Una vez acabada la segunda temporada de Mourinho como entrenador madridista, ya se puede hacer balance de la misma.
Tras un primer año de adaptación del equipo a los esquemas y estilo de trabajo del portugués, en el que se consiguió ganar tras muchos años la Copa de España (esa “insignificancia” que es ahora el torneo más importante que ha ganado el Farsa esta temporada), este año hay varios aspectos del Madrid a destacar:
Equipo máximo goleador de la Liga. Después de batir la anterior marca (que ya era nuestra, con 107 goles), el Madrid ya es el máximo goleador histórico de la Liga española con 121 tantos en 38 partidos: ¡más de 3 por partido! ¡Ahí queda eso! También ha establecido nuevas marcas en partidos ganados, 32 del total de 38 jugados (16 de ellos como visitante) y de puntos: ¡100!
Un contraataque demoledor. Probablemente, el Madrid es el equipo que mejor contraataca actualmente. No sólo es muy peligroso adelante con Cristiano, Benzema e Higuaín, sino que centrocampistas como Özil, Alonso, Kaká o Di María logran dar pases vertiginosos que nos permiten en muy pocos segundos pasar de defender un córner en nuestra portería a marcar en la contraria. Hay que resaltar que nuestro equipo no necesita una gran posesión de balón para ganar los partidos, porque sabe cómo utilizarlo donde cuenta de verdad: en la portería contraria. Porque, mientras no cambie el reglamento, el fútbol se gana por K.O., no por méritos más o menos subjetivos, estética incluida.
Una delantera letal. Es lo mejor del Madrid con diferencia. Nuestros delanteros, no sólo Cristiano Ronaldo, golean sin parar. Del portugués sólo se puede decir que seguramente es el mejor delantero del mundo y que es serio candidato para el Balón de Oro de esta temporada; del francés Benzema, que no es un mero rematador sino que se mueve con el balón en la zona más difícil del campo como nadie, porque además de marcar también sabe jugar con la pelota; y de Higuaín, que además de valiente, y batallador incansable, pocos saben jugar al hueco a las defensas contrarias como él. Aunque nos solemos fijar únicamente en los 46 goles de Ronaldo (que ha conseguido una media de más de un gol por partido desde que está en el Madrid), no olvidemos que los tantos de sus dos compañeros casi suman tanto como los de él. Las aportaciones esporádicas de un Callejón luchador al máximo redondean una delantera demoledora de los rivales; tanto en España como en Europa.
Una defensa bastante asentada. Aunque aún hay que resolver el problema del lateral derecho (Arbeloa es un buen suplente, pero nada más) y lograr que Marcelo rinda más defensivamente, el centro de la defensa se ha consolidado con dos gigantes, Ramos y Pepe, que son un muro infranqueable, ni por alto ni por bajo, para nuestros adversarios. Seguramente, ningún otro equipo tiene una pareja de centrales semejante. Y esto ocurre, conviene resaltarlo, sin una cobertura suficiente por alto de nuestro portero. Ha sido también muy alentadora la capacidad del novato Varane, no sólo por su velocidad en el corte sino a la hora de sacar la pelota bien jugada. En cuanto a Albiol, tiene capacidad para quedarse si se adapta a su papel de suplente, para el cual tiene suficiente solvencia. De Carvalho sólo podemos decir que ya ha llegado su hora de dejarnos; eso sí, con nuestro agradecimiento por su gran primera temporada. Coentrão ha tenido altibajos y ha sido permanentemente cuestionado por propios y extraños (pese a hacer buenos partidos como el reciente clásico), Especialmente, se ha discutido su precio (30 millones de euros, que es mucho dinero ciertamente); pero es muy importante tener reservas de suficiente calidad y se le puede dar otra temporada para ver si se asienta o no.
Una portería mejorable. Si bien todos los aficionados españoles (no sólo los madridistas) tienen a Íker en los altares tras ganar el Mundial y el Europeo de selecciones nacionales, hay que irse planteando la sustitución de nuestro actual portero titular; porque a los madridistas lo que nos interesan son los intereses del Madrid, no quién los defiende en el campo. No se trata de que Iker no tenga virtudes, que las tiene y muchas (es inmejorable en reflejos o parando penaltis) sino de ver también sus defectos, también numerosos: las salidas en el uno contra uno son deficientes a menudo; sus saques de puerta o despejes largos suelen recibirlos los contrarios por falta de precisión con el pie; y en cuanto a salir por alto, no se trata de que lo haga mejor o peor, sino de que no lo hace ni siquiera en el área pequeña, lo cual responsabiliza a nuestros defensas de tareas que no les corresponden y les lleva a veces a descolocarse o a no estar a lo que deben atender en función de las obligaciones genuinas de los puestos que ocupan. En definitiva, hay que hacer desapasionadamente balance de los pros y los contras de nuestro portero titular y ver cuál es el saldo que su aportación al equipo, positivo o negativo. Además, el tiempo no se olvida de nadie y su edad exige meditar sobre el futuro de nuestra portería buscando a tiempo un relevo de suficiente categoría. Si Adán puede ser ese hombre o no, habrá que decidirlo pronto; sobre todo, si Mou logra que se quede otro año pese a que apenas ha jugado.
Un centro del campo que necesita refuerzos. Los próximos fichajes deben ir dirigidos especialmente a lograr mejora el eje del equipo en varios aspectos: reforzar la situación de Alonso como director del juego, faceta en la que ha estado bastante bien (con algún bache físico) y darle un relevo de garantías para poder descansar periódicamente. Independientemente de tal suplente, hay que conseguir otro centrocampista con clase y fuerza capaz de jugar con él para ayudarle a conservar el balón más tiempo cuando los partidos lo requieran. Esto evitaría cierta precipitación (que no siempre puede excusarse apelando a la velocidad) a la hora de soltar la pelota en jugadas que no son necesariamente de contraataque y requieren otra táctica más mesurada. Sahin no ha cumplido con lo esperado (por lo que sea, lo cual no se ha explicado suficientemente) de ser el complemento o el reserva de Alonso que necesitamos. Granero no ha logrado demostrar que tiene un puesto en el Madrid; es un buen jugador, pero no del nivel y la polivalencia que necesitamos. Khedira es muy completo físicamente, pero hasta ahora no ha hecho nada más que cumplir con el papel de mediocampista destructor. Özil deja al lado de pases decisivos y actuaciones deslumbrantes serias dudas sobre su capacidad física, pese a su juventud. Y Di María ha tenido la temporada más ambigua de todos los madridistas: sideral al principio, con pases y goles extraordinarios, tras su lesión apenas ha tenido continuidad y no ha logrado aportar todo el fútbol que lleva dentro. Tiene que soltar más la pelota, pero es un jugador indiscutible para el futuro blanco. Lass parece que ha decido irse y, vista su actitud de falta de compromiso, sería lo mejor para todos. Altintop no es relevante ni necesario. Kaká tiene ya muy poca gasolina, aunque sea extra, y no debería renovar cuando acabe su contrato en 2015 y si puede irse antes, mejor.
Cantera o cartera. Aunque está de moda la cantera (fundamentalmente porque es más barata y estamos en crisis) no es menos cierto que ni Di Stéfano, ni Puskas, ni Gento, ni Pirri, ni Stielike, ni Ronaldo (el brasileño), ni Cristiano Ronaldo, ni Van Niestelrooy, ni Roberto Carlos, ni Mijatovic, ni Redondo, ni Santillana, ni Hugo Sánchez, ni Gordillo, ni Rial, ni Zamora, ni Molowny, ni Kopa, ni Suker, ni Amancio, ni…eran canteranos. Fueron éstos y no los canteranos los que edificaron a base de títulos el Gran Madrid de hegemonía universal. ¿Quién echó en falta en el equipo de las Cinco Copas de Europa, nuestra mayor gloria deportiva, a los canteranos?
Está claro que un equipo de las exigencias del Madrid no puede esperar pacientemente a que se le forme una generación buena de jugadores de la cantera. Esto pasa una vez en la vida (al menos, en la del Madrid), pero incluso entonces con matices: la Quinta del Buitre se completó con “carteranos” como el mejicano Hugo Sánchez (el máximo goleador), el alemán Schuster, el bético Gordillo, el sevillista Buyo o el gijonés Maceda, entre otros “foráneos” destacados. En realidad, en la alinación titular canteranos y fichajes tenían similar importancia numérica, pero éstos eran más importantes en su aportación global al equipo. Sólo Butragueño y Michel (a veces) estaban al primer nivel. Y no olvidemos que la Quinta nunca ganó la Copa de Europa. Con este mismo criterio de reserva ante lo que cabe esperar de la cantera (cantidad no es calidad), nuestro entrenador actual prefiere jugadores hechos e importantes a esperar a ver si le toca la lotería de “La Fábrica ”.
Nada que objetar; ni siquiera a pesar de que el ascenso del Castilla a Segunda A haya deslumbrado a muchos. Es estupendo que nuestro primer filial esté solo un escalón por debajo del primer equipo, perohay que reconocer con sinceridad que la mayoría de esos jugadores no llegarán a la primera plantilla. ¿Por qué? Unas veces, por mala suerte, ya que sus puestos están bien cubiertos actualmente, y otras porque apostar por un chaval en lugar de una figura contrastada y fichada será todo lo barato que se quiera, pero es mucho más arriesgado para el club; porque todos esos aficionados que se declaran tan “canteranistas” serían los primeros en pedir responsabilidades si un equipo “de la casa” no logra triunfar, o sea, títulos.
Al final, lo que cuenta son los resultados; ellos son los que quitan y dan razón a las tácticas, a los técnicos y a los jugadores, de la cantera o no. Por eso, porque obras son amores, que no buenas razones, como vino a decir hace poco el entrenador atlético Simeone, “los goles son más importantes que las ideas” (afirmación tan digna de meditación como otra previa también suyo sobre la “posesión”, “un cuento que se había vendido bien pero no la única manera de jugar”). Es decir: las teorías sobre el “buen” fútbol hay que demostrarlas en el terreno de juego, mejor aún, en el marcador.
Un entrenador modélico. Si bien los antimadridistas y los periodistas deportivos suelen cebarse con él, nadie puede discutir la profesionalidad, la dedicación exhaustiva o la eficacia de los métodos de Mou como entrenador, primer entrenador en la historia que ha sido proclamado el mejor del mundo. Su compromiso con el Madrid es innegable y sobrepasa ampliamente sus obligaciones contractuales. No sólo ha luchado por nuestro club en los terrenos de juego sino también fuera de ellos; incluso en los despachos madridistas ha tenido que desbrozar el terreno eliminando malas hierbas internas. Una labor así tiene que acarrear muchos enemigos (sobre todo porque muchos rivales temen su eficacia), pero eso a él no le ha importado. Con la prensa, se ha visto obligado a cortar de raíz una actitud de “crítica” permanente, maniquea y malintencionada contra el Madrid que otros permitieron impunemente. En definitiva, la continuidad de Mourinho, recientemente ampliada a un total de cuatro años más, es una garantía de estabilidad y competitividad para el equipo en la próxima temporada. Nos encanta que su dedo siga señalándonos el camino a seguir.
Reconquista de la hegemonía deportiva en España y en Europa. Por fin se ha logrado volver a ganar la Liga (¡y cómo!) con nueve puntos de ventaja. Y se ha hecho ante un rival muy difícil de superar (por múltiples circunstancias, no sólo deportivas). El esfuerzo ha sido inmenso y es de esperar que las próximas temporadas se consolidará nuestra supremacía de nuestra joven plantilla, tanto en España como en Europa, donde volvemos a ser uno de los clubes fundamentales a la hora de disputar los títulos (sólo la mala suerte de los penaltis nos privó de jugar la final de la Copa de Europa). No olvidemos que con Mou lleva el Madrid dos años jugando las semifinales de la Champions después de varios años de ser eliminado previamente.
En definitiva, mucho trabajo hecho (y bien) y mucho todavía por hacer en las próximas temporadas que le quedan de contrato a Mou (y a Cristiano) para consolidar nuevamente al Madrid en todo lo alto del fútbol mundial.
Antónimus.
P. S.: ¡Atención! La próxima temporada será la última del mandato presidencial de Florentino. Tras la no tan sorprendente ampliación del contrato de Mou, no sería descabellado que nuestro presidente decidiera anticipar las elecciones a este verano-otoño, con lo que su nuevo mandato cubriría las 4 temporadas restantes del portugués. Por otra parte, confiamos en que habrá fichajes importantes este verano; porque, aunque se haya logrado un bloque de jugadores fijos, siguen faltando dos o tres elementos destacados para redondear el nivel de un equipo imbatible.
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