proteger es al que está acusado del delito de defraudación fiscal, también conocido como la Mesita de Noche (porque es lo que da su raquítica altura humana).
Por supuesto, otro partido jugado en su mayor parte con diez (ya, ya, también el rival, pero, ¿desde qué minuto tuvo diez cada cual?). En esas condiciones se levantó el 0-2; no es mucho, pero menos nos dan los piteros de Villar.
Además, otros dos penaltis de menos (el primero incluía la expulsión de un jugador ya amonestado, por segunda amarilla) y otros dos puntos restados, justo cuando podíamos empezar a poner nerviosos a los que son algo más que un club (o sea, un referéndum).
Pero a ellos no se les hacen de rogar tanto los favores de los colegiados, incluso en esta misma jornada. Por eso pensamos muchos, cada vez más, que al final, si no se piran de una puñetera vez los de Chantajistán, vamos a tener que ser nosotros los que nos larguemos de esta mierdaña para encontrar un poco del respeto que no nos da nuestro propio país. En fin, ya lo barruntábamos antes del partido, pues saltaba a la vista que, por contexto separatista, tocaba frenarnos un poco, no fuera a dispararse el cagómetro en Farsistán y proclamasen los farsalanesí directamente la independencia (como recurso de sublimación freudiana).
Pero no había necesidad de llegar a tanto estando Clos Gómez en Pamplona para hacer “su trabajo”; porque él no es dudoso en estos menesteres sino alguien con, al menos, 13 “antecedentes” (y una “Copa” de más) en relación con el Madrid. Y si alguien se sigue creyendo a estas alturas everésticas que lo suyo es mero "error humano", que explique por qué todos sus “fallos” van en la misma dirección: contra el Madrid exclusivamente (y apenas se comentan, a pesar de su reiteración). En cambio, cuando por excepción (pero vamos, de esas tan escasas que confirman la regla) nos pitan algo a favor, ¡menuda campañita montan para que nadie ose volver a tan malísima costumbre de no machacarnos con el silbato!
Antónimus.
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