lunes, 15 de julio de 2013

¿POR QUÉ LO LLAMAN ODIO CUANDO EN REALIDAD ES ENVIDIA?

Ha sido publicada en el diario ASCO (del grupo PRISOE) una encuesta de Ikerfel, suponemos que actual (julio de 2013), sobre la creciente antipatía hacia el Madrid en toda España:


Les ha faltado tiempo a los antimadridistas para “explicar” que esta es la herencia de Mourinho y sus “métodos”; por lo visto, antes de la llegada del portugués nos adoraban.

Desgraciadamente para los autores de estas deposiciones tan “objetivas”, en el Madrid no hay sólo descerebrados (que haberlos “hailos” también aquí, por supuesto) que se dejan pastorear por noticias como ésta; además hay madridistas críticos, con memoria y argumentos para darle a este estudio “científico” la respuesta que merece.

Veamos algunos detalles de esta “información”:

1. “El Madrid supera en antipatía al Farsa en quince puntos, frente a los once de otra encuesta de Ikerfel realizada en octubre de 2011”.

2. “Un 55 % de los hinchas le incluyen (al Madrid) entre los tres equipos que le resultan más desagradables (un 51 % en 2011) frente a un 40 % del Farsa (el mismo porcentaje que hace dos años).”

3. “Del lado madridista, en Primera, están las hinchadas de Español, Getafe, Granada, Málaga, Rayo y Celta. El mayor rechazo lo recoge entre los aficionados de Patético, Farsa, Atávico, Mallorca, Salud de Pamplona, Violencia, Valladolid y Zaragoza.”

4. “Los aficionados del Farsa repudian con mayor intensidad al Madrid (un 93 % le ve como el equipo más desagradable) que viceversa (88 %) cuando en la anterior encuesta sucedía lo contrario. La figura de Mourinho lo explica. La tasa más alta de rechazo del estudio (94 %) es la que registra la afición patética respecto al Madrid.”

5. “Un estudio encargado por la Generalidad (la farsalana) en 2002, entre 3.000 personas de las 17 comunidades autónomas, revelaba que un 38 % de los encuestados se confesaba madridista y sólo un 18 % culé.”

6. “En 2007, el CIS preguntó a 2.437 aficionado de 237 municipios y 49 provincias por su equipo favorito. Un 32’8 % respondió que el Madrid y un 25’7 % que el Farsa.”

Bien, hasta aquí los “datos”. Ahora contestaremos por orden a los extractos del artículo seleccionados:

1.1.           Como la anterior encuesta de im/popularidad madridista fue realizada cuando Mou llevaba más de un año de entrenador madridista (llegó en el verano de 2010), no es posible que todo el aumento de rechazo contra el Madrid en el último bienio sea responsabilidad del portugués.; luego es muy discutible que él sea el único motivo del deterioro de la popularidad del Madrid entre los seguidores de otros clubes; ni siquiera creemos que sea el factor más importante en el incremento de tal animadversión.

1.2.           Resulta lamentable (y significativo) que no se haga la encuesta siempre en la misma época del año, por ejemplo, en octubre (después de la Supercopa de España), a fin de que la afición tenga la misma disposición psicológica en el momento de responder (valorando los resultados de toda la anterior temporada con la debida perspectiva).

1.3.           Más llamativo aún es advertir que no hubo encuesta en octubre de 2012 (o quizá sí se hizo pero “prefieren no acordarse”, como Cervantes). Nada casualmente, se omitió después de la Liga Supercien de Mou y la derrota farsista en la Supercopa de España ante el Madrid. Nos hacemos cargo: los antis no estaban muy interesados en recoger opiniones sobre la gestión deportiva del Madrid en aquel momento, no fueran a ser demasiado favorables al sistema del portugués.

2.1.     Sería muy interesante que ese 55 % de aficionados que sienten antipatía por nosotros estuviera debidamente desglosado. ¿Cuántos, que no son ni patéticos ni farsistas, rechazan al Madrid y dónde con mayor intensidad (por ejemplo, en capitales autonómicas, rivales por tanto de la capital del estado)? Presentada de esta manera, la información sería mucho más valiosa y cuantificaría más adecuadamente el llamado problema del antimadridismo en España (más allá de los dos focos principales, irreductibles, pero por causas extradeportivas).

3.1.           Los equipos promadridistas son, en todos los casos, entidades que no rivalizan con nosotros por los títulos, ni nacional ni internacionalmente, salvo casos excepcionales (en alguna final de Copa o Supercopa). Además, casi todos son castellanoparlantes, aún más claro: no tienen dudas metafísicas sobre cuál es su patria (la excepción del Español se explica por su rivalidad en la misma ciudad con el Farsa, en los mismos términos que lo que sucede en la capital de España. Es por eso un caso aparte: incluso su nombre ya es excepcional en su “país”).

3.2.           Los equipos antimadridistas son, en su abrumadora mayoría, rivales directos por los títulos en España (Patético, Farsa o Violencia) e incluso en Europa (Farsa). A todos, repetimos, a todos ellos, los hemos ganado más veces que ellos a nosotros y no nos lo pueden perdonar; tienen tantas cuentas pendientes con nosotros que aprovecharán cualquier momento de debilidad nuestra para atacarnos. Sus críticas no son otra cosa que una forma alternativa de continuar haciéndonos la guerra cuando acaban los partidos (sobre todo si los han perdido).

3.3.           Otro grupo (en parte coincidente con el anterior, como en el caso del Farsa) está motivado fundamentalmente por la rivalidad política de corte separatista, pues, en casi todos los casos, son equipos demasiado débiles deportivamente (Atávico de Bilbao y Salud de Pamplona). O el Mallorca, sito en Palma, capital de las Islas Baleares, archipiélago que en Farsalona se conoce como la “quinta provincia” de Farsaluña. Lo mismo pasa con el Violencia, también parte de los Países Farsalanes. Este equipo tenía antaño más potencia futbolística, pero ahora está al borde de la desaparición económica (lo ha salvado ilegalmente el dinero público de su gobierno regional) y probablemente usa el ataque al Madrid como arma de distracción masiva.

3.4.           Asimismo hay rivalidad política, si bien interregional, en el caso de Valladolid, a pesar de ser una ciudad castellana, pues no le caemos bien los de Madrid desde que  le “quitamos” la capitalidad de España. Desde luego, nosotros no nos vamos a sentir culpables de esta mala relación con los vallisoletanos, pues ellos tienen demasiadas dificultades para llevarse bien con los demás, como pueden acreditar también los palentinos, los leoneses, los burgaleses o los salmantinos.

3.5.           Otro caso es el del Zaragoza, rivalidad de origen ignoto e inexplicable para nosotros (ni sabíamos que existía), salvo que se base en un resto de la pugna histórica por la hegemonía peninsular entre las coronas aragonesa y castellana. Lo absurdo del asunto es que a este equipo le convendría llevarse bien con el Madrid para obtener a buen precio jugadores cedidos por La Fábrica. Mas no por extrañarnos dejamos de recordar que hay, bastante lejanos en el tiempo, precendentes de problemas con los zaragozistas (como la tradicional rotura de lunas del autocar del Madrid, tan practicada en este país maravilloso llamado España). Simplemente, por habituales, teníamos estos incidentes casi olvidados, pues nosotros no queremos darle demasiada importancia a estos ataques (tal y como hacen las autoridades deportivas o políticas, que nunca nos han amparado ante este acoso extradeportivo).

3.6.           Y hay todavía otro caso especial, de corte más que psicológico claramente patológico: el del Patético de Madrid, claro ejemplo de complejo de inferioridad en proceso de crecimiento imparable; enfermedad basada además en una alucinante falsificación colectiva de su historia y de la nuestra (en la postguerra, el equipo del gobierno franquista por antonomasia fue Patético de Aviación, no el Madrid). En realidad, su envidia nace de que habiendo sido más que nosotros (en los años 40) luego ha entrado en tal decadencia (que ha incluido una visita a la segunda división), que no puede soportar tener al Madrid tan cerca y tan por encima de él. Si sus aficionados necesitan un psiquiatra, que le pidan hora, pero que no nos pasen a los madridistas la factura.

3.7.           . Por último, nos parece extraño que no esté aquí, y de modo destacado, el Sevicia, que tiene una larga trayectoria de incidentes antimadridistas, dentro y fuera de su campo. Por lo demás, los señoritos sevicistas no se llevan bien con casi nadie, como bien saben en Granada, Huelva, Málaga…

4.1.           Que los farsistas y los patéticos (y los seguidores de otros equipillos) no nos puedan ver y que esto ocurra cada vez con mayor intensidad no es ni inusual, ni extraño. Desde luego, no necesitamos ni deseamos que deje de pasar, porque sabemos de sobra que en España sólo se deja de atacar al que ya está acabado, así que preferimos que no sea ese nuestro caso. Sabemos como responder a las cantinelas con las que pretenden atacarnos, como “así gana el Madrid”; lo hacemos en el marcador, que es donde más les duele a los antis. Además, pronto estaremos jugando la Liga Europea y dejaremos de tener que formar parte de este quilombo; así que sólo tenemos que tener un poquito más de paciencia para que este asunto de nuestra impopularidad en España desaparezca por sí solo.

4.2.           Repetimos que el problema no es Mou, aunque pueda haber intensificado el antimadridismo en algún grado (pero debido sobre todo a su eficacia al lograr que el Madrid fuera más competitivo y volviera a ganar títulos en España). En el fondo, el problema es siempre el Madrid y lo demás es coyuntural (las personas pasan y es nuestra institución lo que queda y que siga quedando, mejor dicho, existiendo, es el quid de la cuestión).

4.3.           Resulta que en los últimos tiempos el Farsa ha tenido cada vez más problemas con el Madrid (hablamos de los marcadores) y el Patético sólo nos ha ganado una vez en todo el milenio (y todos sabemos cómo). No hace falta decir más para apreciar debidamente el incremento de la “indeseabilidad” de nuestro club para ciertas formas de vida fanática de las que no nos tenemos por qué ocupar.

5.1.           Nos parece inefable que el gobierno regional farsalán considerara conveniente hacer semejante encuesta, con el consiguiente desembolso (ya sabemos lo difícil que debió de ser para él, porque, dice, tiene muy poco dinero y, sobre todo, ¡es farsalán! y los gastos se los prohibe su religión). Nos asombra que no prefiera saber, por ejemplo, si los farsalanes son cada vez más o menos queridos en España o si los españoles seguimos dispuestos a comprar sus productos mientras ellos no dejan de insultarnos. En fin, nos parece un interés suficientemente digno de consideración psicoanalítica como para que nosotros tengamos nada que añadir, que nosotros no somos loqueros.

5.2.           Que las cifras de im/popularida del Madrid y del Farsa se hayan transformado tanto (invirtiéndose) suena más a “regar más adecuada y sistemáticamente las macetas para recoger mejor cosecha” (como diría Goebbels, y lo decimos porque para todo fin hacen faltan “medios”) que a una valoración objetiva e independiente de la situación futbolística por parte de los aficionados de toda España, que, dicen tan sólo lo que piensan, sin la menor influencia y de la manera más objetiva posible. Por eso, en Cibeles Madridista sospechamos que estamos ante una basta campaña  (no limitada al fútbol) para potenciar el control mediático de la vox populi española y poderla predisponer favorablemente respecto a la creciente colonización farsalanista del estado.

6.1.     Una cosa es una encuesta farsalana de 2002 y otra la llevada a cabo por un organismo estatal español, que está cualificado para hacer estudios de opinión, y que hizo el suyo ya en 2007. ¿Qué pasaba, futbolísticamente en ese año? El Madrid era el campeón de Liga y había ganado 3 de los 7 campeonatos disputados en el milenio (más que ningún otro equipo en ese último periodo). Además, en los diez años anteriores, el Madrid había ganado 3 Copas de Europa. La gente va con el vencedor y es voluble con el que pierde; así de sencillo es el asunto de la opinión pública, que además esta siendo cada vez más suplantada por la opinión publicada.

Para resumir, estas encuestas adolecen de un radical defecto de enfoque que las invalida por completo, pues pretenden sugerir que hay una “opinión-pública-objetiva-e-informada” que puede dictaminar sobre cuestiones como la buena o mala fama de alguien (cuestión en la que son juez y parte interesada) con la profesionalidad y capacidad técnica de un perito en la materia.

En fin, estas son las respuestas “teóricas” de Cibeles Madridista al artículo publicado; pero también tendría que haber respuestas de orden “práctico” en el Madrid. Nuestro club no debería cruzarse de brazos ante esta evolución “asistida” de lo que se dice de nosotros y tendría que reaccionar matizadamente.

El club podría hacer dos listas, la negra y la blanca; a los equipos antimadridistas de la negra no les traspasaríamos a nadie (incluso se pueden introducir cláusulas punitivas a posteriori en los contratos de los jugadores que traspasemos y a todos los que formemos en la cantera, como indemnización por la formación) y se les tocaría a todos sus jugadores interesantes para lograr, por lo menos, encarecer notablemente sus contratos; en la lista blanca estarían los equipos que simpatizan con nosotros, que serían recompensados con cesiones de nuestra cantera y traspasos baratos a cambio de exclusiva madridista para fichar a sus jugadores.

Cuando, con ese doble rasero, el Madrid lograra hacer descender o salvarse a quién más le convenga, pasaría una cosa muy sencilla: quizá no nos respetarían más nuestros detractores, pero desde luego nos temerían muchísimo más y tendrían que pensarse bien cómo portarse con nosotros para evitar cargar con las consecuencias de su enemistad, que ya no sería impune (seguro que desde la Segunda División nos verían de otra manera, sobre todo cuando comprendieran que les habíamos sacado nosotros el billete de ida).

Habrá quien diga que esto es demasiado “maquiavélico” para el Madrid, pero precisamente fue Maquiavelo quien dijo que prefería ser temido a querido, pues consideraba que el temor es más estable a largo plazo; y eso es lo que tiene que tener nuestro club: intereses claramente determinados y permanentes y apoyados en alianzas condicionadas a la defensa de tales fines, o sea, a partir de ahora, el que no nos respete, que nos tema.

¿Qué tenemos que perder? Lo bueno de no tener ya buena fama y de saber que nos van a criticar por todo lo que hagamos es que gozamos de absoluta libertad de acción; así que sólo hay una cosa que no podemos permitirnos: estar pendientes de las opiniones interesadas de los demás.

Cibeles Madridista.

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