jueves, 5 de julio de 2012

HASTA LA PRÓXIMA TEMPORADA 2012/13

Cibeles Madridista ha concluido sus actividades de la temporada 2011/12. La última ha sido notificar a los agraciados o damnificados por los trofeos Cristianazo y Mourinhazo sus correspondientes premios y castigos.

Sólo resta desear un feliz veraneo y una magnifica proxima temporada 2012/13 al Madrid y a los madridistas.

Amenazamos con volver.

Hasta muy pronto

Antónimus.


LA LECCIÓN DE LA EUROCOPA 2012: MOU TENÍA RAZÓN

En España no se acaba de alabar a la selección por su nuevo trofeo; todo son celebraciones y elogios. Sí, pero, ¿ha ganado con un estilo que permita garantizar que se van a obtener los títulos futuros? ¿Ha habido continuidad con su trayectoria anterior o se observan cambios? ¿No es más cierto que se ha corrido menos, que se ha jugado mucho más a la defensiva y que se ha sacado el máximo rendimiento posible de los goles marcados, casi siempre a favor de marcador (ese jugador del que nadie habla pero que tan decisivo es para el equipo que marca primero)? Conclusión: ¿no sería lo más adecuado decir que España no ha sido el mejor sino el menos malo del campeonato?

Cierto que, con descarado oportunismo, algún personajillo ha aprovechado, AHORA, con el trofeo entregado, para criticar a Mourinho por haber dicho en la fase inicial que el juego de España era “improductivo”. Seguramente, este contra-crítico que ataca al portugués no alcanza la debida altura de miras. Si pudiera ver las cosas desde el nivel del primer entrenador al que oficialmente se consideró el mejor del mundo, tendría que reconocer que éste no fue el único en criticar la poca creación del juego de la selección española, especialmente al principio.

Muchos, que ahora callan en las redacciones, se pronunciaron claramente en contra del estéril planteamiento de un Del Bosque que más parece un árbol plantado en la banda que un entrenador capaz de actuar aportando algo a su equipo; pues más bien parece un mero espectador de lo que quieran hacer “sus” jugadores (en realidad, parece el vestuario se “autogestiona” a tenor de los comentarios sobre cómo se tomaron decisiones ejecutivas y fundamentales, como el orden de tirar los penaltis).

Por eso, como sí que hay, en mi opinión, mucho que criticar, para dejarlo más claro, aquí van unos datos:

España ganó la Eurocopa de 2008 tras disputar 6 partidos, de los cuales ganó 4 y empató dos. Una eliminatoria no la superó en el marcador sino que la pasó por penaltis. Su saldo goleador en el campeonato fue de 12-1 (2 tantos de media marcados por encuentro).

En el Mundial de 2010 jugó 7 partidos; ganó 6 y perdió 1. Marcó 7 goles, tantos como encuentros disputados, y recibió 2.

Por último, en la recién acabada Eurocopa de 2012, ha jugado 6 partidos, con 4 victorias y dos empates. Una de las eliminatorias no la ha ganado sino superado por penaltis. Su saldo goleador es de 12 tantos marcados, 2 por encuentro (si bien, 2 terceras partes concentrados en 2 partidos) y 1 recibido.

Analizando lo anterior, parece que la fortaleza de España es más defensivo-destructiva que ofensivo-creativa, ¿no? Basta observar lo que pasa cada vez que recibe un gol (1 derrota y 1 empate) o no marca (dos empates, que obligaron a superar las eliminatorias correspondientes a cara o cruz y podían haber costado 2 de los 3 títulos). El marcador más repetido en estos 19 partidos ha sido 1-0 (8 veces), seguido de 2-0 (4) y 0-0 (3). Al haber marcado 31 tantos en ellos (1’63 por encuentro) y haber recibido 6 (0’32) lo que destaca no es ni la delantera sino la defensa.

Creo que Mou con 121 goles marcados (promedio de 3’18 por partido) y 32 recibidos (0’84), o sea, un saldo de 2’34 (1’03 más que España), que son sus resultados en la última Liga (que ha ganado con 100 puntos. Plusmarca del campeonato), tiene todo el derecho a criticar algo tan paupérrimo; incluso siendo acusado de ser tan “defensivo”. Desde luego, yo lo comparto sin reservas; y las matemáticas también.

En definitiva, para la selección española de fútbol es más importante Casillas en la puerta que los que componen la delantera, en donde…Bueno, no hay mucho que decir de quien no juega.

De los arbitrajes…mejor no hablar (en los tres campeonatos), ¿verdad?

Tampoco es cierto que España haya ganado todo desde 2008, pues en la Copa FIFA de Confederaciones de 2009, en Sudáfrica, ni siquiera jugó la final al perder en semifinales con la poderosísima selección de…Estados Unidos. En cuanto al entrenador…bien, gracias por preguntar, pero se echa de menos a Luis, que es auténtico creador de este modelo de juego (Dalai Lama del Farsa, que lo copió, incluido).

Por todo lo anterior, si hay alguna conclusión que los madridistas tenemos que sacar de la ya finalizada Eurocopa 2012 es que Mou tenía razón y sabe perfectamente en qué consiste el fútbol; donde, como en la vida en general, lo que cuenta es alcanzar la meta, en este caso, el título, no los discursos legitimadores ad hoc (sobre todo los que se hacen a toro pasado); para conseguirlo, hay que conocer muy bien el medio futbolístico y sus ramificaciones informativo-federativa, de lo que tanto sabe nuestro técnico.

Ciertamente, el campeón, por definición, es siempre el que logra imponerse a sus rivales y no el que da, fuera del campo, mejores explicaciones sobre el juego; porque no se gana porque se tenga razón sino que se tiene razón porque se gana. Es el triunfo el que establece los estilos, que luego se intentan explicar y justificar a posteriori, y no al revés.

Dicho sin darle más vueltas, Mou piensa exactamente igual que el protagonista de “La feria de las vanidades”, cuando dice: “Si uno ha de vivir en un burdel, entonces tiene que ser la mejor puta de la casa”.

O sea, en el lupanar en que se ha convertido el fútbol europeo (y el mundial), con árbitrajes políticos y abstencionistas ante el juego sucio (diga lo que diga la hipócrita campañita de “juego limpio”), la UEFA convertida en una multinacional que sólo se ocupa de sus intereses económicos y donde el que intenta crear juego es destruido y el que lo destruye impunemente es ensalzado (con tal de que no suponga la menor amenaza o inquietud para el poder del emperador Platini) se tienen dos opciones:

O se “integra” uno “salvando las apariencias” del sistema; renunciando a intentar jugar al fútbol de acuerdo con un reglamento que sólo aparentemente sigue vigente y se convierte en un “colaboracionista” de tal sistema (bueno, unos más que otros); alguien que no crea problemas y participa en el “reparto”, o se forma parte del pelotón de los excomulgados condenados (estos sí) a purgar sus “errores” (o atrevimientos insumisos), de donde no se sale fácilmente. Mou conoce bien las dos posibilidades y sus consecuencias; no es extraño que sepa por experiencia cómo manejarlas.

Así que su filosofía del fútbol es estar pendiente de todo y trabajar (y hacer trabajar) como un esclavo para controlar todo lo posible los diversos factores que sí dependen de él: no sólo se ocupa de crear, no sólo de destruir, no sólo de considerar globalmente el juego, sino que organiza el trabajo de su equipo como un procedimiento sin improvisaciones para conseguir objetivos, o sea, para ganar títulos. Si esto se considera una “degeneración” por parte de los “puristas” futboleros que critican el Madrid actual, desde dentro o desde fuera, por la pérdida de “¿valores?”, tanto peor para ellos. Los valores que cuentan son los del balance, deportivo y económico de la temporada. Si alguien quiere sopesarlos, que ponga junto al título de Liga estos números:


Por eso, cuando él repite hasta la saciedad a sus jugadores que en el fútbol sólo vale ganar y que lo del arte es cosa de los museos, tiene razón; y también la tiene cuando no acepta que se le critique a él, recalco, sólo a él, por ser práctico mientras se es tan hipócritamente “comprensivo” con otros que, hagan lo que hagan, incluso contradecirse, siempre aciertan (según sus voceros a sueldo, claro).

Porque se trata de los puñeteros resultados, sin más cantos de sirena; lo demás, es pura demagogia, que se desarrolla selectiva y especialmente cuando se trata de criticar al portugués; o al Madrid. A éstos se les exige lo que a otros no basándose en una supuesta, excelsa y única manera de jugar bien al fútbol, según la cual, el éxito deportivo no es otra cosa que el fruto del trabajo bien hecho por parte de personas ejemplares; lo cual suena muy bien, pero olvida que el contrario también juega (incluso fuera de lo permitido) y también sabe lo que quiere. Incluso el árbitro lo sabe.

Este era el tono de las cargas de profundidad lanzadas permanentemente contra Mou hasta ahora. Pero en este campeonato, la selección española no ha hecho otra cosa que defender sus intereses buscando el título sin reparar en si aburre (lo hace) o no, fijándose únicamente en alcanzar sus metas sin aceptar preguntas sobre cómo.

En consecuencia, ha llegado el momento de señalar que los que no tenían razón eran aquellos que han estado criticando a nuestro entrenador, su estilopersonal o la legitimidad de sus métodos de trabajo desde que se planteó la mera hipótesis de que llegara a fichar por el Madrid. Es demasiado descarado que lo mismo que condenaban si lo hacían los merengues “por culpa de Mou” sea ahora ensalzado si lo ha hecho la selección española de fútbol “gracias al Sr. Marqués”.

Semejante dicotomía no se sostiene, ya que no sólo es campeón el seleccionador sino también Mourinho. Y lo es antes, más veces y en más equipos que el salmantino, que de aquí se irá a su casita después de una carrera profesional breve y con el gran lunar de su paso por el fútbol turco; lo que no es el caso del luso, que ha triunfado en todos los equipos que ha entrenado.

Antónimus.

Post scriptum: Por cierto, ¿cómo puede pagarse un 20 % más de prima a unos supermillonarios (cada uno de ellos gana varios millones de euros por temporada) que representan “por cariño” a sus compatriotas en un país que, según nos dicen todos los días, no va a poder seguir disponiendo de servicios públicos esenciales por falta de dinero? ¿No sería una bellísima lección de solidaridad que los seleccionados renunciaran a todo ese dineral a favor de las personas más necesitadas de esta sociedad por las que, dicen, sienten tan gran cariño? Si no lo hacen, ¿se podrá seguir diciendo que son tan “ejemplares”?
CIBELES MADRIDISTA – NOTIFICACIÓN DE PREMIOS Y CASTIGOS DE LA TEMPORADA 2011-12

Los miembros de Cibeles Madridista han votado para determinar sus preferencias o sus fobias respecto a los medios de comunicación y sus profesionales desde el punto de vista de cómo consideramos su labor informativa, o deformativa, durante la presente temporada respecto al Real Madrid C. F. En consecuencia, han otorgado los siguientes premios y castigos:

CRISTIANAZO (PREMIO)

CATEGORÍA DE MEDIOS DE COMUNICACIÓN


Es radio
El Mundo
Real Madrid TV


CRISTIANAZO (PREMIO)

CATEGORÍA DE PERIODISTAS


Walter García (Es libre y directo – Es radio)
Juanma Rodríguez (Futboleros -  Marca TV + COPE)
Luis Herrero (Fútbol es radio – Es radio)


MOURINHAZO (CASTIGO)

CATEGORÍA DE MEDIOS DE COMUNICACIÓN


El País - Deportes
RTVE – Deportes
Cadena SER - Deportes


MOURINHAZO (CASTIGO)

CATEGORÍA DE PERIODISTAS


Diego Torres (El país – Deportes)
Sergio Sauca (RTVE – Deportes del Telediario + Comentarista de partidos)
María Escario (RTVE – Deportes del Telediario)


Madrid, junio de 2012.


EL INEFABLE DIEGO TORRES SE ENMIERDA DE NUEVO

Dicen los entendidos que los argentinos descienden del barco. Pero, según los expertos en estas cuestiones, Diego Torres, desciende del tacho; mejor dicho, a tenor de lo declarado por los testigos presenciales, repta desde él hacia el exterior, mas sin dejar de conservar las esencias genuinas de dicho origen; pues como él es hediondo, lóbrego y desechable.

Una vez más, Diego Torres ha desperdiciado una magnífica ocasión para quedarse callado y dedicarse a lo que tanta falta le hace: la cría de sus propias neuronas.

No se ha ocurrido otra manera más adecuada de pasar el verano que descalificar a los jugadores del Madrid (a los portugueses, claro). Para comprender su bajeza, basta comparar estos dos artículos contra Pepe


y Cristiano Ronaldo


con la loa a la selección tras su triunfo en la Eurocopa


Bueno, en realidad es el mismo estilo: la desmesura sin análisis, o sea, o ataque total o defensa total del retratado en cada caso. Pero, sobre todo, cuando critica, va a degüello.

Sencillamente, esta forma de vida porteña carece de conceptos como el de respetar a los que no piensen o actúen como él desea o el de aceptar el derecho a existir de quien no le guste. Llama la atención que alguien que viene de un país tan digno de ser poblado por habitantes más competentes, y que deberían ocuparse urgentemente de sus propios asuntos, se permita ser tan dogmático y agresivo, pretendiendo dar tantas lecciones a quien no se las pide ni las necesita (al menos, de él). De hecho, dicen los taxistas de Buenos Aires que la Argentina no ha desaparecido todavía porque por las noches los argentinos duermen y el país puede recuperarse un poco. Así que no le conviene tirar piedras a lo alto al que tiene tejado de vidrio en su pago.

Ante todo, estos artículos suponen una autoacusación para don Diego, que se traiciona al dejar ver en ellos su convicción de que la opinión pública no es otra cosa que el efecto producido inevitablemente por la opinión publicada si ésta es suficientemente insistente (Gobbels).

A él no le importa que pueda enajenarse con esta forma de escribir las poquísimas adhesiones que todavíe le queden (éstos no son más que los últimos ataques por escrito de una larguísima serie de su cosecha), ya que de lo único que pretende es seguir desgastando y desprestigiando a los jugadores del club que ha convertido en su blanco favorito (¡qué coincidencia!).

Para hacer cumplir a sus enemigos este destino manifiestamente perseguido, el señor Torres no hace prisioneros ni entiende de treguas; para él, vale todo y vale todo el tiempo. Es coherente como el hacha de un verdugo y no le importa lo más mínimo que el condenado sea inocente; basta que exista y lo considere su enemigo para que vaya tras el como un perro rabioso.

En definitiva, nunca reconocerá méritos a los que él considera sus adversarios y si esto no basta, recurrirá, como suele, al argumento ad hominen contra ellos; si es necesario “creativamente”. Para constatarlo, no hace falta más que ojear sus crónicas (bueno, su denominación apropiada sería la de “sevicias fabuladas”) que parecen plagios de la Iliada o la Odisea (¡ya quisiera él!), y están plagadas de altercados, enfrentamientos, rivalidades y todo tipo de problemas dramatizados, pero no de información deportiva. Si lo que narran no se parece a la realidad, tanto peor para ésta.

De los pretendidos desencuentros madridistas habla sin parar; pero sigue debiéndonos un artículo, igual de detallado y analítico, sobre cómo se gana una liga de 100 puntos sin ser el mejor equipo; gran incógnita que él nunca despejará.

En fin, afirman los psicólogos, sostienen los loqueros y aseveran los gerentes de los hospitales mentales, antes manicomios, que tanta inquina sólo puede provenir de un cerebro que, más que merecer la denominación de centro nervioso-mental, ha devenido quilombo periclitado; donde contraviven fobias, envidias, odios, frustaciones y mezquindades sin orden ni concierto, las cuales no tienen mejor okupación que proyectarse al exterior en busca de un chivo expiatorio.

¿Cómo se podría ayudar a quien es el mismo su principal problema? Ante tal síndrome, sólo podemos mantenernos a distancia del problemático. Él ya no tiene remedio, pero los demás deberíamos evitar que nos contagie su morbosidad.

Ha llegado el momento de que su empresa, El País o Prisa, decida si prefiere que semejante lastre la arrastre consigo al fondo miserable de esa óptica obsesiva de pocilga o librarse de la rémora de su mucamo y adoptar una perspectiva más informativa que deformativa; o sea, dejar atrás su línea de ofensiva antimadridista permanente característica de los últimos años y aceptar que el mundo es más ancho que los deseos de manipulación de este medio y permanecerá ajeno a ellos.

Mientras tanto, según esclarecen los literatos, Diego Torres continuará sus “novelaciones”, vale decir, pergeñando el penoso trasunto de una vocación por las bellas letras frustrada por incapacidad manifiesta; desafortunada circunstancia que lo arrumbó junto a las galeradas, donde se le publica más de lo que convendría a la buena salud mental de los desinformados que lo leen; pues sus “noticias” están tan alejadas de la realidad como su mente de lograr realizar sus deseos madricidas; lo cual pagan a su costa quienes sigan creyendo que las recreaciones de este autor de “deporte-ficción” son todavía dignas de ser tenidas en cuenta.

Antónimus.

Post scriptum: Ceterum censeo turres esse delendam
MÁS QUE UN CLUB, UN BRABUCÓN. Y UN HIPÓCRITA

Cuando parece que la temporada 2011/12 ya no da más de sí, llega el presidente del Farsa y vuelve a darnos motivos para mandarlo a donde le corresponde ir a parar por sus deméritos acumulados.

Resulta que al iluminado de Villar se le ha ocurrido la idea de un indulto general en el fútbol español para realzar su reciente renovación en el cargo de presidente de la federación española. El Madrid no lo ha pedido. En cuanto al Farsa, que frecuentemente ha acogido este tipo de medidas sin comentarlas (pero sí beneficiándose repetidamente de ellas, lo que también pasaría esta vez) le ha faltado tiempo para amenazar con medidas legales o, como mínimo, hacer el “brabucón” (sic) si tal “gracia” tiene lugar:


Si lo que le preocupa a este “brabucón” es que quede impune un acto ilícito y que la víctima correspondiente no sea compensada de algún modo y reconocida como tal, que se preocupe por Figo, por el prestigio de la Copa de España o por los jugadores del Atávico que fueron golpeados repetidamente por los pandilleros farsistas.

Y si alguien piensa que todo esto es “pasado”, podemos hablar también de impunidades farsistas más recientes ante acciones perpetradas por Alves (Pepe, Ronaldo), Busquets (“mono, mono”) o Piqué (especialmente, su no sanción tras auto-fabricarse una amarilla), entre otros, cuando quiera.

Además, el presidente del Farsa, precisamente él, se ha lamentado de la “mala suerte” de los árbitros con este equipo en la Liga recien terminada. No quiere decir nada, claro que no (aunque, paradójicamente, no se queda callado), pero “avisa” que espera tener más “suerte” con ellos la próxima temporada. A buen entendedor, mensaje recibido.


Una vez más, queda diáfanamente claro qué significa pretender ser “más” que un club. ¿Una mosca cojonera? ¿Un lobby? ¿Una mafia? Que lo diga los “interesados”. Pero, por nuestra parte, lo que nos corresponde es tratar a esta gentuza con plena consciencia de que lo es y contrarrestar cada estupidez que digan o manipulación que intenten con una denuncia contundente.

El Madrid debería sacar una nota de prensa para recordarle a la federación y a toda la opinión pública que si alguna entidad se ha beneficiado de los perdones previos de Villar es precisamente el hipócrita del Farsa, al que se le han perdonado, sin ser exhaustivo, dos partidos de cierre de su estadio, un año de suspensión en la competición de Copa y una sanción múltiple a sus jugadores por la bochornosa trifulca de la final de 1984.

Así que, ciertamente, “¡no se puede poner a todos a la misma altura!” Y la verdad es que ni intentándolo sería fácil que lográramos alcanzar tan altas cotas de antideportividad y politiqueo como las que ostenta el farsismo-platinismo.

Queda nuevamente claro en qué consisten sus “valores” y que sólo se merecen nuestro desprecio. Y queda mucho claro que nunca que con una entidad de esta calaña sólo podemos hacer una cosa: machacarla.

Antónimus.

Post scriptum: ¿Cuándo llegará el maravilloso día en que no tengamos que ocuparnos nunca más de lo que pasa en Varselovia (capital de Polonia Meridional) o en Guernicaca (la de Corea Occidental)?